Capítulo 9: Mariana López Larwen
Narra Blair Larwen.
Abro los ojos y noto un olor a...¿Bacon? Me incorporo rápidamente y veo una bandeja con mi desayuno encima de mi cama. Me acerco a comer y llaman a la puerta.
¿Quién se atreve a molestarme en mi desayuno?
—Adelante—digo y ruedo los ojos. Paco abre la puerta y se asoma por ella.
—Sus amigos están aquí—me informa y yo sonrío. Tengo buenas noticias.
—Diles que pasen— tres minutos después aparecen Matteo y Lucas por la puerta.
—¿Qué hacéis aquí? Deberíais estar en vuestra casa esperando a que os recoja para ir al instituto— digo mientras muerdo un trozo de pan.
—¿En qué mundo vives?—pregunta Matteo— Hoy es sábado— añade y ambos ríen. ¿De verdad? Quizás todavía estoy pensando en el día de ayer.
—Por cierto... ¿Qué tal tu noche ayer?— me pregunta Lucas— ¿Te dio calabazas también?— añade viendo mi cara pensativa.
—Pues la verdad es que me fue bastante bien— digo mirando a un punto fijo. Matteo y Lucas me miran sorprendidos y yo sonrío.
—¿La besaste?—me pregunta Matteo dándome un codazo picarón.
—Algo así-— sonrío y miro al suelo recordando el día de ayer.
—¿Desde cuando Blair se sonroja?—le pregunta Lucas a Matteo y yo rápidamente escondo mi cara con mi pelo castaño para seguir comiendo.
—Eh—me llama Matteo y levanto la cabeza para mirarlos— ¿Te gusta Rebeca?—me pregunta.
—No— zanjo el tema. — ¿Queréis?— les pregunto ofreciéndoles una tostada de mermelada de fresa. Ambos niegan. Mierda, plan de distracción fallido.
—Pensé que querías romperle el corazón— comienza a decir Lucas pero le interrumpo
—¿Cuándo dije yo eso?— pregunto molesto
—Pues... ¿Desde que la viste?— me contesta Matteo y yo frunzo el ceño.— Sí, desde que la viste— vuelve a repetir.
—Bueno, el caso es que a ella no le gustas, así que no puedes romperle el corazón si no le gustas— dice Lucas y se tumba en mi cama.
—¡Ese es el maldito problema!—exclamo y aparto la bandeja bruscamente de mis piernas
—Hey, tranquilo ¿Que problema hay? — me pregunta Lucas—Pierde la apuesta y ya.
—Yo no me molestaría por ello a no ser que ...—comienza a decir Lucas y pone una cara que parece que le han desvelado su vida en dos segundos—a no ser que esa persona me guste...- susurra —¡A ti te gusta Rebeca!— añade y Matteo asiente.
—¿¡Qué?! ¡No!— les digo y ellos ríen.
—Eso es un sí— dice Matteo riendo.
—Vamos Blair, te conocemos desde que teníamos cinco años— Lucas me mira fijamente. Miro a un punto fijo y sonrío.
—Tengo su diario—murmuro y ambos abren los ojos como platos.
—¿¡Qué?!—preguntan los dos al unísono — ¿Por que tienes su diario?
—Quería saber si escribía sobre mi— les contesto.
—Patético—murmura Lucas y yo me levanto delante de él.
—No soy patético— le digo revolviéndole el pelo. Sé que lo odia.
—Vale, vale, tranquilo me dice Lucas y yo suelto—¿Hubo suerte?—pregunta desviando el tema.
—No— digo suspirando —¿Por qué tiene que escribir sobre todos menos sobre mi?—pregunto—Hasta escribió de un tipo feo que le entregó un sobre.
—¡Eh! No soy feo— dice Lucas indignado.
—¿Y a escrito algo sobre alguien más?—pregunta Matteo desviando el tema.
—Matthew Smith— susurro
—¿Le gusta Matthew Smith?— pregunta Lucas sorprendido.
—No ha dicho nada de eso en su diario pero...creo que se gustan mutuamente.
—Yo no lo creo así— dice Matteo
—Te escucho— le digo mirándolo atentamente.
