Yoongi llevaba de la mano al chico mientras subían por las escaleras y el peli-rosa iba con  el ceño fruncido y con curiosidad plasmada en su bonita cara de ángel.

Jimin sentía que en cualquier momento se le saltaría el corazón del pecho. ¿Cómo de un día para otro el mayor dejaba a un lado su timidez y ahora se animaba a tomarlo de la mano para llevarlo a quien sabe donde?

Finalmente se detuvieron frente a una puerta negra de metal que tenía un candado pero este no estaba cerrado y Yoongi fácilmente lo quitó para pasar por la puerta.

Jimin abrió al máximo sus ojitos y dibujo una "o" en sus labios.

El lugar era la azotea del edificio y allí arriba había una terraza, estaba muy bien adecuada, hasta había un lindo sofá y lámparas y en el suelo una bonita alfombra y algunas plantitas. Varios libros esparcidos por el lugar y fotografías tomadas con una cámara instantánea.

Más allá los depósitos del agua y la planta de energía correspondiente a ese edificio.

Era un lugar muy bonito, y lo más impresionante era la vista. Todo abajo se veía pequeño e iluminado por los faros de la calle y de los coches. 

Hacía un poco de viento y también una leve llovizna mojaba sus cabezas pero a ninguno le importaba.  Yoongi se acercó a la pared de la izquierda donde estaban los fusibles y encendió el montón de lucecillas que parpadearon y luego encendieron el lugar.

     —Que lugar tan bonito Hyung  —Habló Jimin mirando las luces y luego acercándose a la orilla para mirar  hacia abajo.

     —Aquí vengo cada vez que quiero algo de paz  o quiero leer un buen libro o simplemente mirar el cielo y las estrellas.

Jimin sonrió y miró hacia arriba, en ese momento no habían estrellas por lo nublado pero pensó que seguramente cuando se podían ver debía ser un espectáculo.

     —Me Gusta —Dijo mirando a Yoongi—. Es decir... el lugar es muy agradable —Corrigió.

Jimin se había sonrojado, se sentía tonto cuando no podía expresarse bien, y Yoongi lo ponía algo nervioso.

     —Si, es muy bonito, y es como mi lugar secreto.

     —¿O sea que nunca viene nadie más aquí?

Yoongi negó recostandose en el muro perimetral   y cruzando los brazos. ¿Por qué era tan apuesto? Jimin no podía apartar la vista por más que quería.

   —Tu eres al primero que dejo que conozca mi lugar favorito. ¿No iras con el chisme verdad?

Jimin sonrió con los ojitos.

       —Por supuesto que no Hyung. Si es su lugar secreto no tengo por qué contarle a los demás además, ¿a quien le cuento si no tengo amigos?

Ambos sonrieron por el comentario del chico.

     —Tenemos algo en común entonces, yo tampoco tengo muchos amigos de hecho solo dos, Hoseok con él trabajo algunos días y lo conozco desde que tengo memoria y Taehyung el pelirrojo de la otra vez, seguro lo recuerdas.

Jimin si que lo recordaba bastante bien, era un chico curioso de sonrisa cuadrada extrañamente muy bonita.

     —¿El que dijo su hermano que es su novio Hyung?

     —Si, es decir no... si es mi amigo pero no mi novio. Somos amigos  y compañeros de la Universidad.

A Jimin le pareció bastante curioso que dijese que no eran nada porque esa noche que los habían visto parecían todo menos amigos.

     —Ah, es una lástima sabe porque se miraban bastante bien juntos —Por alguna razón Jimin sentía correcto decir eso pero muy en el fondo sabía que solo lo decía por compromiso y además decirlo le hacía sentir algo indescriptible e incómodo.

Aunque era verdad que se veían bien juntos, la manera en que Yoongi sujetaba la cintura de Taehyung y como el pelirrojo lo miraba era de envidiar.

La lluvia comenzó un poco más insistente y Yoongi se fue a sentar en su sofá debajo de la terraza haciendo señas a Jimin que lo siga.

