✤The happiness of others is not ours✤¹
Lee Mark cumplía con los estereotipos del típico omega, era un ser dulce, delicado, amable, cariñoso, con instinto maternal, con un toque algo sumiso y en sí todo lo que la sociedad le pedía a un omega para ser uno digno. El pelirrosa era un joven juguetón, aún conservaba su inocencia y era ajeno al sufrimiento que el mundo le podía causar, siempre sonreía, un joven muy risueño, ante los ojos de los demás, el pequeño omega era uno muy adorable, por ello trataban de protegerlo siempre, no importa si no lo conocían, lo protegerían, hasta el alfa más seductor de la universidad trataba de protegerlo sin segundas intenciones de por medio.
Nakamoto Yuta, el alfa que todo omega deseaba, un chico atento, dulce, caballeroso, amable, pero eso sí, cuando el momento lo ameritaba estaba dispuesto a atacar y ser el alfa más temido de entre todos allí. Siempre lucía elegante y de manera sexy, omegas y betas suspiraban por él, pero él sólo era de un pequeño y tierno omega.
La pareja más envidiada —pero no de mala manera— y la más querida de la universidad era la de esos dos lobos, que no se avergonzaban en mostrarse como pareja, al contrario presumían —uno más que el otro— quien era su pareja. Al alfa se le llenaba el pecho de orgullo al ser él quien tiene al omega en sus brazos, sólo para él y nadie más, al igual que el omega se sentía feliz de ser el único en la vida de su alfa.
Aún recuerda cómo se conocieron fue una tarde lluviosa, donde el anteriormente rubio corría a casa, pues en serio ese clima lo había tomado desprevenido, le hubiese sido más fácil correr a casa en su forma de lobo, pero aún no tenía autocontrol sobre ello, por lo que se le era difícil volverse a transformar en un humano.
Llegó a un parque y a los lejos noto a un gran lobo negro que parecía estar perdido, sintió que su lobo aullaba de felicidad y movía la cola, por un momento se olvidó por completo de la lluvia y sólo se dedicó a observar a aquel gran hermoso lobo de tan hermoso pelaje que emanaba un olor a chocolate amargo con menta y algo de madera.
"Alfa" —pensó el pelirrosa.
Los ojos del lobo y del humano conectaron por cinco segundos, segundos que se les hizo eterno. Mark con pasos temblorosos —de miedo y a causa del frío— camino hacia el gran alfa quien sólo lo observaba atento.
— ¿S-se encuentra bien? —Preguntó temeroso y lobo asintió— ¿Estás perdido? —el cuadrúpedo volvió a asentir. Mark de forma lenta acercó su mano a la cabeza del animal y la acarició de manera cariñosa y dulce— Eres un lindo lobo —sonrió cálidamente y el alfa no pudo evitar un aullido.
Mark lo llevo a casa, sus padres, Lee HeeChul y Lee Momo lo recibieron gustosos y preocupados por la situación en la que el alfa se encontraba, claro que al inicio HeeChul se mostró en defensiva, pues un alfa estaba entrando a su hogar y no era cualquier alfa, era uno puro —algo que tampoco debía de temer, pues él también lo era— aunque al caer en cuenta que sólo era un crío de dieciséis años, no lo atacó.
Después de haber pasado un año el alfa se consiguió un departamento cerca de la casa de los Lee, pues aún quería mantener contacto con el menor, aunque tampoco le iba a resultar difícil pues asistían a la misma secundaria. Conseguir trabajo tampoco le resultó difícil, pues al ser un alfa puro le brindaba muchos más beneficios.
La historia de Yuta en realidad no era que lo habían dejado a su suerte —al menos no tanto— pues el dejarlo en un lugar desconocido era parte de una tradición en la familia Nakamoto para las y los alfas puras, pues tendrían que sobrevivir en un lugar desconocido para él.
Claro que el pedir ayuda a alguien queda fuera de la lista, pero ese día, justo ese día Yuta tuvo un accidente en una de sus patas y no podía sobrevivir así, por ende aceptó y bueno no sólo fue por eso, sino también por el delicioso aroma que el lindo omega emanaba. Vainilla y chocolate blanco, esos dos olores emanaba el menor y simplemente para el olfato del alfa, fue el mejor olor que percibió todos sus 16 años de vida.
Después de haber estado conociéndose por un año y medio, el alfa decidió confesar sus sentimientos hacia su menor, siendo aceptados de la manera más dulce posible, ambos sabían que estaban destinados a estar juntos, sus lobos les decían eso, ambos estaban hecho el uno para el otro.
Los padres de Mark estaban más que contentos por su pequeño, pues sí su hermoso hijo era feliz, ellos también lo estarían.
Dos años después, cuando Yuta tenía 20 y el omega cumplía sus 18 años, el alfa decidió que era tiempo de volver a casa, pero sólo para presentar a su omega ante su familia. Mark se encontraba sumamente feliz por conocer a la familia del alfa, suponía que iban a ser tan cálidos como su alfa lo demostró ser.
Momo sonrió por lo nervioso que se veía su cachorro —sí, su cachorro, porque aunque tenga 18, su hijo siempre será su pequeño— Aunque tenía un mal sabor en la boca durante estos últimos días, su lobo le decía que no permita que su hijo se aleje de ella, pero su parte humana comprendía que ya era tiempo de dejarlo volar y que conozca al mundo. HeeChul por su parte estaba igual y hasta peor que su esposa y no, no era porque no quería que su hijo se valla —aunque mil veces preferiría que su cachorro este siempre bajo su manto— su hijo tenía derecho de formar una familia, pero algo en esta situación no le daba buena espina, tenía un mal presentimiento, algo en su pecho dolía al tan sólo imaginar que su cachorro estaría lejos de casa sin su cuidado.
—Tranquilo cariño —habló su esposa— No le va a pasar nada malo, tiene a Yuta, él se encargará de traer a nuestro cachorro sano y salvo —lo beso en la mejilla y salió de la habitación.
Claro, Momo como buena omega, tenía que tranquilizar a su esposo, así como el alfa lo hacía cuando esta misma se mostraba ansiosa si Mark no llegaba temprano a casa y no informaba sus contratiempos.
Mark a pesar de mostrarse emocionado, también se encontraba triste, pues se irían por casi un año con la familia Nakamoto, sus maletas ya estaban casi listas, sólo faltaba empacar sus cosas personales, como cepillo, pasta de dientes y entre otras pequeñas cosas que las pondría en su mochila al anochecer.
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—Ya papá... No me voy a morir —habló riendo el omega.
—Pero te vas tan lejos cachorro —habló el alfa reteniendo las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.
—No te preocupes por tu padre cariño —habló dulcemente su madre— Yo ya lo voy a tranquilizar, él es un alfa llorón —abrazó a su esposo mientras recargaba su mejilla en el hombro de este.
—No se preocupe señor Lee, yo cuidaré a su hijo con mi vida.
Y luego de diez minutos de haber despedido a los padres del menor, ambos se dirigieron al aeropuerto, encontrándose con la grata sorpresa de sus amigos allí.
—Más te vale cuidarlo alfa estúpido —habló Taeil en tono de broma— Mira que es el mejor amigo de mi dulce omega —dijo eso mirando a su pareja, quien se encontraba abrazando a Mark mientras lloraba.
— ¿Por qué tienes que llevarte muy lejos a nuestro hijo? —Hablaron los hermanos Lee al unísono— Alfa tonto, tonto —golpearon levemente su pecho y corrieron a abrazar al omega.
—Por algo son hermanos ¿Verdad Jung? —dijo un moreno alto y el alfa de cabellos castaños sonrío mientras negaba.
