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𝑨𝒓𝒓𝒊𝒆𝒔𝒈𝒂́𝒏𝒅𝒐𝒎𝒆 𝒑𝒐𝒓 𝒕𝒊

No me rendiré

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Seúl, Corea del Sur. Año 2024.

— ¡Tae! — Su amigo se asustó con su repentino grito, también los que estaban alrededor de la mesa de la cafetería. Quizás no debió de haber gritado tan fuerte, pero llevaba un poco de prisa. — ¿Por qué nunca conocí a tú primo Yoongi?

— ¿Eh?

— ¿Hay algo que deba saber de él?

Como por ejemplo como es que se conocían.

— Espera, Hoseok-hyung, no te estoy entendiendo.

Su amigo parecía realmente confundido, no había manera de que estuviera fingiendo. Así que se desplomó en una silla libre al lado de Taehyung y dejo caer su frente contra la mesa.

Ahí va mi esperanza de saber lo que oculta Yoongi.

En cuanto escuchó que Yoongi era el primo de Taehyung y Namjoon, había esperado que su mejor amigo fuera quien le explicara lo que Yoongi había callado.

— ¿Me vas a decir ahora a lo que te referías, Hoseok-hyung?

Suspiró y miro a su amigo.

— Bueno, en esta semana como pasante, he tratado de hablar con Yoongi-sunbae, pero él me evita.

— ¿Yoongi-hyung? ¿Estas seguro? ¿Por qué te evitaría?

— ¡Es lo que quiero saber! — Aunque la cafetería de la universidad era bulliciosa, su grito atrajo algunas miradas molestas. — Pensé que no lo hacía conscientemente, pero es que en realidad si me esta evitando. Y parece que tiene una razón, pero no me lo quiere decir.

— Pero nunca se han conocido antes… — Su amigo de verdad se puso a pensar, una mueca concentrada en su rostro. — Preguntémosle a mi hyung, es el único que podría saber porque se cuenta todo con Yoongi-hyung.

Pues Namjoon en realidad no le reveló absolutamente nada. Pero la mirada evasiva del mayor le dijo que sabía más de lo que les dijo.

Así que lo único que le quedaba era volver a intentarlo y ese día se había presentado la situación perfecta… aunque quizás tuvo que hacer algunas trampas.

— Yoongi-sunbae esta en la sala de juntas esperando… — El otro practicante aún miraba nervioso, como si estuviera haciendo algo malo. — ¿Estas seguro de que no nos meteremos en problemas?

— ¿Por qué lo haríamos? — Le sonrió al chico asustadizo tratando de asegurarle que todo estaba bien mientras lo empujaba al ascensor. — Solo me ofrecí a cambiar lugar contigo porque tenías una emergencia familiar y no podías quedarte con Yoongi-sunbae a trabajar hasta tarde, solo tienes que decir eso si preguntan. Disfruta de tu noche libre.

Sonrío tan encantadoramente como pudo hasta que las puertas del ascensor volvieron a cerrarse.

Finalmente estaba a solas con Yoongi, y el mayor no podía rechazar el hablar con él porque ambos estaban ahí solos hasta terminar con el trabajo.

Después de casi otra semana siendo evitado por el mayor, no iba a dejar pasar esa oportunidad.

Entró en la sala de juntas con gesto despreocupado aún cuando Yoongi se sobresaltó cuando lo observó entrar.

— ¿Dónde esta-?

— Le hablaron, algo de un problema familiar y tuvo que irse corriendo. Pero no se preocupe, Yoongi-sunbae, yo me quedaré a ayudarle a terminar el trabajo.

Evitó sonreír triunfante cuando vio vacilación en el mayor. Puso sus mejores y más inocentes ojos.

— N-No es necesario, no es difícil así que… puedo terminarlo solo. — No se movió, incluso cuando el mayor lo miró con una ceja alzada, de todas maneras solo lo miró dos segundos antes de volver su atención a la laptop frente a él. — Puedes retirarte.

— Claro que no. — Cruzó los brazos frente a su pecho, en un gesto de protesta. — Me pidieron un favor y cumpliré con él. — Bueno, técnicamente él era quien había pedido un favor. —Si no me deja ayudarlo igual me quedaré aquí hasta que usted se vaya, Yoongi-sunbae.

El mayor no lo volteo a ver pero incluso de esa manera pudo saber que dudaba sobre que hacer.

Fueron varios según de incertidumbre hasta que el mayor asintió.