—No dice nada de que le guste en su diario ¿Verdad?— asiento— y Rebeca es muy, muy directa.
—Y que lo digas— dice Lucas
—¿No crees que si a Rebeca le gustase Matthew ya se lo habría dicho?—me pregunta y asiento.—Y si se gustasen mutuamente... Ya estarían saliendo— añade y la verdad es que tiene mucha lógica.
—Mira que robarle el diario a una chica...— dice Lucas cambiando de tema.
—Habla mal sobre mi familia por lo que pasó con Roland Sharp— confieso avergonzado.
—No es por meter cizaña, pero tu madre no actuó de la mejor manera en esa situación— Matt cruza los brazos.
—Lo sé, y creo que por eso me odia.
—¿¡Ella es la chica esa?!— exclaman ambos a la vez. Otros que no se enteran de nada. Escucho unos gritos.
—¡Señorita! ¡No puede subir!
—¡Me da igual!— grita una voz femenina. ¿Rebeca?— ¡¡Blair Larwen ven aquí ahora mismo!!— me grita.
—¿Qué pasa?— pregunto alarmado y salgo al pasillo de mi habitación .
—¡Devuélveme mi diario!— grita ella y me empuja hasta chocar con la pared del pasillo. Está a centímetros de distancia.
—Tranquila— le digo— ¿Qué te trae por aquí?— pregunto tratando de desviar el tema.
—¡Quiero que me devuelvas mi diario!— vuelve a gritar ella
—Si me sueltas si— inmediatamente lo hace y pasa a mi habitación sin permiso.
—¿Qué ha pasado aquí?—pregunta mirando los restos de comida en el suelo.
—Blair se ha enfadado por no se qué— le contesta Matteo sonriendo.
—Inmaduro— dice ella poniendo su mano en su frente y negando con la cabeza. Mis amigos asienten. ¿Cómo se atreven?
—Aquí está—digo y se lo entrego.
—¿Has leído algo?— pregunta ella ojeando.
—No—digo inocente y se gira para irse.—Espera— la llamo, ella se gira y me mira— ¿En verdad te gusta Matthew?—le pregunto y veo como Lucas niega con la cabeza con la mano en la frente. ¿Tan malo es preguntar eso?
—Eso no te incumbe—me dice ella seca. Creo que se ha enfadado por el diario.
—¿¡Por que eres tan borde?!—le grito enojado
—No lo soy—dice ella— otra cosa es que tu seas un idiota ladrón que quiere saber la mitad de la vida de la gente.
Río.
—Aun no me has contestado a lo que te pregunté en tu trabajo— digo y he dado en el clavo por que se gira molesta.
—¿Blair?— me llama mi madre desde la sala y oigo como sube a la habitación . Cuando llega mira a Rebeca de pies a cabeza, con desprecio, tal y como suele hacer cuando no le gusta lo que ven sus ojos. Cuando creo que nada puede ir peor aparece Emily por la puerta de mi habitación.
—Rebeca, deberíamos irnos...—dice Matteo para ayudar.
—¡¿Por qué cancelaste nuestra cita ayer?!— grita Emily.
—¿Cancelaste tu cita con Emily?—me pregunta mi madre. Y siento como mira con asco a Rebeca.
—¿Cita?— pregunta Rebeca confusa—Cuando me pediste una cita... ¿Habías cancelado otra?— vuelve a preguntarme.
—¿Le pediste una cita a esa niña?— me preguntan mi madre y Emily al unísono refiriéndose a Rebeca.
—Pues... —comienzo a decir pero soy interrumpido por Rebeca.
—Si que eres un idiota— susurra Rebeca y se gira enfadada dispuesta a irse.
—¿Cómo se te ocurre decir eso de mi hijo?— pregunta mi madre y agarra a Rebeca del brazo.
—No me toques. —Ella se suelta bruscamente y comienza a bajar las escaleras.
Narra Rebeca Philm.
—Ella no tenía posibilidades contigo—escucho decir a Emily.— ¿Verdad?— pregunta. Me detengo hasta oír la respuesta de Blair. Quiero saber si todo lo que dijo ayer era verdad.