—Esos dos si quieren pueden quemar el mundo entero Johnn —bromeó el mismo alfa mientras abrazaba a su amigo.
— ¡Perdonen la demora! —Gritó un chico bajito— Es que a un alfa idiota se le entraron las ganas de hacerlo en la cocina —habló ya más bajo mientras daba un golpe en el hombro de Yuta y luego se iba a abrazar al omega.
—Chenle eso no se va diciendo a todo el mundo —habló el castaño un tanto avergonzado.
— ¡Mark! —gritaron dos chicas que estaban llorando mientras corrían al mencionado.
— ¡Yiren no corras! —gritó Yoorim, su alfa.
—Yeji te vas a lastimar —dijo la otra alfa ya estando en el grupo— Hola... más te vale cuidarlo de lo contrario mi omega está dispuesta a arrancarte la cabeza —sonrío la peliazul.
—También te quiero RyuJin.
— ¡Jaemin, tienes un cachorro en espera, no corras! —Gritó Jeno— Estos omegas —negó— Hola... No te advierto nada, porque yo sé que sabes cómo es Nana cuando lastiman a sus amigos.
Una alfa algo molesta se acercaba al grupo a lado de una omega con los ojos sumamente rojos, que luego empezó a correr hasta el omega pelirosa.
—Mira lo que ocasiones alfa idiota —gruñó— Por tu culpa mi Nini ha estado llorando toda la estúpida noche.
—Ay pero todos los alfas de esos omegas me van a gruñir —todos los alfas allí gruñeron.
—Cuidado con tus palabras Nakamoto, ellos no son "esos" —habló JaeHyun.
Mientras en el grupo de los alfas era una pelea de gruñidos, todo lo contrario resultaba ser con el lindo grupo de omegas, quienes solo lloraban, mientras que se daban palabras de apoyo.
—Miremos el lado bueno, conocerás a la familia de su alfa —dijo TaeYong.
—Además conocerás un nuevo lugar —continúo su hermano, Ten.
—Irás a la playa —chilló HaeChan.
—Ya no sé qué más decirte —Jennie sonrío débilmente.
—Te vamos a extrañar mucho —dijo Yiren.
—Recuerda que siempre te vamos a estar esperando y que te queremos mucho, mucho —sollozó Yeji.
—Estoy seguro que los padres de Yuta te van a amar —lo alentó Chenle
—Tienes que venir para el nacimiento de mi bebé y si no puedes, pues me vas a llamar —medio regañó Jaemin.
Siguieron su plática amenamente hasta que los gruñidos de sus alfas se hicieron más audibles.
— ¡Alfas tontos! —gritaron todos al unísono, a excepción de Mark quién sólo negó y su pareja le sonrío por ello.
20 minutos después todos se encontraban despidiéndose de la pareja, los y las omegas eran un mar de lágrimas y sus respectivas parejas sólo se limitaban a abrazarlos, ya después en casa le darían muchos mimos y quizás algo más.
La pareja entró a la sala de embarque y se sentaron algo apartados de los demás. Tuvieron que esperar treinta minutos para poder subir al avión, el viaje no sería tan largo, tan solo una hora y media de Seúl a Jeju. Durmieron mientras se tomaban de la mano.
Después de haber aterrizado, Yuta ayudó a su tierno omega con sus maletas, salieron del aeropuerto y se dirigieron a un carro. Mark miró extrañado a su pareja.
—Llamé a mi padre y le dije que vendríamos, seguro mi hermano lo habrá traído —dijo mientras depositaba un delicado beso en la mejilla del más bajo.
Subieron al auto del mayor y comenzaron el rumbo a la casa de este mismo, los ojos del menor se iluminaban más a medida que iban avanzando, todo el paisaje era realmente hermoso, la vista al mar era increíble, vio a varios ancianos y ancianas pescando, algunos le sonreían y levantaban su mano saludándolo a lo que el también respondía alegremente, provocando que aquellos alfas, omegas y betas sonrieran de ternura.
Yuta miró de reojo a su novio y sonrío al notarlo muy emocionado, siguió con su camino, ya faltaba poco para poder llegar a su hogar y ver a su familia, su hermosa familia... Estaba muy seguro que todos ellos iban a aceptar a Mark y se iban a encariñar con él, porque vamos ¿Quién no se encariñaría con ese dulce omega?
Nadie, todos caerían a los pies del delicado omega, tan tierno, tan sumiso, tan delicado, pero también tan vivaz, tan erótico, rudo y fuerte cuando las situaciones lo ameritaban, definitivamente un omega muy digno y el único para Yuta.
Bajó la velocidad y luego de unos minutos más estacionó el coche, lo apagó y miró a su omega. Cómo lo esperaba, Mark estaba muy feliz, su sonrisa lo delataba y las feromonas de felicidad también.
—Ya llegamos Markkie —dijo tomando la mano de su pareja.
— ¿Y si no le agrado a tu familia? —preguntó ahora preocupado, mientras su sonrisa iba desvaneciendo.
—No digas eso mi amor —le dio un corto y tierno beso— Eres un omega muy lindo, si les agradaras... Tranquilo.
El alfa bajo del auto y lo rodeo sólo para abrirle la puerta a su pareja, lo tomo de la mano y caminaron hacia la gran casa de al frente. Yuta tocó el timbre y dos minutos —que fueron como cien años para Mark— las puertas se abrieron dejando a la vista a un pequeño niño de quizás unos siete años.
— ¿Tío Yu? —Dijo el pequeño mientras veía hacia arriba— ¡Tío Yu! —gritó el menor mientras abrazaba las piernas del alfa, de pronto su naricita comenzó a olfatear... Un dulce aroma lo atrajo, abrió sus ojitos y notó la presencia del pelirosa, el menor lo abrazó de una manera tan tierna y cariñosa— ¿También es mi tío? —le preguntó el menor al omega, quién tímidamente asintió— Tengo a un tío muy bonito —sonrío y se separó de Mark y corrió hacia adentro gritando— ¡Papi, papi! ¡Tío Yu trajo a un tío muy bonito! ¡Su aroma es delicioso! —gritaba el pequeño cachorro, mientras Mark cada vez se volvía más tímido y sus mejillas pasaban de un tono carmín a un todo más intenso.
—SungChan, no grites mi vida —un omega con aparentemente tres meses de embarazo apareció en la vista de ambos lobos— Pero miren quien está aquí el estúpido de mi hermano —habló con una gran sonrisa impregnada en el rostro, miró al omega que se encontraba al costado del alfa y sonrío de ternura— Miren que cosita más tierna —se acercó al pelirosa y le brindó un cálido abrazo— Sung mi vida, ve a llamar a tus abuelos —le ordenó al pequeño cachorro quien asintió y salió corriendo— Pasen no se queden aquí a fuera.
— ¿No me vas a abrazar Satán?
—Veta a la mierda alfa idiota —bramó su hermano— ¿Cómo es que un dulce omega como tú se fijó en este? —le preguntó a Mark quien solo sonrío avergonzado.
—Ya, ya tampoco seas así TaeMin —lo abrazó y depositó un beso en la frente del omega— Mira que tienes a un cachorro en espera —el omega rodó los ojos.
—Miren si es el mocoso que me gruñía a cada rato, porque según le quitaría a su hermano —habló un alfa de cabellos negros— ¿Cómo estas Yu?
—Pues bien —sonrío mientras lo abrazaba.
—Veo que tienes a un omega —Mark le sonrío dulcemente y Taemin chilló— Pero si es muy tierno... Hola —extendió la mano.