     —¿Tienes una cámara? Tómame una foto  —Jimin  tomó una cámara que reposaba sobre el sillón y la admiraba—. Cuando era más joven quería ser modelo y posar para fotos.

Yoongi lo observó de arriba abajo sin descaro y sonrió de lado.

     —Te habría ido bien como modelo  eres muy atractivo a la vista.

¿Cómo hacia Yoongi para ser tímido y de un momento a otro volverse muy directo?

     —No diga esas cosas Yoongi Hyung que me da pena —Jimin tenía sus mejillas calientes.

     —Sólo digo la verdad —Yoongi tomó la cámara y la alistó para tomar fotos—. Párate ahí —Ordenó.

Jimin se colocó justo donde Yoongi quería y el flash iluminaba por momentos el oscuro lugar. Luego otra posición y otra más.

     —Si fuera modelo seguro lo contrataría a usted, es muy bueno tomando fotos. Ambos revisaban las fotos que el mayor había tomado.

     —Seguro no lo haría bien Jimin, solo tomo fotos por hobby pero si me lo pidieses las tomaría con mucho gusto.

Ambos ahí sentados sobre la alfombra mientras la lluvia aún caía por un momento se olvidaron de sus problemas. Jimin tuvo mucho tiempo de analizar las facciones de Yoongi.

Se dio cuenta que si habían diferencias entre ambos hermanos pues Yoongi tenía los ojos avellanas con ligeros tintes de ámbar que le daban el aspecto felino, mientras que Agust tenía los ojos café claro. Los labios de Yoongi eran más gruesos y si sonreía se le veían las encías y en cambio con Agust no.

A parte que tenía un lunar en el cuello y un par más en la mejilla y Agust  tenía en la nariz, además Yoongi era más alto que Agust por unos dos centímetros.

     —¿Y me miras tanto por qué...?

Jimin agachó la cabeza avergonzado. Se había quedado perdido viendo cada detalle del rostro de Yoongi como memorizando bien cada cosa, la nariz los lunares todo. Era muy apuesto. Sentía que todos esos detalles debía llevarlos guardados en su memoria como algo precioso que sería pecado olvidar.

     —No, yo... s-solo estaba pensando  nada más.

Definitivamente no iba a decirle que grababa cada lunar suyo en su mente, Yoongi podía pensar mal.

     —Sabes, no se pero me da paz estar aquí y por alguna extraña razón que no sé, el que estés aquí lo hace mucho más agradable. No soy de tener muchos amigos ni darle confianza a cualquier persona pero siento que en ti puedo no sé... confiar, ser yo mismo sin máscaras ni nada, y yo... bueno yo no soy bueno conociendo personas me da fobia hablar con más personas o ser él centro de atención pero tu me transmites algo que me hace querer ser mejor persona.

Jimin se quedó callado ante esta sorpresiva confesión donde pareció no saber como reaccionar, luego de un momento dejó es capar una sonrisa tímida.

     —Te digo algo, yo también siento muy bien cuando estoy contigo, considerando que han sido pocas veces las que hemos coincidido y hablado pero me es muy agradable también,   eres un chico muy interesante y me agrada compartir momentos así contigo.

Yoongi sonrió abiertamente mostrando sus encias  y Jimin se dio cuenta que cuando era así entonces significa que estaba sonriendo de verdad con el alma.

El silencio envolvió la noche, había dejado de llover un poco y el viento soplaba lentamente deslizándose entre las hojas de los árboles como teniendo cuidado de no lastimarlas.

Yoongi se había quedado embobado mirando al peli-rosa mientras éste miraba una y otra vez las fotos que habían tomado.

     —Oh, Hyung mira esta me gusta —Yoongi salió de su ensimismamiento y se acercó a Jimin para ver la fotografía. Era una donde estaban ambos, muy simple y bonita como ellos dos.

     —¿Puedo quedármela? —Preguntó.