—Tienes razón —responde él —no las tiene— añade. Lo sabía. Idiota. Me marcho de allí. Me subo al coche y pongo mi diario en el asiento del copiloto.
Sabía que esto era todo una trola. Todo. ¿Por qué fui allí? Inútil. Si en verdad me hubiese querido me habría defendido o algo. Playboy, mujeriego, inútil, idiota, egocéntrico, estúpido... Noto como las lágrimas corren por mis mejillas y rápidamente me las seco. ¿Cómo he podido pensar que le gustaba? Es que eres muy tonta Rebeca. ¡Es un Larwen!
—¿Estás bien?— escucho una voz proveniente de fuera. ¿Lucas? Bajo la ventanilla.
—¿Qué haces aquí?—pregunto mirándolo. ¿También quiere humillarme?
—Solo quería saber si estás bien— vuelve a repetir mientras se apoya en la ventanilla.
—Si, gracias. Lo que ha pasado ha dejado las cosas muy claras— contesto seca. Miro al volante. —Tengo que irme— no lo miro. Al fin entiende mi comunicación no verbal y se aparta de la ventanilla. Conduzco hasta casa y cuando llego me encierro en mi habitación. Marcela lleva diciéndome desde que llegué que baje a comer. Pero no quiero, no tengo ganas.
Mi portátil empieza a sonar. Lo cojo y miro quien llama. Mis padres. No, ahora no. Lo dejo sonando y me voy al baño para lavarme la cara.
Narra Mariana Lopez Larwen
—¿¡Como se te ocurre cancelar tu cita con la hija de nuestro socio comercial?!— grito
—Tuve que hacerlo, si no lo hacía me volvería loco con una loca como ella—dice mi hijo refiriéndose a Emily . Blair niega con la cabeza y habla. — Estarás contenta con lo que dije—añade él y sonrío.
—La verdad es que quiero lo mejor para ti , pero no lo conseguirás si sales con niñitas inmaduras.
—Más inmadura aún es Emily, además ¿Qué problema tienes con ella? ¿Todos tus planes se movieron por culpa de una niña indomable? Si es así... Ese no es motivo para hacer que le haga daño— me dice enfadado
—Me decepcionas— le digo—¿Cómo se te ocurre salir con una cualquiera?— añado enfadada.
—No hemos salido, aún— y es hija de una jueza mamá— añade
—Me da igual, aléjate de ella— le ordeno.—Sabes que puedo quitarle todo cuanto quiere a esa niña, no me obligues a hacerlo
—No te atreverás —me desafía él con los puños apretados.
—Me estas poniendo a prueba, jovencito—digo aguantando las ganas de gritarle.
—Eres un monstruo— clavo las uñas en el sofá de cuero.
—De ahora en adelante, te prohíbo verla , incluso te prohíbo hablar con ella o acercarte— le informo—Sino, ya sabes lo que pasará. ¿Queda claro?
—Como usted ordene— contesta con sarcasmo y se va molesto a su habitación. Hay señor...
—Él ya está aquí— me informa Paco.
—Dile que pase— le ordeno y al instante aparece el joven.
—Señora Larwen... Que agradable volver a verla— me saluda.
—Lo mismo digo. ¿Sabe qué debe hacer?— le pregunto y él asiente— bien, le llamé por que estoy muy ocupada como para resolver esto yo.
—Sí señora, empezaré cuanto antes.
Narra Rebeca Philm.
—Está en la puerta, señorita— me informa Marcela. No quiero que me vea en este estado, quedaré mal y como una debilucha...
—Dile que pase— le digo al fin y ella asiente. Oigo como sube por las escaleras alguien y me preparo para encararlo.
—¿Rebeca?— me llaman y le digo que pase.
—Hola Matthew—saludo y él me devuelve el saludo.
—Tienes una casa enorme—dice él y yo sonrío— Me dijo Vanesa que viniera.
—¿Te dijo por qué?— le pregunto y él niega
—Vine por si te querías venir conmigo al partido de hockey, juego hoy— añade y sonríe
—¿¡Y qué haces aquí?! ¡Tendrías que estar entrenando!— le digo y él ríe.
—Soy el capitán y además el entrenamiento es más tarde, ahora vístete para la cita.
