Mi Ángel Guardián
La ciudad estaba llena de ruido, todo el mundo estaba corriendo de un lado hacia otro, algunos por la escuela, otros por el trabajo e incluso algunos en busca de ello, tal como lo hacía un joven de piel pura y ojos enormes de color almendra, su cabello castaño se movía con el viento y sus esponjosos labios tenían pequeñas manchas de sangre debido a que se la pasaba mordiendolos.
Seokjin era su nombre.
El se mantenía corriendo entre la gente tratando de llegar lo más rápido posible a su primera entrevista de trabajo, empujaba a algunas personas y después se detenía a pedir disculpas para luego nuevamente seguir corriendo.
Llegó a la gran avenida siendo desprevenido y cruzando sin mirar a ambos lados, escucho la bocina de un auto y se detuvo asombrado esperando el impacto pero este nunca llegó, soltó un bufido y siguió corriendo sin tomarle importancia a lo anterior pues no era la primera vez que pasaba algo similar.
Logró llegar al enorme edificio y se detuvo frente a él mientras peinaba sus cabellos y se acomodaba la corbata, mantuvo una sonrisa al mismo tiempo que entraba al lugar y se acercaba a la recepción.
- Buenos días, tengo una cita con-
- El señor Jung lo esta esperando.
Dijo una mujer de avanzada edad sin siquiera mirarlo, Seokjin siguió sonriendo mientras le murmuraba un gracias y después camino hacia la Oficina, se detuvo y toco levemente escuchando una afirmación, abrió la puerta y entró a la Oficina sentándose frente al mayor.
- ¿Kim Seokjin?
- Si, vengo a la entrevista.
- Lo se pero, ¿No estas muy pequeño? ¿Cuantos años tienes?
Le preguntó el mayor mientras se acomodaba sus lentes para comenzar a leer los papeles del menor, este comenzó a sentir nervios así que sin querer comenzó a jugar con sus dedos mientras le respondía.
- Tengo 17 señor, en un mes cumpliré la mayoría de edad.
- Lo siento hijo pero no puedo contratarte. Necesito a alguien que haya terminado sus estudios y tenga un título universitario, por lo que leí eres el cerebrito de tu clase, pero no es suficiente.
- Señor Jung, porfavor deme la oportunidad.
- Seokjin aún eres un menor de edad, ven luego de que hayas cumplido la mayoría y te aseguro que el puesto es tuyo.
Le dijo el mayor con una sonrisa en su rostro devolviendole sus papeles, se puso de pie y se despidió para después salir de su Oficina, era la quinta vez que le decían lo mismo.
Seokjin solto un suspiro mientras salía el enorme edificio y comenzaba a caminar rumbo a su escuela, necesitaba un trabajo pero su edad siempre le era un impedimento, miro la hora en su reloj que llevaba y noto que aún tenía una hora libre así que comenzó a caminar hacia otro lado, exactamente su lugar favorito.
El muelle.
Ese lugar era especial para él, le traía recuerdos de su infancia, algunos lindos y otros no tanto.
Podía escuchar el sonido del mar a la perfección por lo que cerró los ojos concentrándose y sintiendo como su corazón latía de manera tranquila, le encantaba estar en ese lugar, era el único lugar que de alguna manera sentía especial, lo sentía suyo.
Sus ojos se abrieron de pronto al sentir como alguien lo empujaba, trato de mirar quien había sido pero no había nadie, y de igual modo que paso con el auto estuvo esperando mojarse pero no lo hizo, soltó un suspiro cuando vio que estaba de pie en medio del puente que había en el muelle y no pudo evitar sonreír.
- Gracias.... Otra vez.
Susurro mirando hacia el suelo aún sin poder creerlo, ¿Cuantas veces lo había salvado? Demasiadas a decir verdad, Seokjin sabía que siempre había alguien cuidandolo y protegiéndolo, su madre le decía que era su Ángel de la guarda y el en verdad creía en eso.
El amaba a su Ángel.
- Es la segunda vez que casi te matas, deberías de tener más cuidado.
