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Capítulo 5

Pov Yoongi

¡Por fin las vacaciones!

Salí de la universidad para pasar por el mini market.

Ese día  no me tocó turno pero debía llevar un encargo a mi amigo.

Al llegar lo encontré charlando animadamente con otro chico a quien no conocía.

Debía estar ligando, Hoba siempre hacía eso.

Dudé en interrumpir pero Hoseok ya me había visto así que caminé hasta ellos.

     —Hola Bro, que bueno que viniste  —Me Saludó el de cabello negro.

     —Yo no quería venir —Gruñi

Saqué rápidamente el encargo de mi mochila y se lo entregué. Yo solo quería llegar rápido a mi casa, comer algo y dormir.

Hoseok agradeció y Salí de ahí rápido. No era que no me gustase la compañía de él, es más eramos más unidos que Agust y yo.

Simplemente ya estaba cansado y ¡joder! tenía mucho sueño por estudiar hasta tarde los últimos días de exámenes.

Además, para ser honesto quería llegar y salir a mi balcón donde lo veía a veces llorar o a veces contemplar el atardecer.

Hace cuatro días  lo vi cuando se asomó y esta vez no me escondí, me quedé ahí y cuando me vio me sonrió y le sonreí de vuelta. Era la primera vez que lo hacíamos y me había gustado.  A partir de ese día cada noche hacía lo mismo y él siempre estaba ahí cuando yo salía al balcón, nos sonreímos sin hablar nada, era como una forma "especial" de comunicarnos. No se necesitaban palabras.

Ahora quería verlo de nuevo y sonreírle otra vez.

Entre corriendo, afuera me había alcanzado la lluvia. Más bien la tormenta.

Estaba totalmente empapado así que entre a mi habitación a cambiarme de ropa, al encender la luz noté que no había.

¿Y la planta? ¿No estaba funcionando? Lo bueno de los edificios así es que poseen su propia planta de energía, así cuando se va la luz todo sigue funcionando correctamente.

Salí al balcón y espere ahí unos momentos pero nunca salió. Seguramente estaba ocupado.

Evité pensar con quien por obvias razones.

En casa no había nadie, mamá estaba fuera de la cuidad por unos días así que la casa era solo de mi hermano y mía.  ¿Que? ¿El viejo? El no cuenta, es parte del amueblado.

Salí a la cocina a preparar una taza de café. Puse el agua en el microondas el cual si funcionó perfectamente así que supe que la luz de mi habitación era la que no servía. Espere mirando los números retroceder uno a uno. Me gusta el café especialmente caliente.

Me encantaba el silencio que había.

Paz, tranquilidad total, calma... una calma interrumpida abruptamente cuando alguien me dio vuelta bruscamente y atacó mi boca.

Abrí mis ojos asombrado, pero no pude detenerlo. Jimin me besaba y lo  endemoniadamente bien carajo.

¿Era un sueño? No... si era Jimin real.

Quise detenerlo, Lo intenté, juro que lo hice pero no pude evitar devolver aquel beso tan candente que el pequeño Jimin me daba así que seguí con el contacto.

De repente sentí que mis labios habían quedado abandonados pero en su lugar lo ocupaba mi cuello. ¡Joder! Era delicioso.

Jimin besaba mi cuello con un recorrido de besos húmedos que hacían que mi hombría se despertara poco a poco. Y yo solo podía apretar esa cinturita que jamás imagine se sentiría tan dura y delicada al mismo tiempo.

Bueno si  me lo imaginé muchas veces mientras me manoseaba en la ducha un par de veces.

Si lo admito soy un pervertido de mierda.

Las manos calientes de Jimin acariciaban mi pecho y bajaron rápidamente hacia mi abdomen. Supe cual era su intención y entonces decidí detenerlo.

Demonios, es que sabía que Jimin no buscaba besarme a mi, ni tocarme a  mi si no a mi hermano.

     —Mmm  Jiminie —Hablé ronco  pues sus labios seguían besando lascivamente mi cuello—. Jiminie detente...

"No te detengas joder esto me excita"

Debía dejar de oír  mi voz interior.

De pronto sus manos ya no estaban en mi pecho ni en mi abdomen si no sobre mi pene duro.

     —ahhh Dios Jimin, No...

Esto  se va a descontrolar.

Sentía la gloria el roce de sus manos sobre mi erección y yo quería más, vamos... soy un hombre. Pero... no era lo correcto así que tomé valor y lo detuve.

Pero este chico es muy necio, solo volvió a besarme con ahínco. Yo no quería ni debía pero devolví esos besos con el mismo fervor.

Me animé a más y ahora era yo el que lo besaba por el cuello, le di una pequeña mordida que le hizo jadear y jalé su cabello un poco con lo cual soltó un gruñido ahogado.