—¿Esto es una cita?—le pregunto y él sonríe.
—Claro, pero solo si quieres venir—contesta.—¿Quieres venir, no?—me pregunta y sonrío yo también.
—Claro— le contesto y le pido que salga de mi habitación.
Narra Blair Larwen.
—¿Blair ves algo?—me pregunta Matteo desde otra rama del árbol.
—Shh, calla que no oigo—le contesto y me aferro más a la rama.
—Claro— contesta ella—Pero debes salir de aquí si quieres que me vista—añade y Matthew se marcha cerrando la puertas detrás de sí.
— Maldito árbol, no puedes ser más incómodo ¿No?
—Tranquilo bro— me calma Matteo
—¿¡Te crees que estoy tranquilo sabiendo que ella va a ir con Matthew y va a tener una cita?!— le pregunto— además, ella aceptó su cita a la primera—añado.— Sé que somos muy diferentes pero ... Podría haberme dado una oportunidad. Además no se porque sale con un capullo integral como él.
—No sois iguales, la diferencia es que tu la has perdido por tus idioteces y él la ha conseguido gracias a tus idioteces—me contesta Matteo.
—No dije eso porque quise—le digo—y lo sabes—añado mirando otra vez a la ventana de Rebeca.
—¿Quien diría que el gran Blair Larwen se subiría a un árbol por una chica?—me pregunta y yo me giro hacia él.
—No me gusta— le aclaro.
—¿Entonces por qué me haces subir a un árbol solo por una simple chica?—me pregunta y yo aprieto los puños con fuerza ignorando por completo el dolor de mis nudillos.
—No es una simple chica— le digo con los dientes apretados—es la chica que me llevará a la victoria
—Vale, perdón mister playboy—dice y se ríe por su dicho. Miro a la ventana de Rebeca e inmediatamente aparto la vista.
—¿Qué pasa?— pregunta Matteo y mira a la ventana también —Wow— comienza a decir pero lo interrumpo.
—Aparta la vista, un poco de dignidad— le digo y le giro la cabeza—No es muy caballeroso mirar a una chica cuando se está cambiando.
—Pero si están las cortinas y no se ve nada, solo la sombra— pone Matteo la excusa para mirar.
—No— le digo seco.
—Habíamos venido aquí a ver como estaba y si se podía, tu tenias que hablar con ella— me recuerda Matteo— además, vinimos aquí por que tu madre no te quiere ver cerca de ella.
—¿Crees que puedo hablar con ella mientras está Matthew allí?—le pregunto y niega— Mi madre no es quien para decirme con quien juntarme y con quien no—añado. Oigo hablar a Matthew y a Rebeca .
—Ya sé que vamos a hacer—le informo.
—¿Que?— pregunta Matteo frunciendo el ceño
—Iremos al partido nosotros también.
Narra Rebeca Philm.
Me siento en las gradas que Matthew ha reservado para mi y miro a la pista. Es enorme. ¿Cuánto habrán tardado en construir algo así? Veo a Emily como animadora. Lleva un vestido muy corto para mi gusto. Matthew entra a la pista para entrenar y comienza a dar vueltas junto con unos amigos.
Saco mi móvil y reviso todos los nuevos mensajes que tengo. Dos de Vane, tres de María , uno de mis padres y un número desconocido.
Desconocido: Hola
Yo:¿Quién eres?
Desconocido: Una persona
Yo: Se que eres una persona, sino no estarias escribiendo
Desconocido: ¿En que sector estas?
Yo:¿Como sabes que estoy en el partido?
Desconocido: Yo he preguntado primero, respóndeme.
Yo: ¿Blair?
Desconocido: ¿Quién es Blair?
Yo: Tú
Desconocido: Ah, te refieres al capitán de football ¿Verdad?
Yo: Lo sabes perfectamente por que eres uno de ellos.
Desconocido: No se de que me hablas, si quieres saber quien soy nos vemos después del partido en el sector 8.
Yo: ¿Por qué tendría que ir?
Desconocido: Sabes que no puedes resistirte. Te veo luego.
*Número desconocido se desconectó*
Genial... Ahora tengo que ir a ver quien es ese tipo que me está hablando. Increíble que me conozca tanto.
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