Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XXI

Pasaron dos semanas.

Jin fue enserio con lo de dejar de pagarme por los servicios de niñera, y en su lugar comenzó a dejar dinero en casa como si fuésemos una pareja casada.

Mi Eunji tuvo su primer resfriado; casi me vuelvo loca en el proceso. Nunca pensé que tener a un niño enfermo sería tan aterrador. Lejos de eso, como que todo se mantuvo en orden; por lo menos para nuestro pequeño núcleo de cuatro, porque tener la conversación con SiYeon parecía todavía ser demasiado para ambas.

Estaba justamente terminando de cambiar a ambos bebés cuando el sonido de la cerradura me hizo saltar sobresaltada.

Sabía que era demasiado temprano para que se tratara de Jin, por lo que mi mente inmediatamente pensó en mi padre. La puerta se hallaba entreabierta antes de que me diera cuenta de que quién fuera, conocía el código. Por lo tanto, no era él, afortunadamente. Empecé a preguntarme por qué Jin regresaba a casa tan temprano cuando entró una pelinegra de aspecto rudo.

—Eh, ¿hola? —Me puse de pie lista para arrastrar a la intrusa en el pasillo por su desaliñada cabellera. Ella se paró bruscamente cuando me vio y entrecerró los ojos como si yo fuera la que no pertenecía aquí.

—¿Quién demonios eres ?

Parpadeé. Oye, ¿no se suponía que fuera yo la que preguntara eso? ¿Y por qué una completa extraña sabía el código de acceso a nuestro apartamento? ¿Por qué entraba como si fuera la dueña del lugar?

—¿Quién eres ? —contrataqué.

—Bae Joo Hyun. Vivo aquí.

Mi boca se abrió. Pero...¿qué? Eso no era lo que esperaba oír.

¿Ésta era la esposa de Jin? Quiero decir, ex-esposa. ¿Esposa anulada?

Lo que sea.

Mi primer pensamiento celoso y egoísta fue que yo era mucho más bonita que ella. Pero eso estaba mal. Mal, mal, mal. Sin embargo, no pude evitarlo.

—¿Dónde está Jin? —Cuando miró alrededor solo para establecer su mirada en Bon-hwa, me coloqué de manera protectora frente a él. Hermosa o no, su mirada en mi niño no me gustaba. Un pánico repentino se disparó a través de mí cuando me di cuenta de que en realidad no era mi hijo. Era de ella.

Mierda. Esa era la realidad.

Sacando una improvisada y brillante sonrisa, aspirando, dije—: Soy Im Nayeon. La niñera.

—La niñera mi culo. Sé quién eres en realidad —Al momento en que dio un paso intimidante hacia mí, levanté las cejas. Si esta mujer creía que podía amenazarme sería mejor que tuviera cuidado. —. Tú eres la puta razón por la cual mi marido obtuvo una anulación. Eres la causa de que se quiera llevar a mi bebé y adoptarlo; así los dos pueden tener su familia perfecta.

Bueno, cuando lo ponía de esa manera, lo hacía sonar mal. Salvo que lo queríamos porque amábamos a Bonhwa. Ella, obviamente, no lo hacía. Ni siquiera preguntó por él ni intentó sostenerlo desde que irrumpió por la puerta ya que se encontraba demasiado ocupada siendo una bruja loca.

—¿Llevarse a tu bebé? —repetí. Con una risa oscura di un paso justo en frente de su cara—Tú fuiste quien lo abandonó. Lo dejaste solo sin supervisión de un adulto. El lugar se podría haber incendiado, él pudo caerse y morir, pudo ser lastimado por algún ladrón que entrara a la casa. Cualquier cosa. ¿Siquiera te pasó eso por la cabeza? No. Estabas demasiado ocupada siendo una jodida y desalmada perra. No te mereces este bebé.

Sí, se sintió muy bien decirle eso, sobre todo porque que me moría por hacerlo desde hace varias semanas. Fue como si estuviera rebotando en mis pies y doblando mi cuello de un lado a otro, la sensación equiparada a la de una boxeadora que se preparaba para un gran combate. Me encontraba a punto de disparar el tema de Jin -diciéndole que lo trató como la mierda- cuando su rostro se puso rojo.

—No sé quién coño te crees que eres, pero yo parí a ese niño. Y me lo llevaré lejos de ti. Justo ahora.

¿Qué? —Ay, no. No debería estar sucediendo esto—No. Espera—Cuando se movió a mi alrededor, acercándose a él, me interpuse en su camino y le agarré el brazo—. No puedes hacer eso.

Bae Joo Hyun sacó su brazo de mi agarre y me empujó a un lado. En cuanto tropecé hacia atrás, lo alzó bruscamente. Él empezó a llorar al instante.

Salté frente a la puerta y la bloqueé con mi cuerpo. —Espera, espera, espera. Lo siento. Vamos a hablar de esto.

—¡Sal de mi camino!

