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Capítulo 13: La cena


—No, tía— comienza a decir Tyler— lo soy yo— añade. Suelto un suspiro de alivio y le sigo el juego.

—¿Y por qué no dijiste nada?— le pregunta mi madre preocupada— ¿No tienes nada más?— añade observándolo de arriba abajo.

—No, siento no decíroslo pero es que no me parecía importante— sonríe inocente.

—Bueno, recuerda que a la próxima tienes que decirlo— dice mi padre.

—Mañana iremos a cenar a casa de los Larwen, quiero que estéis listos a las 21:00 horas ¿Queda claro?— pregunta ella. Todos asentimos y mis padres se van de la habitación. ¿Por qué iremos allí? Le doy las gracias a Tyler por haberme encubierto y sonrío.

—¿Cuándo le dirás la verdad?—pregunta el.

—Pronto.


Narra Blair Larwen.


Estoy en mi habitación. No tengo ganas de nada. La verdad, ahora mismo me iría a la cama con mucho gusto...

—Blair— llama mi hermana desde la puerta de mi habitación. — Tengo que decirte algo

—No quiero— contesto poniéndome una almohada en la cara y tirándome en la cama.

—Mañana vienen los Philm a cenar— dice ella y rápidamente me quito la almohada de la cara.

—¿¡Que?!—exclamo sorprendido.

—Tu madre les invitó— me contesta.

—Si ella los odia— bufo.

—Pero al final a accedido ha hacer las paces con los Philm— añade y noto que se ríe. Tengo ganas de que sea mañana. Ganaré la apuesta.



Me estiro y logro quitarme las mantas de encima. Hoy es el día que vendrán a cenar a casa los Philm. Cuando me visto y me aseo bajo a comer el desayuno que han preparado las sirvientas malolientes.

—No se si podré estar en la cena—dice Jane.

—¿Y eso?— pregunto sin darle mucha importancia.

—Tengo que regresar con Alexander.

—Déjame adivinar... ¿Tu novio?— pregunto y ella me fulmina con la mirada—¿Que?

—Es el chico con el que tu queridísima madre me casó— explica Jane

—Soy tu madre también— dice una voz bajando por las escaleras.

—Ja—ríe secamente Jane— ¿Crees que aún te considero mi madre después de arruinarme la vida?—pregunta— ¿Y de lo que pasó ayer con Blair?— añade.

Mi madre se retira de la sala junto con su asistente personal detrás.

—Sé que la odias pero no se si te conviene decirle todo eso a una...— me corta.

—¿A una persona que tiene el poder necesario para arruinar tu vida dos veces?— acaba la frase por mí—Claro que me conviene y aunque así no fuera.... No pienso quedarme de brazos cruzados viendo como arruina la vida a mi hermano.—añade y me revuelve el pelo. Odio eso. Me sonríe y comienza a irse

—No deberías odiarla tanto— digo y ella se detiene en seco.

—Hay que pararle los pies de una vez por todas, y si tú no comienzas a hacer nada ni a asentar la cabeza, arruinará tu vida casándote con Emily ¿Es eso lo que quieres?— no respondo—Créeme, sé como duele, no quiero que pases lo mismo—acaba su frase. Me mira a los ojos.—¿En verdad quieres tanto a esa chica como para arriesgarte a que tu madre os destruya la vida?— pregunta Jane.

La pregunta me pilla por sorpresa. No puedo decirle que es una apuesta. Se enfadaría muchísimo y todo el pollo que ha montado sería para nada.

—Si


Narra Rebeca Philm.


Alguien cierra mi taquilla de golpe.

—Ya te lo dije Philm, deja en paz a Blair— dice una voz chillona a mi lado. Emily.

—No sé de qué me hablas—digo intentando abrir la taquilla otra vez.

—No te hagas la estúpida— dice— todos sabemos que le pediste a Blair que te llevara al médico ese día que fingiste estar mareada.

—Yo no necesito ayuda de nadie y menos de él— respondo— y si, estaba mareada— añado y por fin logro abrir la condenada taquilla.

—Ten mucho cuidado estúpida— vuelve a decir Emily—cuando quiero algo lo con...

—Nadie me llama estúpida ¿Me oyes?— la agarro del cuello de la camisa que lleva.

—¿Qué me vas a hacer? ¿Pegarme?—pregunta ella y noto su aliento a frambuesa en mi nariz.

—Cuidado Emm— le dice una amiga suya.