     —Por supuesto —Habían quedado tan cerca uno del otro, Yoongi podía percibir el aroma a vainilla mezclado con chocolate de Jimin  un olor algo embriagador y como siendo llevado por un poder invisible simplemente se acercó lentamente al rostro de Jimin y dio un sutil y suave roce de su nariz con la del chico el cual cerró los ojos al contacto sorprendido.

Yoongi pudo aspirar más de cerca  el aroma a vainilla que emanaba del peli-rosa. Sería su nuevo olor favorito y de ahora en adelante el helado de vainilla sería su primera opción porque le recordaba a Jimin.

Estaba dudoso si acercarse más pues no quería incomodar a  Jimin, sentía la necesidad de cerrar esa pequeñísima brecha entre ellos y tocar con sus fríos labios con los de Jimin que seguramente estarían más cálidos.

Pero se tardó mucho en decidir ya que cuando tuvo el impulso su celular sonó con insistencia.

Yoongi se alejó y contestó y Jimin abrió los ojos entre desilusionado y aliviado.

     —¿Si diga?...

La otra persona en la línea, —al parecer una mujer— hablaba rápidamente cosas que eran un poco incomprensibles, pero Yoongi se puso de pie rápidamente y Jimin lo siguió. 

     —Sólo envíame la ubicación y voy ahora mismo.

La otra persona volvió a hablar dando la dirección que Yoongi pedía.

     —Anotado, ahora voy.

Yoongi colgó y miró a Jimin como pidiéndole perdón por lo anterior.

     —¿qué pasa? ¿Hay algo malo?

     —Ehhh bueno es Agust creo que tiene algún problema debo ir por él. —Dijo dudando si había hecho bien en contarle a Jimin.

El menor abrió los ojos asustado.

       —¿Es algo grave?

Yoongi negó.

       —No tranquilo seguramente no es nada.

     —Iré contigo Yoongi Hyung.

Yoongi se detuvo al final de la puerta y apagó las luces. Lo pensó rápidamente ya que no tenía tiempo para perder.

     —Esta bien.

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En el automóvil Jimin iba en la parte trasera y él adelante con Hobi. Agradecía a su amigo el favor de llevarlos. Ni siquiera  preguntó nada cuando Yoongi le dijo por teléfono que pasara por él al edificio en 10 minutos.

Lo único que no le dijo era que llevaba compañía.

     —¿Y él es...

     —Oh si soy Jimin  —Se presento el chico mirando  a Hobi quien le devolvió la sonrisa por el retrovisor.

Hobi esbozó una enorme sonrisa mirando a Yoongi. Éste estaba un poco incómodo y quería borrarle la sonrisa de la cara a su amigo.

     —Así que tú eres Jimin, es un placer yo me llamo Hoseok pero puedes llamarme Hobi.

Jimin frunció el ceño cuando Hobi habló. Seguramente por que había dicho "Así que tu eres Jimin"

     —Le mencioné una vez a Hobi que tenia un nuevo vecino y que se llamaba Jimin —Yoongi trató de hacer parecer eso como algo casual y no que Jimin pensara que habían estado hablando de él.

     —¿Dijiste eso? No recuerdo bro...

Yoongi pellizco el brazo de Hobi quien se quejó de dolor.

      —Ayyy ya ya ya, si me lo dijiste ya me acordé —Chilló.

Jimin sonrió mirándolos divertido.

       —Si... claro  —Dijo provocando que Yoongi se diera golpes mentalmente, las mejillas del mayor se coloreados de un rosa claro.

     —Mejor díganme a donde vamos —Seguía lloviendo pero no con demasiada fuerza y el camino era sólo oscuridad, carretera y árboles a la  izquierda y derecha.

Jimin estaba arrepentido de no haber llevado chaqueta cuando Yoongi le dijo que fuera por una y que lo iba a esperar, pensando que se iría sin él. Se sintió tonto porque Yoongi acababa de decirle que confiaba en él y Jimin debía hacer lo mismo.

     —Ni idea yo solo sigo las indicaciones que me dieron por teléfono, Agust esta en problemas o algo así.

     —¿Y hablaste con Agust?

Yoongi negó.