—Ho-hola —cortésmente tomo la mano del mayor— Mi nombre es Mark, Lee Mark —unos pasos más se escucharon y luego de cinco segundos aparecieron un hombre y una mujer, ambos alfas.
—Yuta mi vida ¿Cómo estás? —habló la mujer mientras corría y abrazaba a su hijo.
—Bien madre —sonrío— Hola papá.
—Hola hijo —lo abrazó igual.
—Veo que invitaste a un amigo —habló su madre.
—No es un amigo, él es mi tío —dijo el menor de todos mientras abrazaba las piernas del pelirosa, la mujer fingió una sonrisa.
—Oh claro —aclaro su garganta— ¿Cuál es tu nombre qu-querido?
—Mark... Lee Mark —la mujer tensó la mandíbula.
—Ya veo... Bueno pasen todos vamos a almorzar, esto es de celebrar... ChanYeol amor ¿Podrías ir a traer el vino?
—Por supuesto —ChanYeol salió de la sala. Todos se dirigieron a la cocina, Yuta tomo de la mano a su omega en cuanto notó que este se sentía algo incómodo.
—Tranquilo amor, no va a pasar nada malo —susurró al oído y beso la mejilla del menor.
— ¡BaekHyun! —llamó la alfa.
— ¿Si señora Irene? —la alfa rodó los ojos— Digo señora Nakamoto —se disculpó avergonzado.
—Tráiganos la comida.
—Si señora.
Si se preguntan cómo estaba Mark, pues sus ilusiones se vinieron abajo, la madre de Yuta no le causaba buena espina, aunque esperaba que sólo sea por el momento, pero es que al omega siempre le importaron las primeras impresiones, así como también le gustaban las segundas oportunidades, por lo que decidió no darle más vueltas al asunto.
Por otro lado tampoco le gustó como es que aquella alfa, había tratado a aquel omega, que parecía ser uno muy dulce, se supone que en la sociedad, los y las alfas cumplen con el deber de proteger a los y las omegas, ya que estos eran muy importantes por la sociedad ya que procreaban vidas.
El padre del alfa llegó y dejó el vino en la mesa, comieron de manera lenta y calmada, conversaron de diversos temas, ajenos a Mark, ya que Irene, cambiaba a cada momento de tema. Se enteró de muchas cosas debido a que se encontraba callado, como por ejemplo el hecho de que TaeMin sea una grata sorpresa, pues todos esperaban que sea un gran alfa puro como lo es su hermano menor, pero como dijo el mayor de los Nakamoto, tal vez la diosa luna no lo quiso así y ellos no eran nadie para cuestionar las cosas de la diosa.
Terminaron de comer y Mark como el joven educado que es, ofreció su ayuda a aquel lindo omega que se llamaba BaekHyun, quien tuvo que aceptar a regañadientes, pues el pelirosa era muy insistente en que debía de ayudar por lo menos a secar los platos, juntos terminaron más rápido, pero Mark se sintió mal al final pues Irene regañó al omega mayor, diciendo que como era posible que aceptara la ayuda del pelirosa, si este era un invitado de la casa.
Al final del día todos terminaron en el patio de la casa, conversando amenamente, aunque con un Mark algo callado pues sentía una mirada pesada sobre él, pero Taemin se encargaba de hacerlo sentir mejor.
—Me llevaré a Mark un rato —habló Taemin poniéndose de pie y mirando al omega menor— ¿Deseas ir con nosotros Sungsung?
—Sip, sip —respondió su hijo y los tres salieron del campo de visión de los que quedaban allí. MinHo recibió una llamada, por lo que hizo una reverencia y fue a atenderla.
—Muy bien, ya que estamos solos voy a ser directa —habló tajante la mujer— No me agrada ese omega, no es digno para un alfa puro como tú, parece ser uno cualquiera.
—Irene basta —dijo ChanYeol.
—No, no me calles ChanYeol, ese omega no puede ser pareja de Yuta.
—Mamá, no te dejes llevar por las apariencias... Debes conocerlo un poco más.
La alfa reprimió un gruñido y sólo asintió, como si estuviera de acuerdo con la idea.
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—Mark ¿Qué es lo que te atrajo de mi hermano? —Preguntó TaeMin— SungChan, mi vida, no te alejes tanto —advirtió el omega a su cachorro.
—Pues... Me atrajo su manera de ser... Es un alfa muy educado, respetuoso, amable y calmado... Claro si es que otro alfa no le provoca. Por otro lado también... También me atrajo su belleza —dijo esto último en un susurro que le fue audible al otro omega y con las mejillas rojas.
—Pero mira que ternura... Eres un cosita muy tierna... Mi madre te va a amar, sobre todo mi padre, él tiene una debilidad por las cosas tiernas.
Los dos omegas y el cachorro se la pasaron hablando un buen rato. Mark tuvo el privilegio de tocar la pancita de TaeMin y sentir una pequeña patada, rieron ante ello. Un olor familiar para el omega mayor llegó a ambas fosas nasales, TaeMin y su cachorro soltaron un pequeño gruñido.
SungChan por instinto se puso adelante de ambos mayores, mientras sus instintos seguían en alerta. Hasta que diviso a cierta alfa y el cachorro gruñó en alto.
—No me gruñas moco... Pero miren que lindos omegas —sonrío y se quiso acercar, más el pequeño lobito no se lo iba a permitir.
—Aléjate de mi papi y de mi tío.
— ¡TaeMin! —la voz del alfa tranquilizó al lobo del omega mayor, quien estaba aferrado al brazo de Mark. Pronto MinHo llegó al lugar y se reprimió un gruñido al ver a aquella alfa allí— Vayamos adentro —tomó la mano de su pareja y de su cachorro— Sung agarra la mano de tu tío —el cachorro obedeció y tomo la mano del pelirosa mientras lo halaba lejos de aquella alfa.
SungChan en realidad no sabía lo que pasaba, pero su lobito le decía que debía proteger a los dos omegas de esa alfa y la ayuda de su papi lo benefició mucho. Aquella joven no le daba buena espina, ya llamaría a su amiguito Taro para que le diga que tipo de auras ve alrededor de su cuerpo.
Ya dentro de la casa abrazó a su tío y le preguntó si estaba bien, a lo que el omega dijo que sí, le preguntó lo mismo a su papi y también recibió una respuesta afirmativa.
—Fuiste un cachorro muy, muy valiente Sungsung —dijo su papi MinHo— Puedes ir a jugar con tu amiguito Taro, pero recuerda no hacer enfadar a su hermano Bomin y molesta a Key.
—No Sung, no molestes al tío Key —advirtió su otro papá.
—Si papi... Adiós —dicho esto salió saltando de la casa.
—Ah, ya están aquí —habló Irene— Hoy tenemos visitas... Pasa querida —habló mirando a la puerta trasera de la casa y dos gruñidos se reprimieron— Ella es la señorita YongSun, Kim YongSun y como pueden ver es una alfa —sonrió hacia la chica.
—Es un gusto conocerlos —habló la rubia con una timidez fingida, muy fingida para los omegas allí.
—ChanYeol, trae a mi hijo —llamó la mujer y de inmediato aparecieron los otros dos alfas. Los ojos del alfa menor se posaron en la figura de la joven muchacha, quien se mordió el labio inferior al verlo, acto que no pasó desapercibido por Mark quién soltó un inaudible gruñido. Kai quién estaba cerca del menor, lo tomó de la mano y le dio un pequeño apretón y diciéndole con la mirada que no haga nada.
—Hijo ella es la señorita Kim YongSun, querida él es mi hijo Nakamoto Yuta.
—Encantada de conocerlo joven Nakamoto.