—No será capaz, es una cobarde- dice Emily y alguien me aparta de ella cogiéndome por los brazos. Emily ríe

—Bien, Claudia—dice ella y miro atrás. Una chica pelirroja me sostiene fuertemente. No es por ofender pero parece una luchadora de sumo. ¿Cuánto le habrá pagado Emily para hacer esto?

—¡Suéltame!— le ordeno y forcejeo. No se mueve. Le pego en las piernas, le doy codazos.... Nada, ni se inmuta. Me hago más daño a mi que el que le hago a ella.

—Vas a pagar por todas las veces que me has dejado en ridículo delante de todo el mundo- dice Emily y sus amigas se acercan poco a poco a mí. Las detiene y le ordena a la que me tiene sujeta que me meta al baño de chicas. — Ahora si, podéis empezar— añade y comienzan a pegarme.

Trato de defenderme como puedo. Un puñetazo, dos, tres en la nariz. Me dan patadas. Trato de zafarme del agarre de la chica pelirroja, pero no puedo. Emily ríe y comienza a pegarme mas fuerte. ¿Dónde está Tyler cuando se le necesita?

—Discúlpate por las veces que me has dejado en ridículo sin razón alguna— dice Emily intentando hacerse oír por encima de los golpes. Las detiene.

—Una chica como tú, no debería obtener disculpas de nadie— digo. Emily aprieta los puños. Más daño no podrán hacerme. Me han dejado la cara dormida ya—Monstruo—añado y le escupo en la cara.

Emily se limpia asqueada y sus amigas prosiguen en su paliza contra mí. No puedo soltarme del agarre de la chica pelirroja por más que forcejeo. Noto como la sangre sale de mi nariz.

—Esto por no obedecer a la madre de Blair

—¿Ella tiene algo que ver con esto?— pregunto sorprendida.

—¡¿Y a ti que te importa!?—grita y me da un puñetazo en la boca. Oigo un pitido muy agudo, tanto, que creo que me reventará los tímpanos como siga así. Veo como me pegan y me siguen pegando, pero no siento nada, ya no. Ya no me importa. Siguen pegando y entonces de repente la pelirroja me suelta. Impacto contra el suelo.

Emily y sus amigas se detienen. Dicen algo, parecen que están hablando con alguien. Después se van y me dejan ver perfectamente una sombra. Es de un hombre. Por fin el pitido desaparece y es sustituido por una oscuridad inmensa, en medio de la nada.



Narra Blair Larwen.

Voy por el pasillo. Creo que ya llego tarde a clases. Paso por el baño de chicas.

—Discúlpate por las veces que me has dejado en ridículo sin razón alguna—dicen ¿Emily?

—Una chica como tu no debería obtener disculpas de nadie—dice alguien entrecortadamente— Monstruo— añade la misma chica. Escucho golpes impactando contra algo, en este caso alguien. Ya estamos otra vez. Blair el salvador. Entro en el baño de chicas

—¿Interrumpo algo?— pregunto y Emily y su grupo se ponen delante de algo.

—No, Blair—dice Emily coqueta. Veo que Emily le hace una señal a Claudia y esta suelta de inmediato algo que impacta contra el suelo como un cuerpo inerte.

—Emily, Emily, Emily— niego con la cabeza —¿Cuántas veces debo decirte que no seas tan agresiva con la gente? No me gusta

—Pues la nerd esa es agresiva y te gusta—contesta ella. Habla de Rebeca. Por cierto. ¿Dónde está?

—¿La habéis visto?—digo cambiando de tema. Todas niegan.— Bien— digo y estoy dispuesto a irme cuando veo que hay sangre en el suelo. —¿Qué has hecho ahora, Emily?— pregunto.

—Tu querida Rebeca se lo merecía— dice satisfecha. Espera.... ¿Rebeca?

—¿Pegáis a Rebeca? —Emily no dice nada pero las demás asienten y puedo ver el terror en sus ojos.— Os voy a... ¡Iros de aquí! ¡Ahora!— grito y ellas hacen caso a la primera.

Una vez que salen, veo por fin a Rebeca. Esta fatal. Tiene el labio reventado y la nariz la tiene empapada en sangre. Tiene moratones por toda su cara, una ceja partida y le sangra la cabeza. Se desploma en el suelo. Rápidamente corro hacia ella.

—Rebeca— la llamo— no te duermas ¿Vale?— tarde. Ya lo está

La enfermera rápidamente llama a emergencias. El director y la jefa de estudios salen rápidamente. En menos de cinco minutos la ambulancia ya está aquí, pero para eso Rebeca ya ha perdido el conocimiento.