— Bien. — algo como una mueca torció los labios del mayor, pero se veía tierno haciendo eso en lugar de intimidante. — Toma el folder amarillo de ese maletín.

Sonriendo feliz, se acercó a la solitaria silla que solo era ocupada por el maletín de Yoongi.

Encontrar lo que él mayor le pidió no fue difícil, pero algo más llamó su atención.

¿Un cuaderno de dibujo?

Bueno, ahora tenía curiosidad. Mucha.

— Wow, Yoongi-sunbae, usted dibuja — dijo emocionado mientras sacaba ese cuaderno de hojas gruesas. — Quiero ver que clase de cosas dibuja, son paisajes o-

— ¡Espera!

Quizás le debió de haber sorprendido el gritó de Yoongi o el brusco movimiento que le tiró el cuaderno de las manos. Pero estaba mas impactado viendo esas hojas esparcidas por el suelo. Algunas acuarelas, otras solo con lápiz, unos terminados y otros solo bocetos, pero todas tenían algo en común.

Él.

Su rostro estaba en cada hoja.

Y lo más extraño fue que parecían atravesar el tiempo.

Él vistiendo ropa tradicional.

Él sentado riendo con ropa que había visto en algunas fotografías de sus padres.

Él sentado a la orilla de un lago con un hermoso cielo sobre su cabeza y reflejado en el tranquilo espejo que la superficie del agua creaba.

Claro que podría ser solo imaginación de quien había dibujado cada imagen, su rostro podía estar ahí pero Yoongi podría haber jugado con la ropa, las posturas y los escenarios.

Pero parecen tan reales.

Confundido como nunca antes, buscó la mirada del mayor. Una explicación la que fuera que ayudará a su confusión creciente.

— ¿Qué… son todos esos dibujos? ¿Por qué estoy en ellos?

El color rojo escaló en el rostro de Yoongi mientras se apresuraba a tomar su hojas del suelo, aunque intento ocultar la mayoría, él fue más rápido para tomar esas hojas que estaban juntas y dobladas por la mitad y que en lugar de dibujos tenían un ininterrumpido texto.

Una caligrafía desordenada pero entendible. Una que comenzaba como si se tratara de una carta y la primera palabra en la hoja era su nombre.

Si estaba escrito su nombre, tenía que leerla.

Las manos de Yoongi trataron de arrebatar las hojas en su mano, pero fue más rápido en correr al lado, donde estaba la sala de empleados.

Se encerró en ella con el mayor tocando la puerta de manera insistente y llamando su nombre. Pero lo ignoró para concentrarse en las palabras escritas.

Hoseok:

De nuestro tiempo juntos, siempre recordaré más la primera vez. No sólo porque nos conocimos desde la infancia, si no porque fue la vida que me permitió pasar el tiempo más largo a tu lado, disfrutando de tu manera de ver las cosas, de tu sonrisa y de ese brillo que siempre te rodeaba. No tienes ni idea de lo mucho que tu luz cambio el abismo en el que yo vivía…

Tuvo que parpadear rápido para apartar las lágrimas en sus ojos.

Lo poco que había leído tenía que ser extraño a pesar de las bonitas palabras que se le dedicaban. Pero su corazón estaba ignorando a su mente, porque un sentimiento maravilloso comenzó a calentar su pecho.

La nostalgia en cada palabra que leyó después sólo le hizo palpitar su corazón rápidamente.

Conocía los sentimientos que describían esas palabras, algo se lo decía.

Huyendo por segunda vez

•───────•───────•

¡Mierda, mierda, mierda!

¿Qué hago ahora?

Hoseok estaba leyendo esas palabras que había escrito el mismo día que volvieron a encontrarse.

Todas las emociones llegaron a él al mismo tiempo cuando su sol radiante había entrado de nuevo en su vida.

Su pecho y mente se sentían llenos de emociones y pensamientos que se arremolinaron como un tsunami hasta desbordarse en cuanto entró en su departamento.

Había sentimientos cálidos, burbujeantes y dolorosos mezclándose al punto de jugar con su estabilidad y el llanto no había tardado en llegar, fuerte y aplastante contra su pecho.

Había tomado papel y lápiz y solo había dejado que la escritura fluyera relatando todo lo que su mente recordaba y todo lo que su corazón sentía.

Terminó con un largo escrito que llenó algunas cuantas hojas y donde relataba absolutamente todo.

Va a pensar que estoy loco.