—Lo mismo digo señorita Kim —el alfa tomo la mano de la muchacha y depositó un beso en ella. Irene soltó un pequeño chillido ante la imagen, ChanYeol y SooBin reprimieron sus ganas de mandar a la mierda a la mujer, Kai suspiró bajo y con su dedo pulgar acarició la mano de Mark en un intento de calmarlo, no logro mucho, pues el lobo del pelirosa se encontraba decepcionado del alfa.
Por otro lado el lobo de Yuta parecía molesto.
"¡¿Por qué carajos hiciste eso?! ¡Estás lastimando a mi omega! Maldito bastardo, no le hagas daño a mi omega, idiota"
Yuta hizo como si no pasara nada y se alejó de la muchacha con el propósito de ir y abrazar a su omega, pues este se encontraba con la cabeza gacha, pero su madre se lo impidió tomándolo del brazo.
—Ven mi vida, vayamos a conversar...
—Mamá espera un momento ¿Si? —Se zafó del agarre y caminó hacia el pelirosa— Mark voy a ir...
—Vete —susurro el menor— Deben ser cosas importantes —levantó el rostro y le dedicó una sonrisa, que Kai identificó como una falsa y forzada, pero que Yuta la vio como una real y para nada triste, por lo que asintió y trató de besar una mejilla del menor, pero este rápidamente lo esquivo—¿Puedo ir a ver a Sung? —preguntó alejándose del rubio y sonriéndole a Taemin.
—Por supuesto, está en la casa vecina, ven yo te llevo —agarró la mano del menor— Nos vemos luego —sonrío a su padre y paso de largo a su madre, besó a su esposo y salió del lugar con Mark, quien se estaba reteniendo las ganas de llorar. No entendía porque se comportaba así, él jamás se puso así cuando Yuta hablaba con otras personas, ni siquiera con omegas, pero su lobo, su lobo se sentía muy herido, se sentía decepcionado de que Yuta prefiera pasar tiempo con aquella alfa.
Aunque en cierta parte lo comprendía, pues aquella mujer era muy bonita, sus curvas eran simplemente perfectas, su cabello era hermoso, sus ojos y labios eran maravillosos. Simplemente la mujer perfecta y si se comparaba con ella, él no sólo era más que un simple omega que...
—No pienses tonterías Markkie —habló dulcemente Taemin— Ella no es mejor que tú ¿Sabes por qué? Porque estoy seguro que tú, no sabías que Yuta tenía dinero, estoy seguro que tú, te interesaste en él por su forma de ser, le dirigiste la palabra porque sentiste que estaba en peligro... Pero aquella alfa, sólo busca dinero y nada más, no digas ni pienses tonterías ¿Está bien? —el menor asintió.
Tocaron el timbre de la casa en la que Taemin dijo estaba su hijo y un hombre de piel algo morena les abrió la puerta, lucía algo cansado.
—Satán —habló.
—Vete a la mierda —gruñó el lobo— Mira traje a un omega y quiere jugar con los cachorros, es de total confianza, yo también me quedare aquí, no quiero ir a la casa de la bruja esa, así que agarra tu auto y vete a un motel con Key, no permitiré que los niños escuchen sus cosas —habló sereno mientras entraba a la casa, Mark se sonrojó por lo de motel.
—Hola Tae... Hola precioso —dijo mirando al pelirosa.
—Ya sabes JongHyun...
El alfa halo del brazo su esposo mientras les decía gracias a los otros omegas.
Taemin negó y Mark buscó con la mirada a los tres cachorros. Cuando los encontró fue a jugar con ellos. Los niños para Mark eran las cositas más tiernas del mundo —si es que no hacían travesuras por supuesto— pero ese no era el caso para él, pues los pequeños lobitos, siempre eran muy educados con él, nunca le hacían bromas pesadas, no le hacían berrinches, no le decían cosas desagradables, en conclusión se portaban de maravilla con el pelirosa, pues este tenía un aura de protección, paciencia, paz y sobre todo un aura de inocencia y amor puro, por lo que a los niños les encantaba su compañía, además de que el omega jugaba con ellos y los hacía reír.
El aura maternal que emanaba, hacia que los pequeños cachorros se acurruquen en él y pidan mimos, no importa si los cachorros no lo conocen, igualmente se acercaran a él. Si un niño se pierde en el Mall o en otro lugar y el pelirosa está cerca, el pequeño se acercara a él y le pedirá ayuda, porque sabe que aquel omega no le hará daño.
La tarde pasó rápido y la noche cayó, por lo que los dueños de la casa llegaron y los invitados se fueron a la casa de al frente. Mark sintió un gran dolor en su pecho cuando vio que aquella alfa iba sujeta del brazo de su pareja, evitó un gruñido.
"No, no lo hagas... no vayas a gruñir ¿Si? Todo va a estar bien, él no te va a cambiar, claro que no"
Le dijo a su lobo para tranquilizarlo, pero este se inquietó más, por lo que el pelirosa aguantó las ganas de llorar ahí mismo.
— ¿Ya te duchaste Sung? —preguntó tratando de que su voz suene normal.
—Nop nop tío —la última palabra el niño la recalcó más mientras miraba a aquella desagradable alfa— ¿Me puede bañar usted? Mi papi Taemin no puede y mi papi MinHo se comporta extraño cuando me baña.
— ¡Hey! —reprochó MinHo.
—Es cierto papi, haces caras muy raras —sonrío mientras se ocultaba tras las piernas de Mark.
—Bueno vamos a bañarse —dijo el pelirosa, mientras alzaba en brazos al pequeño.
—Mark —llamó el rubio y nuevamente el dolor al pecho del omega vino, desde que son pareja ya no le decía Mark, siempre lo llamaba por pronombres muy bonitos— Voy a...
—No me tienes porque dar más explicaciones Yuta —el rubio sintió un desgarro, como si su lobo le estuviera lastimando.
"Lo heriste idiota, ¡heriste a mi omega!"
—Puedes ir con Noona, no me va a pasar nada malo —le dio una sonrisa –una mueca en realidad– Y con el cachorro en sus brazos siguió su camino.
—Bueno Yuta, ve y deja a la señorita Kim en su hogar —sonrío su madre— Vienes mañana querida, haremos un gran almuerzo.
—Si señora Nakamoto.
Minutos después ambos alfas se encontraban saliendo de la casa. Mark esde la ventana de su habitación los vio salir y reprimió un sollozo.
—Sólo estoy aquí un día y ya me quiero ir —susurró el omega.
—A veces es bueno el dejar a tu alfa —escuchó una voz tercera y se asustó— Lo siento no quise asustarte.
—Señor Byun...
—Por favor... Dime solo BaekHyun —sonrío dulcemente— Yo te recomendaría alejarte de Yuta y no, no me agrada aquella alfa, pero si no quieres salir lastimado esa es la mejor opción...
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Tres meses ya habían pasado y cada día era peor al anterior, Mark ya no quería estar allí, moría por regresar a su hogar. En ningún momento pudo hablar con alguno de sus amigos, pues su celular se había malogrado y no recordaba el número de alguno de ellos, quiso pedir el celular a Yuta pero la madre de este, al verlo con el aparato de su hijo armó un escándalo, pues empezó a decir que Mark estaba revisando los mensajes del alfa y que eso él no debería hacerlo, ocasionando que la pareja tenga una pelea, pelea que terminó con un Mark echo bolita en la gran cama que ambos compartían.
Esa noche el pelirosa no se quedó a dormir allí e inventando la excusa de que Key le había pedido que cuide a sus cachorros por esa noche, fue a la casa de los Kim y durmió junto a los pequeños.
