Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

03

"No eres bueno para mí, pero cariño, te quiero, te deseo"

YoonGi le ordena a su grupo disolverse cuando llega a su reino, ellos viven en una cueva subterránea de diversos túneles, por los cuales se trasladan perfectamente sin ser descubiertos por los humanos.

Muchos de sus súbditos lo miraron con curiosidad desde que llegó porque lleva al hada dormida colgando en su cuello, pero en cuanto les gruñía dejaron de mirarlo. No se lo había quitado porque no quería incomodar a su pequeña cosita y ahora se dirigía hacia su habitación, aunque primero debía asegurarse de bloquear las posibles salidas para poder liberarlo.

JiMin sintió como lo desenvolvían y fue despertándose de a poco, algo aletargado porque la magia de la jaula aún lo afectaba. Miro alrededor y se dio cuenta de que estaba en una habitación enorme que parecía una cueva, lo habían dejado sobre una cama de piedra y pieles.

—Puedes andar todo lo que quieras, pero no salgas o tendré que amarrarte.— le advierte YoonGi llamando su atención desde una esquina.

El hada observa al orco que se retiraba la camisa, por primera vez puede verlo, ya que sí hay la luz necesaria para hacerlo y queda boquiabierto.

YoonGi es muy alto, ancho, musculoso, de piel grisácea y cabello de un tono menta muy bonito. Sus ojos tienen el iris azul y la pupila roja, eso hace que contrasten de manera exótica. Además, tiene rasgos toscos marcados, pero que a su vez se ven suaves, colmillos prominentes y labios finos rosáceos, era guapo.

—¿Te comieron la lengua? — curiosea el orco, divertido porque sabe que lo está mirando intensamente con sus pequeños ojos grises. El hada se ve tierno en su cama, recién levantado y con sus cabellos naranjas revueltos.

—N-no.— tartamudeó apenado, girando su rostro para no ver que se está desnudando y cambiando frente a él —¿Por qué estoy en tu habitación y no en una celda? — pregunta viendo sus manos para centrarse en ellas.

—Dije que me pertenecías, no mentía.

JiMin siente que el orco se sienta a su lado en la cama y lo mira hacia arriba, la diferencia de tamaños es desconcertante y no entiende cómo es que YoonGi pretende que eso funcione. Para empezar no es mujer y bueno, eso ciertamente no le importa, el género no es algo que les interese a las hadas, pero son de especies distintas y eso lo hace sentir incómodo; un orco y un hada no.

—¿Estás consciente de que soy un hombre y un hada?

YoonGi asiente —No soy ciego, sé que todos piensan que los orcos somos tontos, pero no a ese extremo.— comenta un tanto ofendido —Nunca me he sentido atraído por alguien, aun si muchos y muchas han intentado atraerme no lo logran y tú simplemente me gustaste. No aceptaré un no por respuesta.

JiMin de alguna manera se sintió cohibido por la forma tan sincera y directa con la que el orco se dirige a él y la mirada que le da, pero sigue negándose.

—No te conozco.

—Mis padres tampoco se conocían, mi madre era una orca de otro pueblo y mi padre simplemente la tomó cuando la vio.— le cuenta, alzando los hombros y restándole importancia —En mi especie es todo o nada y yo quiero todo de ti, no sé si estoy siendo claro, pero no tienes otra opción.

JiMin niega —No puedes obligarme a que esté contigo si yo no quiero.

YoonGi lo mira con el ceño fruncido, bufó exasperado y gira su rostro hacia otro lado, no está seguro de cómo convencer al hada de quedarse con él. Sus padres y los demás orcos no batallaban con los cortejos, simplemente tomaban lo que querían mientras les guste, pero debía ser correspondido.

Entre orcos no era tan complicado porque son instintivos, pero JiMin era un hada y todo era racional para ellos, así que YoonGi tenía que recurrir a otros métodos. Quizás debía coquetearle, seducirlo o algo parecido, no estaba seguro.

—Mi hermano y mi pueblo piensan que fui llevado por los humanos... ¿Podrías simplemente liberarme? — pregunta JiMin ante su silencio.

—Si me das un beso, dejaré que alguien les informe qué te encuentras aquí.— ofrece.

