Diez
POV SANA
—¿Qué vamos a hacer ahora? —los dedos de Tzuyu acariciaban mi pelo. Cerré los ojos.
—Voy a dejarlo.
Tzuyu se incorporó para mirarme.
—¿De verdad? —sonrió como un niño el día de nochebuena.
—Lo quiero pero las cosas son distintas. Pero oye... —la miré—. No sé si estoy preparada para que la gente... mis amigos...
—Se enteren de que sales con la friki —completó.
—Tzuyu...
—No, no pasa nada —rió—. Es normal, se sorprenderían, mis amigas aún más. Creo que lo mejor va a ser que vayamos poco a poco. ¿Qué te parece? —sonreí.
—Me parece muy bien —me incliné hacia ella y dejé un suave beso en sus labios.
El teléfono de Tzuyu comenzó a sonar y se inclinó para sacarlo del bolsillo. No debí haber mirado, son cosas privadas, pero sin querer mis ojos se dirigieron a la pantalla.
"Baby <3" ¿quién era?, pensé.
Tosí un poco al leer el nombre y me subió tanto la sangre que no pude evitar hacer un comentario fuera de lugar.
—¿Tu otra novia? —reí nerviosamente.
Tzuyu colgó el teléfono sin responder mientras alzaba la ceja y mostraba media sonrisa. Me miró.
—¿Celosa?
—No, pero no me va eso de ser la segunda.
—Yo lo soy, te tendrás que acostumbrar —rio.
—¿Es en serio? —los celos ya hablaban por mí—. ¿Quién es?
Tzuyu seguía negando con la cabeza mientras reía, lo cual me enfadaba aún más.
—¿No me lo vas a decir? —negó—. Mira da igual, pero no voy a estar contigo mientras estás con otra a la vez —hice el amago de levantarme del sofá pero no pude ya que Tzuyu me agarró del brazo y me trajo hacia ella.
—Eres muy celosa, ¿lo sabes, no? —sonrió.
—Déjame en paz —volví a intentar levantarme.
—¿Tanto te molestaría si estuviera con alguien más?
—Lo raro sería si no lo hiciera —respondí sin mirarla. Sentí su mirada fija en mí y cómo suspiraba.
—Eres preciosa cuando estás celosa —acarició mi rostro pero aparté la cabeza rápidamente. —No te enfades...
Tzuyu me observó un par de segundos mientras sujetaba mi muñeca y de repente, de la nada, soltó una risa bastante notoria.
—Mira, será mejor que te vayas.
Hice el amago de levantarme pero habló rápidamente.
—Es mi hermana, la tengo guardada así —dijo mientras sonreía, estaba disfrutando viéndome así. Un rubor subía por todo mi cuerpo hasta llegar a mis mejillas. Dios, qué vergüenza.
—Uhmm... No lo sabía. Lo siento, qué mal —me tapé la cara con las manos.
—No lo sientas, ha sido muy cute —me destapó la cara y me acarició la mejilla con su pulgar—. Estabas así super molesta, parecías un gremlin cuando lo mojan.
—¡Tzuyu! —le pegué en el brazo.
—¡Auch! Es verdad —rio, lo estaba disfrutando.
—Para... —me escondí en su cuello y ella me abrazó pegándome más a ella. Un cosquilleo subió por mi tripa.
—Eres monísima.
☆゜・。。・゜゜・。。・゜★
—Ya hemos llegado —Mark besó mi mejilla—, dime, ¿qué me querías decir? —sonrió.
A pesar de lo gilipollas que podía llegar a ser, a pesar de todo lo que tuve que soportar en ocasiones, a pesar de todo eso me daba pena tener que dejarlo. Supongo que con el tiempo le vas cogiendo cariño a las personas y eso fue lo que me ocurrió, pero luego te das cuenta que quizá fue la magnitud de las cosas la que te hizo creer que tú y esa persona estaban hechos el uno para el otro. Y no siempre es así.
—Sí, uhm... Ven, siéntate.
Estábamos en la entrada de la facultad. Había quedado conmigo para recogerme antes de ir a clase y pensé que cuanto antes mejor, pero quizá no fui demasiado oportuna. ¿Cómo se rompe con tu novio de 3 años?
—Me estas asustando Satang—él rio nerviosamente.
—Yo... —cogí aire y solté todo como pude sin anestesia— creo que no quiero seguir contigo.
—¿Cómo? —noté como tragaba saliva, su mirada era confusión. Se levantó y se quedó mirándome— ¿Qué quieres decir con creo? ¿Por qué?
—Mark... No sé, las cosas han cambiado, yo he cambiado. Creo que lo mejor es que lo dejemos.