Las peleas en la pareja no eran comunes, no discutían por cualquier pequeña cosa, es más se podría decir que nunca lo hacían, pero en esos escasos meses, las peleas se dieron y eran muy constantes.
Por otro lado ChanYeol cada vez estaba más que harto de la actitud de su esposa.
—Ya déjalos en paz Irene, estás interfiriendo en algo que no te corresponde.
—Cállate ChanYeol, yo soy su madre.
—Eres su madre sí, de eso no hay duda, pero aun así no eres quién para decidir que alfa u omega será la pareja de tu hijo.
— ¿Qué no entiendes ChanYeol? —Preguntó exasperada— Quiero que la tradición de la familia siga, quiero que en esta familia haya más alfas puros, quienes dominen en la sociedad, hasta ahora no comprendo cómo es que HueningKai resultó ser omega, pero ya no importa, tenemos a un alfa puro y hay que aprove...
— ¿Qué acaso no escuchas lo que dices? Estás arriesgando la felicidad de tu hijo por una estupidez, a mí no me importa si mi hijo, nieto, primo, sobrino o lo que diablos sea, nazca siendo un alfa puro, son tonterías, lo importante es que agrandamos la familia ¿No crees?
—No, no lo creo y este es el final de la conversación —salió del despacho de su esposo, azotando la puerta con fuerza. Segundos después se escuchó como tocaban.
—Adelante.
—Señor Nakamoto, su café —dijo el omega mientras dejaba la taza en la mesa— Con permiso.
—BaekHyun... ven aquí —el omega sólo lo miró— ¿Por qué?
— ¿Por qué, qué Señor?
— ¿Por qué terminamos así?
—Ah... Eso... Porque usted prefirió tener hijos que sean alfas puros señor. Ahora si me disculpa, tengo demasiado trabajo que hacer... Con permiso.
El alfa gruñó molesto, sin tan sólo no hubiera tenido ese pensamiento antes, él ahora estaría siendo muy feliz a lado de aquel omega a quien nunca dejó de amar.
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—Estoy esperando a un cachorro —esas palabras bastaron para que el alfa saltara de emoción y abrazara al omega, quién no se veía muy contento.
— ¿Qué pasa Mark?
—Nada, sólo quiero descansar —suspiró— Voy a la habitación, con permiso —el omega se retiró de la mesa.
— ¿Tío también tendrá bebés? —preguntó el cachorro.
—Si mi vida —respondió un Taemin muy contento— ¿Y que esperamos mamá? ¿Por qué no hacemos una fiesta? Ya hay un nuevo Nakamoto en camino —la mujer sonrió forzosa y felicitó a Yuta.
Mark si estaba feliz, claro que lo estaba, pero la sensación de que algo malo iba a pasar no lo dejaba en paz. Escuchó que alguien tocaba la puerta.
—Adelante.
—Hola Mark —saludó MinHo— TaeMin me mandó a verte, supone que no quieres omegas cerca.
—De hecho no me incómoda —sonrío mientras se sentaba— ¿Qué deseas? —preguntó cálido.
—Mira TaeMin tiene algo, no sé qué cosa es, pero él puede llegar a sentir las emociones de los demás y pues siente preocupación por ti, siente que algo va mal contigo...
—Pues... amm... ehh yo tengo miedo, como ves Yuta y yo aún no tenemos nuestro lazo... Mi embarazo se consideraría uno deshonrado en mi familia, no sé cómo lo tomaran aquí —sonrío sin gracia— Además de que aún no termino mi universidad, se supone que este año lo iba a tomar como descanso, debido a algunos problemas, pero resulte esperando un cachorro y me va a resultar complicado, a ambos en realidad, tanto a Nakamoto y a mí, por otro lado tengo un mal presentimiento de todo esto, siento que mi cachorro corre peligro —dijo mientras abraza de manera protectora su vientre aún plano.
— ¿Qué tipo de peligro? —preguntó extrañado y algo preocupado.
—No lo sé hyung, sólo sé que mi cachorro está corriendo peligro y y-yo —su voz se quebró y lágrimas empezaron a descender por sus mejillas, MinHo se acercó más y lo abrazó, brindandole un poco de calor así, al frío omega, quien se aferró al alfa y escondió su cabeza entre el cuello y el hombro del mayor.
Un gruñido se escuchó en toda la habitación e inmediatamente Mark se separó del alfa. Se notaba la molestia y la rabia en los ojos de Yuta, quién miraba a MinHo con superioridad mientras aún gruñía. MinHo por instinto también comenzó a gruñir y se puso de pie molesto.
—En vez de tomarme como una amenaza, lo mejor que deberías hacer es cuidar a tu omega, porque esa es tu responsabilidad, como el buen alfa que deberías ser, déjate ya de bromas y toma muy en serio el papel de ser un alfa digno para Mark... Ya eres un adulto Yuta, ya no eres un mocoso el cual siempre debe obedecer a sus padres, deja de lastimar a tu omega, porque de lo contrario alguien te lo puede arrebatar.
— ¿Y quién lo hará? ¿Tú? —sonrío burlón.
—No, yo no, yo ya tengo a mi omega —dijo sereno— Pero alguien más si... con permiso —finalizó y se retiró de la habitación.
—Mark quería decirte q...
—Vete, no la hagas esperar —susurró el omega mientras miraba por la ventana— Vete ahora o se hará más tarde y ya no podrás venir como hace dos noches —esta vez dijo mirando al alfa.
"¡Ves lo que hiciste! ¡¿Lo ves?! ¡Lastimaste a mi omega! ¡Lastimaste al amor de mi vida! ¡Mira sus ojos! ¡Hay sufrimiento en esos orbes! ¡En su mirada sólo debería haber estrellas! Humano idiota"
"¿Qué hace nuestro alfa? ¿Por qué siempre nos deja solos? Humano... ¿Por qué permites que se vaya?"
—Es lo mejor —susurró para sí mismo el omega— Nakamoto —el alfa le dirigió la mirada— Voy a estar en la casa de Key hyung... No me esperes, voy a cuidar a los niños.
Antes de salir de la habitación, el alfa tomó del brazo a Mark y lo dio un pequeño beso.
—Te amo.
—Yo... Yo también —dijo y se separó del mayor, ambos lobos aullaron de tristeza y ambos humanos lo sintieron.
🐯🐯
Cinco meses en esa casa y dos meses de embarazo, la sensación del peligro que corría su —aun no nacidos— cachorros no lo abandonaba —si, tendría dos cachorros—. Estaba más que seguro que Irene no lo quería, la mujer se había encargado de dejarlo en claro desde hace ya unas semanas atrás, ChanYeol parecía estar contento con la llegada de un nuevo cachorro a la familia, TaeMin y MinHi ya tenían a su nuevo cachorro, a quién pusieron por nombre SeongMin.
Ya era de noche, por lo que temeroso bajo hacia la cocina, pues sintió el deseo de tomar un té caliente.
Estuvo buscando en la alacena durante cinco minutos, cuando las luces se prendieron logrando darle un gran susto. Por el olor se dio cuenta quien era aquella alfa a quien su cuñado tanto odiaba.
—No deberías salir de tu cama a estas horas de la noche, sobre todo estando esperando un cachorro.
—Oh noona, yo sólo quería un té —trató de sonar lo más amable posible.
—Ve a sentarte, yo te lo preparo.
—No —sonó tajante, pero la mirada de la pelinegra le hizo temer— No es necesario noona, yo...
—No Markkie —sus pelos se pusieron de punta por cómo le llamó aquella alfa, no por el apodo sino por como lo dijo— Esto es una disculpa por no dejarte pasar más tiempo con Yuyu.