Incluso él a veces pensó que todo era un invento suyo, hasta que Namjoon le contó que el también recordaba sus vidas pasadas con claridad y el se confesó en ese momento con su primo, incluso lo que no le había dicho en ese entonces, que se había enamorado de Hoseok.

Ambos relataron sus recuerdos y se dieron cuenta de que coincidían tan perfectamente que no podía tratarse de una mentira. El problema era que visto desde fuera por alguien que no podía recordarlo solo lo haría parecer un loco.

Hoseok podría asustarse y pensar que solo era alguien que se obsesiono con él al punto de inventarse todo eso.

Mierda.

No podía pensar en nada que decirle al menor para tratar de explicar lo que estaba escrito en esas hojas.

…¿Pero tenía que explicarlo?

Su parte racional le decía que solo lo dejara así, que era mejor que Hoseok lo creyera alguien loco que se había obsesionado a la primera con él y se había inventado todo eso. De esa manera podría conseguir que Hoseok se mantuviera alejado y a salvo d eso que el karma tenía preparado para ellos.

Esa era la mejor vida para que Hoseok pudiera vivir feliz. Había nacido finalmente en una familia con dinero, tenía un amigo increíble como lo podía ser Taehyung, por lo que sabía también tenía padres amorosos y estaba por completar su carrera universitaria.

Felicidad era todo lo que quería para Hoseok y se tenía que mantenerse alejado para que la vida del menor fuera larga y feliz.

El sonido de la puerta abriéndose finalmente lo puso más nervioso de lo que creyó.

Solo unos segundos atrás se había convencido de que era lo mejor, pero esa esperanza de que el menor lo recordará seguía ahí, un pequeño punto brillante en su pecho que se negaba a morir.

Y la mirada llorosa de Hoseok solo debilitó su determinación.

— Yo… desde pequeño le tengo un irracional miedo al mar y las piscinas, de solo verlas podía sentir que no podía respirar… que me ahogaba… a pesar de que nunca he pasado por una situación similar, pero el sentimiento era tan real que me asustaba… — No se movió ningún centímetro mientras Hoseok se acercaba más a él, estaba paralizado bajo esa mirada llorosa. — … También tengo un miedo irracional a los fuegos artificiales, por lo similar que suenan a los disparos… me pasa desde pequeño y a mí madre siempre le preocupaba eso… — Él menor estaba tan cerca, solo unos pocos centímetros los separaban cuando Hoseok finalmente dejó de avanzar, él ya estaba arrinconado contra un escritorio. — … Y tengo una cicatriz que los médicos siempre describen como herida de cuchillo aún cuando nunca he sido herido de esa manera… — Su respiración se descontroló, esas palabras no sonaban precisamente a alguien que no creía en lo que había leído. — ¿Por qué eso coincide con lo que has escrito aquí, Yoongi-sunbae?

No se supone que cuestiones eso, tienes que decirme que estoy loco.

— Ta-Taehyung me lo contó e invente eso.

Arrebató las hojas y quiso volver a la sala de juntas pero de nuevo Hoseok lo tomó del brazo. No pudo no asociar lo parecido de la situación con esa vez en el lago cuando Hoseok se le confesó.

— Taehyung no sabe sobre mi cicatriz. — Trato de soltarse cuando esa mirada intensa lo atravesó, como si lo obligará a decir la verdad. Casi lo hace, pero Hoseok habló primero. — Cuando conocí a Taehyung y a Namjoon-hyung… había algo en mi mente como una alerta, no para alejarme, era un sentimiento extraño que nunca logré entender… Y fue solo una pequeña fracción de todo lo que sentí cuando nos vimos por primera vez, Yoongi-sunbae… No puedo creerle ahora, si me dice que todo lo inventó, yo no debería sentir esta nostalgia en mi pecho.

No lo estás haciendo fácil.

Solo quería ceder. Gritar que todo era verdad y decirle cuanto lo amaba. Hoseok ciertamente le estaba dando esperanzas después de creer en lo que había escrito como si no fuera nada extraño.

Pero era una prioridad mayor para él mantenerlo a salvo.

— Pues te dejas engañar demasiado fácilmente. — Con un movimiento repentino y brusco se soltó de la mano que se había aferrado a su brazo. — Yo terminaré el trabajo, será mejor que te vayas.

Se encerró en la sala de juntas decidido a concentrarse en su trabajo.

Pero era más fácil pensarlo que hacerlo.

Solo pudo concentrarse cuando miro alrededor y se dio cuenta de que Hoseok realmente se había ido.

Hiciste lo correcto.

