⠀𝐗𝐈𝐈. WATERWORKS
・ 。゚🩸⦙ 𝐏𝐀𝐈𝐍𝐊𝐈𝐋𝐋𝐄𝐑 。˚🔪 ᵎ
012.┊ LAGRIMONES.
꒰# TEEN WOLF E6 T4 ; Huérfano.
MADISON SE SENTÓ EN SU CAMA Y SE FROTÓ LOS OJOS, gimiendo mientras la luz del sol le daba de lleno en la cara. Se incorporó y se dio la vuelta para mirar el reloj, suspirando al ver que marcaba las 9:55.
La noche anterior había sido un borrón, después de que casi la mataran, de su interacción con Liam y de que Scott encontrara un montón de dinero escondido en la taquilla de Garrett. Recordó que Scott le había dicho que no dijera nada todavía, y ella respetó su decisión y mantuvo la boca cerrada.
Se estremeció al pensar que ese dinero se había ganado matando a gente inocente. Gente inocente como sus amigos y su familia.
Madison dio un grito ahogado cuando se abrió su ventana y pegó un salto fuera de la cama. Se ajustó la camiseta de tirantes que le colgaba de los hombros y sintió alivio al ver un rostro conocido.
—¿Mason? ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó ella.
—Liam y yo vamos a salir a correr. ¿Quieres venir?
Madison lo miró y se lo pensó. El ejercicio aliviaría algunas de sus tensiones y preocupaciones, pero, por otro lado, seguía evitando a Liam para no tener que hablar de la noche anterior.
Sintió que sería demasiado incómodo decir que no, así que aceptó con una sonrisa cansada dibujada en el rostro.
Después de un par de minutos de prepararse, Madison y Mason salieron por la ventana. Habrían salido por la puerta principal, pero ella no tenía ganas de explicarles a su padre y a Isaac por qué salía de su casa a las diez de la mañana. El par se puso rápidamente en pie mientras Madison se miraba las zapatillas, apartándose el pelo que le había caído delante de la cara.
No pasó mucho tiempo hasta que los novatos se encontraron haciendo footing en el bosque. Madison se había arrepentido de ir con ellos, pues le ardían las piernas para seguirles el ritmo. Le dolían los músculos de la última noche y deseaba haber descansado un poco más. Apenas le había dirigido una palabra a Liam, sintiendo que se le hacía un nudo en la garganta cada vez que intentaba hablar. Mason estaba entre los dos, corriendo a un ritmo decente mientras hablaba.
Le escuchó divagar sobre Garrett y Violet mientras se mordía el labio con fuerza para no decir nada que pudiera volverse en su contra más tarde. Podía sentir la ligera brisa refrescándole los brazos, entrecerrando los ojos mientras el sol le daba en la cara.
—Nos estaban utilizando para cubrirse. Unos asesinos profesionales nos estaban utilizando. ¿Cómo es que no lo estás flipando?
—Créeme. Estoy flipando mogollón —respondió Liam. Madison echó un vistazo rápido por encima de su hombro para verlo esprintar de repente, dejándola atrás a ella y a Mason.
—Liam, más despacio —gritó Mason, con las piernas empezando a arder y dejó de correr—. ¡Liam!
El trote de Mason se detuvo, con las manos apoyadas en los muslos mientras inspiraba profundamente. Madison miraba entre ambos chicos, preocupada, ya que Liam estaba fuera de su campo visual. Su mirada se desvió hacia Mason cuando éste le hizo un gesto para que se fuera.
—Estoy bien. Ve a ver como está Liam —dijo Mason mientras sonreía. Madison le devolvió el gesto y se echó a correr, haciendo caso omiso de la dolorosa sensación que le recorría las piernas.
Madison resopló cuando alcanzó a Liam. Se paró delante de su cuerpo esprintando, haciendo que se parara en seco.
—¿Qué pasa contigo? —exigió ella, cruzando los brazos sobre el pecho mientras lo miraba fijamente. Él no respondió, sino que eligió mordisquearse el labio inferior mientras evitaba el contacto visual. Estaba de espaldas a él mientras observaba cómo sus emociones pasaban rápidamente de la molestia al terror. Antes de que pudiera echar un vistazo detrás de ella, Liam estiró el brazo y la empujó sobre la hierba. Giró la cabeza para ver qué había pasado, pero no sin antes oír un ruido sordo y el chirrido de un coche.
Ella parpadeó al ver que Garrett se acercaba a ella con una sonrisa desagradable. La tiró de los hombros y la levantó. La empujó contra el coche y le clavó una daga en el brazo. Ella siseó de dolor mientras se aferraba a la zona, tratando de advertir a Liam que se alejara a medida que su cuerpo se debilitaba.
—Hola, Liam —espetó Garrett, acercándose al cuerpo magullado de Liam mientras empuñaba la daga en su mano. Liam gemía de dolor, con la espalda contra el pavimento mientras apretaba los puños. Liam levantó la vista y Madison jadeó al ver un hilo de sangre que le goteaba de la nariz a la mejilla.
»Siento haberme perdido la noche de cine. No te preocupes; tengo algo más planeado —continuó él, sintiendo sus palabras distantes mientras su entorno se volvía cada vez más borroso. Lo último que oyó antes de desmayarse fue el sonido de un cuchillazo, y todo se oscureció.
Madison gimió mientras abría los ojos. Estaba a oscuras y sentía la ropa pesada y húmeda. De repente, más consciente, miró a su alrededor y vio que el agua y la oscuridad la rodeaban.
Además de eso, vio a Liam, que parecía más aliviado que asustado, lo que la confundió.
—Ahí está. Empezaba a pensar que te habías muerto —dijo Liam, esbozando una sonrisa y Madison negó con la cabeza.
—De ninguna manera, Dunbar. No te vas a librar de mí tan fácilmente —bromeó—. ¿Dónde estamos?
—No estoy seguro. Supongo que en un pozo. Perdí el conocimiento sólo un poco después que tú, así que supongo que Garrett nos ha tirado aquí abajo y se ha largado —explicó Liam, mientras Madison asentía con la cabeza. Los recuerdos de aquel día la invadieron y suspiró.
—Oh —murmuró Madison, levantando la vista. La salida parecía estar a kilómetros de distancia, la luz del sol apenas se filtraba e iluminaba la superficie.
—Ya he intentado gritar pidiendo ayuda. Nadie puede oírnos aquí abajo —admitió Liam, sonando derrotado. Hizo una mueca de dolor y se llevó una mano al pecho.
—Acónito —susurró Madison para sí misma, al ver la herida que tenía Liam en el pecho, de la que goteaba un líquido amarillento. Su mano recorrió la herida, tratando de activar sus poderes para ayudarle a sanar.
Su mano se apartó enseguida de su pecho, mientras se agarraba el brazo y lo inspeccionaba. Ella disparó contra una de las rocas, su cara cayó cuando no pasó nada.
—Mi magia... se ha ido —dijo ella con incredulidad. Liam levantó una ceja mientras la miraba.
—¿Cómo es eso siquiera posible?
—No lo es. Al menos, no debería serlo. Pero ese es el menor de nuestros problemas. Te han envenenado con acónito. Es sólo cuestión de tiempo que te llegue al corazón y te mate —explicó y Liam tragó saliva.
—Gracias por decirlo directamente —dijo él con impasibilidad.
—Yo digo las cosas como son. Vamos a encontrar una manera de salir de aquí, y los dos podremos averiguar qué está pasando —animó Madison.
Miró hacia Liam y suspiró. Él tenía los ojos cerrados y estaba sumido en sus pensamientos.
Cuando abrió los ojos, Madison notó una nueva determinación. Vio que Liam miraba hacia arriba a la salida antes de pasar rozándola y empezar a trepar por la pared.
—Liam, ¿qué estás haciendo? —le preguntó. Él respondió con un gruñido antes de volver a caer al agua, aplastando a Madison y sumergiéndola con él.
—Lo siento —dijo tímidamente.
—Está bien —respondió Madison mientras él le limpiaba el exceso de agua de las mejillas.
—Parece que vamos a estar aquí un rato —dijo Liam, y Madison asintió.
—Sí —contestó ella. La cueva se sumió en un silencio incómodo, el único ruido siendo el agua que goteaba de las piedras.
—¿Oye, Madison? —dijo Liam, su voz resonando y retumbando por todo el pozo.
Madison tarareó en respuesta.
—¿Me odias? —soltó Liam. Madison detuvo su asalto a las uñas mientras giraba la cabeza hacia Liam.
—¿Qué?
—Quiero decir, después de lo de ayer. No me has mirado a los ojos hasta que nos hemos quedado atrapados aquí abajo. ¿He hecho algo malo?
—No. Para nada.
—Entonces, ¿qué pasa? —preguntó Liam mientras Madison miraba la pared. Ella se mordió el labio inferior.
»No tienes que decírmelo si no quieres. Estoy aquí para lo que sea, especialmente si acabamos muriendo aquí juntos —bromeó él, ganándose una risita de Madison.
—Créeme, Liam. Creo que eres bastante guay; de verdad. Es sólo que... —Madison se quedó callada mientras miraba a Liam. Sus ojos parecían preocupados mientras asentía para que ella continuara— Todos por los que alguna vez me he preocupado han muerto. Es como si yo fuera una especie de maldición. Me he convencido a mí misma de que si nadie se acerca a mí, no morirá. Y supongo que lo que quiero decir es que, no quiero que te mueras.
Madison esperaba que Liam flipara con su confesión. Esperaba que no le dirigiera la palabra hasta que salieran y que, incluso quizá sentonces, siguiera ignorándola. ¿Quién querría estar con la chica que acarrea la muerte, de todas formas?
En lugar de eso, Liam le puso una mano en el hombro. Le dedicó una sonrisa genuina con los labios cerrados, que ella le devolvió. Fue en ese momento cuando Madison decidió que le daría una oportunidad a Liam. Estar con él era agradable; no sentía que tuviera que esforzarse demasiado y fingir ser alguien que no era. Sólo esperaba que Liam sintiera lo mismo.
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