𝒞𝒶𝓅𝒾́𝓉𝓊𝓁𝑜 19;
𝒢𝓎𝑒𝑜𝓃𝑔-𝒽𝓊𝒾
Pasé al menos una semana entera recluida en casa, no hice mucho pues la gripe me impedía siquiera comer. No tuve apetito más que de líquidos. Lloré mucho obviamente. Era inevitable no hacerlo cada vez que recordaba lo sucedido, además decidí llevar el dolor a su máxima expresión al reproducir una playlist de música para días lluviosos. Me sentía peor que cuando descubrí que mi mejor amiga y Jinhyuk estaban en algo a mis espaldas. Esta vez se sentía peor, seguramente era porque me había enamorado más.
Puse mi carta de renuncia a la empresa de Jungkook. No tenía intenciones de volver a verlo. Jamás. Me importaba bien poco si mi contrato exigía un año y de hecho estaba incumpliendo, pero no podía verlo sin evitar el deseo de poner veneno en su bebida. Recibí correos donde me advertían de una demanda por incumplimiento pero no podía estar menos preocupada. Mi pastelería iba bien, con eso me bastaba.
Aunque mi estado de ánimo no era el mejor, esta mañana decidí salir de mi mullido sillón. Necesitaba hacer unos cambios en mi vida, de lo contrario me quedaría estancada. No quería probar la depresión, menos si esta venía por una ruptura. Tenía claro que el dolor estaba hecho, pero al menos necesitaba controlarme.
Lo primero que hice fue abrir la pastelería. Necesitaba hacer inventario y buscar nuevas mezclas, de lo contrario me iba a matar el hecho de estar encerrada en casa.
En mi bolsa, tenía un sobre con un correo de la empresa de Jungkook, ya tenía un poco de noción sobre lo que trataba, pero necesitaba estar lista para abrirla. Primero, me preparé un té y un pastelillo de piña. Desde la muerte de papá que no comía uno, porque de alguna manera me recordaban a él. Siempre que había lluvia lo hacía y me daba una taza de leche caliente, era su aperitivo favorito.
Abrí el sobre, deteniendome para observar el sello que estaba en la parte inferior. Su procedencia era más que obvia. Suspiré tratando de contener la rabia que sentía al pensar en cualquier cosa que tuviera que ver con alguien de esa empresa.
El contenido era más que obvio. Recursos humanos estaba recordándome que había roto un contrato. No me preocupa en absoluto. Todo el dinero que gane alguna vez en ese lugar estaba depositado en una cuenta de ahorros con la que tenía planeado empezar una nueva sucursal de pastelería en alguna otra ciudad del país, sin embargo, esos planes ahora se venían abajo dado que necesitaba primero romper cualquier atadura con Jungkook.
Tomé la vieja computadora que estaba en mi oficina de la pastelería, para tratar de contactarme con el banco y hacer las transferencias correspondientes. Cuanto estaba a medio redactar mi solicitud, la puerta de mi pastelería se abrió y Kim Namjoon entró. No pude evitar sonreír.
A pesar de que él también estaba sonriendo sutilmente, no dijo nada, yo tampoco lo hice. Ambos nos quedábamos en silencio hasta que él negó con su cabeza y corrió a abrazarme. Me sorprendió su gesto, sin embargo no lo rechacé. No sabía porque, pero de alguna manera él y yo nos habíamos vuelto cercanos, y por arrepentirme de mi pasajera aventura con Jungkook, pero el hecho de que por él conocí a Namjoon, creía que valía la pena salvar todo lo mal que me sentí durante ese tiempo.
Namjoon era un amigo leal, al igual que Sol-i. En medio de nuestro abrazo, Namjoon susurró un lastimero "lo siento".
— Lo siento tanto, Hui — me separé de él, no muy segura a saber a lo que se refería — Ya sabes, lo tuyo con Jungkook...
Suspiré y sonreí débilmente.
— Supongo que era algo que tenía que pasar. Yo fui quien se equivocó.
— No, lo que trato de decir es que yo también contribuí un poco con ello — Comfundida lo miré — Yo me sentía un poco conmocionado por la manera en la que tu y el llevaban las cosas, y me equivoqué al pensar que tu le gustabas.
Le miré con duda, y un poco herida al recordar toda la situación.
— Así que se me ocurrió que si ayudaba un poco, Jungkook al fin liberaría su ser. Contigo — sonreí para no llorar en realidad — ¿Recuerdas las rosas de tu cumpleaños? — Asentí — No te las envío Jungkook. Él en realidad ni siquiera recordó que era tu cumpleaños. Esas flores las envié yo.
— ¿Cómo pudiste? — pregunté al borde del llanto.
— Lo sé, estuve mal. Por eso necesito que me perdones — Namjoon estaba apenado y yo furiosa, sin embargo podía entender su situación — No fue lo único que hice. Todos los presentes que algunas recibiste no fueron de parte de Jungkook, él nunca ha comprado una sola pieza para ti, todo lo envíe yo, a fin de que cada vez que yo sabía que ustedes habían discutido, tu pudieras perdonarlo porque de alguna manera él se miraba un poco mejor si tu estabas cerca.
— Eso es... — busqué las palabras adecuadas, aunque dudo que hubiera alguna — Lamentable.
— Aunque debo admitir que es un alivio que tu te hayas alejado — sonreí sin muchas ganas — Jungkook no te merece. Y no sabes cuanto me duele no haberlo notado antes — me abrazó otra vez y me dio un beso en el cabello.
No era un beso erotico, no. Este beso era un pequeño gesto que un hermano le daría a su hermana. Así se sentía.
— Supongo que no es tu culpa. Jungkook me advirtió todo el tiempo — él suspiró — No te sientas culpable.
— No puedo evitarlo — nos separamos una vez más. Él ya parecía más relajado — ahora que ya te he dado las malas noticias, es de mi agrado decir que he venido a darte un mensaje de mi esposa.
Sonreí. Siempre era bueno saber de Sol-i.
— Me pidió que te dijera... te lo diré con sus mismas palabras — sonreí — 'Hey, espero ver tu trasero sentado en mi mesa el dia de hoy' — levanté una ceja — Quiere que vayas a cenar con nosotros. Tenemos algunas noticias que compartir, además, habrá un invitado más — mi cara se descompuso — No, no. No es Jungkook. Sol-i no quiere verlo y apuesto a todo, que si ella pudiera pasar su auto sobre él, lo haría.
— Jungkook es amigo de ustedes, no tienen que alejarlo solo por lo que ha pasado — le dije obvia — Él estaba primero que yo.
— Pero sabemos quien fue el imbécil aquí. Además Sol-i es un tanto difícil.
— Bien bien — suspiré. A pesar de que mi estado de ánimo no estaba muy proclive a aceptar una invitación de este tamaño, supuse que no podía escapar — ¿Quién es el invitado?
— Te caerá muy bien...
No dijo más. Ninguno lo hizo. Ambos nos limitamos a estar en silencio. Namjoon anduvo dando vueltas por la pastelería y yo terminé de hacer unas gestiones. Necesitaba decidir ciertas cuestiones con respecto a mi futuro.
Usualmente nuca había sido alguien que tomara cosas a la ligera, pero había tomado algunas decisiones a base de dolores verdaderamente fuertes. Es como cuando te cortas el cabello después de una ruptura. Necesitaba tomar ciertas decisiones para poder avanzar, para dejar algunas cosas de lado, de todas formas no había nada que me detuviera en Seúl. No tenía amigo o familia, de hecho puedo agradecer eso. Ser solo yo me ayudaba a meditar menos las cosas y a permitirme más libertades. No era muy espíritu libre porque tenía ciertos dogmas aún grabados a fuego, sin embargo, nunca había sido tan dócil.
Talvez Jungkook solo era el fango en el que necesitaba caer para obtener un poco de realidad.
°
Namjoon no se separó de mi hasta que necesito dejarme unos minutos sola para que pudiera cambiar mi ropa. Según él, yo podía inventar cualquier situación para no asistir a la cena, y de verdad que él no pensaba de manera errónea. No quería salir, sin embargo Sol-i no me lo perdonaría.
El viaje en su auto fue tranquilo, Namjoon era una persona fácil, los silencios con él no eran incómodos y de alguna manera sabia dar espacio. Su aura era relajante, además tenía buen gusto músicas. 'The night we met' sonaba a través de las vocinas de auto y para mis oídos eso era una caricia grácil, aunque para mi corazón era tormento.
Llegamos hasta su apartamento, Sol-i nos recibió muy contenta, a él con un beso apasionado y a mi con un abrazo significante. Ella era increíble y Namjoon también, se merecían el uno al otro, además de que era increíble ver que alguien podía amar de esa manera a otra persona.
— Estoy preparando comida Italiana — dijo ella con felicidad. La misma sonrisa que su rostro tenia siempre — Además de eso, unos cuantos postres. No soy tan buena pastelera como tú — me dijo — pero he hecho mi mejor intento — Sonreí.
— Pues la cocina huele estupendo.
Namjoon se disculpo con nosotras, dijo que necesitaba ponerse más cómodo y entrar en ambiente.
— Ahora que mi marido se ha ido, necesito que me digas todo — me dijo ella, pasando de la alegría a preocupación en apenas un instante — Primero que nada ¿Cómo estás?
— Me siento como una mierda, Sol-i — le dije, hablando con la verdad porque de todas formas con ella podía ser sincera — Pero fuera de eso, todo bien.
— No pretendas hacer eso. No quiero que pienses que esta bien — me dijo preocupada — No lo está. Ese imbécil... — dijo las palabras con furia — Siempre supe que era tonto, pero nunca pensé que tanto.
— No tiene caso recordarlo — le dije. Restando importancia al tem, no necesitaba pensar en ello — Lo superare.
— Yo se que lo harás cariño — ella empezó a moverse por la cocina otra vez — Pero la cuestión es que nunca debiste acabar de esta manera.
Empezó a balbucear muchas cosas más, de vez en cuando maldecía a Jungkook, mostrando su amargura y me parecía bastante extraño que alguien se preocupara por mi de esta manera.
Después de escuchar su parloteo por al menos unos treinta minutos, pasamos al comedor que Namjoon había dispuesto y mientras él ponía música clásica en su reproductor, la puerta de la casa se abrió dándole la bienvenida a nuestro cuarto integrante.
A pesar de que escuché el sonido, yo seguía de espaldas a la puerta, más concentrada en la comida que en cualquier otra cosa.
— ¡Hermano, estas aquí! — saludó con entusiasmo Namjoon — Ven, pasa, pasa. Estábamos esperando por ti.
Yo tomé una uva del cuenco de frutas y la llevé a mi boca al mismo tiempo que me daba la vuelta. Casi me trago la uva de una sola vez cuando la imagen de la persona frente a mi empezó a conectarse con mis recuerdos.
Conocía al hombre que estaba de pie frente a mi.
— Oh, mira. Ella es Mok Gyeong-hui — dijo Sol-i — Nuestra amiga — el invitado sonrió y me miró de pies a cabeza — Hui, él es Park Jimin.
— Un... un placer — dije apenas encontrando mi voz.
— Es todo mio — él aun seguía viéndome con chispas en los ojos, poniéndome nerviosa.
Yo por otro lado no sabía dónde esconderme. Que vergüenza, era el tipo del dia de mi cumpleaños. Me daba un poco de corte que supiera mi verdadero nombre, cuando la noche que nos conocimos le di una identidad diferente.
Seguramente la tensión debió crecer a nuestro alrededor, así que Sol-i interrumpió.
— Pasemos a la cena — dijo con alegría — Todo está listo.
Todos nos movimos a nuestros lugares, y convenientemente, de toda la mesa que Namjoon disponía, Jimin estaba sentado junto a mi, aún con sus ojos puestos en mi. Casi podía sentir que esa mirada estaba penetrando a lo más profundo de mi alma. Casi dejándome descubierta.
Sol-i dijo unas cuantas cosas de las que no fui muy consciente.
— Entonces, ¿por cuanto te quedaras esta vez? — preguntó ella a Jimin.
— Al principio pensaba hacerlo solo por un mes — repuso el volviendo la vista a ella — Pero creo que he encontrado este lugar entretenido — ahora me miró a mi, poniéndome nerviosa. Instintivamente miré a Namjoon y este tenía una sonrisa pícara en su rostro — Puede que me quede un poco más.
— Eso es genial, seguramente Jun... — Namjoon dejó de hablar — Seguramente tu hermano está contento.
— En realidad no me importa tanto su estado de ánimo. No planeo compartir tiempo con él — su voz era sedosa y tranquila — tengo otro tipo de intereses.
Me sentía nerviosa y un poco descolocada. No sabía a dónde mirar así que me limité a bajar la vista a mi plato.
— Eso es genial. Sabes, Hui tiene mucho tiempo libre, puedes pasarlo con ella — Dijo Sol-i — Estos días ha estado un poco... triste.
— ¿Qué podría entristecer a la dama? — preguntó con amabilidad, dirigiendo su caliente mirada hacia mi.
— Él clima — respondí tontamente.
El se rió, al igual que mis traicioneros amigos. Podía decir que esta situación estaba planeada.
No pude concentrarme por el resto de la cena ya que sentía que estar cerca de Jimin calentaba mi cuerpo de una manera nunca antes hecha. Era diferente, cálido y tranquilo. Incluso su voz me parecía genial. Los temas de la noche fueron muy variados, por la manera en la que él hablaba me da impresión de que era alguien demasiado mucho.
Agradecía en gran manera que él no mencionó nuestro previo encuentro, no me puso en evidencia y eso lo hacía digno de ser reconocido como un caballero.
°
Hola. Aquí esta el nuevo cap. Me tomó un tiempo porque no he estado de buen humor últimamente.
Psd: el próximo capítulo sera POV de Jimin. Todos necesitamos saber que piensa él.
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