Ahora solo tenía que convencer a su corazón dolido.

Esta vez tiene que funcionar

•───────•───────•

— Has estado viendo a Yoongi tan intensamente con ese rostro serio que hasta yo me puse incómodo. — Bueno, es que me está ignorando. — El pobre hombre está tan sonrojado que ya es preocupante. — Entonces debería hablar conmigo en lugar de evitarme. — ¿Por qué estas tan enojado?

— No estoy enojado, solo pienso en algo.

En como hacerle saber a Yoongi que le creía y que toda su vida sintió un vacío que no podía explicar y que solo se sintió completo cuando lo vio.

— Si tu lo dices, pero realmente pareces enojado.

Y es que en realidad tenía un plan que aún no había empleado… era su último recurso para conseguir hablar con él mayor, pero cada vez era más tentador. No debería de haberle pedido la dirección de la casa a Taehyung si sabía que sería de lo más tentador el solo ir ahí y arrinconar a Yoongi.

No, cálmate, no puedes solo ir a su casa y exigirle que te cuente más.

Pues realmente vine a su casa a exigirle que me cuente más.

Miró con precaución a los lados del pasillo en aquel complejo de departamentos. Era algo tenebroso, si le preguntaban.

Entendía que fuera de noche afuera, ¿pero por que tenia que estar tan oscuro dentro del edificio?

Dio unos golpes a la puerta de Yoongi con prisa cuando un ruido se escuchó al final del pasillo pero esa esquina era la más oscura y solo podía pensar en que algo tenebroso saldría a asustarlo.

Cuando la puerta de Yoongi se abrió un poco, el empujó el resto y entró corriendo.

Si, era un cobarde total, cúlpenlo por ello.

— ¿Hoseok?

Oh.

¿Alguna vez Yoongi había dicho su nombre?

No, tendría que recordar algo así, porque su cuerpo se estremeció por completo cuando esa voz baja pronunció su nombre.

— ¿Qué haces-

— Cuéntame todo. — Yoongi apretó los labios y solo evitó mirarlo. — Por favor, Yoongi-sunbae, cuéntame sobre nuestras vidas pasadas.

— Será mejor que te vayas.

— No. — El lugar era tan pequeño que sólo había lugar para una cama, un escritorio y una cocina con solo lo básico, así que por la ausencia de sofá se sentó en la cama con los brazos cruzados. — No me iré hasta que me cuentes.

Yoongi resopló.

Se vio bastante adorable haciendo eso.

— También eres terco en esta vida.

Sonrió por la indignación y resignación que se mezclo en la voz del mayor.

El mayor avanzó hacia él y se sentó a su lado.

Realmente comenzó a contarle todo.

Evitó mirar a Hoseok tanto como le fue posible mientras contaba todo, sobre todo en esa parte donde estuvo que confesar que lo rechazó y que por eso fue que él se embarcó en ese barco donde vio el final de su vida.

El menor hizo unas pocas preguntas cuando quería más detalles, pero en sí no lo interrumpió salvo por esas veces. Así que solo habló y habló hasta que llegó a esa tercera vez que tuvo que despedirlo, verlo en un ataúd.

— No podemos estar juntos… no puedo… — cerró los ojos, incluso solo decirlo era doloroso — no soportaré perderte una vez más.

Cuando el silencio se extendió pensó que eso era todo. Hoseok lo creía un loco y se alejaría o quizás le creía por completo pero igual se alejaría para salvar su vida.

Es lo mejor.

Hoseok debía mantenerse lejos de él para estar a salvo.

— Entonces esta vez va a funcionar.

Hoseok sonreía cuando él abrió los ojos. Sólo pudo parpadear confundido sin entender de qué hablaba el menor.

— ¿Qué?

— Yoongi. — Hoseok tomó sus manos y lo miró de frente, y como pasar por alto que lo llamó por su nombre, sin ningún honorífico de por medio, como lo hacía antes, sus ojos se humedecieron por el recuerdo. — ¿No se supone que el karma se repite hasta que aprendemos de él? — Hoseok se puso de pie entusiasmado y comenzó a moverse de un lado a otro. — Mira, la primera vez yo me confesé y tu huiste y morí. La segunda vez tu te confesaste, yo acepte y morí a los pocos días. — Hoseok estaba enumerando con sus dedos, y hablando con tanta naturalidad sobre sus muertes que le sorprendió como estaba aceptando todo. — Y la tercera vez fue igual; tu te confesaste, yo acepte y morí a los pocos días. Ahí esta tu error. — ¿Error? ¿Había cometido un error y por eso Hoseok moría? — Se supone que yo me tengo que confesar y tu tienes que aceptar.

