Soltó un largo suspiro, dudaba en abrir el mensaje que recién había llegado, después de un mes y medio de no verse Sanzu lo buscaba, Manjiro negó varias veces al tiempo que terminaba de arreglarse.

Dio los últimos toques a su ropa y mejillas con un poco de rubor para tomar su abrigo y salir de su habitación, pudo escuchar a su hermano y abuelo hablar animadamente con Ken, sonrió al ver a su abuelo de tan buen humor, en cuanto los tres alfas lo vieron se sintió apenado, Ken no dudo en ponerse de pie y tomarlo de la mano, se despidió del abuelo y Shinichiro al igual que el omega, no sin antes prometer regresarlo antes de las doce.

Mikey negó con una sonrisa sin detener su camino hacia la puerta.

Manjiro observaba a Ken negando varias veces, el alfa asentía estirando su mano, resignado se dejó arrastrar a la pista de hielo, se sostuvo del alfa al sentir que resbalaba, el más alto se mofó de él un poco consiguiendo que el omega lo ignorara en falsa indignación sin soltarse de él.

Se movían despacio debido a la patética excusa del rubio más bajo al decir que no recordaba como se patinaba, el alfa aceptó la excusa simplemente para mantener cerca de él al omega, cuando el frío y quejas del omega se hicieron presentes ambos abandonaron el lugar para seguir con su día de cita, porque a pesar de negarse a tener una relación con él, Manjiro había aceptado su cortejo pues parecía calmar a su loco y revolucionado lobo que suplicaba por buscar al beta todo con el pretexto de que su celo llegaría pronto, ese asunto se olvidaba en cuanto sentía el olor del alfa o escuchaba su voz. Al estar con el alfa todo parecía quedar en segundo lugar.

Esa noche Manjiro pudo conocer más de Ken, supo de su vida creciendo y ayudando en un burdel, su gusto por las motocicletas, la historia de su tatuaje, se sorprendió de saber que alguien como Takashi Mitsuya llevara un tatuaje similar, supo de el apodo por el que todos lo conocían, se sintió un poco celoso de que sus amigos tuvieran un apodo para el más alto, antes de que el alfa pudiera terminar de hablar sus labios se abrieron para interrumpir.

 — Que interesante todo K-e-n-c-h-i-n, que interesante — el alfa lo vio con obvia confusión, se señaló con duda recibiendo una afirmación del contrario.

 — Desde ahora yo te diré Kenchin, es único a diferencia de Draken — el alfa asintió, siguieron su cena entre pequeñas risas y una charla que los había hecho conocerse mejor.