𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 34;
𝒢𝓎𝑒𝑜𝓃𝑔-𝒽𝓊𝒾
Me desperté por la claridad que se colaba por las ventanas, que aunque era muy poca producto de la niebla, fue lo suficiente como para incomodarme y abrir los ojos. Sabía muy bien lo que habia pasado la noche anterior, tenía cada beso grabado en mi memoria con el fin de nunca ser borrado. Me moví en busca de Jungkook pero él no estaba a mi lado, tampoco se escuchaba en el baño, no me asuste ni nada por el estilo, porque anoche fuimos todo lo contundente que pudimos para saber que nos quedaba un largo camino juntos.
Me levanté de la cama y me puse la camisa blanca que él me había dado, pasé por el baño puesto que estaba segura de que mi aspecto no era el más aceptable de todos, lave mi cara y enjuague mi boca. Salí de la habitación y me dirigí hacia la pequeña sala que estaba en la suite, él tampoco estaba allí.
Lo vi apoyado en las barandillas del balcón, usando sólo unos pantalones cortos, como si era inmune al frío. Me acerqué a él a paso lento y lo abracé por la espalda.
— ¿Qué haces aquí afuera? Hay frío — dije. El se dio la vuelta y me dio un beso en la frente.
— Nada en particular, solo pensaba — me abrazó de vuelta muy fuerte — ¿Dormiste bien?
— Teniendo en cuenta nuestras actividades nocturnas... puedo decir que no — le dije sonriendo. Me incliné a él y le di un beso suave en los labios.
— Teniendo en cuenta que es casi medio día... — abrí los ojos.
— ¿Tan tarde? Podría jurar que solo se sintieron como dos horas en la cama.
— Tenía planeado despertarte más temprano pero parecías cómoda — se agachó para cargarme — Vamos a comer algo que tendremos una tarde agitada.
— ¿Por qué? Yo no tengo negocios que atender — le dije. Jungkook me sentó en las sillas que rodeaban la mesa de la sala.
— Bueno, yo sí. Hoy en la inauguración quiero que estés conmigo — él empezó a destapar los platillos de comida.
— No vengo lista para ir a un evento del brazo tuyo — me encogí de hombros y tomé uno de los bollos que estaban en la mesa — Ni siquiera tengo ropa decente.
— Ya me encargué de eso — dijo él — más tarde unas chicas vendrán a verte — levanté una ceja, dudosa — lastimosamente me perderé tu prueba de vestuario ya que en una hora tengo que correr al hotel.
— ¿Estás seguro de querer estar conmigo allí?
— ¿Por qué no lo estaría? Eres la mujer que amo, yo no veo nada anormal eso — dijo muy seguro de sus palabras.
No dije nada solo lo observé por unos segundos en silencio, tratando de asimilar como de todo el embrollo en el que estábamos ambos habíamos llegado a esto, a que él me dijera que me amaba tan fácilmente como si en realidad antes me lo había dicho un millón de veces.
Tratando de desviar el tema empecé por algo que me había dejado intranquila la última vez que hablé con Sol-i.
— Sol-i me dijo que te vas a marchar después de hoy — me miró por unos segundos mientras comía su desayuno.
— Aún no está decidido.
— ¿Cuándo lo vas a decidir?
— Después de esta noche — me dijo suavemente — Eso no es algo de lo que quiero hablar ahora.
— Solo quiero saber si después de hoy planeas dejarme — Jungkook sonrió.
— Hui, me costó un infierno recuperarte, ¿Tú crees que soy capaz de alejarme de ti?
— Solo preguntaba — dije con inocencia, pero la verdad el tema me preocupaba.
Ambos comimos en silencio, tranquilos y absortos en nuestros propios pensamientos, fueron minutos largos y llenos de paz, hasta que Jungkook recibió una llamada.
— Tengo que irme — se puso de pie y se acercó a mi para besarme.
Me besó fuertemente con mucho anhelo.
— Regreso por la tarde para recogerte. Por favor, Gyeong-hui, acata las ordenes de las chicas que vendrán — me dio otro beso — Que ya te conozco y se que te gusta hacer las cosas a tu antojo — me besó una vez más, dejando sus labios unidos con los míos por unos segundos — Te amo.
No me dio tiempo de responder porque ya se había marchado a la habitación a cambiarse seguramente. Me quedé sentada un poco confundida hasta que lo escuché cerrar la puerta.
Me levanté de la mesa y fui a la habitación, miré la cama y recordé todo lo que habia pasado, besos, muchos besos, demasiadas caricias y muchos gemidos, cerré los ojos solo para recordarlo mejor, entonces también recordé que entre tanto no habíamos usado protección, eso detuvo mis pensamientos eroticos y trajo otros un poco más aterradores.
"¿Y su quedaba embarazada?" Me pregunté a mi misma, analizando las posibilidades podía ser un sí. Jungkook seguro se enfadaria y de más, aunque yo tampoco era muy proclive a desear un bebé, pensándolo bien jamás me tome la tarea de saber si deseaba ser madre, talvez era porque no tuve el afecto de mi mamá y tenía miedo de repetir patrones y condenar a mis hijos a crecer sin mi amor.