Mark para evitar gruñir sólo asintió. YongSun sonrío triunfante, comenzó a preparar el té del pelirosa de manera calmada, buscó por la alacena algún sobre de té. Dos minutos eternos para el omega pasaron y el té llegó a sus manos.
—Aquí tienes Markkie —sonrío.
—Gracias noona —dijo el omega poniéndose de pie para poder irse a su habitación.
—Lo mejor sería que tomes aquí tu té, a Irene no le gusta que lleven sus tazas a las habitaciones.
—Claro...
Mark tomó la bebida ahí mismo, no pudo tomarla como si fuese agua, pues se encontraba demasiado caliente. Diez minutos después Mark se encontraba yéndose a su habitación, pero un fuerte dolor de cabeza comenzó a darle y repentinamente le llego un mareo, uno muy fuerte por lo que trató de sostenerse de la pared, pero no pudo y para su mala suerte hizo caer un jarrón, que resonó por todo el pasillo, las luces se encendieron y un gritó se hizo presente.
— ¡Mark! —Era TaeMin— ¿Qué te pasó?
—Mis... Mis bebés TaeMin hyung... Mis bebés —susurró el omega, mientras abrazaba su vientre levemente grande. Los ojos del menor se cerraron por completo.
— ¡Yuta! ¡Yuta! ¡Tu omega, alfa idiota!
Un Yuta adormilado salió al pasillo y en cuanto notó a su hermano con los ojos llorosos y a Mark en brazos reaccionó. Fue corriendo hacia ambos omegas y tomó en sus brazos a su pareja.
—Llama a la ambulancia TaeMin —dijo ChanYeol mientras salía de su habitación y se ponía una bata.
—El joven Nakamoto ya lo llevo en su auto, señor —dijo un preocupado BaekHyun.
—Muy bien, vayamos todos al hospital.
—Yo no iré...
—Eh dicho que vamos a ir todos —el alfa usó la voz de mando, que sorprendentemente tenía poder sobre su esposa.
—Señor Nakamoto disculpe pero TaeMin...
—No te preocupes, ustedes se pueden quedar. Ambos tienen cachorros —MinHo asintió y fue a abrazar a su esposo, quién aún se encontraba en el piso sentado llorando.
—TaeMin —susurró cariñosamente pero sólo recibió un sollozo de parte del menor.
—Pe-perdió a un cachorro —habló finalmente.
— ¿Qué? —el omega se movió un poco y dejo a la vista un pequeño charco de sangre que había en el piso.
—Perdió a un cachorro MinHo... Lo perdió —gruesas lágrimas de dolor descendían por las mejillas de TaeMin. Si bien no era suyo el cachorro, podía sentir perfectamente el dolor que Mark sentiría en un futuro.
TaeMin era un omega poco común en realidad.
Uno que podía sentir los sentimientos de las personas con las que se encariña en demasía, era un don demasiado extraño, para ser real.
El omega se encariño desde el principio con Mark, desde que lo vio por primera vez, esa aura de un cachorro inocente que emanaba, lo hizo concluir que aquel omega de rostro angelical, era uno noble y servicial, atento y cariñoso, delicado pero al mismo tiempo fuerte, amante de los niños y sobre todo esa preocupación que tenía por no dañar con sus palabras a los demás, era lo que TaeMin admiraba del omega de su hermano.
No podía imaginar al omega sufriendo por haber perdido un cachorro, pero la idea de tan sólo ver al omega sufriendo hacia que su corazón doliera, parte de su sufrimiento y preocupación iban hacia su alfa, pues al ambos tener el lazo que los unía, hizo que puedan sentir las emociones del otro, para así poder ayudarse cuando más lo necesitaban
De pronto la idea de que su madre o la otra alfa haya sido la culpable de esa pérdida ocupo su mente por completo. Tal vez YongSun pudo haberlo hecho, pero su madre... Su madre no podía haber ocasionado aquello ¿Verdad? Porque ¿Por qué haría eso ella? Irene tiene hijos, ella sabría el dolor que se siente el perder a uno de ellos. Su mente le jugó una mala pasada y le hizo recordar todos aquellos momentos en los que trataba de juntar a la otra alfa con su hermano menor, entonces gruñó.
—Dime que tú no ocasionaste esto —dijo entre dientes mirando a su madre— ¡Dime que no lo has hecho tú! —gritó exasperado.
—No me grites TaeMin... Yo no hice nada, que ese omega —dijo con despreció— no sepa llevar un embarazo tranquilo es su problema. Ahora vayámonos antes de que me arrepienta. —halo a su esposo.
—Irene ¿Me podrían pasar dejando en mi casa? —pregunto la alfa en una falsa timidez.
—Claro querida.
🐯🐯
Yuta conducía a toda prisa al hospital, su omega estaba gimoteando de dolor y restos de sangre habían en el asiento donde se encontraba, gruesas lagrimas acompañaban a su rostro cansado. Tomó la mano del menor y deposito un suave beso en ella.
"Te lo dije... ahora me va a odiar, perdió a un cachorro, humano idiota" su lobo prácticamente le araño el cuerpo, pues este le dolió en demasía, sintió el aullido de tristeza que este soltaba y el llanto fue aún más fuerte.
Llegó al hospital y llamó a una enfermera que por allí pasaba.
—Señorita por favor, mi omega —la enfermera llamó a otros chicos para que vallan con una camilla y lleven a Mark a la sala de emergencias. Yuta se aferró a una de las manos de su menor.
—Señor, no puede entrar —habló la misma enfermera mientras sostenía a Yuta de los hombros— Por favor espere aquí.
Yuta halo de sus cabellos con demasiada fuerza, tanto así que asustó a la beta quien tuvo que sostener sus manos con fuerza para que no lo siguiera haciendo. Un fuerte grito escapó de su garganta y retumbo por todo el pasillo, haciendo que los demás presente giren a verlo. Había ancianos quienes miraron al alfa con pena, pues aún era joven y ya parecía estar sufriendo bastante.
Horas después lograron calmar al alfa, pero fue gracias a YongSun quien fue a abrazarlo y decirle que yo iba a estar bien, que Mark y el cachorro iban a estar bien. Dos horas transcurrieron, horas que fueron muy tortuosa para el alfa, por cada segundo que pasaba Yuta se aturdía cada vez más y más y la opresión en su pecho no parecía querer cesar.
—Familiares del joven Lee —hablo un alfa con apariencia joven.
—Yo soy su novio —dijo el rubio mientras se ponía de pie.
—La operación fue todo un éxito —ChanYeol y su hijo suspiraron— El paciente está sano y salvo, pero... Lamentablemente perdió ambos cachorros —la sonrisa algo aliviada de Yuta desapareció por completo, volviéndose una sola línea y haciendo que cayera de rodillas al frío piso del hospital. Irene se acercó a su hijo, pero este se negó a ser abrazado. YongSun intentó hacerlo y lo logró, el alfa lloró como un bebé en sus brazos, la alfa lo mimo mientras acariciaba sus cabellos.
Irene soltó un chillido de alegría y quiso sonreír, pero un fuerte agarre en su brazo hizo su sus labios formarán una mueca. Pronto fue arrastrada fuera del lugar, todas las miradas caían sobre ella, algunas preocupadas y otras con desprecio.
—Dime que no tuviste que ver con nada de esto —hablo finalmente ChanYeol una vez fuera del hospital.
— ¿Pero qué dices ChanYeol? Sería incapaz de hacer algo así.
—Más te vale.
