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Yo tenía 16 años cuando me mudé a la ciudad. Entrar a aquel instituto era todo lo que quería, aunque al mismo tiempo, no sabía que quería estudiar después.
No mentiría ahora como lo hice antes, quería escapar de ese pueblo, de ella, de su sombra.
Estaba segura de querer ser abogada, defender a los monstruos de las injusticias de los humanos, tal y como lo hacían Chara y Frisk Dreemurr.
Dos humanos mellizos, huérfanos que alguna vez cayeron en el subsuelo, sacaron a los monstruos de ahí, y fueron adoptados por la familia real; dándoles su apellido y volviéndolos de su familia junto con su primogénito de sangre, Asriel.
Cuando aquello pasó, era una niña.
-¿Monstruos? ¿Finalmente saliendo del Monte Ebott? -escuché una vez la conversación de mi madre con una vecina mistral mis hermanos y yo jugábamos en el patio.
-¡Lo se! Es increíble, ¿puedes creerlo? Esas cosas de nuevo caminando entre nosotros. Ugh, donde se muden al pueblo juro que voy a irme.
Mi madre permaneció en silencio un rato, mientras recogía los platos y tazas que uso mientras conversaba con su amiga.
-Bueno, de mi parte no se que decir, ya pasaron muchos años, no pueden ser los mismos. ¿Por qué no darles una oportunidad? Mientras no lastimen a nadie...
Mamá y Papá eran tolerantes y abiertos hacia los nuevos monstruos que llegaron a nuestro pequeño pueblo; por supuesto, nos contagiaron aquello a mis hermanos y a mi.
-Y díganos señor Gerson -empezó mi madre mientras servía café a la tortuga-. ¿Qué trae a un monstruo del monte Ebott a un lugar tan remoto como este? ¿No debería estar en la capital?
-Déjenme decirles, que para una tortuga tan vieja como yo, una capital tan ruidosa, agitada y ajetreada, no es para mi -tomó la taza de café que le ofreció mi madre-. Prefiero la paz del campo para retirarme y descansar.
-Señor Gerson, ¿cómo era estar dentro del monte Ebott?
-Oh, muy emocionante pequeño, donde yo vivía era tan calmado y lleno de agua.
-¿Y conoció a la humana Frisk? -agregó mi hermano Philip.
-Ah si, una jovencita adorable, un tanto sería, pero muy determinada. Je -soltó una risilla-, quizá por eso su alma es roja.
A mis dos hermanos mayores les parecía increíble todo aquello de la magia de las almas, y al ser jóvenes, fueron capaces de entrar a la primera escuela monstruos y humanos, y desarrollar un alma. Con ayuda de la recomendación del señor Gerson quien al parecer tenía contacto con el rey de los monstruos Asgore.
Mi hermano mayor, Ezer, ganó el alma de la paciencia, digno de cualquier hijo primogénito con hermanitos que cuidar, Philip, el de en medio, determinación, justo como los hermanos Dreemurr.
¿Yo? No desarrolle alma. Según los científicos, debido a la ausencia de magia por siglos, y al no interactuar con ella ni tener la necesidad, las nuevas generaciones no desarrollaron aquella conexión ni habilidad con la magia.
-De hecho se supondría que sus hermanos mayores tampoco deberían tener alma, pero aún así, lograron desarrollarla, y fue impresionante.
-Entonces... ¿nuestra niña no puede entrar a la academia como sus hermanos? -cuestionó mi madre colocando sus manos en mis hombros, viendo al científico y profesor que vino a verme traído por el señor Gerson.
-Me temo que no señora, nuestra regla primordial es precisamente contar con un alma para entrar a ella -sentenció-. Su hija no cuenta con ningún alma y no puede desarrollarla.
En su momento me desilusione, ser la única hija de mi familia sin alma, incluso mis padres tenían alma, integridad y amabilidad; pero con el paso de los años daba igual, no era la única niña, y de hecho, solo pocos de mi generación eran los que tenían.
A nuestra generación y los siguientes, se les llamó:
"Los desalmados"
-Tesoro, no pasa nada -mi padre intento animarme el día que me quede sola y mis hermanos se habían ido a la ciudad.
Era el último día del verano, y mis hermanos se habían ido un par de días antes para ver cosas de la academia y entrar con calma. Mientras yo veía la ciudad distante, a lo lejos, desde el pórtico de la casa.
-Papá -le llamé y el puso atención-, ¿estoy defectuosa?
-... ¿qué? No, no, nena -contestó de inmediato rodeándome con sus brazos-. ¿Por qué piensas eso de ti?
-Porque no tengo alma, ¿acaso hubo algo malo conmigo?
-No hija, no hay nada de malo contigo -limpio las lágrimas que querían salir de mi-. Eres espléndida, eres lista, fuerte, amable, valiente, carismática. Eres perfecta.
Sus palabras eran como un dulce alivio a mi corazón, me sacaban una sonrisa, con razón el tenía el alma de la amabilidad.
