𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 5;
𝒢𝓎𝑒𝑜𝓃𝑔-𝒽𝓊𝒾
Me desperté y mi cuerpo dolía terriblemente. Si intentaba abrir mis piernas podía sentir un dolor agudo en la unión de mis huesos.
Estaba sola en la cama, con el cabello hecho un desastre y completamente desnuda, apenas cubierta por la sabana blanca de la cama.
Tenía todos los recuerdos de la noche anterior vivos en mi mente. La manera en la que él me besó y mordió mis labios a como quiso, también mordió mi piel, mis pezones y en algún punto sentí que mordió mi glúteo. Nunca antes había estado con alguien que me hiciera vibrar de esa manera. La forma en la que sus manos abarcaban mis pechos y como sus largos dedos se clavaron en mis caderas, seguramente tenía muchas marcas.
Me tuvo como quiso y donde deseó. En la cama, contra la puerta, en la ventana y el balcón, en el baño y la alfombra. Fueron incontables veces en las que me corrí, ocasiones en las que de verdad sentí disfrutar el toque de un hombre sobre mi cuerpo. La manera en la que todo mi ser respondió a cada una de sus caricias, a cada uno de sus besos fue abrumadora.
No fue tierno, no fue indulgente. Fue agresivo, controlador y placentero. Se preocupó por mi cuerpo y cada vez que sabía que estaba a punto de dejarme ir, ponía más empeño y me llevaba más alto de lo que podía pensar.
No hablamos mucho, lo único que compartimos fueron gemidos y las palabras "mas" "ve más fuerte" "ve más rapido". Eso fue todo.
Aún con el sabor de sus labios en los míos, con la sensación de sus manos sobre mi cuerpo, me puse de pie, necesitaba salir de esta habitación y regresar a mi mundo.
Aquel estado de vida en donde no iba a volver a pasar esto, en donde estaba segura de que si algún día contaba que Jeon Jungkook me había poseído de todas esas maneras, no me iban a creer. En donde si miraba su nombre otra vez en la prensa sólo iba a tener recuerdos de lo majestuoso que fue cada vez que estuvo sobre mi, incluso cuando era yo quien estaba de rodillas fue perfecto.
Me dirigí al baño para lavar mi rostro y tratar de mejorar mi aspecto para que nadie se diera cuenta de lo que pasó en esta habitación, pero cuando vi mi reflejo en el espejo, me di cuenta de que eso era inútil.
Tenía la marca de todos los besos húmedos que me dio regados por mi cuello y uno muy cerca de mi pecho derecho. Mis caderas tenían sus dedos grabados y estaba segura de que estarían allí por muchos días.
Suspiré y abrí la llave del lavamanos. Eché agua en mi rostro y sonreí. Era la primera vez que hacía algo así de atrevido, la primera vez que dejaba que alguien más tocara así mi cuerpo, Jinhyuk nunca lo hizo de la misma manera, él nunca me lo hizo contra la pared, jamás me obligó a ponerme de rodillas, pero este hombre había logrado en una noche lo que Jinhyuk no hizo en años.
Regresé a la habitación oara buscar mi ropa y dejar este lugar. Cuando me vestí por completo le di un último vistazo a la cama. Estaba completamente desordenada y todas las almohadas estaban en el piso, habían unas cuantas cosas de decoración también regadas por doquier. Caminé hacia la puerta y la cerré detrás de mi.
°
Una hora más tarde regresé a mi pequeño apartamento, me urgía darme un baño y organizar mi mente. Tenía muchas cosas en las que pensar.
Era obvio que mi relación con Jinhyuk estaba más que acabada. Mi amistad con Doojin era algo que no tenía solución, porque no me dolía el hecho de que Jinhyuk me traicionara y aunque incomodaba no era la gran cosa, pero pensar en Doojin burlándose de mí a mis espaldas era terrible. La consideraba mi amiga, la única que tenía, me conocía tan bien y yo casi por completo a ella, porque aún no había descubierto era vena de traición que recorría su cuerpo. En todos los años de nuestra amistad, jamás había visto ningún mal comportamiento en ella, jamás me dio la pinta de ser desleal, pero las personas eran un mar de secretos.
Después del baño me puse una camisa vieja que me quedaba muy grande y por debajo mi ropa interior. Salí de la habitación con el cabello mojado directo a la cocina para prepararme un té.
Tomé mi celular y empecé a leer algunos correos que tenia sin abrir. Algunos eran confirmaciones de ventas de pasteles a domicilio y uno en específico era de hoteles Jeon.
Era mi pago por haber realizado el servicio de Catering. Cuando leí la suma de dinero casi me ahogo con el te. Era más de lo que pedí. Al final había una nota que decía que se me había otorgado un bono por un "servicio excelente y sabor único". No planeaba devolver el dinero ya que sabía que era fruto de mi esfuerzo.
Terminando de tomar mi té un nuevo mensaje apareció en mi celular.
"Espero y hayas recibido mi pago y honorarios por el trabajo realizado este fin de semana. Con "servicio excelente y sabor unico" no me refería a tus pasteles, era más bien a cierta parte de tu cuerpo"
- Ceo Jeon Jungkook
Abrí los ojos desmesuradamente después de leer el mensaje.
— ¡Imbécil!
°
Unos cuantos días pasaron y aún tenía la idea y los recuerdos de la noche del domingo. Esos recuerdos eran difíciles de olvidar y no importaba cuánto trabajo tenía mi mente siempre me jugaba sucio y me llevaba hasta ese día.
¿Qué me pasaba?
— Buenos días — saludó una mujer de más o menos mi edad.
— ¡Bienvenida a Magic Bakary Shop! — saludé con entusiasmo.
— Eres Mok Gyeong-hui, ¿cierto? — preguntó la mujer de aspecto pulcro con ojos verdaderamente hermosos.
— Sí — respondí con dudas — ¿Nos conocemos?
— No no no — dijo, haciendo señales con su mano — Quería contratar tus servicios.
— ¡Oh! Claro — sonreí y saqué la libreta en la que apuntaba las reservaciones.
Desde la noche de la gala estuve teniendo muchas llamadas.
— Mi esposo, bueno mi futuro esposo — dijo sonriendo — Me dio tu número.
— Disculpe no estoy entendiendo...
— Estuvimos en la gala del viernes, tu pusiste la mesa de pasteles — asentí — Probamos unos cuantos y nos encantaron — dijo ella con una sonrisa.
— Es bueno escuchar eso.
— Yo pedí tu número porque en unos cuantos días más será mi boda — explicó ella jugando com sus manos — Y me preguntaba si tenías tiempo para poner una mesa.
— Sí me dices el día exacto...
— Este domingo — dijo apretando sus labios — Se que es muy poco tiempo pero resulta que el servicio que teníamos antes nos canceló a última hora, y dado que tus pasteles me parecieron fenomenales, pensé en ti...
— Tengo el día disponible — le dije luego de revisar mi agenda — Creo que puedo ayudarte...
Ella sonrió y aplaudió.
— ¡Genial! Soy Jung Sol-i — me tendió su mano y la tomé.
Ella y yo estuvimos hablando por muchos minutos, hasta que ambas quedamos satisfechas.
°
Ese mismo día en la tarde, me preparé para ir a mis clases de Yoga. Asistía casi todos los días y era lo único que me mantenía relajada de mi caótica vida.
Fui la primera en llegar. No fue una sorpresa el hecho de que Doojin llegó también.
— Veo que serás más difícil de desaparecer de mi vista de lo que pensé — dijo ella torciendo los ojos — ¿Qué haces aquí?
— Esa sin duda es una pregunta estúpida. ¿Qué crees que hago en una clase de Yoga vestida para hacer Yoga? — pregunté con desagrado.
— ¿Te crees muy lista cierto? — dijo retandome con la mirada — Eres una perra. Hiciste que me dejara.
— O talvez se cansó de tu trasero débil — le dije con burla — Mira Doojin, en nombre de la amistad que algun día tuvimos, quiero pedir con toda la serenidad que puede existir en mi cuerpo, que me dejes tranquila, de lo contrario...
— ¿De lo contrario qué? ¿Vas a golpearme otra vez? — preguntó con furia.
No pude responder porque más chicas entraron a la sala seguidas del instructor.
— A partir de ahora las conversaciones se acaban y quiero toda su atención sobre mi cuerpo — el musculoso instructor se posiciono en el centro del salón, justo frente a nosotras — Buenas noches señoras — sonrió calidamente.
Esa fue nuestra señal para que empezáramos a extender nuestras mantas.
Mi cuerpo se relajó cuando empezamos con el primer ejercicio, pude sentir toda la tensión acumulada salir de mi cuerpo y dejar mi mente liviana.
Mientras hacía un ejercicio de estiramiento, mi entrenador se acercó hasta poner sus manos en mi cintura.
— Si lo haces de esa manera tu cuerpo sufrirá calambres — su manos viajaron desde mi cintura hasta la parte donde iniciaban mis glúteos — Estirate un poco más y abre las piernas...
Mi mente se sintió congelada por el tono que usó. Recordé una vez más a la noche que pasé con Jungkook. Eso fue exactamente lo que él me dijo antes de entrar a mi por completo, de una sola vez y con un fuerte golpe.
Aun con esos recuerdos, acomodé mi postura e hice lo que él pidió. Sus manos seguían en mi cuerpo pero no producían nada, no había comparación con lo que sentí con Jungkook.
Hasta que mi postura fue estable él me soltó.
Por media hora más estuve en un estado total de tranquilidad, hasta que a Doojin se le ocurrió soltar más estupideces de su boca.
— ¿Quieres tirarte al instructor? — preguntó cuando yo salía por la puerta del salón de Yoga.
— ¿Algún problema con ello? — contesté con otra pregunta — No, no hay ninguno, porque a diferencia de ti mi trasero no parece ir por ahí con necesidad.
— ¿Es eso? ¿O que eras un tronco en la cama?
— ¿Se lo preguntamos a los otros hombres con los que me he acostado?
— ¿Cuáles?
— Puedes preguntarme a mi — dijo la voz que había escuchado en dos tipos de formato. El tono imperativo y en formato gemido.
Esa era la voz de Jeon Jungkook.
— ¿Tú? ¿Haces obras de caridad también? — preguntó Doojin con burla. Jungkook no respondió, solamente encogió sus hombros.
— Doojin lárgate, ve y busca al enano de Jinhyuk...
— Me iré, no porque tu lo dices — pasó por mi lado y golpeó mi hombro — Te estaré vigilando perra.
Me quedé a solas con Jungkook y ambos empezamos con un duelo de miradas hasta que él decidió romperlo.
— ¿Recibiste mi regalo? — preguntó.
— Disculpa, ¿quién eres?
— ¿Vas a fingir no conocerme? — preguntó con burla ante la pregunta estúpida que hice.
— No te conozco.
— ¿Quieres hacer memoria? — preguntó acercándose a mi — Estoy de buen humor y creo que será suficiente para que no lo olvides la próxima vez.
— Talvez la segunda vez tampoco la recuerde y sea tan decepcionante como la primera — le dije.
— Gristate mi nombre muchas veces — entrecerro los ojos a mi dirección.
— ¿Qué quieres?
— Ahorita una cosa en especifico pero algo me dice que te negarás, así que iré por la opción más decente — metió sus manos en sus bolsillos — Ven conmigo una noche más.
— ¿Te has golpeado la cabeza?
— No, simplemente he probado tu cuerpo y no me siento satisfecho con solo una noche.
— Me parece que tendrás que conformarte con ello, porque no va a pasar.
— ¿Segura?
— Mucho. Si estuviera interesada en que eso pase de nuevo, tú tendrías que estar interesado en invitarme a salir, pero he leído un montón de artículos sobre lo gilipolla que eres y no gracias, no estoy interesada.
No dijo nada por unos minutos y sonrió.
— Ir a un hotel a tener sexo debería ser considerado una cita. Pero para que conste en acta, no voy a citas...
— Pues yo no duermo con nadie sin haber tenido una.
Me di la vuelta para caminar lejos de él. Solo di dos pasos y sentí sus manos pasando por mi cintura hasta pegarme a su pecho.
— Una noche más... — susurró en mi oído — Déjame ser el dueño de tu cuerpo por una noche más.
Sentí mi cuerpo vibras y aunque quería decir que sí, preferí hacer lo más razonable.
— Tendrías que rogarme para que pase de nuevo — me solté de su agarre y solo enfrente una vez más — Y se que no eres de esos.
— Apuesto todo lo que quieras que tu y yo estaremos en la cama de nuevo.
— Y yo apuesto en que eso no pasará — le dije — No importa cuanto digas que quieres hacerlo, no va a pasar.
— Ya lo veremos. En ese monto de estupideces que leíste en Internet sonre mí, también debiste encontrar que siempre consigo lo que deseo y eso no te excluye.
— Buenas noches Jeon Jungkook, diría que fue un placer conocerte pero estaría mintiendo.
— Sí aceptas mi propuesta, te daré algo más que placer.
Rodé los ojos y decidí caminar lejos de él antes de que mi cordura se fuera a la basura.
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