『 °*•❈𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝟏𝟏❈•*°』
Sofocación.
Eso era lo que sentía _______ en su antigua habitación.
Desconocía la razón del porque se sentía de esa forma porque aquel cuarto estaba muy bien cuidado y limpio pero algo se sentía fuera de lugar.
También por el cambio de temperatura no era muy agradable, hacía demasiado calor, así que se quitó las cobijas y se sentó en su cama.
Parecía ser una noche tranquila ya que los únicos sonidos que se escuchaban eran de algunos Pokémon tipo bicho que estaban en los árboles.
_______ se puso sus tenis y encendió la luz de su habitación que no tardó en iluminar el lugar dejándola un poco ciega por el destello, cuando por fin volvió a recuperar la vista le llamo demasiado la atención el contenido de su estante.
Miro cada objeto hasta que notó que le faltaba algo.
—Que raro, yo recuerdo que había aquí un álbum de fotos...
Decidida en buscar aquel álbum no se dio cuenta que un pequeño roedor la analizaba desde hace unos instantes, se había despertado cuando la chica prendió la luz pero un bostezo lo delató.
— ¡Oh!— Sus ojos c/c se encontraron con unos orbes cafés cansados.— Lo siento por despertarte Cinccino, no esperaba que estuvieras fuera de tu pokeball.
El Pokémon roedor le contestó a su entrenadora dándole a entender que no se preocupara o al menos así lo interpretó.
Sin más decidió apagar la luz y volver a tratar de dormir.
—Ya después busco ese álbum, descansa Cinccino.
[...]
El ruido de los zapatos corriendo y los jadeos de cansancio hacia demasiado eco en aquel edificio.
Los guardias se pusieron atentos ante lo que se les aproximaba pero se tranquilizaron al notar que era un miembro más.
—¿Qué haces a estás horas haciendo escándalo? ¿Crees que estamos disponibles para aguantar bromas de mal gusto?— El guardia más alto apunto al jovén con su arma.
—Déjalo, debe ser uno de los novatos.— El otro guardia era más jovén, parecia tener unos 22 años y era de baja estatura al lado del otro.
—D-debo ver a su alteza...
—Muestra tu carta de solicitud.— El joven miro confundido al mayor.— No me digas que no conocías ese dato.
—Lo siento pero recién llegué aquí y mi superior me mandó ya que es un tema muy importante.
—Sin la carta no hay acceso así que lárgate idiota.
—¿Por qué hay tanto escándalo?
Los tres hombres miraron con miedo a la mujer que estaba frente a ellos, rápidamente reaccionaron e hicieron una reverencia.
—¡Su alteza!
—No han respondido mi pregunta.
La mirada de aquella mujer era demasiado fría y muy penetrante que lograba intimidar a cualquiera.
—Soy miembro del sector 27, número 678.— El chico se acercó cauteloso ante la mirada fija de la hermosa mujer.— Mi superior mando el reporte pero dijo que en esta ocasión necesitaba que usted lo viera lo más antes posible.— Tembloroso entrego el documento.
La mujer lo agarró y empezó a leer el contenido sin ningún interés hasta que llegó a la mitad del reporte.
Una sonrisa ladina se posesionó en su rostro.
—Dile a tu superior que siga investigando el caso, contaré ahora más que nunca con él y espero que no falle al menos que quiera sentir las consecuencias.— El chico asintió y se marchó rápidamente.— Ustedes dos ya se pueden retirar, no necesito vigilancia por la noche de hoy.
Sin esperar respuesta ingreso a un gran salón y dejo el documento en su escritorio.
—Parece que por fin lograste tu sueño pequeña ______, ahora me eres útil y si te logro convencer podremos obtener el control de está región llena de imbéciles.— Miro un portaretrato.— ¿Pero qué digo? No te voy a convencer, te obligaré aunque no lo desees, al final de cuentas fuiste, eres y serás siempre mi carta bajo la manga.
Con toda su fuerza lanzo el portaretrato por la ventana, el ruido al ser destrozado no se escuchó ya que fue lanzado desde el 7 piso.
—¿Aún me recordarás? Muero por saber tu expresión al verme y darte cuenta que fuiste engañada, tal vez estés feliz de saber que no estoy muerta pero cuando descubras quién soy en realidad lo desearás con todo tu ser.