—Deja de decir creo y dime por qué haces todo esto. ¿Que las cosas han cambiado? Hace unas semanas estábamos en tu habitación demasiado felices, Sana—quizá ahí llevaba razón.
—Las cosas cambian —dije como pude. Una capa de lágrimas comenzaba a cubrir mis ojos, ya no sé si era agobio, dolor o verle así.
—O quizá lo ha cambiado alguien.
Mi rostro cambió y al parecer lo notó.
—Ah, ¿con que es eso, eh? —sonrió— ¿Quién es?
—Mark... —me acerqué y se alejó aún más.
—Dime quién coño es o te juro que lo mato. ¿Es el nuevo de primero?
—¡No! Y no te voy a decir nada porque es que no hay nadie. Déjalo ya por favor.
El timbre sonó y la entrada comenzó a llenarse de gente. Mark y yo seguíamos quietos observándonos, yo con cara de temor y él con ganas de pegarle una paliza a alguien. Aquello me asustó. Mark se giró y empezó a murmullar mientras daba vueltas en círculos. No sabía qué debía hacer, si irme o quedarme.
—No me puedo creer que me estés haciendo esto. ¡Tres años! —él seguía hablando sin mirarme.
Justo en aquel instante llegó Tzuyu en la harley, mis ojos se fueron a ella casi por inercia, no pude evitarlo. Cómo se bajaba, se quitaba el casco y su pelo le caía por los hombros. Ella me miró e hicimos contacto, y aquel cruce de miradas me provocó una pequeña sonrisa. Fui bastante idiota por distraerme tan fácilmente y más en aquella situación, y por desgracia no éramos las únicas pendientes.
—No puede ser —Mark murmulló y me giré inmediatamente hacia él—. Es ella.
—¿Qué? ¿Qué dices? —reí nerviosamente.
—Te gusta Chou. Te gusta la friki, no me lo puedo creer —Mark puso sus manos sobre la cabeza.
—¿Cómo me va a gustar la friki si nos odiamos? Anda, déjate de tonterías. Vamos a entrar —intenté persuadirlo pero quizá era demasiado tarde.
—¿Te piensas que soy imbécil y no he visto cómo se te caía la baba mirándola? —rio—. Ahora eres lesbiana, estoy es increíble. La voy a ...
—No soy lesbiana, y déjala en paz —alcé la voz.
—La novia defendiendo a su novia, qué tierno —rio— Patético. ¿A tan poco aspiras, Sana?
Me acerqué hacia él y le agarré de la chaqueta. Él seguía con aquella sonrisa asquerosa. Si me quedaba algún tipo de cariño hacia él, ya había desaparecido.
—Por lo menos me trata bien y se preocupa por mí, otros deberías tomar nota.
—Creo que la friki no tiene los mismos cojones que yo eh —me agarró del brazo demasiado fuerte, tanto que comenzaba a hacer daño.
—Suéltame, me estás haciendo daño.
—Te ha dicho que la sueltes, gilipollas —escuché una voz detrás mío. Por favor que no sea ella.
—Pero bueno, contigo quería yo hablar —noté cómo Mark me soltaba—. ¿Qué se siente quedarse con mis sobras?
No pude hacer nada más ya que lo siguiente que vi fue a Tzuyu estrellando su puño contra la cara de Mark. Él casi se cae y su labio estaba sangrando.
—¡Tzuyu! ¡¿Qué haces?! Ten cuidado, está loco. Déjalo, vete dentro —le dije.
—A ti nadie te toca un pelo, ¿me oyes? —sonreí y subió su mano hasta mi rostro. Pero duró poco ya que note cómo Mark empujaba a Tzuyu con fuerza y caía al suelo.
Pero fue distinto ya que al caer se golpeó en la cabeza y quedó inconsciente.
—¡Tzuyu! —me agaché hasta sujetarle la cabeza. Miré a Mark— ¡¿Es que eres gilipollas?! ¡Llama a una ambulancia!
Mark seguía quieto en estado de shock.
—Yo... Eh... No pretendía que...
—¡Qué llames a una ambulancia, joder! —me hizo caso. No había sangre ni nada gracias a Dios, pero seguía sin despertar— Vamos, levanta. Por favor.
Acariciaba su rostro con mi mano. Era increíble cómo podían cambiar las cosas de la noche a la mañana.
Mark, tras llamar a la ambulancia, desapareció de allí y me dejó sola. Un asco de hombre. Minutos después empecé a escuchar la sirena de la ambulancia mientras se dirigían a nosotras.
—Más te vale que te despiertes.
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