🐯🐯
Mark abrió de manera lenta sus ojos, la luz solar impedía que los abra por completo, un olor para nada agradable llegó a sus fosas nasales y gruño mientras abrazaba su vientre... Dejo de gruñir en cuanto noto que su vientre no estaba abultado como antes, se sentó exaltado en la camilla provocando un leve mareo, miro alrededor y vio a Yuta estar sentado en una de las sillas allí, pronto vio como este se removió en su lugar y luego abrió sus ojos de manera lenta, hasta que el alfa notó que el menor se encontraba despierto.
—Mark —se puso de pie— Mi amor —quiso acariciar sus mejillas, pero el omega no se lo permitió.
— ¿Qué pasó con mis cachorros?
—Lo-los perdimos —Mark negó con la cabeza, mientras tocaba su vientre y las lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos— Mi amor...
— ¡No me digas así! —Gritó— ¡Todo es tu culpa! ¡Perdí a mis cachorros por tu culpa! ¡Pasaste más tiempo con esa estúpida alfa que conmigo! ¡Me abandonaste! Sabías que esperaba hijos tuyos pero te importo una mierda ¡¿Para eso me trajiste?! ¡¿Para abandonarme?! Hubiera preferido mil veces quedarme con mis padres, en un lugar donde me querían y no me despreciaran, en un lugar donde mis cachorros y yo estaríamos a salvo —susurró lo último mientras se abrazaba así mismo, su omega aullaba de dolor.
Era su primera vez quedando en estado, todo un fracaso, perdió a los dos cachorros que esperaba, era un omega que no estaba marcado aún y que ya no lo estaría. Más lágrimas caían de sus ojos color miel, el dolor, la rabia, la decepción la tristeza era una mezcla que, no le gustaba sentir a Mark, era tan horrible sentirse así, sentirse frustrado sin saber qué hacer.
Cometió el error de haber seguido al alfa, solo debió haberse quedado con sus padres y continuar con su universidad, nada de esto estaría pasando, la decepción en sus ojos no sería notoria, hubiera esperado al alfa con los brazos abiertos. Ahora también estaría abrazándolo pero apestaba a esa alfa y eso le dolía bastante, no quería aceptarlo pero tenía que hacerlo, tenía que aceptar que por más que ambos sean destinados a estar juntos, en esta ocasión no lo estarían, no cuando el alfa no se muestra seguro de lo que quiere y aún sigue obedeciendo a su madre, no cuando su alfa prefiere pasar todo el día en el trabajo con otra persona y no pasarla con él en su estado de gestación.
El doctor entró en la sala y notó el ambiente tenso, pero como el doctor que era, tenía dar los resultados de la situación en la que se lo encontrar el omega y el porqué del aborto que tuvo.
—Disculpen por interrumpirlos —habló— Señor Lee, mis condolencias por su pérdida... Pero con sus exámenes de sangre, me da el resultado de que usted tomó una hierba que ocasionó el aborto repentino de los cachorros —Mark brió los ojos y miró al doctor con asombro.
— ¿Q-qué? Eso no puede ser yo...
— ¿Tomaste algo anoche? ¿No querías tener a los cachorros? —la puerta fue abierta abruptamente dejando ver a Irene.
— ¿Cómo qué no querías a tus cachorros? —preguntó la mujer con falso dolor y el omega está vez no evitó gruñir en alto, recibiendo una mala mirada de Yuta, pero aun así no se reprimió y siguió haciéndolo— ¿Pero cómo es posible? ¿Así te consideras digno para mi hijo? Un omega cómo tú no puede ser pareja de mi Yuta —la mujer se acercó hacia Mark con la mano en alto lista para darle un golpe, pero el doctor la detuvo.
—Señora retírese de la habitación.
—Usted no...
—Está en mi hospital y yo decido quién entra y quién sale —gruñó.
—No le hable así a mi madre —Yuta habló molesto.
—Mire señor Nakamoto, su omega...
—Él no es mi omega... no tiene mi marca.
"¡¿Pero qué estás diciendo humado de mierda?! ¡Retráctate ahora mismo!"
"¿Por qué él está diciendo eso, humano? Yo sé que mi alfa no es el que lo dice, sólo es ese humano ¿Verdad?"
El corazón de Mark se oprimió y dolió, dolió como nunca antes en su vida lo hizo, no esperó jamás escuchar eso de los labios de Yuta, los recuerdos a su lado llegaron a su mente, recuerdos muy bonitos, que parecían desvanecerse, sus lágrimas aumentaron y entre sus manos apretó las sabanas, giró su rostro y miró por la ventana.El día estaba nublado, color gris, una fuerte lluvia amenazaba con caer.
Tomó un poco de aire por la nariz y lo expulso por la boca, hizo lo mismo unas diez veces, con el propósito de para su llanto que no parecía querer desaparecer, quizás el desahogarse es mejor, pero no lo haría allí, no delante de esa alfa que lo humilló, no delante del alfa que dijo ser su predestinado, pero ahora lo está negando. Aunque tenía razón, no estaba marcado y ese era el problema, el alfa no lo podía llamar su omega si no estaba marcado.
—Quiero estar sólo —habló el omega— Doctor —giró el rostro y sólo miró al doctor— Por favor...
— ¿Deseas que el señor Nakamoto se quede?
—Me da igual... Pero prefiero estar sol...
—Yo me voy a quedar necesito arreglar algunas cosas con él...
—Muy bien... Ya escucharon al paciente, sólo se queda ese alfa —Irene gruñó por cómo habló el alfa, pero ChanYeol la sujetó y la sacó del lugar— Muy bien con permiso —el doctor también se retiró.
— ¿Qué quieres?
— ¿Qué, qué quiero? Una explicación Mark, una bendita explicación que me diga por qué tomaste esa estúpida cosa.
—Yo no tome nada, sólo recuerdo que baje a la cocina, me encontré a YongSun, ella dijo que lo iba a hacer y...
— ¿Insinúas que ella te dio esa cosa?
—Puede ser...
—No culpes a otros de tus errores, si no querías tener hijos conmigo...
— ¿Cómo no querría tener hijos con mi predestinado?
—No lo sé, pero no culpes a YongSun, ella sería incapaz de hacer aquello.
— ¿Qué quieres qué haga? Soy un omega que no está marcado, que quedó con cachorros en el vientre... Cree lo que tú quieras... Al fin y al cabo no soy tu omega ¿Verdad? —El alfa sólo lo observó— Vete, déjame sólo.... Lárgate a París, vete con ella y vuélveme a dejar solo como todos estos meses lo has hecho... Hubiera preferido quedarme con mis padres... Con JongIn—susurró lo último.
— ¿Con JongIn? Ese alfa débil...
—Podrá ser débil, pero él jamás me hubiera dejado sólo, él jamás me hubiera negado—la puerta volvió a abrirse dejando ver a un TaeMin con los ojos rojos e hinchados.
— ¿Lo negaste? —Miró a su hermano con decepción— Pues bien, vete de aquí... Tu vuelo sale en una hora, lárgate y no regreses, vete con esa alfa y cumple con el capricho de la estúpida alfa que tienes por madre, porque esa... La mía no es.
Yuta miró a su hermano y en sus ojos notó la decepción y la molestia, conocía a TaeMin y sabía que este tenía demasiada determinación y podía hacer mucho, miró a Mark y no le dijo nada, sólo salió de la habitación y caminó hacia YongSun.
—El vuelo se nos va a hacer tarde vámonos. —la alfa asintió y caminó tomándole del brazo, en el camino se topó con el doctor, quien lo observó todo el cuerpo completo y sólo negó con la cabeza, como si estuviera decepcionado.