Seokjin cerro los ojos mientras suspiraba y contaba mentalmente hasta cinco, abrió los ojos notando a aquella mujer sentada en la orilla del puente, siempre lo seguía y le pedía que lo tocará pero, ¿Porque?.
Seokjin podía parecer un ciudadano normal pero no era así, el sentía que tenía una "maldición" pues el podía ver a los muertos, fantasmas que siempre le seguían y le decían una y otra vez "Tocame".
- Eres un producto de mi imaginación.
Susurro mientras suspira y comenzaba a caminar para ir a sus clases, podía sentir como aquella mujer le acompañaba y él en secreto estaba agradecido por eso, al menos así no se sentía tan solo en la inmensa ciudad.
Comenzó a caminar hacia su escuela pero de pronto comenzó a llover haciendo que el soltara un quejido y comenzará a caminar más rápido para así no mojarse tanto, vio como un hombre que parecía un poco mayor que él venía caminando justo frente suyo y fruncio el ceño.
- Fijese por donde camina señor.
Le dijo para después pasar a lado suyo y comenzar a correr mientras sostenía su portafolio, aunque Seokjin era alguien sumamente inteligente esta vez pareció fallar en eso tanto como en su instinto pues no noto como aquel hombre lo veía irse mientras se tocaba el pecho con dolor.
Su tiempo había comenzado a correr
Seokjin solto un suspiro cuando terminó de recoger sus cosas para así poder irse a su casa, estaba cansado física y emocionalmente, primero casi lo atropellaban,después no le habían dado el trabajo, luego casi cae al agua sin motivo alguno.
Su día no estaba siendo el mejor de todos.
Salió del Instituto viendo a todos sus compañeros organizar salidas, reírse entre ellos y demás cosas que hacían los adolescentes de su edad, pero ¿Porque el no podía ser así? Cabizbajo continuo caminando rumbo a su hogar esperando llegar rápido para así hacer sus cosas y tomar una siesta, estaba cansado.
Camino a casa paso nuevamente por el muelle y solto un suspiro comenzando a caminar hacia este, se sentó en la orilla del puente y sin poder soportarlo más comenzó a llorar.
Nada le estaba saliendo bien.
Sus lágrimas parecían no parar y es que él también necesitaba desahogarse de todo, se sentía insuficiente, paso sus manos por su rostro sintiendo de pronto desesperación, se sentía perdido.
Pero todo malestar desaparecio en el momento en que sintió como una mano se poso en su hombro, desconcertado abrió los ojos rápidamente mirando sobre su hombro pero no había nadie ahí, ni siquiera aquellos fantasmas que lo seguían.
Estaba seguro que era su Ángel.
Miro nuevamente hacia hacia el mar sintiendo que de algún modo ya "estaba bien", se puso de pie mientras sacudía su pantalón y apenas dio la vuelta se asombro cuando en el suelo justo frente a sus pies había un ramo de flores, miro a todos lados sin encontrar a nadie y sonriendo lo tomó en sus manos para después olerlo.
- Gracias.
Dijo cerrando los ojos y sintiendo una tranquilidad llenarlo haciendo que sus malestares desaparecieran por un momento, olvidando si quiera que había llorado hace unos minutos, abrió los ojos notando como frente a él se podían ver unos zapatos de vestir, sintió como su corazón latía con frenesí y sin esperar más alzó la mirada.
Un hombre alto y Moreno estaba de pie frente a él, vestía un traje negro con un abrigo gris y su rostro parecía estar tranquilo, lo miro y sintió como su corazón se aceleraba aún más.
-¿Usted me dio estas flores?
Pregunto temeroso mirando aún al hombre que solo asintió y sonrió.
- También te he salvado miles de veces Seokjin.
Al escuchar eso abrió sus ojos en asombró y sin dudarlo se acercó hasta él tocando su brazo viendo que era una persona real y de un momento a otro estaba metido entre sus brazos logrando sorprender al contrario.
- Eres tú....... Tu eres mi Ángel de la guarda
El mayor no pudo evitar no soltar una risa y alejo al contrario para así verlo a los ojos, el era de todo menos un Ángel, eso lo tenía claro desde un principio, pero tal parecía que el menor no sabía quien era.
-¿La ves?
Seokjin lo miro curioso por la pregunta viendo después al mayor suspirar y bajar la cabeza, se alejó un poco de él aún sosteniendo las flores para después sonreír y estirar su mano hacia el mayor.
- Soy Kim Seokjin, aunque creo que ya lo sabía. ¿Como se llama?
Dijo alegre de poder tener alguien con quien cruzar palabras por fin, el mayor miro su mano y dudoso la tomo notando lo suave que estaba, solto un suspiro y de igual modo trato de sonreír correspondiendo el gesto del menor.
- Namjoon.
- Bueno, señor, usted es mi Ángel de la guarda, ¿verdad?
- Claro que no, simplemente te cuide.
- Mi Ángel, eso es.
- No soy un Ángel, soy una persona normal.
- Eso no es cierto, de ser alguien normal lo hubiera visto desde hace años. Aunque, ¿Porque apenas pude verlo?
- No tengo tiempo para esto.
Dijo Namjoon mientras se daba la vuelta y sin más comenzaba a caminar hacia la ciudad, Seokjin sonrió y lo siguió para después pasar su brazo por el del mayor que lo miro extrañado, lo alejo y lo miro serio.
-¿Que haces?
- No me gusta estar solo, así que lo acompañó a su casa.
- No es necesario ya vete.
Seokjin solo sonrió y asintió a su pedido para después comenzar a caminar de nuevo rumbo a su casa pero antes de si quiera seguir avanzando se detuvo mirando detrás suyo notando que el mayor ya no estaba, solto un suspiro mientras sentía tristeza pero después solo sonrió y siguió caminando.
Ahora sabía que su Ángel era real.
Mientras el se iba a su hogar Namjoon lo había estado siguiendo sin que el menor lo notara y es que le resultaba extraño su comportamiento, ¿Acaso no lo recordaba? Vio como el menor llegaba seguro a su hogar y sin más se fue de ahí para ahora ir a buscar algún lugar en donde el pudiera estar cerca del menor.
Noto una barda que le parecía extraña y sin más la atraveso logrando encontrar un lugar adecuado para él.
Una bestia como él no tenía porque ser visible para los demás.
Dos días exactamente pasaron y Seokjin se sentía triste porque no había vuelto a ver a su Ángel, solto un suspiro y se tiró en su cama recordando a aquel hombre que apareció frente a él, sonrió inconscientemente al mismo tiempo que veía el ramo que había decidido colgar cerca de su cama.
Era un valioso recuerdo para el.
Entonces fue como si una idea cruzará por su cabeza, se sentó en su cama recordando como es que su Ángel había aparecido para después inhalar un par de veces y después de eso se centró en sus pensamientos negativos.
Aquellos que le gritaban "No eres suficiente", los que le lastimaban a diario, cerró los ojos sintiendo estos comenzar a picar y cuando apenas una lágrima rodo abrió los ojos notando que había funcionado.
El hombre estaba de pie frente a el mientras sostenía en su mano un pequeño cactus, Namjoon al darse cuenta que el ambiente había cambiado solto un bufido y miro al responsable que tenía su nariz roja y sus ojos cristalinos.
Se acercó hasta su cama sentándose frente a él dejando en sus manos su pequeña planta esperando que así dejara de llorar y se concentrará en otra cosa.
Y vaya que había funcionado.
Pronto seokjin estaba mirando la planta tratando de analizar todo de ella y recordando lo que había leído en los libros, miro al mayor que estaba en silencio y con duda se animó a preguntar.
- De tantas plantas, ¿Porque un cactus?
- Supongo que es porque esta planta es algo representativo para mi, es como yo.
-¿Porque?
- De lejos al mirarlo es bello e inocente, su naturaleza es singular pues se da en los lugares menos esperados y nace junto a diferentes plantas sin problema, pero una vez la tienes de cerca y tratas de tocarla empiezas a notar sus imperfecciones y ves que esta planta esta llena de espinas, espinas que lastiman y hieren a los demás. Esta destinada a causar daño, no importa que tan hermosa sea, siempre será...... Una bestia.
Seokjin miro a su Ángel notando que tenía una expresión de dolor y tristeza, el no quería verlo así, no después de que él le ayudará con sus problemas, su Ángel no podía sufrir.
-¿Y porque no mejor un tulipán?
- No me gustan.
-¿Que? Debería intentarlo, tienen un aroma muy rico además de que sus colores pueden variar y-
Guardo silencio en el momento en que Namjoon tocó el cactus y de la nada este había desaparecido dejando ahora en sus manos un pequeño tulipan de color amarillo con toques naranjas, asombrado miro al mayor.
-¿Como lo hizo? ¿Acaso eres un mago?
- Para nada, ya te lo dije, soy una persona normal.
- Si deseo algo... ¿Me lo vas a cumplir?
- No.
Dijo serio Namjoon al ver que el menor parecía pensar en algo, el no era un Ángel ni mucho menos un ser mágico, solo un hombre el cuál estaba pagando sus pecados de la peor manera, conviviendo y protegiendo a la persona que lo mataría algún día.
Pero, ¿Y si esa persona no era seokjin? Namjoon de verdad queria que no fuera él.
- Sabes, hace unos días no pude conseguir el trabajo que quería porque aún sigo siendo un "niño", si te pido que me ayudes, ¿Lo harás?
- No.
- Deseo que me den el trabajo.
Seokjin de algun modo había comenzado a actuar como un niño y eso desconcertada a Namjoon, frente a él estaba un joven que estaba a un paso de ser un hombre pero que extrañamente se comportaba como un niño frente a él.
Sin poder evitarlo Namjoon solo chasqueo los dedos y enseguida el teléfono del menor comenzó a sonar, este miro asombrado a su Ángel y después contesto la llamada del Señor Jung en donde le decía que lo había pensado y que tenía el trabajo.
Seokjin dejó su teléfono de lado y sin pensarlo se acercó hasta su Ángel dejando un pequeño beso en su mejilla que logró asombrar al contrario.
No era que Namjoon pudiera conceder deseos, era algo que tenía que hacer para él, porque debía protegerlo y mantenerlo a salvo, por eso solo podía darle las cosas que el creía serían necesarias para su bien.
- Ahora deseo mi primer amor.
- No.
Con el paso de los días ambos se habían hecho cercanos, Namjoon todos los días lo acompañaba a su Instituto y después al trabajo para asegurarse de que estuviera bien, como en este momento.
Ambos iban caminando rumbo a su escuela, Seokjin sostenía su portafolio con una mano mientras la otra estaba entrelazada con la de su Ángel, este ya se había cansado de negarse pero al ver que el menor lo seguía haciendo no le quedó de otra que dejarse.
Las palabras ya no hacian falta para los dos pues aún cuando caminaban en silencio era cómodo para ambos.
Seokjin podía escuchar como sus compañeros murmuraban cosas sin sentido desde el primer día en que Namjoon lo acompañó, pero poco le importaba porque se sentía feliz de que por fin alguien le hiciera compañía.
Sus días ya no eran tristes ni estaban llenos de malos recuerdos, su vida parecía comenzar a ir por un buen camino, todo gracias a su Ángel.
La compañía de Namjoon había sido una parte clave para Seokjin, todo el tiempo había sabido que alguien como el estaría a su lado, algo dentro de él le decía a gritos que Namjoon era "suyo".
Es por eso que cuando terminó su trabajo se apresuro a tomar sus cosas para después despedirse de sus compañeros de trabajo y del señor Jung para después salir por las enormes puertas viendo como Namjoon estaba esperándolo sosteniendo otro abrigo.
Había comenzado a nevar debido al invierno del frío diciembre y Seokjin estaba más que emocionado porque sería una fecha especial, ya no sería un día que estaría solo llorando, ahora tenía con quien compartir ese día.
- Hoy estas muy feliz, ¿Que lo provoco?
- Es una noche hermosa, ¿Que te parece ir a comer?.
Seokjin porfin tenía la oportunidad de vivir su día como siempre había querido, y no dejaría ir esa oportunidad.
Miro como el mayor asintió y le mostraba su abrigo, lo tomó y se lo colocó para después ambos comenzar a caminar rumbo a algún lugar en donde pudieran comer.
Comieron, bebieron, rieron e incluso mantuvieron una charla personal que impulsó a Seokjin a tomar una fuerte desicion, ahora que sabía que el mayor no había tenido alguna relación con alguna otra persona podía hacer las cosas como el quería, porque ambos eran nuevos en eso del amor.
Porque aunque se negaran a quererse sus corazones sabían lo que sentían.
Seokjin había comenzado a sentir algo más que un simple cariño hacia Namjoon, algo crecía dentro de él y me pedía a gritos que se lo dijera al mayor pero tenía miedo.
Y aún con miedo decidió actuar.
Llegaron a la casa del menor y invitó a Namjoon a tomar algo caliente, como lo habían hecho las últimas noches, este paso y se sentó en el sofa de la Sala mientras se quitaba su abrigo y quedaba solo con su traje.
Los nervios comenzaban a atacarlo pero ni siquiera eso parecía hacerlo cambiar de opinión, sirvió un poco de cafe en dos tazas y las dejó en una pequeña mesa cerca del sofa, aún nervioso se acercó al mayor que lo miraba curioso, viendo como cambiaba su expresión conforme se acercaba pensó en retroceder pero no lo hizo.
Se subió al sofa en donde estaba el mayor sentándose en sus piernas quedando frente a frente, no había algo que los uniera a ambos por lo que esperaba que funcionará o de lo contrario seguro lo perdería.
Paso sus manos por el pecho del mayor sintiendo sus músculos dándole la impresión de alguien fuerte, sabía que tenía buena condición física por eso no se asombraba, miro a los ojos a Namjoon que parecía nervioso pero no lo apartaba, solamente lo dejaba hacer lo que el quería.
Seokjin sin esperar más se acercó aún más sintiendo su respiración mezclarse con la contraria y después solamente junto sus labios esponjosos con los del mayor que parecía asombrado pero que después de eso se separó mirando al menor que tenía miedo.
- No me iré.
Murmuro para después acercase al menor y pasar sus manos por sus mejillas para después acercarlo comenzando de nuevo un beso que ambos disfrutaban y que sabían lo que pasaría después, sus prendas comenzaron a desaparecer una por una quedando regadas en un camino que daba directo a la habitación del menor.
Un momento lleno de pasión los estaba esperando.
Una lazo por fin había sido establecido, uno que se hacía más fuerte con el paso de los días uniendolos a ambos justo como en el pasado.
Seokjin se encontraba trabajando en su lugar viendo de lejos como el Señor Jung parecía molesto, la vena de su frente se marcaba cada vez más mientras seguía conversando con dos hombres, llevaban dos horas ahí adentro y no parecía ir del todo bien.
Sintió como sus nervios aumentaban cuando los hombres lo miraron, rápidamente volvió a hacer su trabajo y luego de eso escucho como los hombres salían y se iban del lugar, solto un suspiro y sin más siguió trabajando, solo faltaban treinta minutos para que pudiera salir.
El tiempo paso rápido haciendo que su corazón latiera emocionado con tan solo pensar en el mayor, en su amor.
Recogió sus cosas guardandolas en su portafolio y sin esperar más salió de su trabajo pero al abrir la puerta no estaba Namjoon, tomó su teléfono y decidió enviarle un mensaje recibiendo una respuesta rápidamente diciendole que se le había hecho tarde, pero que lo esperará.
Guardo su teléfono mientras comenzaba a caminar viendo sus huellas en la nieve, sonrió inconscientemente cuándo pensó en jugar un poco con el mayor, pero la felicidad no siempre duraba mucho.
Vio como dos siluetas aparecían frente a él así que alzó la mirada encontrándose con los hombres de hace un rato, sintió nervios pero se quedó quieto sin decir ni hacer nada.