     —Ah, me gusta... —Exclamó

Sin poder detenerme comencé a rozar mi miembro contra el suyo de manera desesperada mientras apretaba su trasero.

¡Oh Dios, que trasero!

Sentí la necesidad de mandar todo al carajo y Follarmelo ahí mismo sobre la mesa pero muy muy en el fondo sabía que no podía.

     —Ahhh Si —Su voz sonaba tan pecaminosa y bendita a la vez, exitada y jadeante.

Dios debía detener esto ya.

     —Jimin... detente por favor, esto no está correcto...

Fueron esas palabras las que lo hicieron volver a la realidad.

Abrió sus ojos asustado y se alejó  comprendiendo  que era lo que pasaba.

Agust jamás le habría pedido detenerse.

     —¡Usted no es Agust! —Exclamó llevando sus manos a su deliciosa boca.

Apreté mis labios y cerré los ojos tratando de normalizar mi respiración sin saber que decir, mi miembro palpitaba frenético y necesitaba atención pero eso era lo de menos ahora.

    —¿Mochi? —¡carajo! Mi hermano llegó hacia nosotros con cara de duda.

Jimin se sobresaltó y trató de ocultar su sonrojo.

    —Agust ya vine... —Susurró más bajo de lo normal en su voz.

     —Te esperaba en mi habitación.

Mi hermano lo miraba y me miraba con interrogante en su rostro.

    —Ammm el vino a saludar  y le ofrecí café —Fue la excusa más estúpida lo sé  pero fue lo único que se me ocurrió además el microondas pitaba dando por terminada su función.

     —Jimin bebé, si querías café pudiste pedírmelo a mi —Agust tomó a  Jimin de la mano y lo abrazó y éste escondió su rostro en su cuello pero sus ojos me veían  a mí con un brillo que no supe descifrar.

Sentí eso muy incomodo así que abandone el café y me fui a encerrar a mi habitación.

Debía atender un asunto urgente ahí abajo. Y estaba seguro que Jimin igual solo que él tenia a alguien para ayudarse.

Eso me dolía.

La piel de mis labios y mi cuello ardían, sus besos me quemaron más que el fuego mismo.

Sus jadeos de placer y el sonido de nuestros besos aún resonaban en mi cabeza. Eso había sido increíble y yo que solamente quería una sonrisa.

Sonreí amargo.

Ahora seguramente Jimin y mi hermano estarían teniendo sexo rudo en la habitación de al lado y yo no tenía nada.

Me metí inmediatamente a la ducha y de ahí no salí hasta haber acabado. Subrayese "acabado" porque eso era literal.









                      Pov Jimin

Le mentí a Agust cuando le dije que me iría a casa porque me dolía la cabeza luego de "eso" que había pasado en la cocina.

Él me había preguntado si todo estaba bien con su hermano y le dije que sí y así se quedó más tranquilo.

Por fin esa noche tendríamos sexo pues me dijo que estaría sólo.

Así que yo había llegado y abrí con el duplicado que me dijo donde estaba.

Y lo vi de espaldas a mi cuando entre e hice lo más obvio.

Y resultó que no era Agust "D" si no  Min Yoongi.

¡Carajo! Casi me acostaba con su hermano.

Apreté mis labios acostado en mi cama mirando al techo. Pero es que... esos besos, sus manos acariciando mi cintura.

Dirán ¿Cuál esa diferencia, si son prácticamente iguales?

Si, lo eran pero no. Es decir, cuando lo bese sentí una necesidad en sus besos, como un anhelo  como algo que él hubiese estado deseando. Y sus manos me acariciaban lentamente pero con cierta delicadeza sin dejar de ser rudo. Rudo y tierno, sí eso era.

En cambio con Agust, todo es rudo.

Por eso sentí extraño pero fui estúpido al no darme cuenta que no era él todo por culpa de mi calentura.

Pero honestamente, me había encantado. Había metido la pata muy muy al fondo pero la verdad no podía sacar sus besos de mis pensamientos.

Me había gustado demasiado.

Suspiré frustrado y restregue mi rostro con mis manos. Que torpe soy, ¿y ahora con que cara voy a verlo de nuevo?

Me eché a dormir mejor, para olvidar ese encuentro. Más fue imposible de olvidar.

Soñé con él, Soñé con sus besos, Soñé sus caricias, su voz ronca exitada y de pronto cambiaba, ya  no eran esos ojos felinos hermosos eran otros más fríos e inexpresivos los que me miraban mientras me besaba.

Y así mi sueño se iba mezclando entre Agust y Yoongi y yo no sabía cual me gustaba más.

 

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