La subimos a la furgoneta en una camilla. Voy a ir con ella cuando los de emergencias me detienen. Miro a las ventanas del instituto y veo que todos están mirando por ellas. Localizo a Emily y su grupito. ¿Se está riendo? Cobarde. Mira que 7 contra 1... Estúpidas.

Nunca imaginé que chicas más delgadas que el papel puedan hacer tanta cosa a una persona. Veo a Tyler y a Matthew corriendo hacia la ambulancia.

—¿Qué ha pasado?—pregunta Tyler preocupado mientras sube a la ambulancia.

—Emily y su grupo, le han dado una paliza brutal. 7 contra 1— informo. Matthew sube a la furgoneta— No puedes ir, solo familiares— le digo fastidiado repitiendo las palabras de la enfermera.

—¿Y su novio no puede ir o qué?—pregunta él—Cuando despierte te avisamos—añade con una voz irritante. Cierran la puerta y la ambulancia sale de allí rápidamente.

La directora manda a todos a sus respectivas clases menos al grupo de Emily que les dice que vayan a su despacho. Me voy de allí a cambiarme de camiseta y mientras me vienen a la cabeza las palabras de Matthew. ¿Novios?


Narra Rebeca Philm.

Abro los ojos lentamente intentando acostumbrarme a la luz de aquel lugar. ¿Sigo en el baño? Escucho que alguien pronuncia mi nombre.

—¿Tyler?— pregunto con una voz casi inaudible.

—Bequi, estoy aquí—dice cogiéndome de la mano. Suspiro.

—¿Cuánto llevo aquí?— pregunto abriendo mas los ojos.

—Poco, seis horas—dice él.

—¿¡Que?! ¡Tenemos que hacer el trabajo de valores!— digo intentando levantarme de la camilla, pero un dolor en las costillas me lo impide.

—¿Te preocupas por eso? Unas locas casi te matan a golpes ¿Y te preocupas por un trabajo?— pregunta Matthew entrando en la sala.

—¿Lo saben mamá y papá?— pregunto preocupada.

—No, pensé que tu no hubieras querido que lo supieran—responde Tyler y suelto un suspiro de alivio.

—¿Cuándo crees que podré salir?—le pregunto a Ty.

—En menos de media hora—dice él y entra la enfermera para revisarme.

Cuando por fin acaba me dejan salir con la condición de que me tome si o si las pastillas de la anemia, ya que perdí mucha sangre al caer al suelo.

—¿Tenemos que cenar hoy con los Larwen?— pregunta Tyler. Asiento.— Le debo mucho a ese tal Blair— añade.

—¿Por qué?—pregunto confusa.

—Si no hubiese detenido a tiempo a las chicas esas quizás estarías en coma, lo dijo la enfermera— dice Ty. ¿Tan grave ha sido?

Nos vamos directos a casa no sin antes pasar por casa de Vanesa y que me esconda todos los moratones. Cuando llegamos a casa subo rápidamente a mi habitación y cierro la puerta.

—Bequi— me llama mi madre desde el otro lado de la puerta.

—¿Qué?

—Vístete— me ordena— tenemos que llegar mucho antes de la cena, nos quieren enseñar su casa y por lo que he oído es muy grande—añade y se va. Y que lo digas mamá.

Me pongo las medias, un vestido cualquiera y los tacones que me compró Blair. Me gustan y además, pegan con lo que llevo. Ondulo mi pelo por las puntas y me pinto los labios, los ojos, me pongo rímel, un poco más de polvo, colorete y la raya. Me miro al espejo y por suerte no se ven mucho los moratones. Han pasado como 45 minutos y mis padres y Tyler ya están gritando desde abajo que me dé prisa.

Pongo en un bolso de mano dorado el móvil, las pastillas de la anemia, las llaves de casa y un labial por si acaso. Bajo por las escaleras.

—Estás preciosa— dice mi padre sin apartar sus ojos de mí. Sonrío y rezo para que no se den cuenta de los golpes. Subimos al coche y mi padre comienza a conducir hasta la mansión de los Larwen.



Narra Blair Larwen.

Se oye un motor de un coche y Jane me dice que vaya a recibirlos. Salgo de la casa y el frío me hiela al instante la nariz. Llego al coche de los Philm y le abro la puerta a la madre de Rebeca.

—Oh, pero qué joven más amable, y que guapo— dice la señora Philm al mirarme y le sonrío ante su cumplido. Bajan todos del coche y Rebeca baja la última. Lleva los zapatos que le regalé.

—¿Hola, hay alguien allí?— me dice Tyler moviendo frenéticamente la mano delante de mi cara.

—La verdad es que todas las mujeres cuando se arreglan están preciosas— digo para mis adentros pero creo que Tyler me ha escuchado.

—Cuidado, se te cae la baba con mi prima—dice y sonríe.

Aparto la vista inmediatamente de ella y abro la puerta de mi casa a los Philm. Cuando están todos dentro cierro la puerta.

—Vaya— dice el señor Philm admirando el recibidor-en este recibidor cabe casi mi casa entera—añade y los guío por toda la mansión. Cuando acabamos los llevo al comedor.

—¿Qué os ha parecido?— pregunto satisfecho mirando a Rebeca.

—Todo muy bonito, si ¿Dónde está la comida dices?— responde ella. Desagradecida.

—¡Rebeca!—la reprende su madre—Debes ser mas amable con el chico—rueda los ojos y yo evito reírme.

—Sentaros, ya traen la comida— digo y me apresuro a a ponerle la silla bien a Rebeca antes de que se siente.

—Puedo sola, gracias— dice ella y se sienta sin darme tiempo a ayudarla.

—Qué cabezota eres a veces. Deberías ir con mas calma, te han dado una paliza— susurro y ella ni se inmuta. Qué orgullosa es.


Narra Rebeca Philm.

—Blair, ¿Y tu madre?— pregunta mamá. Creo que me estoy empezando a estresar.

—No lo se, debería haber llegado ya...—contesta Blair mirando a todos lados— y mi hermana no sé dónde se ha metido tampoco.

—¿Tienes una hermana?— pregunta Ty sorprendido.

—Si, Jane— contesta y sonríe. Aparto la vista. Llega el señor Larwen y nos saluda amablemente a todos.

Las criadas comienzan a poner todo tipo de comidas en la mesa. Evito alargar la mano y coger patatas fritas. Mi madre me enseñó que no puedo empezar a comer hasta que todos estén sentados en la mesa. Entonces, aparece la madre de Larwen. Nos mira sorprendida a todos, incluido a Blair.

—¿Qué hacen ellos aquí?— pregunta ella.

—Han venido a cenar— contesta Blair— Los invitaste tú— añade al ver la confusión que se ha formado en el rostro de su madre.

—Yo no hice tal cosa— contesta ella frunciendo el ceño y mirándome como si fuera una cucaracha.

—¿Entonces quién los invitó a cenar, si no fuiste tu?—pregunta Blair y creo que ya me estoy rayando.

—Fui yo— dice una chica joven entrando al comedor.— Yo los he invitado— añade y camina hacia nosotros.

—¿Jane?— pregunta Blair. ¿Ella es su hermana? Pensándolo bien...¡Ella me dio la propina en el trabajo! La señora Larwen comienza a irse pero Jane la detiene.

—Tienes invitados, no vayas a dejarlos allí—dice ella— compórtate como una persona adulta y siéntate en esa mesa— añade y creo que ya se quien manda en esta casa. La madre de Blair suspira y se sienta al lado de su marido.

—Buenas noches—nos dice y mis padres le responden igual. Tyler y yo nos miramos. Ninguno saluda, lo que provoca que mi madre nos mire con su típica cara de arpía. Jane se sienta a mi lado.

—Bueno, ahora que estamos todos podemos empezar—dice ella y comienza a servirse. Yo la imito y miro a Blair, quien ya me está mirando y se está riendo. Ruedo los ojos y como. Mi madre trata de sacar temas de conversación y solo Blair y Jane contestan. Nadie está cómodo.

—Así que tú eres la chica que trabaja en el Lali's—me susurra Jane. Asiento y sonrío.

—Gracias por la propina.

—De nada, a veces mi madre puede ser un poco maleducada y grosera—contesta ella y nos reímos. Acabo de comer y el padre se Blair se percata de ello

—Blair, ¿Qué tal si le enseñas a Rebeca el jardín?, veo que lleva mirándolo un buen rato— pregunta su padre y asiente. Nos levantamos de la mesa y nos vamos de allí.

—Tenía ganas de irme de allí—confiesa una vez que estamos fuera.

—Que sepas que voy al jardín solo por cortesía— le digo y este ríe. Cuando llegamos me guía hasta una fuente de cisnes. ¿Qué es eso? ¿Cisnes? ¡¡Tienen cisnes!!

—Que bonitos son—digo mirándolos con admiración.