Hoseok terminó su explicación con una enorme sonrisa satisfecha, como si ahora todo tuviera sentido y las cosas ya estuvieran resueltas.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?

— Solo lo sé — contestó encogiéndose de hombros. — Tienes que conocer las leyes del karma para poder contra él.

— ¿Y tu las conoces?

— Claro que no, esa la se porque me salió en una galleta de la fortuna. Pero solo esa ley es la que importa, ¿no?

Parpadeo, perplejo por lo que acababa de escuchar. Y luego estaba riendo sin poder evitarlo.

Hoseok seguía con ese optimismo un poco inocente pero tierno. Su manera de ver el mundo definitivamente era diferente y fue lo que siempre le maravillo del menor.

— Tu sonrisa, — de un momento a otro, el menor ya estaba frente a él, inclinado tan cerca que podía sentir la respiración del menor en su rostro — es muy tierna. — Su corazón estaba en un maratón, descontrolado en su pecho por la cercanía y las palabras del menor. — Yoongi, sal conmigo.

El miedo sacudió su ser.

Hoseok estaba proponiendo una relación, en días estaría teniendo un accidente.

De nuevo lo perdería.

— ¡¿Por qué lo dijiste?!

El aire no llegaba a sus pulmones por más rápido que respirara, sudor comenzó a bajar por sus sienes…

…Y estaban besándolo.

Los labios de Hoseok estaban contra los suyos. Al principio solo apoyados con suavidad y después hicieron un movimiento lento que él siguió, hipnotizado por tener a Hoseok a su alcance.

Casi protestó cuando el menor se alejó lentamente.

— Estaré bien. — La mano del menor se apoyo en su mejilla y él siguió y se apoyo en el calor que le daba ese toque. — Estaremos bien. Confía en mí, ¿puedes hacerlo?

Tenía miedo.

No quería perderlo, realmente no creía poder soportar una vez más.

Pero… Hoseok lucía tan confiado… y ahora que lo había vuelto a encontrar, no se sentía capaz de alejarse, por eso había evitado al menor aún cuando Namjoon le dijo donde podía encontrarlo.

Era una simple polilla atraído por su brillante sol.

Tenía miedo… pero confiaba en Hoseok.

— Si quiero… salir contigo.

— ¡¿De verdad?! ¡No pensé que funcionaría!

Volvió a reír por lo feliz pero desconcertado que se veía Hoseok.

El menor lo abrazo un rato, quizás fueron solo unos segundos pero se sintió tan bien tenerlo entre sus brazos que en ese momento ni siquiera podía tratar de poner atención a algo como el tiempo.

— Bien, vamos a acostarnos.

…¡¿Qué?!

— E-Espera, acabamos de comenzar a-a-

Hoseok tomó sus manos. Estaba tan serio.

— Yoongi, si realmente muero no quiero hacerlo por cuarta vez siendo virgen. — Mordió su labio con todo su rostro sintiéndose caliente, pero aceptaría porque era algo que Hoseok le estaba pidiendo. Aunque la risa fuerte de Hoseok lo hizo abrir los ojos y detenerse antes de asentir. — Yoongi, cuando dije que nos acostarnos, me refería a dormir. Ya es tarde y no quiero manejar de vuelta. Solo estaba bromeando contigo. — Mierda, ¿cómo podía esconderse en su diminuto departamento Para no estar tan avergonzado? — Tendremos mucho tiempo para todo lo demás, esta vez no pienso dejarte.

Abrazó a Hoseok fuerte.

— Tu me prometes que no vas a dejarme y yo te prometo te mantendré a mi lado, a salvo.

Con un beso, sellaron sus promesas.

Las que durarían por toda esa vida, y las siguientes donde se volvieron a encontrar.

Historia cortita pero con mucho amor 💜.

Espero que les gustará mucho mis Makis lindos/as, sentía que ya hacía falta algo así en el perfil, una historia cortita llena de amor que pudieran leer en un ratito, y para variar una finalizada para que no tengan que esperar mil años por cada actualización 🤭.

Como dice en la Sinopsis, esta historia es parte de una colección de cuatro historias con una trama similar, se publicarán a partir de hoy 11 de Junio, todos serán Three Shot, así que esperenlo 😘.

En el siguiente apartado esta una vista de lo que serán las otra historias 😊🔜

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