Sus ojos eran salvajes. No me encontraba segura de que estuviera sobria. Tragué saliva e invoqué a todos los nervios de mi cuerpo para calmarme. Pero, enserio, nunca escuché a Bonhwa gritar así. Hizo que Eunji también empezara a llorar. Solo quería tomar a mis dos bebés y sacar a patadas de mi casa a este pedazo de basura.

—¿Por qué no tomas un respiro y lo piensas? Piensa en lo que le estás haciendo a Jin. —Parpadeó, afectada por su nombre. Así que seguí insistiendo con eso. —Él se ha mantenido a tu lado toda la vida. Te ha ayudado cada vez que lo has necesitado, y sabes que siempre lo hará.

—Oh, ¿por eso quería la anulación? ¿Por eso quiere adoptar al mocoso? ¿Para ayudarme? Tú y ese bastardo deben ser bastante cercanos si te ha contado tanto acerca de mí. Creo que hace esto solo para poder seguir follándote.

Apreté los dientes molesta de que pudiera retorcer lo que teníamos Jin y yo en algo tan horrible. Pero tuve que tranquilizarme y pensar en Bon-hwa.

—Te equivocas. Jin piensa en ti. Entiende que necesitas tu libertad, y trata de dártela. Quiere cuidar a tu bebé por ti. Lo dejaste aquí por eso, ¿no? Porque sabías que Jin era la mejor persona para él. Y mira, se ha ocupado. Lo menos que puedes hacer es esperar aquí y hablar con él.

Luego, cuando llegara Jin, la convencería de desistir de llevarse a nuestro pequeño. Tenía plena confianza en él. Pero no tenía confianza en mí misma y mi capacidad para mantener a Joo Hyun aquí tanto tiempo.

Los niños seguían llorando. Si iba hacia Eun Ji, sabía que Joohyun escaparía por la puerta, así que traté de tomarlo a él. Extendí los brazos tentativamente.

—¿Quieres que yo lo sostenga? Puedo conseguir que deje de llorar.

—¡Retrocede, maldición! —Se movió lejos de mí y me lanzó una mirada—No me toques.

Bajé los brazos nuevamente. Se sentían vacíos sin él.

—Está bien. Déjame llamar a Jin. Lo llamaré, y podrán hablar. —Él podía arreglar esto. Sabía cómo tratar con las mujeres irracionales, y más con ésta en concreto. Podía recuperar a Bon-hwa.

La indecisión cruzó su rostro. Pero después de un momento, hizo un gesto brusco. —De acuerdo. Sí, hazlo.

Alejarme de la puerta se sentía como la apuesta más grande de mi vida, pero lo hice, con mis piernas temblando todo el camino. Recogí a Eun Ji, la abracé y me senté al lado del teléfono. Tres intentos con los dedos temblorosos después, fui directamente al correo de voz de Jin. Mi estómago se revolvió con inquietud. Le dejé un mensaje, y a continuación probé con el del club. No hubo respuesta. Traté el número de Jungkook, con la esperanza de que también estuviera trabajando esta noche.

Otra jodida sin respuesta.

Después, llamé a SiYeon. Atendió al cuarto timbrazo. —SiSi — sollocé—. Te necesito.

┍━━━━━━━♔━━━━━━━┑

La noche era larga, lenta y terriblemente ruidosa en Bangtan. Jung Hoseok se encontraba en el bar conmigo. Trabajaba con tranquila eficiencia, por lo que fácilmente llenábamos las órdenes. La música alta en los parlantes y las mujeres riendo con todos los hombres que las seguían; empezaba a darme dolor de cabeza. La misma maldita cosa cada noche. Solo quería llegar a casa con Princesa y acurrucarme a su alrededor, y tal vez por fin estar dentro de ella de nuevo. Pasó demasiado tiempo desde la última vez que lo hicimos. Eun Ji se sentía mejor, así que quizás...

Entonces vi una cara familiar atravesando la multitud, intentando abrirse paso a través de la gente. Fruncí el ceño y me acerqué a SiYeon cuando llegó a la barra.

—¿Qué haces aquí? Jungkook no trabaja hoy.

—Lo sé —Sus ojos eran grandes y desesperados cuando me agarró del brazo con fuerza—. Tienes que ir a la estación de policía. Ya mismo. Jungkook viene en camino para reemplazarte.

La urgencia en su voz, el miedo en sus ojos hizo que apenas le dijera nada a Hoseok antes de saltar sobre la barra y correr hacia la salida.

Llegué a la estación en un tiempo récord. No me di cuenta que SiYeon me seguía hasta que la encontré en mis talones subiendo la escalinata.

Abrí la puerta de cristal tan pronto como llegué. Un montón de gente se encontraba ahí, a lo lejos, entre los escritorios llenos de archivos vi a Nayeon quien se paseaba de un lado a otro sosteniendo a Eun Ji contra su pecho. Por un momento me sentí aliviado de encontrarla sana y salva, entonces noté que lloraba con fuerza. Sus ojos se encontraban hinchados y rojos, su cabello era un desastre, y su rostro tan pálido como una tiza.

