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🌻|Capitulo 8.|🌻

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Capítulo 8.
Preliminares: Una molestia

En la pequeña habitación de la torre, en donde el equipo Rei descansaba por primera vez de días en jornada, los rayos de la luz del sol mañanero chocaba contra la ventana alta. Gracias a esa luz, la Hyuga finalmente logró despertarse, estirando los brazos de lado a lado, acompañada de un bostezo muy pequeño y ligeras lágrimas genuinas gracias al mismo. En la banca de la habitación pequeña, Nami se había quedado dormida sobre ésta recostada. Palmeó un poco la banca y se sentó recogiendo sus piernas, antes de observar a los alrededores del lugar. Aguantando una pequeña risa burlona vió que sus compañeros estaban tranquilamente dormidos aún, pero le hacía gracia ver la forma en la que ambos dormían. Meiko, por ejemplo, estaba sentada sobre la misma banca de Nami, a su lado. Estaba apoyando su cabeza contra la pared, mientras abrazaba a su espada como a peluche. Kai estaba por otro lado, pese a que se durmió en medio de las dos chicas, amaneció tirado en el suelo y con brazos y piernas estirados, como si se hubiera caído de un séptimo piso.

—–¿Uh?... —al topar su pie con la pierna de Kai, miró hacia abajo, encontrándose con la “original” forma de dormir de su compañero.

Además, con la buena siesta que tuvo sentía que podría esperar otros dos días más ahí dentro.

Nah, era broma. Ella no veía la hora de finalmente darse un buen y refrescante baño de agua fría con pétalos de margaritas y girasoles, mientras se encargaba de limpiar la suciedad y rastros de sangre, heridas y sudor que había en su blanca piel. Lo deseaba con frecuencia durante esos cinco días, y aunque se limpió un poco en el agua de un río que encontraron, no pudo hacerlo completamente ya que debían mantenerse en movimiento para evitar encontrarse con algún equipo enemigo o animal. Suspiró un poco, peinando levemente su cabello. Para ella era una pesadilla estar sucia, algo con lo que tendría que lidiar si quería llegar a ser una buena ninja algún día. Mientras peinaba su cabello se fijó en lo horribles que se e contaban sus puntas.

—–Tendré que humectar las luego...—dijo para sí misma, entre el silencio.

Aquel fue rápidamente interrumpido por un sonido. Nami se quedó estática por un momento, observando a los alrededores de la habitación,pero se tranquilizó al identificar el sonido de pasos, recordando el modo de caminar de alguien para ella muy querido. Le hizo esbozar una media sonrisa, haciendo que se levantara y aguardara, mirando atenta a la puerta a la espera su aparición.

—–Sobreviviste...—murmuró con alivio y también emoción, de ver a su hermana gemela ilesa y descansada.

Nami soltó una pequeña risa, mientras extendía su sonrisa a una de oreja a oreja, acercándose a su hermano con calma mientras que por dentro ocultaba una profunda alegría por verlo bien, vivo, por saber que él lo había logrado. Ambos se abrazaron fuertemente, calmando sus ansias de estar juntos otra vez como hermanos que eran.

—–Sabía que podías hacerlo. Después de todo eres mi hermana.-bromeó él, riendo un poco.

—–Hmpf. Es obvio. Los dos somos los hijos de Hizashi.—giró los ojos entre risas y sin más, volvieron al silencio.

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Ambos se distrajeron al escuchar un suave bostezo interrumpir el silencio, notando pronto que Meiko y Kai comenzaban a despertarse. Pese a que Kai dormía como un tronco, no pudo ser perturbado de su sueño hasta que la albina lo pateó un poco y le susurró que despertara. Después de ahí, el equipo Rei y el equipo Guy se reencontraron, saludandose animados de verse bien y completos, luego, se sentaron a platicar un poco sobre lo que habían vivido, quedando a la espera de que los llamaran para lo siguiente. Kai platicaba animadamente con Tenten sobre las cosas que sucedieron. Meiko escuchaba atenta, mientras que sentados en la banca de la misma habitación, Lee le contaba a Nami sobre su encuentro con el equipo siete, uno de los equipos de novato. Ellos estaban en problemas y el cejotas como fiel a su promesa, se dio cuenta del peligro y se incluyó en la batalla contra un equipo de la Aldea del sonido, todo para proteger a su querida Sakura.