JiMin lo mira con un tic en el ojo y se cruza de brazos, no puede creer que el orco esté negociando. Más entiende que le debe la vida, después de todo no lo está torturando, violando o comiendo como los humanos planeaban.

Se pone de pie sobre su sitio y aun así tiene que ponerse de puntas para aplastar sus gorditos belfos sobre los finos del contrario. Fue solo un choque de segundos, nada de otro mundo, pero JiMin tiembla porque lo hizo sin dudar.

YoonGi se toca los labios, impresionado por la suavidad del hada y sonríe como tonto. Se pone de pie y abre la puerta de su habitación para decirle a JungKook que vaya al reino de las hadas a avisar sobre que tienen a JiMin, lo prometió.

El orco regresa, cierra tras de él y mira como su pequeña cosita se encuentra avergonzada. Tiene ganas de tomar más de él y ya no puede negarse porque de alguna manera le ha correspondido.

—¿Qué crees que haces? — cuestiona JiMin, echándose para atrás porque YoonGi se ha subido a la cama para acercársele y lo apresa rápido entre sus enormes, cálidas y venosas manos —Rey orco, le estoy hablando.— insiste.

YoonGi cierra la distancia entre ellos y vuelve a besarlo, esta vez con más intensidad. Al comienzo JiMin no le corresponde, pero cuando siente la lengua del contrario lo termina haciendo. Se besan de alguna manera porque el tamaño de sus labios es bastante distinto y obviamente sus lenguas también.

JiMin es quien se aparta primero para poder respirar porque eso ha sido bastante extraño, gime por la sensación que remolinea en su vientre y siente su entrepierna erguirse cuando el orco lo aprieta de la cintura con sus dedos. Le gusta cómo se siente que YoonGi lo tenga retenido en ese pequeño espacio, impidiéndole huir y que lo obligue, es algo raro, pero excitante para él.

—Mgh~.— gimotea al sentir un dedo recorriéndole la espalda lentamente.

YoonGi gruñe emocionado por verlo retorcerse en sus manos, el hada es hermoso y se ve sumamente atraído por su forma tan suave y pequeña.

—No...— murmura JiMin cuando el orco intenta quitarle su ropa.

—Déjame probarte.— pide YoonGi, mirándolo fijamente.

Nunca ha rogado, pero no quiere forzarlo. Quiere hacerlo suyo y poseerlo, pero que se entregue a él por voluntad propia.

JiMin se pierde en la pupila roja dilatada del orco, asiente lentamente y deja que lo desnude. Su pequeño miembro erguido sale a la luz y YoonGi se relame los labios porque es muy bonito como todo el hada.

—Pequeña cosita.— ronronea el orco, golpeando delicadamente el glande.

—No hagas eso, rey.— pide JiMin avergonzado, arqueándose de placer.

—Dime YoonGi o Yoon, como gustes, pero no me llames rey hasta que te entregues a mí como esposo.— le dice el orco antes de lamerlo un poco.

JiMin le toma las mejillas con sus manitas, el enorme hocico de YoonGi está succionándolo, saboreándolo con tanta intensidad que no puede evitar gritar, gemir y revolverse en su lugar. No había sentido esa sensación antes, no es que fuera virgen ni nada parecido, tenía mucha experiencia de hecho, pero nada como esto, era... Un nivel que desconocía y uno demasiado bueno.

—Yoon~.— gime ansioso, está cerca de llegar y eso que el orco solo está usando su boca —P-por favor.— ruega, iniciando a mover sus caderas.

YoonGi asiente como puede, serpentea su lengua y enrolla el pequeño miembro para masturbarlo mientras continúa succionándolo. Le gusta ver como JiMin se mueve, le excita ver que es él la fuente de su placer y pronto siente el calientito semen llenarle la boca, lo degusta y traga.

JiMin está respirando erráticamente, sus mejillas sonrojadas y el sudor recorriéndole todo su cuerpo sudado, demasiado débil, e ido en los espasmos de su orgasmo para notar que el orco comienza a lamerle el culo.

—No puedes dormirte, apenas estamos empezando.— gruñe YoonGi.

"Lastímame y dime que eres mío, yo no sé por qué, pero me gusta"

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro