¿Sana?

Sana <3
¿¿¿Tzuyu??? Te preguntaría qué haces
con mi número pero ya lo tenías

Estaba viendo mis mensajes y he visto

el contacto, y por una parteme había extrañado

Uhm... he leído la conversación

Sana <3
¿Toda?

Algo así digamos

Es raro

Sana <3
¿Por qué es raro?

Es como leer algo que yo he escrito pero

que no recuerdo haberlo hecho nunca

Sana <3
Ya... supongo que sí

hoy he estado hablando con el

doctor, pensé que tal vez te gustaría saberlo

Sana <3
¿¿¿¿En serio???? ¿Qué te dijo?

*Flashback*

—No sé qué me ocurre.

—A ver Tzuyu, cuéntame. ¿Qué tal va ese proceso?

—Mi yo de hace dos semanas es completamente opuesto a mi yo real. Hice cosas que nunca pensé que haría como conducir una moto o enamorarme de la persona que más odiaba de la universidad. Parecía otra persona y no lo entiendo. ¿Cómo puede pasar eso? —me rasqué la cabeza y me crucé de brazos.

—Tiene su lógica pero no sé si querrás oírla, Son Tzuyu.

—¿La tiene? Porque si la tiene sí que quiero oírla.

—Está bien —se sentó a mi lado—. A veces el subconsciente despierta sentimientos o deseos por cosas que siempre se tuvo pero que nunca se sacaron a la luz, ya sea por miedo, temor o vergüenza. Esto no es algo que yo pueda tratar, esto es algo más... psicológico —le miré confusa—. Lo que creo que ocurre es que tus sentimientos por Sana siempre estuvieron ahí, al igual que tus ganas de montar una Harley o de intentar ser extrovertida. Siempre estuvieron pero no sabías verlos ni exteriorizarlos.

—¿En serio? ¿Siempre estuvo ahí?

—Sí, probablemente siempre estuvo ahí, en lo más profundo de ti pero estaba.

—Por eso me estoy volviendo a interesar por ella de nuevo... Tal vez siempre sentí cosas por Sana.

—Es una opción Tzuyu.

—Es una opción...

*fin flashback*

Que siguiera con la terapia y que

cada vez iba a mejor

Sana <3
me alegro mucho de verdad

Gracias...
oye, ¿tienes algo que hacer?

Sana <3
no la verdad, ¿por qué?

te apetece venir a mi casa?

Sana <3
¿¿¿¿A tu casa????

sí, a mi casa jajajajaja

no hay nadie tranquila

Sana <3
Mmmmmm
está bien, estoy ahí en un rato
pásame ubicación

Genial :)[ubicación]

Dejé el móvil sobre la cama y me acosté mirando al techo. Leer toda la conversación con Sana, aunque la mayoría fueran piques, me hizo sonreír como una idiota. Incluso en alguna ocasión sentí algo en el estómago. Siempre he escuchado la frase de que el ser humano comete el mismo error dos veces, pero a veces no tiene por qué ser un error, y a veces puedes cometer algo en tus dos memorias existentes. Fijarme en Sana es algo que no me arrepiento a pesar de todo, pero me siento en una aventura.

El timbre sonó y me sorprendí de la rapidez en la que había llegado. Bajé las escaleras, pero para mi sorpresa cuando abrí me quedé un tanto confusa. Era una chica joven, más o menos de mi edad.

—¡Hola! Perdona que te moleste, mi coche se ha quedado sin batería y he quedado con mi novia, no llevo móvil y no sabía qué más hacer para avisarle, tanto a ella como a la grúa. Me preguntaba si podrías dejarme hacer una llamada, aunque sea con las manos libres tranquila.

La chica parecía bastante agradable a la par que nerviosa así que le ofrecí mi ayuda rápidamente.

—Sí sí claro, ¡no te preocupes! —saqué mi teléfono y se lo dejé. Ella marcó el número y se lo puso en la oreja.

—Soy un caos de verdad. Mira que me dijo que cogiera el móvil —rio—, por cierto, soy Jiwoo.

—Yo Tzuyu, encantada —sonreí.

La novia cogió el teléfono y comenzaron a hablar de la calle en la que estaban y que por favor llamara a la grúa ya que ella se había quedado con la dirección, fue bastante rápido.

—Toma —me devolvió el móvil—, voy a volver al coche. Muchísimas gracias de verdad, gracias —me dio un pequeño abrazo. Me sorprendió pero reí.

—Si necesitas cualquier cosa estoy aquí —dije y ella asintió yéndose. Cerré la puerta pero segundos después sonó el timbre de nuevo.

—Qué rápida —pensé en voz alta. Fui de nuevo a la puerta y hablé mientras abría—. ¿Ya de vuelta...?

Pero al abrir me encontré a una Sana cruzada de brazos.

—¡Sana! Eres tú, pasa —sonreí.

—Hola, siento decepcionarte, creo que estabas esperando a otra persona —dijo secamente.

—¿Otra persona? ¿Ocurre algo?

—No, no. Es que iba a llamar pero he visto que estabas ocupada.

—¿Ocupada? —alcé la ceja. Ya sabía por dónde iba.

—Ocupada con esa chica, la del abrazo.

Sana celosa por mí era algo que nunca pensé que vería pero me gustaba. Decidí seguir el juego.

—Ohhhh, ella. Sí, se acaba de ir. Es encantadora —ella rodó los ojos y noté cómo apretaba los puños, estuve a punto de reírme pero me contuve.

—Espero que la pasaron bien —fingió una sonrisa.

—No sabes cuánto —sonreí de vuelta.

—Será mejor que me vaya —Sana fue directa hacia la puerta pero fui más rápida y la cerré para que no saliera—. Déjame salir.

—No.

—Tzuyu te he dicho que me dejes irme. No sé qué hago aquí.

—Porque querías verme al igual que yo a ti —ella rio.

—¿Tú a mí? Por favor, estabas muy ocupada con esa.

—¿Cómo eres tan celosa? —sonreí.

—Tzuyu de verdad, déjame.

—Idiota, no la conocía de nada. Ha llamado porque se le ha averiado el coche y necesitaba un teléfono para llamar a su novia y le he dejado el mío.

Sana no digo absolutamente nada y se quedó mirándome.

—Eres muy celosa eh.

—Vete a la mierda —empezó a darme empujones mientras me reía, los golpecitos ya empezaban a hacerme cosquillas y me reí aún más.

—¡Para!

—¿Por qué no lo has dicho antes? Eres odiosa —me empezó a hacer cosquillas hasta caer en el sofá.

Ella sobre mí. Sus ojos clavados en los míos. Mi corazón iba a cien por hora, echaba de menos algo que no sabía que extrañaba. De pronto sentí un deja vu, y de nuevo aquel dolor de cabeza momentáneo. Fue extraño.

—Lo siento —susurré. Se acercó a mí.

—No te perdono —me dijo casi sobre mis labios.

—Porfa —me arriesgué y rocé nuestras narices. El famoso beso de esquimal. Mi corazón bombeó fuertemente.

Podía sentir su respiración sobre mí y mi piel erizarse. Me dejé llevar, mi cuerpo necesitaba contacto con ella así que mandé todo a la mierda y cerré la distancia entre ambas.

Fue un beso lento, nada tosco o agresivo. Simplemente ella y yo besándonos sin ninguna prisa.

Tras unos segundos de aquel pequeño beso, ella se separó. Abrí los ojos al notarla lejos de mí y habló.

—¿Por qué ahora?

—Porque necesitaba hacerlo.

—No, ¿que por qué te fijas en mí ahora? —fruncí el ceño—. Puedo entender si tu yo de hace días sintiera algo por mí ya que eras una persona distinta, ¿pero por qué ahora? ¿por qué ya no me odias? —suspiró— ¿Qué ha cambiado con respecto a estos años, Tzuyu?

—Yo, yo he cambiado. Estuve en el hospital y el doctor me dijo algo que terminó de abrirme los ojos.

Sana se levantó un poco sobre mí para acomodarse.

—Le pregunté por qué del cambio de estas semanas y me dijo que solía pasar en algunos pacientes. A veces los golpes de pérdida parcial de memoria o cambio de personalidad lo que hacen es sacar a la luz y resaltar tus más profundos deseos.

—Entonces...

—Siempre me gustaste.

—Pero nos odiábamos...

—Así quería llamarlo yo, pero siempre me atrajiste desde aquel momento que te vi.

Sana sonrió.

*flashback*

—¿Se puede saber dónde está esta chica? Me tiene harta, siempre haciéndome esperar —refunfuñé mientras miraba el móvil y daba vueltas sobre el mismo lugar. Estaba esperando a Dahyun pero como siempre, se retrasaba.

Me senté en uno de los bancos mientras esperaba y suspiré. Al mirar hacia delante podía observar la fuente y gente a su alrededor. Todos parecían felices, paseaban alrededor de la plaza o charlaban en las cafeterías de ambos lados de la calle peatonal. De pronto observé algo que me llamó la atención.

Noté a una chica agachada intentando buscar algo. Parecía un poquito desesperada así que me acerqué ayudarla.

—¿Necesitas ayuda?

—Ehmm... He perdido mi pendiente. Se me ha enganchado con los auriculares y he notado cómo caía pero ya no lo veo.

—Te ayudaré, ¿cómo es? —cuando me giré para mirarla sentí calor en el cuerpo. Tenía un rostro precioso y su mirada era cautivante.

—Azul celeste, tiene una perla blanca. Dios, mi amiga me va a matar. Fue un regalo.

—Tranquila, tiene que estar por aquí.

—Gracias por tu ayuda —me miró y sonrió. Aquello me hizo sonreír a mi también.

Seguí buscando y me alejé un poco haciendo el recorrido por donde ella había pasado, y minutos más tarde encontré el pendiente.

—¡Hey! ¡Aquí está! —grité.

—¿De verdad? ¡Muchísimas gracias! —se abalanzó sobre mí y me abrazó por el cuello. Un rubor subió por mis mejillas—. Lo siento...

—No te preocupes, estas emocionada. Es normal —sonreí—. Me alegro que lo hayas encontrado.

Hice el amago de irme pero un grito me paró.

—¿Cómo te llamas?

—Tzuyu, ¿y tú?

—Sana, me llamo Sana.

*fin flashback*

—Y pensar que después de aquel verano nos empezamos a odiar.... —añadí.

—Si te soy sincera, al principio te odiaba por presión social. Mis amigas de aquel entonces no te soportaban, ni a ti ni a tus amigas, pero tú me caíste bien desde esa vez...

—¿Te caía bien? ¿En serio?

—Sí, fuiste muy amable aquel día. A mí también me llamaste la atención —sonreí.

—¿Por qué me empezaste a odiar?

—No lo sé. Ni siquiera sé si te odiaba de verdad o era otra fantasía que cree en mi cabeza. No tengo ni idea, solo sé que ahora...

—¿Me quieres?

Sana se puso roja, literalmente. Parecía un tomate y aquello me dio muchísima ternura.

—¿Estás bien? —pregunté y le empezó a dar mucha vergüenza. Agachó su cabeza y la puso en mi cuello, me limité a acariciar su cabello.

—No te vuelvas a dar ningún golpe —dijo en mi cuello.

—¿Cómo?

—Que no vuelvas a golpearte la cabeza. No podría soportar perderte una vez más, parece que tienes la cabeza de papel —reí ante su comentario.

—Me volvería a fijar en ti.

—Me da igual, nada de golpes —apartó la cabeza de mí y me miró con cara de enfadada. Me reí de aquello, fue bastante tierno.

—Nada de golpes, prometido —acerqué mi rostro a ella y dejé un beso lento en sus labios.

—¿Y eso? —sonrió.

—Porque sí.