El gran día había llegado, ese día que para la mayoría era una fecha importante pero más importante que nunca fue desapercibido por quien exactamente cumpliría años.

Camus siempre se consideraba la persona más fria de todo el santuario pero aún así, eso no le importaba a sus compañeros de armas y mucho menos de que ahora convivía con el anterior caballero de Acuario Degel y soportar que Kardia no dejaba de seguirla a todas partes.

Años atrás.

La anterior guerra santa, en el que los únicos sobrevivientes fueron Shion de Aries y Dohko de Libra, tras arduos días de reconstrucción del santuario, Aioros, Saga y Kanon fueron los caballeros asignados a buscar a los niños faltantes para ocupar el resto de los templos vacios, algunos fueron encontrados en la misma Grecia y otros en distintos países.

Todos los pequeños se presentaron uno por uno pero Aioros quedó inquieto al ver que no todos estaban en sus lugares.

- Niños guarden silencio, ¿Dónde está su compañero Camus?

- No lo sabemos, ese niño es raro

- Yo iré a buscarlo Saga

- Está bien Milo, mientras tanto, ustedes ya mismo se van a sus respectivos templos y guarden sus pertenencias, Kanon llévatelos.

- ¿Acaso crees que soy su niñera?

Ante la mirada de frustración, Kanon se fue con los niños. En el camino, cerca de un pequeño bosque, Milo al fin pudo hallar a quien se convirtió en su gran amigo en el futuro, después de un rato, ambos se dirigieron hasta la entrada del primer templo y lograr pasar las demás evitando los regaños de Shion.

Años después, todas las guerras santas contra los Dioses terminó, Camus y sus compañeros al volver a la vida, no opuso objeción ante ese cambio en su cuerpo, cómo el peor de los castigos.

Los meses siguientes para la joven amazona dorada eran un martirio, no sólo tendría que aguantar que Kardia la acosara día y noche, lo peor era que faltaban dos días para su cumpleaños, ella detestaba ese día por qué sólo deseaba estar sola en acuario pero sus amigos junto a Degel que festejarian su cumpleaños en el recinto principal con Sasha.

La mañana del 7 de febrero llegó, todos decidieron levantarse más temprano de lo habitual para ir haciendo los preparativos, Milo solo haría lo posible por llevar a su amiga a otro lado sin que sospechara nada, él sabía perfectamente que la pelirroja no querría celebrar su cumpleaños pero al llegar a ese lugar que solo ambos conocían, Camus sólo se limitó a leer uno de sus libros, Milo sonrío al ver unas flores y esconderlas detrás suyo.

- Milo no es necesario que ocultes nada.

- No necesito hacerlo Camus, estoy feliz que te guste lo que te regale y también, estas flores.

Camus sonrió al ver aquellas flores azules, si alguien sabía que era su color favorito, Milo lo era todo para ella, aún en su corazón no se perdonaba que lo haya traicionado pero eso no evitó que volvieran a ser lo que fueron desde el primer día.

Las horas pasaron rápido, Milo cubrió con un pañuelo los ojos de su amiga y llevarla al recinto principal donde todos los esperaban, todos le dieron sus buenos deseos pero la fiesta fue del todo tranquilo, Kardia no dejaba de molestar a Camus sin importarle que Degel estuviera presente para volver a pelear y destrozar todo que con esfuerzo, los demás consiguieron hacer y una vez más recibir los castigos de Hakurei y ordenando a Shion que los llevaron lejos para continuar con el festejo.

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~ En este capítulo, es especial para celebrar el cumpleaños del caballero de Acuario Camus.