"¿Jungkook querrá hijos?" Una pregunta sin respuesta puesto que no iba a saciar mi curiosidad, además, no creo que sea tan tonto para no darse cuenta de que lo hicimos muchas veces y todas sin condon.
Sacudí de mi cabeza todos esos pensamientos que al final no me ayudaban en nada, pues no servía preocuparse ahorita. Con un poco de suerte no pasaría nada.
Me recosté en la cama y cerré los ojos hasta que escuché que tocaban la puerta. Fui corriendo a abrir, tire la manecilla y detrás estaba un chico de cabello naranja y dos mujeres más que se miraban un tanto...¿raras?, me observaron por un momento y luego sonrieron.
— Jeon Jungkook nos mandó a llamar — me dijo una de ellas. Asentí y me aparté a un lado oara dejarles pasar — Así que aparentemente tu eres su novia.
— Algo así.
— Cariño, no seas tímida. Nosotros estamos aquí para dejarte preciosa, digna de ir del brazo de uno de los hombres más deseados de aquí — dijo el chico de pelo naranja — Soy Bob.
— Yo soy Hyeri y ella es Yerim — me dijo una de las chicas — Somos estilistas.
— Bueno, lo que yo necesito no es maquillaje... — dije. Los tres me miraron riendo.
— Bob, la ropa.
Bob se fue y regresó en un segundo con un perchero lleno de vestidos que a leguas se le notaba lo lujoso.
— Empecemos — dijo Yerim sonriendo.
°
D
os horas más tardes y estos tres aún no terminaban conmigo. Cuando me dijeron que planeaban arreglarme para esta noche jamás pensé que se referían a un día completo de cuidados femeninos. Incluso se atrevieron a cortar mi cabello. Me arreglaron las uñas de las manos y los pies, depilaron mi rostro, aunque según yo no era necesario pues vello facial no tenía, me masajearon las piernas y muchas cosas más.
— Tengo una duda — dijo Hyeri — llevo años conociendo a Jungkook y jamás había traído a una chica para un evento de este tipo, ¿como hiciste?
— Bueno, supongo que tengo una buena personalidad — dije dudosa.
— Seguro que sí, porque no pareces de las tontas — dijo Bob — Ya sabes, esas que están desesperadas por dar un golpe de suerte con un hombre como el tuyo.
— Jungkook no es mi hombre.
— Si lo dices así suena como si no te importa, porque Jungkook nos dijo fuerte y claro, "necesito que arreglen a mí novia para esta noche" pronunció el "mí" con mucha fuerza.
Sonreí débilmente.
— Dejala, está tímida — apunto Bob — Y no la culpo, con semejante manjar como Jungkook yo también lo estaría.
— ¿Eres...?
— ¿Gay? — terminó él — Sí lo soy, querida.
No dije nada, no porque no quisiera, si no porque para algunos temas así aun eran difíciles, además no había muchas palabras para decir a alguien que tenía otra preferencia, de hecho quedarse callado era lo mejor en estos casos.
Ellos siguieron acomodando mi cabello mientras Yerim pasaba los vestidos frente a mi para que pudiera seleccionar uno. Todos estaban especialmente hermosos y no sabía por cuál decidirme.
— Si yo fuera tú — dijo Bob — Eligiria el azul, es más descarado, más suelto y te aseguro que Jungkook te lo agradecerá.
— Tiene toda la espalda descubierta — dije dudando — no creo que ese vestido sea para una noche como esta.
— Te aseguro que lo es, sobre todo porque Jungkook seleccionó todos y cada uno de los que están aquí — Yerim sonrió y levantó el vestido — Sí, ese será.
Antes de que ellos empezarán con el maquillaje me habían metido a bañar, me dijeron que no tardara mucho y después me proporcionaron ropa interior limpia, aunque claro, con este vestido me sería imposible usar sosten y yo tenía un problema llamado pechos grandes, entonces sería incómodo.
Después de terminar con mi cara ellos me dieron tiempo para ponerme el vestido. No iba a negarlo, era hermoso, la tela era sedosa y brillante, por la espalda tenía pequeñas cadenas entrelazadas, eran el único adorno que tenía, porque por la parte delantera era liso, solo se formaban arrugas donde la tela se recogía. Empecé a deslizarlo en mi cuerpo sintiendo más confianza en como luciría y cuando estaba por terminar Jungkook entró. Me miró fijamente desde la puerta.
Él estaba guapísimo, ya se había cambiado y llevaba un traje a la medida, de tres piezas y sin abrochar los últimos botones, cosa que agradecí. Sentí mis manos sudar y para disimular mi sorpresa acomodé la cintura del vestido.
— Te ves preciosa — me dijo suavemente — Más que eso, más que preciosa.
— Tu no te quedas atrás — le dije y me acerqué a él — Estás guapísimo.
Jungkook me tomó de la cintura y me besó suavemente.
— Tenemos que salir de aquí, por lo contrario algo me dice que no llegaremos a la ceremonia — me reí y asentí.
— Debo ponerme los zapatos — me separé de él y busqué una de las cajas que me habían traído. Zapatos negros de tacón grueso. Con mucha paciencia me senté en la cama y me los puse.
Unos toques se escucharon en la puerta.
— ¡Torrolitos, nos vamos! — dijo Bob, animado de más — Jungkook, cuida a esta chica... ¡ah, sí, casi lo olvido! El vestido es fácil de quitar — yo reí nerviosa pero Jungkook no.
— ¿Por qué me miras así? — pregunté poniéndome de pie.
— Nada — sacudió su cabeza y murmuró por lo bajo: — Dios, ayúdame a controlarme esta noche — luego me miró a mi — Vamos, Hui.
Ambos salimos de la suite, no sin antes besarnos porque ninguno de los dos podíamos evitarlo.
°
Llegamos a la inauguración. Había mucha gente por todos lados, gente importante sin duda. Sol-i y Namjoon estaban aquí, también otros amigos de Jungkook, su mamá y su papá. Hablando de ellos, Jungkook me presentó oficialmente como su novia, esperaba que tuvieran una reacción áspera conmigo pero no fue así, la mamá de Jungkook era un amor y si hablamos del papá, pues lo mismo.
Sol-i estaba emocionada, parlotaba de un lado al otro y de vez en cuando me daba miradas cómplices o hacia muecas cada vez que estaba con Jungkook. También, recibí unas miradas no tanto amables, todas provenían de mujeres, Jungkook me dijo que ignorara todo eso.
En todo momento Jungkook me mantuvo as su lado, hasta que él tuvo que subir al estrado para dar las palabras de bienvenida y dar la apertura.
Me senté en la primera fila del público junto con Namjoon y Sol-i. Todos los invitados tomaron asientos y el silencio nos acompañó.
— Buenas noches... — la voz de Jungkook a través de los altavoces paralizó mis sentidos y solo pude concentrarme en él — Hoy es una noche mágica, significativa para mi que he trabajado en este mundo por muchos años. He hecho cuando he podido y no ha habido un momento en el que dejé de pensar en cuál era mi objetivo — no podia apartar mi vista de él, de su seriedad — oficialmente he completado mi misión, siete hoteles distintos que representan a las personas más importantes de mi vida.
Todos aplaudimos.
— Sin embargo creía que este último me representaba a mi, pero me equivoqué. Me he dado cuenta que representa a la mujer que amo porque desde que vino a mi vida todo esto empezó a funcionar mejor — me puse colorada porque Jungkook me miró a mi — Sean todos bienvenidos a "7 Fates"
Hubieron muchos aplausos, muchas fotos. Un gran listón color rojo estaba por la puerta principal del hotel. Jungkook me miró y me llamó con la mano, pidiendo que subiera a su lado. Me sentí cohibida sin embargo lo hice. Me sitúe junto a él y mientras tomaba las tijeras que le daban con una mano, con la otra sostenía mi cintura.
— ¡1! ¡2! ¡3! — contaron todos y Jungkook cortó el listón conmigo a su lado.
Más aplausos y felicitaciones. Todos los invitados empezaron a moverse para pasar a las salas principales del hotel, la música volvió y todo el ambiente pareció calmarse.
Jungkook y yo no nos movimos hacia adentro como todos los demás, en cambio él me tomó de la mano y me llevó por el jardín principal.
— Te amo — me dijo cuando nos alejamos lo suficiente como para que somo se escucharan nuestras voces — Profundamente.
— Esta es la cuarta vez que me lo dices — le dije emocionada.
— No tienes que contarlas, te lo estaré diciendo de aquí en más — me besó suavemente — hablando de eso, tengo una propuesta para ti.
— ¿Cuál?
— Tu me preguntaste que si iba a quedarme o a irme de aquí, pero creo que lo que puedo llegar a buscar en otro lado lo tengo aquí contigo — me dio otro beso suave — Así que, propongo que tú te quedes conmigo para siempre para que entonces yo no sienta la necesidad de marcharme nunca.
— No entiendo — dije sonriendo.
— Traducido, quiero que te vengas a vivir conmigo y te invito a que hagas conmigo lo que tu quieras, que de ahora en adelante seré tu esclavo.
— Eso es una confesión muy fuerte.
— Lo amerita si se trata de la mujer con la que planeo pasar toda mi vida — me besó una vez más mordiendo mi labio — Te amo, Gyeong-hui.
— Yo te amo a ti — no pudimos evitarlo y ambos nos besamos, haciéndonos promesas inquebrantables.
°
No puedo creerlo, llegamos casi al fin de la historia y eso me da un poco de nostalgia, honestamente no creí terminarla pero he aquí.
Espero y les haya gustado mucho, de verdad. Ya solo me queda por subir el epílogo.
Espero que me sigan apoyando en la historia que estoy por empezar y todas las que vengan porque por mi cabeza siempre pasan muchas ideas.
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