Un niño y un omega entraron al hospital, el niño corrió al doctor mientras gritaba "papi" y lo abrazó, miró al omega, notó que en su cuello no había ninguna marca... También se acercó al doctor y le dio un pequeño beso en los labios, mientras le sonreía y cargaba al niño, los tres salieron de su campo de visión.
Caminó hacia su carro y le abrió la puerta del copiloto a la alfa quien estaba con una sonrisa de oreja a oreja, rodeó el carro y se subió al asiento de conductor. En el camino a casa, solo la otra alfa parloteaba e incluso llegó a poner música a todo volumen, llegaron y bajaron. Uno de los Kim se acercó preocupado.
— ¿Cómo está tu omega? —preguntó el pelinegro.
—Aquel chico ya no es su omega —interfirió la alfa, mirando con desprecio.
—Escúchame bien mocosa estúpida, me importa una mierda que seas una alfa, pero a mí me respetas, escoria, se supone que para ganarte el respeto de la sociedad tienes que proteger a los omegas, más sin embargo los desprecias y los tratas como basura y déjame decirte que no eres más que una pobre cosa barata y fácil que anda por allí queriendo quitar alfas a otros. Si no vas a respetar a otros por lo menos respétate a ti misma y tú mocoso —se dirigió a Yuta quién parecía estar en otro mundo, pero que giró a ver al mayor en cuanto este lo llamó— La vida no está hecha para contentar siempre a tus padres, una vez que estás listo para volar hazlo y busca tu propia felicidad, la tuya, la vida que tienes ahora es solo tuya y de nadie más, si sabías que te ibas a comportar así desde un principio pues lo mejor hubiera sido no conseguirte una pareja, que por si no te has dado cuenta la lastimaste —suspiró— Bueno, me voy... alfas estúpidos —murmuró caminando a su hogar— ¡Bomin, Shotaro! ¡Vamos a ir al hospital a visitar a su tío Markkie!
Yuta suspiró y sólo caminó hacia su casa, abrió la puerta ingresó y le pidió a la chica que lo espere allí. Subió al segundo piso y en el trayecto se encontró con BaekHyun saliendo del despacho de su padre con la respiración algo agitada y su vista perdida en algún punto.
— ¿Está bi...
— ¿Cómo está el joven Lee?
—Bien... Dentro de lo que cabe.
— ¿Sus cachorros?
—Los perdió...
—Es igual a su suegra...
— ¿Qué?
— ¿Acaso eres estúpido Yuta? Abre los ojos por el amor de dios, tu madre está detrás de todo esto, ella y la alfa que dice ser tu amiga, que dice ser quien te apoya ¿Por qué los alfas son tan idiotas? ¿No te diste cuenta de las intenciones qué tenía tu madre al presentarte a aquella alfa? La madre de tu padre me hizo lo mismo... Tu madre me dio de beber algo y perdí a mis cachorros, yo sé que es lo que se siente el perder un hijo... ChanYeol se creyó todo el cuento de que yo no quería cachorros suyos, pero míralo ahora está sufriendo por la bruja que tiene como esposa... Aunque tú no lo quieras aceptar, ella te obligara a casarte con YongSun si no me crees ve y revisa la cámara de seguridad de la cocina... Primero revisa el de las 9:00 de la noche y luego el de las 11:00... Mi turno ya terminó, me voy a casa.
Yuta con palpable desconfianza entró al despacho de su padre y caminó hacia la laptop, la abrió y enseguida fue directo a la carpeta donde se encontraban los vídeos de las cámaras de seguridad. Buscó las horas que le dijo el señor Byun y en la primera observó cómo su madre y YongSun hablaban de algo, no se iba a dejar llevar por algo así, buscó el de las 11:00 y vio a Mark entrar en la cocina, estaba buscando algo, luego entró la rubia, se dijeron algunas palabras y luego la rubia comenzó a preparar el té, pudo observar que la chica vertía algo en la taza y luego se lo daba al omega, quien lo recibió dudoso.
—Yuta.. ¡Yuta! —el gritó lo despertó— Ya vamos a llegar a París —la rubia sonrío.
— ¿Qué? ¿Y Mark?
—Se quedó en Jeju, dijiste que no querías nada con él y por eso venimos a París Yuta.
— ¿Cuándo dije eso?
—Hace como 16 horas.
—Tengo que regresar...
—No puedes, tu madre ya le dijo a los empresarios esos que estamos viniendo.
Yuta halo de sus cabellos, no podía hacer nada, no hasta que termine la reunión.
🐯🐯
Mark salió del hospital, aún no le dieron de alta, pero el ya no quería estar allí, no claro que no, Irene aún estaba allí demostrando falsa preocupación por él, quería ir a buscar a Yuta y hablar con él, aclarar algunas cosas, pues su lobo aullaba de tristeza y no quería lastimarlo por nada del mundo. La gente a su alrededor lo miraba con algo de lástima y con preocupación, pero ninguna era capaz de acercarse y ayudarlo. Gruesas lágrimas acompañaban a su rostro rojo de tanto llorar, pronto sintió gotas caer sobre su cuerpo, pero no le importó en lo absoluto, siguió caminando sin rumbo, sólo por donde sus pies lo guiaran, traía algo de dinero en el bolsillo de su pantalón, lo suficiente como para llamar a sus padres y pedirles que lo recojan.
Miró a su alrededor y vio que al otro lado de la calle había un teléfono público, decidió caminar hasta él, iba a paso lento, igual daba, no había prisa, perdió a dos cachorros, su predestinado lo negó, ya no había nada que perder. La lluvia se volvió más intensa y las gotas que caían sobre su piel dolían, pero no se comparaba con el dolor que sentía su corazón. El cielo pronto se vio más oscuro, como si fueran las cinco o seis de la tarde, sonrío sin gracia, pues el día parecía estar sabiendo cómo le iba en su vida. El mundo nunca lo había tratado así, claro que sabía cómo era el mundo real, por supuesto, Mark nunca vivió en el mundo de las maravillas dónde existían los unicornios, las hadas, donde el barro es de chocolate y todos vomitan arcoíris, no nunca lo hizo. Si bien sus padres trataron de conserva su inocencia, también le enseñaron como era el mundo fuera de casa, que a veces la vida trataba a las personas como una basura, pero las cosas pasan por algo, al menos eso le dijeron sus padres.
La vida es triste para aquellos que, no buscan su propia felicidad, que no buscan ese brillo que tanto desean encontrar, lamentablemente no todo es como en las películas. La vida es como jugar al casino... El destino es quien baraja los naipes y las personas somos las que realizamos los movimientos o jugadas. El ganar la partida no depende del destino, depende de nosotros mismos, de las decisiones que tomemos en los momentos adecuados y correctos.
Estaba en medio de la calle y sintió una luz que lo alumbraba, escuchó el sonido de un claxon, pero su cuerpo no reaccionaba, solo volteo a mirar y luego sintió un duro golpe, abrió los ojos y sólo se encontró con un rostro preocupado, los ruidos parecían ser lejanos, ya no sentía nada, ni siquiera el momento en que su cuerpo fue cargado, sólo decidió cerrar los ojos y así lo hizo. Tal vez los cerraría para siempre, quizás no, pero él ya no sentía las ganas de vivir.
Holi boli, dentro de unos días subo el segundo cap.
Espero que les guste esta adaptación UwU
No dejo créditos a nadie, puesto que la historia original también es mía, aunque hice algunos cambios, pero son mínimos, no afectan la trama.
Lit. se acaban de tragar un "libro" (por así decirlo" de 60 páginas xd
Gracias por leer, les amo manguitos 💚
Naranjita ♡
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