La mujer se acercó a un gran espejo y se miro fijamente, era demasiado hermosa, su piel era blanca como la misma porcelana, su rostro era muy fino y tenía unos rasgos delicados.
Su gran cabellera rojiza era ondulada y llegaba hasta su cintura pero lo que más resaltaba de ella eran sus hermosos ojos dorados, le gustaba admirar su imágen pero solo por unos segundos ya que después de un tiempo le traían recuerdos de algunos meses atrás.
[Flashback]
La pelirroja estaba posando frente a un espejo de cuerpo completo, le gustaba mucho su vestido negro porque era similar al que ella portaba cuando le tomaron una foto con su pequeña _____ de 4 años.
Era una de las pocas fotos que conservaba de ______ por lo tanto le era imposible ocultar su emoción de portar un mismo vestuario.
—Debo admitir que la belleza que obtuviste fue por tu madre, aunque lo más hermoso que heredaste de mi fue la increíble belleza de mis ojos... Tienes unos ojos tan hermosos que quisiera quitartelos.— Se quedó un rato callada pensando lo que había mencionado.— Oh... Eso sonó demasiado mal aunque lo dije en broma, no sería capaz de hacerle daño físico a mi hermosa hija.
—Si eres capaz y lo tendrás que hacer Hanae.— La pelirroja miro a la rubia que estaba sentada en un sillón.— Aprender a las malas es mejor y tú eres testigo de ello.
—No llegaré a ese punto con mi hija.
—No te estoy pidiendo autorización, lo harás porque debes, sino la que lo pagará serás tú.— Abrazo a la pelirroja que estaba disgustada.— Cariño, no pongas esa cara, son reglas de la reina.
Hanae miro el suelo, las reglas de la reina eran propuestas por la misma mujer que le dio la vida a ella, su madre era tan injusta y no podía cambiarla.
—Siempre quise que mis hijos estuvieran fuera de ésto.
—Lo están, Silver se libro por ser el segundo hijo y ______ está viviendo una vida tranquila como cualquier mocosa pero al ser la futura heredera no tendrá la misma suerte de disfrutar una buena infancia.
—¡No sabes el dolor que me causa al ver a mi hija llorar porque nadie quiere juntarse con ella!
—Son reglas.
—¿Te parece justo arruinar su vida tan pronto? ¡Debe tener amigos!
—Cualquier persona que se junte con la realeza tendrá sus consecuencias sean buenas o malas, sabes que realmente no me importa lo que suceda con ella hasta que esté lista para el trono.
—Pero nadie se acerca a mi hija por miedo a que desaparezcan o les pase algo malo, por eso nadie le habla.
Hanae estalló de llanto, no sabía cómo explicarle a su hija que no era su culpa que nadie se juntara con ella, _____ no era el problema, era una niña buena y educada pero había tenido la mala suerte de nacer en una familia maldita por parte de su madre.
—El dolor la hará una buena reina, no necesitamos una lider que se preocupe por todos y muestre gratitud, le estamos mostrando lo cruel que puede ser el mundo con ella si se deja.— Cada palabra que decía la reina lastimaba a la pelirroja.— No quiero que sea una inútil y la decepción como tú.
La rubia camino hacia la salida.
—Te advierto que mañana la volverán a secuestrar, así que ve preparando antidepresivos para ella porque cada vez los secuestros irán subiendo de tonalidad.
Estaba devastada, su familia había optado por realizar secuestros con la futura heredera dónde la agredían física y verbalmente, habían ocasiones dónde la dejaban atada en lugares desolados donde dormía hasta que sus ojos no aguantaran más el ardor.
Cuando Giovanni se enteró respecto al tema mando a sus reclutas a cuidar a su hija y pudo atrapar a los responsables de aquellas acciones pero en la pequeña c/c quedaban traumas.
[Fin del flashback]
Hanae nunca hablo de ese tema con su esposo pero le pidió que cuidara a sus hijos, después fingió su muerte y regreso con su familia para arreglar las cosas de forma pacífica pero al final la torturaron demasiado que la volvieron uno más de ellos.
—Que recuerdos tan estúpidos, es verdad que en la noche uno se pone demasiado sentimental.
Apagó todas las luces y finalmente decidió irse a dormir.
— Ugh, ahora estoy dudando de todo.
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