-¿Sabes? Creo que tu no tienes alma porque si la tuvieras, sería como un arcoíris de todos los colores -sus palabras me sacaron una risa-. Porque no tienes una sola cualidad, las tienes todas.
Abracé a mi padre fuertemente, viendo cómo el sol comenzaba a irse, y la luz dorada de sus rayos bañaba la casa.
Intente seguir mi vida como si nada, como si la magia no fuera algo relevante y no me afectara. Hasta que un día, un monstruo amigo del señor Gerson vino, todo el pueblo se enteró debido a lo pequeño que era; todo se sabía de inmediato, y una vez su visita se fue, el señor Gerson vino a vernos a nosotros primero.
-¿Qué esta diciendo? -mi mamá seguía en shock.
-Como ha oído señora _______, hay una escuela en la ciudad que será la primera en abrir un convenio con la academia donde estudian sus hijos -explicó-. Y ahí podrán entrar absolutamente todos, monstruos y humanos, con un alma o sin una -entonces el anciano me miró a mi-. Es tu oportunidad pequeña ________.
Papá pidió amablemente un tiempo para pensarlo, conversar entre familia, incluso llamó inmediatamente a mis hermanos quienes vinieron corroborando lo dicho por el señor Gerson.
-Es la escuela que fundó la reina Toriel -explicó mi hermano Philip-. El convenio ya venía siendo planeado desde hace años, pero no querían hacerlo de inmediato o se notaría el favoritismo del rey hacia su esposa.
-Mamá piénsalo -Ezer le tomó de las manos-, nuestra hermana podrá estudiar en la ciudad, hay un científico real que esta buscando la forma de darles un alma a los desalmados.
-Pero... mi niña -me llamó y le presté atención-. ¿Acaso no quieres quedarte aquí con papá y conmigo?
A veces la integridad de mi madre era un problema, se aferraba mucho a sus convicciones, y una de esas era el conformismo, pensar que es mejor quedarse en un solo lugar y con lo que uno tiene.
Nunca tuvo visión más allá y quería que los demás pensaran como ella.
Pero yo sí, aventurarme y adentrarme a la ciudad... un nuevo mundo me esperaba.
-No es que no te quería mami -empecé-, pero si Ezer dice que hay alguien que me puede ayudar a desarrollar un alma, ¿no crees que eso es genial? Finalmente puedo ser normal justo como los demás.
-Pero aun tienes que terminar su preparatoria, apenas terminaste el primer año.
-Ma' la educación en la escuela de la reina Toriel es mucho mejor -argumentó Philip nuevamente para abogar por mi
-Y yo estoy comenzando a hacer practicas de maestro en esa escuela, no le pasará nada.
Eso era cierto, Ezer estaba a un año o dos de culminar sus estudios y tener su primer trabajo de maestro de almas, Philip entrenaba la suya y yo podía seguir lo que quedaba de preparatoria además de ir a una buena universidad.
Pero mamá siempre era firme ante sus convicciones.
-Cariño... -le tomó de la mano mi padre.
Aunque ella tenía una debilidad, y esa era mi progenitor y su amabilidad.
-Nuestros hijos ya son adultos, y confío en que pueden ser responsables de su hermana -miró a mis hermanos y ellos asintieron de inmediato-, y nuestra niña está comenzando a ver su propio camino. Además -agregó-, tu no tuviste ningún problema cuando nuestros hijos se fueron, y tenían casi su misma edad.
-Esto es diferente -objetó -, es nuestra hija, la única niña, nuestra princesa hermosa.
-¡Hey! -protestaron al unísono.
-Su hermana no nació con un alma como ustedes -reclamó ella mostrando las lágrimas caer-, no se puede defender en una ciudad. Tengo miedo por ella...
-Mamá -Philip se acercó a ella arrodillado de un pie-, nosotros podemos defenderla, ella puede cuidarse sola... te prometo, por mi alma que es la determinación -mostró el corazón rojo flotante saliendo de su pecho-, que no le pasará nada.
Detuvo sus lágrimas limpiándolas el mismo y se calmó.
-Si me lo prometen los dos, que la cuidarán con sus almas, confío en ustedes -sentenció y una gran sonrisa de emoción me llenó.
Fue ahí donde sin querer me había destinado a adentrarme en un nuevo mundo, en su mundo.
Grillby's fue el primer paso sin que yo lo supiera, estaba cerca de mi preparatoria, iba a mitad de mi segundo año, y se me hacía fácil ir de vez en cuando después de la escuela o pasar por un almuerzo rápido cuando se me olvidaba el de casa.
Conocí a Grillby, el dueño del lugar y la razón por la que aquel bar tenía dicho nombre. Sin querer me volví cliente frecuente, nunca hablaba con el barman ni él a mi, llegué a imaginar era mudo o algo por el estilo, pues nunca le vi la boca.
La primera vez que pidió mi orden, fue como telepatía, me senté en la barra y él apareció, me vio con un ceño que hasta la fecha no he podido descifrar, y aunque no emitiera ni una sola palabra, lo entendí.