—¿Qué ocurre? —Me acerqué tan rápido como pude y agarré sus hombros con mis manos dispuesto a matar a quien la alteró tanto. ¿Acaso su padre había vuelto?

—Se ha ido —se lamentó—. Jin...

—¿Quién? —Miré a mi alrededor dándome cuenta de que Bon-hwa no se encontraba en ningún lugar. Cuando me di la vuelta, la devastación en su rostro hizo que el hormigueo en mi piel se convirtiera en un nuevo tipo de terror—. ¿Dónde está Luchador?

Cerrando los ojos, se atragantó con un sollozo y se inclinó hacia adelante, llorando aún más fuerte—Se lo llevó. Fue a casa y solo... se lo llevó.

—¿Qué? ¿Quién? —La sacudí, necesitando que se enfocara—. Maldita sea, Princesa. ¿Qué demonios sucedió?

—JooHyun.

—¿Qué?

—Ella se lo llevó.

—¿Y tú la dejaste?

Se salió de mi agarre y me miró, las lágrimas haciendo que sus ojos brillaran con una furia etérea. —¡Sí, Jin, me hice a un lado y sin protestar dejé dejé que se lo llevara! ¡Vete a la mierda! ¡Por supuesto que no la dejé!

Se dio vuelta y buscó consuelo en SiYeon, quien de inmediato la abrazó, a ella y a Eun Ji. Me dolió verla buscando consuelo en otra persona, haciéndome notar lo duro que fui.

Maldiciendo, tiré de mi cabello y cerré los ojos. Sabía que debía pedirle disculpas, pero Bon-hwa se había ido y no podía conseguir ir más allá de eso.

—¿Qué sucedió?

Dado que mi voz era más tranquila, apartó la cabeza del hombro de SiYeon y limpió las lágrimas de sus ojos. Pero entonces la oficial que había permanecido fuera de esto intervio:

—Los vecinos llamaron a la policía. Al parecer las señoras armaron un alboroto gritándose la una a la otra. La señora Bae aseguró ser la mamá del niño que encontramos en el domicilio afirmando que ella —dijo señalando a Nayeon—lo secuestró; por lo que la señora Im argumentó que sólo es la niñera. Nos mostró los recibos de pago por sus servicios.

—Mi bebé...

La mujer en uniforme hizo una pausa al escuchar el sollozo de Princesa. Luego de volvió de nuevo hacia mí.

—¿Es usted el padre?

Pensar en qué maldita respuesta darle me rompió por completo. No podía mentirle a la autoridad, si ellos investigaban estaba jodido. Pero tampoco podía decirle que no lo era, porque desde el momento en que lo tuve en mis brazos, me convertí en su padre. En cuerpo y alma.

Tragué saliva sintiendo como poco a poco todas mis extremidades se tensaban por la anticipada pérdida.

—No biológico, sólo en acta. Soy Kim Seok Jin

—La señora Bae dijo eso. Lamentablemente usted no se encontraba en la...

—¿Qué hicieron?

—¿Tú qué crees? Es su madre— Nayeon giró la cabeza calmada de hartazgo. Como si en verdad hubiese tenido suficiente de mí y la mierda en que la metí. —. Yo no tenía derecho legal de mantenerlo en casa. Incluso les dije que nunca en mi vida la vi y que no existía ninguna prueba de que fuera su madre. Pero luego ella suministró las pruebas. Traté de decirles que lo dejó hace meses, que no se encontraba en condiciones de tenerlo. Y preguntaron por ti. Les dije que estabas en el trabajo, pero no pude lograr contactarte. Lo intenté todo, Jin—Se volvió hacia SiYeon, llorando desconsoladamente.

Quería decirle que estaba bien. Incluso extendí la mano para tocarle la espalda, pero acabé alejándola para frotar mi cara. No podía con el hecho de que mi hijo se hallaba allí afuera, con una drogadicta, haciendo Dios sabe qué—. Tengo que encontrarlos. Tengo que... — Empecé a girar en círculos tratando de pensar. Miré a las chicas, y me encontré con la mirada preocupada de SiYeon—. Voy a encontrarlos.

—¡Señor! —me llamó la atención la oficial. —Hay un procedimiento, Señor Kim. Usted no es...

—¡Es mi hijo! ¡Y ustedes dejaron que una mujer que no puede cuidarse a sí misma se lo llevara!

—Es la madre.

—¡Es una drogadicta!

Hubo un silencio pesado en torno a toda la estación. Mi grito resonó por cada escritorio y ventana.

La policía se puso de pie viéndose mucho más autoritaria que antes. Me miró con lo mínimo de condescendencia y dijo:

—En ese caso, la encontraremos y llevaremos al niño a un centro comunitario.

El eco de la sentencia me dejó sin respiración.

Sobre mi cadáver.

Claro, no le dije eso.

—Yo soy su padre. —y di media vuelta.

—No haga nada que interfiera, señor Kim. —vociferó a mis espaldas.

Bufé, pero ya estaba fuera de la estación corriendo por las escaleras antes de aspirar totalmente mi próximo aliento.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro