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02

Las fechas de los conciertos por fin habían llegado y JiMin estaba algo disgustado porque a pesar de haber festejado el otro día a YoonGi en su estudio, creía que no era suficiente. Su novio se merecía algo mucho más significativo y por eso durante sus presentaciones decidió dedicarle la canción de Blood sweat and tears frente a toda su audiencia.

Tenía otras sorpresas preparadas para YoonGi, pero estaban en su departamento y no podía dárselas hasta que finalizara el concierto. Lo cual no tardó en suceder, los integrantes junto al staff festejaron tras bambalinas por volver a tener fechas y luego se despidieron para el día siguiente.

JiMin aprovechó que todos se habían retirado para ir tras YoonGi, su pareja había estado algo distante por su demostración afectiva pública. Pero no estaba molesto, en realidad le gustó mucho que lo hiciera porque la empresa les impedía realizar tales acciones y solo se los dejaron pasar por su cumpleaños.

YoonGi en aquel momento, frente a los fans y con JiMin cantándole tales letras, se puso muy nervioso, sus orejitas negras estaban inclinadas hacia dentro, como si quisiera ocultar su rostro enrojecido con ellas. La colita se le estiró rectamente por la sorpresa y solamente pudo sonreír extensamente, responder algo sencillo y centrarse en su presentación por el bien de su corazón acelerado.

JiMin pudo notar todos esos detalles y conociéndolo, sabía que estaba avergonzado y por eso huyó cuando los demás se retiraron del lugar. Busco en los baños, en la sala de descanso y al final en los cambiadores, donde finalmente lo encontró.

YoonGi estaba recostado en uno de los sillones con el antebrazo tapando su rostro y parecía estar dormido. No obstante, sus orejitas y colita lo delataban, ambas se alzaron con el reconocimiento de su presencia y aroma.

—Yoon...— llama JiMin en un ronroneo.

Su pareja hace un sonidito afirmativo para que sepa que lo está escuchando, pero no cambia su posición y JiMin puede ver el rubor surcando su cuello. Se acerca para utilizar su colita blanca y quitarle el brazo de la cara, YoonGi no pone resistencia y se lo permite.

—¿Vamos a casa?— pregunta JiMin, sonriendo tan grande que sus ojitos se entrecierran.

YoonGi es muy vulnerable a esa expresión y asiente sumisamente mientras que se pone de pie con la ayuda de su novio. Ambos salen de los cambiadores para ir al estacionamiento, se suben al Porsche de JiMin, en el cual llegaron juntos antes y viajan hasta su departamento.

El silencio entre ellos siempre es cómodo, aunque les encanta discutir en broma algunas veces, por el momento solo quieren escuchar los sonidos de la calle y la suave música de fondo que YoonGi colocó.

JiMin tiene un auto veloz, lo suficiente como para ir a 100km en casi 4 segundos, pero siempre que va con su pareja evita conducir rápido porque suele alterarlo. Está algo inquieto porque le pago a algunas personas por decorar mientras no estaban y teme que algo haya quedado mal, pero espera que no.

Cuando llegan a su edificio, YoonGi baja deprisa porque está cansado y únicamente quiere ir a la cama para dormir todo lo posible. No obstante, JiMin tiene otros planes y se encarga de cargarlo entre sus brazos cuando se encuentran lejos de miradas indeseadas.

—Estás más delgado— comenta JiMin con un puchero —tienes que comer bien, me gusta cuando tus mejillas crecen y son tan suavecitas.

—A army no les gusta cuando engordamos, tú sueles decirlo muy seguido— bufa YoonGi en su defensa.

JiMin niega —Son cosas distintas, a mí siempre me vas a gustar sin importar tu apariencia— asegura, adentrándose al elevador y pinchando con la colita blanca el piso correspondiente.

YoonGi no responde, simplemente se acurruca contra su cálido pecho fornido y ronronea por lo bajo. Nuevamente, su corazón y mente son un desastre, pero esas emociones siempre le agradan cuando JiMin las provoca.

Al entrar en el departamento todo está oscuro y YoonGi se desliza de los brazos de su novio para encender las luces, pero al hacerlo se queda pasmado. Hay muchos pétalos rojos decorando el piso, globos blancos y negros de helio en el techo, adornos florales sobre los muebles y comida sobre la mesa.

JiMin se acerca a su lado para abrazarlo por la espalda y acomoda su rostro en el espacio de su cuello, justo frente a la marca y lame traviesamente. Se apega por completo y se frota contra su trasero, mientras que sus manos se introducen bajo la camisa del mayor.

YoonGi no tarda en reaccionar, ladeando su rostro para darle paso y empuja sus caderas hacia atrás para sentir el bulto de JiMin. Estaba cansado como un demonio, pero todos estos detalles y su hermoso novio consintiéndolo, siempre serían primero.

Además, tenían cuentas pendientes por lo que ocurrió en su estudio y si mal no ha distinguido, sobre la mesa se encuentra una caja de pastel. Mentalmente, está esperando que sea de helado y puedan pasar directamente a eso, en vez de comer los platillos y la champaña.

JiMin le acaricia el vientre con las yemas de los dedos regordetes y sube hasta sus pezones para juguetear un poco, rozándolos y pellizcándolos suavemente. Siente como YoonGi se arquea, gime y ronronea, el sonido le deleita las orejitas y comienza a empujarlo hacia la mesa.

—Primero debemos comer ¿Te parece gatito?— ofrece, apartándose para tirar de la silla y señalar que se siente.

Los dos están un poco duros, su aroma y feromonas deja en claro que ya estaban excitados. Por eso es que YoonGi movió su naricita con irritación y su mirada oscura perdió el brillo, no tiene esa clase de apetito. Pese a eso, toma asiento y come el bistec con verduras a la vez que mira con curiosidad la caja de pastel en medio de la mesa.

JiMin se dio cuenta de que el postre llamó su atención desde el inicio, pero su pareja tenía desde ayer que no comía correctamente y tendrán una noche muy activa. Entonces espero a que YoonGi terminara con todo para recoger los platos y vasos, los dejó en el fregadero para limpiarlos después y regresó a la mesa directamente al envoltorio.

—Creí que te gustaría— comenta JiMin, dejando ver un bonito pastel de nieve con crema y muchos gajos de mandarinas.

YoonGi tenía su pancita llena, pero al ver semejante delicia se relamió los labios y se alzó de su asiento para ir a tomar un poco de la fruta. JiMin sonrió enternecido por sus acciones y dejó que lo degustara sin miramientos.

—Esto es delicioso, mucho mejor que el del estudio— señaló YoonGi, con sus mejillas llenas de comida y JiMin no resiste mucho más.

—Sí, definitivamente y será mejor— afirma JiMin, empujándolo sin aviso sobre la mesa para que quede boca abajo, a un lado del postre y le suelta una nalgada.

—Amor~— gime YoonGi sorprendido, resintiendo la dolorosa sensación.

—¿Quieres más pastel, Yoon?— pregunta JiMin con picardía, tal como él lo hizo la vez pasada en su estudio y le encanta la idea de vengarse de la misma forma.

...

YoonGi se estremeció al escucharlo, los recuerdos del encuentro en su estudio lo golpearon y su miembro brincó contra la mesa. Se sintió muy bien hacerlo con el pastel helado y quería que JiMin también conociera el placer que experimentó.

—Por favor, relléname y fóllame tanto como desees, amor— responde, llevando sus pálidas manos hacia atrás para tomar su colita negra y exponer su trasero.

JiMin al verlo tan dispuesto gruñe, su pene se erecta al instante y le sostiene las manos con una de las suyas. Se encarga de bajarle el pantalón que lleva puesto y mandarlo lejos, dejando que su redondito y rosita trasero quede a la vista.

Ama demasiado que YoonGi tenga sus zonas en ese lindo tono, incluso su entrada es igual de rosada y se le hace agua la boca de solo verla. Utiliza su colita blanca para tomar una porción del postre y se lo unta en el culo mientras se arrodilla detrás de él.

YoonGi jadea y se muerde el fino labio inferior cuando siente la lengua áspera de su pareja lamerlo, el líquido preseminal comienza a adornar su glande. JiMin solo lo está torturando porque no introduce nada todavía, pero espera que lo haga pronto o se correrá antes dé.

—Tan exquisito~— ronronea el menor, limpiándose los restos que adornan su mentón y se encarga de quitarse toda la ropa para continuar.

JiMin se apresura, poniéndose de pie y toma a YoonGi por la cintura para darle la vuelta. Ahora lo tiene boca arriba y puede admirar mucho mejor a su bello novio. Se alza para besarlo, devorándole la boca apasionadamente y se aleja solo cuando ya no pueden respirar.

YoonGi usa ese tiempo para admirar el cuerpo escultural de JiMin, su marcado abdomen y pectorales musculosos, sus garritas pican por adornarlo con rasguños. Aunque se abstiene de moverse, esta vez le toca al contrario utilizarlo como le plazca y sinceramente adora cuando el menor tiene el control total del sexo porque suele ser brutal.

JiMin le quita la camisa y no piensa en ir lentamente como YoonGi lo hizo con él, en cambio, toma casi la mitad del pastel con sus manos y lo embarra en el torso desnudo. Se asegura de decorar toda el área, pasando adrede repetidamente por los pezones rositas y el pubis, hasta que termina y comienza a lamer mientras fija sus ojos grisáceos en los oscuros.

YoonGi suspira, abre su boquita para respirar profundo porque la imagen de JiMin sonriendo y jugando de esta manera con él es demasiado, necesita que lo folle ya.

—Amor, quiero...— ruega el mayor, tomando un trozo del pastel para dárselo y abre sus piernas de par en par.

JiMin se aleja por sus movimientos y asiente comprensivamente, lo recibe en una de sus manos y utiliza la otra para tomarle el miembro duro. Puede ver que la entrada de YoonGi se retrae y lo masturba mientras le introduce el postre, es majestuoso ver cómo lo absorbe tan bien.

—Oh, te gusta tanto, ¿No es así?— cuestiona JiMin sacando su acento satoori, sonando ronco.

YoonGi no tiene palabras para responder, está ido en la niebla de sentir el pastel helado contra sus cálidas paredes y babea, entretanto sigue siendo llenado. Su estómago está inflamado por la comida de antes y se agranda mucho más cuando la mitad restante que había del postre está ahora dentro de él.

JiMin considera que se ve ardiente de esa manera, tan gordito y bonito que no puede esperar más. Toma su pene y lo alinea en la entrada, insertándose de un solo golpe y empujando todo el contenido.

—Minnie~— gruñe YoonGi, apretando sus ojos y sintiendo que vomitara en cualquier momento, pero lo único que ocurre es que se corre.

JiMin puede ver las tiras de semen y apreciar como las paredes lo succionan, no le importa que YoonGi esté sensible, apenas están comenzando. Inicia a mover sus caderas de manera lenta, pero dura y toma el interior de las piernas de su novio para alzarlas.

—E-espera— balbucea YoonGi, llorando por el excesivo placer.

No obstante, JiMin lo ignora y sigue follándoselo, aumentando la velocidad y metiéndose más profundo. Sus orejitas blancas se hacen hacia atrás y utiliza su colita para envolver el miembro de YoonGi, intentando reanimarlo.

—Vamos gatito~— ronronea JiMin, alentándolo.

YoonGi intenta sentarse para detenerlo, pero al hacerlo su estómago se aprieta y se marea, termina acostándose para controlar el asco. JiMin se da cuenta de que la está pasando mal, más no pretende ayudarlo o detenerse y prefiere aprovechar esa debilidad.

—No...n-no— solloza YoonGi al sentir que las regordetas manos de su pareja ahora lo aprietan de un costado y el estómago.

JiMin admira el desastre que es, como se retuerce, suplica y llora, YoonGi se ve perfecto de esa manera. Tiene toda su pálida piel rojiza y suda, la imagen es arte pura ante sus ojos.

Quiere verlo peor, más roto y deja el costado en paz, haciendo creer a YoonGi que será suave con él, pero en absoluto lo será. La manita que ya está libre la usa para agregar dos dedos en el culo junto a su pene, estirandolo sobremanera.

YoonGi no puede luchar, ni tampoco quiere, a este punto ya solo trata de recibir todo lo que da. Sabe que es un enfermizo masoquista cuando se trata de ser quien recibe y reconoce que JiMin es un sádico si se lo propone.

—Ya casi— advierte el menor, sumando los dedos restantes y eso se resume a su puño completo.

YoonGi siente arcadas y traga saliva, sus ojos se ponen en blanco y llega al segundo orgasmo. Esta vez es tan potente que ve puntos de colores, apenas logra respirar y únicamente siente las púas en sus paredes.

JiMin finalmente llegó, su semen se revuelve con el pastel y puede sentir en su propia palma sus picos. Cuando acaba de venirse sale de YoonGi y deja el puño dentro para mezclar bien todo. Una vez que considera que está listo, saca la mano y ve como la rosita entrada abierta expulsa el postre.

El piso se ensucia con el pastel helado y semen, JiMin lo considera un desperdicio y se acuclilla para quedar frente al culo. Se encarga de comer todo lo que YoonGi puja y lame, succiona y penetra con su lenguita.

—Delicioso~— exclama JiMin, gimiendo de gusto y con la boca llena.

YoonGi está demasiado aturdido para moverse y mirarlo, pero pronto puede hacerlo, ya que JiMin lo toma para levantarlo y llevarlo a la ducha. Su colita negra se enrosca al cuerpo de su pareja y las orejitas se agachan con agotamiento, cierra sus ojos y se queda dormido al instante.

JiMin se encarga de limpiarlo con cuidado para no despertarlo y al final se acuestan juntos en su cómoda cama para el día de mañana volver a presentarse en su siguiente concierto. 

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