"¿Qué quisieras pedir?"
Y me puso un menú enfrente mío.
Entendí así era como él funcionaba, como todo Grillby's funcionaba. En silencio pero con eficiencia, él era tan claro con sus acciones que las palabras eran innecesarias.
Su relación con cada uno de sus clientes era diferente, pero con ninguno le vi entablar una conversación. Escuchaba a las personas mientras él seguía su trabajo callado y atento.
Ciertos comentarios de los dichos me intrigaban.
-Vaya Grillbs, ¿quién lo diría? Jamás te creí más callado que en Snowdin.
-Grillby gracias por la charla motivacional de ayer, finalmente me anime en invitar a esa humana a una cita.
-Empiezo a olvidar tu voz amigo.
¿Aquella flama hablaba? ¿Tenía voz? ¿Cómo sería? Pensaba incluso en clases.
Hubo un rato donde solo eso me acomplejaba, incluso Ezer me regaño porque se entero de que no entregue una tarea y falle en mi examen.
-No voy a usar a ya sabes quien aquí, pero espero que intentes mejorar hermanita, eres la mejor, no lo olvides.
Aunque no dijera la palabra mamá, me dolió de todas formas. Pero fue un regaño tan suave y delicado como sólo él sabía, no por nada su alma era paciente.
Mamá, el pensar en aquellas palabras solo me hacía de enojar. Soy la viva imagen de mi madre, o al menos eso dirían muchos, al crecer en un pueblo pequeño, siempre oía las mismas frases y los mismos sermones.
"Me recuerdas mucho a tu madre"
"Oh mira ese cabello, igualito al de ella"
"Esperamos seas igual que excelente que tu madre, ella fue el orgullo de esta escuela"
"Tu madre a tu edad no hacía eso"
"Tu madre logró esto"
Mi madre, mi madre y mi madre. Mi madre terminó como ama de casa por Dios Santo, habrá sido buena estudiante pero fue madre casi de inmediato; sigo sin comprender porque eso, porque no intentó una carrera.
Por eso no lo dude ni un segundo cuando mis hermanos me ofrecieron ir con ellos a la ciudad. Ese era mi verdadero propósito en realidad.
La ciudad era un lugar inmensamente grande, nadie me conocería y eso no me importaría, mientras nadie supiera nada de mi mejor. Era mi nuevo comienzo.
Pensando precisamente en mi madre, fue que cruce palabras con el barman.
-¿Problemas? -fueron sus primeras palabras hacia mí.
Fue tan repentino que me exalte. Aquella voz era como una caricia de terciopelo, suave, ronca y elegante.
Alcé la mirada de mi libro y me tope con él, mire a mi alrededor, a pesar de ser las 6 de la tarde, no había nadie, y el atardecer se posaba a mi derecha. Con el sol escondiéndose en los edificios pero...
No sabía si aquella radiante aura era de él o el sol.
No note cuando me sonrió, intentando animarme, debo admitir, su sonrisa me pareció linda, natural.
-... Mi madre... -respondí tímida bajando la mirada hacia mi libro.
-Ya veo... -y ahí pensé que la conversación se había terminado-, ¿dime es mala o buena contigo?
Nuevamente eleve mis ojos hacia él, ahora ladeaba la cabeza curioso, se veía que no me dejaría en paz hasta llegar al fondo de aquello.
-Es... Una mamá solamente, como cualquier otra -suspire pesado-. Solo que odio cuando la mencionan.
-¿Te comparan con ella?
Eso si que me impresionó, los cantineros tienen ese don de leer a las personas y sus situaciones, era como natural en ellos. Y vaya que si era bueno.
Asentí levemente.
-Dicen que soy igual a ella, una viva imagen, todos la adoran y la contemplan, bromean incluso con que si nos tuvieran a las dos de frente no podían ni diferenciarnos -comencé a soltarme notándose mi enojo y hartazgo.
-¿Tienes una foto?
Inmediatamente saque mi teléfono y entre mi galería le mostré la imagen mas reciente de ella. La miró con detenimiento, incluso frunció el ceño, intentando analizarla; mirándola y mirándome a mi.
-Hmmm... ¿La verdad? Yo no creo, el color de tu cabello es diferente, tus ojos también, solo un visco creería aquello.
Eso me robo una sonrisa y una risilla.
Ese día me tarde tanto que mi hermano Philip me regaño, él volvía muy tarde de la universidad y normalmente, cuando llegaba, yo ya estaba en casa.
Pedí perdón entre risas nerviosas, creí me castigarían, pero ellos me vieron mas contenta, aquella charla con Grillby me animo bastante.
Y lo dejaron ser.
2355 palabras
Publicado el 22 de Marzo de 2023
Les juro cuando les digo que ganas de publicar algo de Undertale nunca me faltaron. Y finalmente, aquí lo traigo.
Gracias a esas personitas que comentaron nombres de hermano mayor, como vieron ya fueron usados para nuestros personajes secundarios.
Espero que les guste
Con amor 💕
🪶༆━━ Miss Writer
💋
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