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✏ Capítulo 5 ✉

El lunes tardé cinco minutos en verlo.

Había sacado el libro, el lápiz y una única hoja de papel.

El señor Lee había empezado la clase.

Mis ojos se posaron sobre la canción que había escrito el viernes en la mesa.

Fue entonces cuando vi un verso escrito debajo del mío en letra más gruesa.

Pues la noche traerá pronto de nuevo sus sombras.

Era el verso siguiente de la canción.

«¿Qué?»

Estaba confundido.

¿De verdad alguien que también iba a ese instituto había escuchado una de mis canciones indie favoritas?

Por lo visto, no era la única persona que se aburría en esa clase.

Sonreí y escribí rápidamente bajo aquel verso:

Blackout lo rompe.
Quiero ser Lyssa Primm cuando sea mayor.
Me sorprende que los conozcas.

Me pregunté cada cuánto tiempo limpiaban los conserjes las mesas.

Era posible que el mensaje ni siquiera llegara al destinatario correcto, pero no importaba; solo con saber que alguien más en el instituto tenía un exquisito gusto musical, me sentía feliz.

Me pregunté si lo conocía.

El Instituto de Seúl no era pequeño.

Sin embargo, solo los de tercero usábamos el aula de Química, lo cual descartaba que fuera la persona en la que había pensado inmediatamente:

Yoongi.

Parecía que podrían gustarle las mismas bandas oscuras que a mí, pero él era de último curso.

Pero bueno, solo eran ilusiones mías.

Las probabilidades de que fuese alguien a quien yo conociera eran escasas.

«El señor Lee»

¿Y si hubiera escrito él el mensaje?

¿El señor Lee, fan de Blackout?

La idea me hizo reír.

En voz alta.

Mi mirada viajó rápidamente hacia el
frente del aula, pero mi profesor estaba a mitad de frase, así que, gracias al cielo, no parecía haberse percatado de mi arrebato.

Eun Woo, sentado a mi lado, sí que se había dado cuenta, a juzgar por la cara que había puesto.

Ya conocía esa mirada.

Básicamente, era la versión silenciosa de:

«¿Por qué eres tan raro?»

Quise decirle que me había imaginado al señor Lee bailando, pero eso no me habría servido de mucha ayuda.

Además, ya había aprendido la lección sobre decir cosas fuera de contexto, así que solo me encogí de hombros.

Luego volví a mirar los mensajes de mi mesa.

El resto de la clase pareció pasar un poco más rápido de lo normal.

[🥀]

Me reuní con SeokJin en el pasillo.

— ¿Cómo es que estás tan sonriente? —preguntó.

— Yo siempre sonrío.

Se rio y luego se calló.

— Vale, sí que sonríes mucho. Pero no sueles hacerlo en el instituto.

— Eso es porque el instituto es un destructor de almas.

— No es por ponernos dramáticos ni nada de eso —dijo.

— Exacto.

Pero tenía razón, estaba de buen humor y solo se me ocurría una razón.

— ¿Te acuerdas del grupo del que te hablé, Blackout?

Nos paramos frente a su taquilla.

SeokJin sacó unos libros de su mochila y los metió en el interior.

— No. ¿Qué cantan?

Le canté en voz baja unos pocos versos de una canción y, como no mostraba signos de reconocimiento, pasé a otra.

— ¿No?

Se las había puesto varias veces.

Me sorprendía que no se acordara.

— Perdona, pero es que te gusta una música muy rara —dijo él, cerrando la taquilla con una sonrisa burlona.

— Creo que quieres decir «música muy buena», pero en fin.

— ¿Qué pasa con ellos?

— Alguien más los conoce.

— Bueno, por el bien del grupo, espero que no seas tú su único fan.

Sonreí.

— No, digo aquí, en el instituto. Nos hemos intercambiado un par de versos de una canción sobre la mesa. Ha estado bien.

— ¿Has escrito en la mesa? ¿Tú quieres meterte en problemas?

Suspiré.

Jin no entendía la importancia de esa revelación.

Se oyó una fuerte risotada desde el otro lado del pasillo.

Me volví y vi a Tae Hyung con su tropa.

Mingyu, el único rubio del grupo, iba de su brazo.

Debían de estar saliendo.

Dudaba que fueran a durar mucho; Kim parecía ir con una persona nueva cada semana.

Iba mirando el móvil mientras Mingyu le hablaba animadamente.

Volví a acordarme de su fiesta de cumpleaños.

Después de que aquel día SeokJin me hubiera sacado de mi ensimismamiento en la entrada de la casa de su anterior novio, lo seguí hasta la cocina, que era al menos tres veces más grande que la mía.

La isla estaba llena de unas bandejas calientaplatos plateadas cuyas tapas estaban quitando unas personas con camisa blanca y saco de vestir.

¿Quién contrataba un cáterin para su decimocuarto cumpleaños?

Tae Hyung estaba apoyado en una encimera en el otro extremo y miraba la pantalla de su móvil como si su propia fiesta no fuera con él.

Aquel día era a Jin, que iba de su brazo, a quien estaba ignorando
tranquilamente.

Él le susurró algo después de un momento y él se metió el móvil en el bolsillo como si le hubiera molestado que lo interrumpieran.

La expresión no le duró mucho; un segundo después, exhibió su falsa sonrisa y dijo:

— Coman mientras esté caliente, chicos.

Yo asentí hacia las bandejas y dije:

— La mayoría de la gente sirve pizza y tarta.

Él me miró con aquella arrogancia engreída suya y dijo:

— Yo no soy como la mayoría de la gente.

Yo le contesté algo cortante.

Algo como «menos mal»

— ¿No puedes ignorarlo y ya está? ¿Ser tranquilo? —me suplicó mi mejor amigo.

Aquel día no pude ignorarlo, no después de cómo había tratado a SeokJin.

Hoy iba a demostrarle a Jin que sí podía.

Mientras nos acercábamos a él, hacia la única salida del edificio, me prometí que no iba a responder a ningún insulto suyo.

Sin embargo, solo le dedicó a SeokJin su típica sonrisa deslumbrante y llena de confianza, sin reconocer siquiera mi presencia.

Él se la devolvió.

Me di cuenta de que me había quedado mirando de mala manera, así que suavicé mis rasgos y mantuve la boca cerrada.

Me resultó más difícil de que lo había imaginado.

— Impresionante —dijo Jin cuando salimos del edificio.

— ¿El qué? Solo he hecho lo que hago siempre.

Él se rio.

— Pero te has dado cuenta de que él también ha sido educado, ¿verdad? ¿Ves lo que pasa cuando eres tranquilo?

— Sí...

«Espera, ¿qué?»

¿Estaba insinuando que era yo el que iniciaba siempre las discusiones con Tae Hyung?

La mayoría de las veces empezaba él.

Suspiré.

Parecía mi hermano de siete años.

Tal vez tuviera razón.

Si no estuviera dispuesto a discutir, al
menos me dejaría en paz.

Me gustaba la idea:

Kim Tae Hyung dejándome en paz.

Ambos dejándonos en paz.

Aquello haría del instituto un lugar mucho más agradable.

[🥀]
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⚘ Atte. ⚜☦ Ðҽʋιℓ Ɱιɳ ☽⋆

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