Aquellos hombres se acercaron hasta él quedandose a su lado para después tomarlo por sus hombros y comenzar aarrastrarlo detrás del lugar, sus gritos fueron callados y sus cosas arrojadas al suelo al igual que él.
Nadie tenía permitido estar detrás del edificio, por lo que nadie podría ayudarlo.
Sus gritos y suplicas comenzaron en el momento en que quisieron quitarle su ropa, se nego abrazándose a si mismo evitando que lo hicieran pero un golpe en su mejilla logro desconcertarlo mirando a ambos hombres.
Estaba perdido.
Pudo ver cómo uno iba a ponerle las manos encima y sintió náuseas, tenía miedo por lo que podría pasar así que sin poder evitarlo comenzo a llorar causandole gracia los hombres.
De pronto las luces del lugar comenzaron a parpadear desconcertando a los tres que dejaron de molestar al menor pero que aún lo sostenían de su ropa.
Una sombra apareció a lo lejos comenzando a acercarse poco a poco hacia ellos, conforme se acercaba seokjin podía sentir como su corazón latía con frenesí pero no sabía si era por el miedo, el llanto o otra cosa.
Aquel hombre se acercaba cada vez más hasta que la luz alumbró su rostro dejando ver a su Ángel, este tenía el ceño fruncido mientras veía a los hombres y después miro a su pareja notando como tenía rastros de lágrimas y un golpe en la mejilla.
Solo basto eso para que se descontrolara.
De pronto aquel ser solamente solto una risa y estiró su mano apareciendo una larga y filosa espada logrando asustar a los hombres que solo soltaron a Seokjin.
Y este solo miraba atónito a su Ángel.
- Lo peor que pudieron hacer fue dañar a mi amado.
Dijo y sin piedad alguna tomó con fuerza su arma y atacó a los dos hombres pero estos lograron esquivarlo, uno de ellos saco un arma disparando al instante pero Namjoon logró alejarse justo a tiempo, sin pensarlo se acerco hasta su amado que estaba detrás suyo aún con miedo.
El tenía que protegerlo.
-¿Estas bien?
Le pregunto sosteniendo su rostro viendo como negaba, el sonido de una bala saliendo alertó a ambos pero Namjoon no pudo reaccionar a tiempo viendo a aquellos hombres comenzar a correr, pero eso no era de importancia.
Pues no había notado el momento en que Seokjin se había zafado de sus brazos colocándose frente a él recibiendo el impacto logrando sorprender a Namjoon que con temor tomó a su amado en sus brazos notando como su vida se iba de sus manos.
- No, no, no, esto no puede terminar así. ¡No termina así!
Comenzo a repetir miles de veces abrazando el cuerpo de su amado, miles de vidas había arrebatado, había perdido a personas queridas pero era la primera vez que una lágrima rodaba por su mejilla logrando sorprenderlo.
Le habían arrebatado a su amor.
Seokjin nunca había logrado recordar su pasado, ni mucho menos había visto la espada que estaba en su pecho, lo había amado con fuerza y con sinceridad y ahora se lo habían arrebatado, su único amor.
Sintiendo como algo dentro de él se quebraba tomo la mano del menor y la colocó en el mango de la espada logrando sacarla para después clavarsela en su pecho de nuevo.
Las cosas habían terminado de un modo diferente, pero al final las manos de seokjin habían tomado la espada dando final a su amado sin que el supiera.
Y es que en realidad Seokjin nunca debía de conocerlo, había sido Namjoon quien se había equivocado pero al enamorarse del menor había cambiado su historia de los dos.
Porque había logrado romper su maldición dando fin a sus muertes y dejándolos volver a vivir y reencontrarse una y otra vez para volverse a amar sin correr ningún riesgo alguno de los dos.
Bueno mis ✨ estrellitas✨ espero les haya gustado, no se olviden de votar y comentar😉.
Pd: Recuerden que es una historia "inspirada" en Goblin, el solitario ser inmortal.
- Jungyuli3312💜
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