      —No responde el celular.

     —¿y... seguimos la dirección que alguien te dió por teléfono?

Yoongi ahora asintió

      —Ajá...

     —¿Y dices que no sabes quien te habló ni habías escuchado de ese lugar...

    —¡Joder No! ¿Puedes dejar de hacer preguntas?

Hobi frenó de repente, Jimin agradeció ir con el cinturón de seguridad porque casi se queda sin sus bonitos dientes. Yoongi agradeció que no venía nadie detrás de ellos o podrían haber chocado.

     —¡Ah demonios Hoseok que mierda te pasa!

Hobi se volteo para ver a su amigo con cara de preocupación.

     —¿Y si es una trampa o algo? ¿Si sólo quieren hacerte daño?

     —Cálmate no es nada de eso —Yoongi bufó exasperado.

     —¿Pe-pero a ca-caso no han visto las películas de terror?

El chico menta se llevó la mano al rostro y masajeo el puente de su nariz con los dedos, tratando de relajarse al tiempo que suspiraba profundo.

Atrás Jimin solo podía apretar los labios para no reír.

     —Creo que ves demasiadas películas de terror, ese es el problema. Bájate yo conduzco.

Hobi negó.

     —A mi bebé nadie lo toca solo yo —Volvió a poner en marcha el automóvil.

Yoongi negó molesto.

      —Idiota.

     —¿¡Qué!? Es mi bebé no me gusta que nadie más lo toque, a ver dime ¿que sientes cuando tocan a tu bebé?—Esto último lo dijo dando una fugaz mirada hacia Jimin y Yoongi quiso arrancarle los testículos a su amigo.

     —Es... diferente porque ese "Bebé" no es mío así que no siento nada —Reprochó.

Mentía oh si, claro que lo hacía.

     —Pero quieres que sea tuyo y no te gusta que le pongan una mano encima ¿o si? Así que no me vengas con cuentos,  que sigue siendo casi lo mismo.

     —¡Cállate!

     —¡Pero es la verdad!

     —Que te calles o te bajas del auto.

Jimin río atrás.

     —El auto es mío nadie me baja, y tú —Dijo señalando a Yoongi con el dedo—. Claro que te mueres de celos cuando "otra" persona toca a ese (señaló a Jimin con la cabeza) "Bebé"

Yoongi quería golpear a Hoseok, de verdad que se estaba conteniendo mucho para no hacerlo y asustar a Jimin.

     —Oigan... ¿Me perdí algo?

La vocecita de Jimin llegó flotando hasta los dos mayores que parecía no iban a dejar de discutir y  luego se quedaron callados.

     —No lo escuches Jimin, está loco —Habló Yoongi.

     —Llegamos a la intersección, ¿Y ahora?

Yoongi revisó su teléfono celular.

     —Dice que debemos cruzar a la derecha.

La cara de horror de hobi no se hizo esperar —¿Te das cuenta que a la derecha está el bosque no?

     —Y eso que, tu sigue...

Hobi siguió a la derecha sin chistar pero con su cara llena de pavor. El lugar era oscuro y algo tenebroso de noche. A penas se podía ver el camino con las luces altas del auto.

     —Si algo me pasa, dile a mamá que la amo y a papá que yo quemé su tocadiscos por accidente —Dijo a Yoongi.

     —Si algo te pasa, es porque yo ya estaré muerto y no había nadie que te defienda —Señaló.
 

     —Basta deja de hacer esas bromas idiota, me da más miedo.

     —Wooow miren, una fiesta en medio del bosque —Jimin interrumpió el melodrama  y tenía razón, más allá del bosque, en una gran cabaña que en realidad parecía una mansión se celebraba lo que parecía ser una fiesta.

Chicos por todos lados corriendo  algunos desnudos y con botellas en la mano.

     —Espero que Agust no sea uno de esos —Puntualizó Yoongi señalando al desnudo que corría borracho.

Se estacionaron y bajaron mirando con asombro todo al rededor.

Parecía un campamento sin restricción alguna.