—Los trajo mi padre de España— dice Blair.—¿Qué tal tu cabeza?— pregunta. ¿Tenía que preguntar eso?

—Bien— contesto—Gracias—digo tras un largo periodo de silencio. Él sonríe satisfecho— Si no hubieras llegado tu... No se su me habría pasado.

—Sé como es Emily, puede ser muy agresiva si se lo propone— dice él— pero tú has logrado algo que nadie había logrado antes ¿Sabes?—pregunta Blair.

—¿El qué?—pregunto frunciendo el ceño.

—A todas las que Emily ha pegado siempre las ha dejado con la cara hinchada. A ti no. A pesar de eso estás tan radiante como siempre.

—¿Tengo que tomarlo como un cumplido?—pregunto. Blair sonríe y se sienta en un banco.

—Solo una pregunta—digo sentándome a su lado. Asiente— ¿Por qué me ayudaste?—pregunto intrigada

—Al principio no sabia que eras tu pero... — comienza a decir—Algo me decía que me necesitabas— me mira.

—No necesitaba ayuda de nadie, podría habérmelas arreglado yo sola, al fin y al cabo se habrían cansado de pegarme— digo mirándolo también.

—Me necesitabas— dice él y sonríe— ¿Puedo hacerte ahora yo una pregunta?— vuelve a mirar al frente.

—Si

—¿Me pegarías si te besara ahora?—abro los ojos como platos.

—¿Qué clase de pregunta es esa?—digo mirando al suelo. Creo que me he puesto roja.

—Si o no— insiste y yo evito mirarle. No contesto. ¿Qué le digo? No lo se ni yo.—Parece que tengo que averiguarlo yo mismo— añade él y me gira la cabeza suavemente, haciendo que lo mire y quedemos frente a frente. Mi corazón se acelera levemente y noto algo extraño en mi interior. ¿Estas son las estúpidas mariposas del estómago?

Blair se acerca a mí poco a poco y me sorprendo al ver que mi cuerpo no reacciona, no se mueve. Sigue acercándose y se detiene un segundo a centímetros de mi rostro. Roza sus labios con los míos y al final los junta. El beso es suave y agradable. Valió la pena esperar diecisiete años. Nuestros labios se mueven en perfecta sincronía y parece que ninguno de los dos quiere parar. Me une más a él por la cintura y yo coloco mis brazos detrás de su cabeza apoyándolos en sus hombros. Nos separamos.

—No me has pegado—dice Blair tras recobrar el aliento.

—Eso no significa que me haya gustado— contesto una vez que reúno el valor suficiente para hablar. Blair sonríe.

—Estas roja— me dice y yo rápidamente aparto la vista de él.

—No es verdad—le digo levantándome de allí.

—Claro que sí— ríe

—Deberíamos volver, mis padres se deberán estar preguntando qué estoy haciendo.—digo cambiando de tema y comenzamos a caminar hacia el comedor. Antes de entrar Blair me agarra del brazo.

—¿Qué habría pasado si te hubiera besado cuando estuvieras desprevenida?— pregunta mirándome a los ojos.—¿Me habrías pegado?— añade.

—Probablemente

—Recuérdame entonces mañana que no lo haga— me dice y entra al comedor. ¿Piensa hacerlo otra vez?

—Rebeca, que bien que estés aquí, ya nos vamos—me dice mi padre— Despídete—añade y yo le hago caso. Salimos a la calle, nos montamos en el coche y mi padre comienza a conducir a casa.

—Cuéntame todo— me susurra Tyler picarón.


Narra Blair Larwen.

—¿¡Como se te ocurre hacer algo así?!— oigo desde mi habitación que mi madre grita..

—¡Ya va siendo hora de que les trates bien!— se defiende Jane.

—Tranquilizaos— trata de calmar el ambiente mi padre, pero hacen caso omiso. Esto es un infierno. Recibo un mensaje

Matteo: ¿Que tal tu cena?

Yo: Muy bien.

Lucas: ¿Y el reto? ¿Lo has conseguido o has hecho algo o has dado una paso más adelante?

Matteo: ¿La has besado? Si hubieras hecho eso ya sería como ganar la apuesta

Yo:No creo que lo consiga. Ni siquiera la he besado. Chicos, anulo la apuesta.

Matteo: No puedes.

Lucas: Debes conseguir al menos besarla. Con eso ya tienes la apuesta ganada y podrás dejar de ir tras ella ¿La has besado?

Me pienso que contestar unos minutos. Ambos están conectados esperando mi respuesta. No me puedo creer lo que voy a decir.

Yo: No.


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