—–Después tu hermano me encontró y Tenten me llevó lejos de ahí. Fue todo muy extraño.

—–Wow.—respondió Nami, levantando una ceja como muestra de impresión.—–Vaya que eres tonto.

—–¿Eh?

Nami soltó una pequeña risa, en respuesta a la reacción del cejotas. Luego, palmeó su cabeza mientras ella negaba.

—–Ay Lee... Lee, Lee, Lee...—murmuró.—–¿Qué no te advertí que dejaras de intentar relacionarte con esa Haruno? ¿Si quiera te agradeció?—lo miró, esperando a su respuesta.—–Ese equipo de novatos no me da buena espina.

—–¿Con ello te refieres a Uchiha Sasuke?—irrumpió su hermano, aguantando una risa, pues él era conocedor del aparente disgusto de su hermana por los Uchiha.—–Nami...

—–¿Qué? Sólo sigo la filosofía del segundo Hokage.—se escudó ella, encogiendose de hombros después para dejar de darle importancia al tema.—–Como sea. Lee. En serio. Sé que estás “enamorado” de esa chica, aunque sinceramente no entiendo porqué, pero, ya de verdad deberías... Dejar de humillarte por ella.

Lee bajó la mirada un poco, sonriendo con una pequeña tristeza. Neji miró a su hermana y frunció el ceño, mostrando que estaba algo molesto. Nami nunca fue buena midiendo sus palabras. Ella sólo hablaba con la verdad, sin importar qué tan directa solía ser, lo hacía sin saber que podía herir emocionalmente a alguien. Nami suspiró un poco, sintiendo algo de culpa por hacer sentir mal a su querido amigo. Acto seguido, sonrió de nuevo y lo abrazó del cuello, rodeandolo con su brazo.

—–¡Oye, tranquilo Romeo! Ya encontrarás a alguien. Quizá sea Tenten.~—bromeó divertida, causando en Lee una pequeña sonrisa.—–¿Quién no querría estar contigo?

Lee sonrió un poco, correspondiendo después el pequeño abrazo de su amiga, que ella interrumpió porque ya era suficiente de tanto cariño. Luego de la pequeña reunión, de ponerse al día y descansar, estando a la espera de una llamada, sus palabras fueron escuchadas. Los jonins líderes de equipo solicitaban a los sobrevivientes de la segunda etapa del examen chunin, para una reunión con el mismo Tercer Hokage y la censora, Anko. Todos se dirigieron al gran salón de esa torre. En ella estaban reunidos los senseis, los jōnin y chūnin que habían formado parte de el primer y segundo exámen acabado de aprobar, los líderes de los equipos de las otras aldeas de genin sobrevivientes y en el centro el Hokage-sama, junto a la censora que quién con su Mofante sonrisa observaba a los demás jóvenes sobrevivientes, realmente impresionada de ver que tantos candidatos lograron pasar su difícil prueba.

Nami, Kai y Meiko observaron alegremente que Rei sensei también estaba ahí de pie, sonriendo de oreja a oreja totalmente orgullosa de sus pequeños Dientes de León, muy alegre de verlos vivos. Dudó en algunos momentos, y le dolía admitirlo, pero el júbilo de ver a sus queridos hijos no de sangre ahí parados con los demás sobrevivientes prestando atención a las palabras de Hokage-sama, su padre, le daba una sensación de alivio y tranquilidad. De ver también que los tres llevaban puestos los anillos que ella obsequió, le daba aún más fuerza a su sonrisa.

—–Vaya. A tu equipo le fue muy bien.—sonrió Asuma, mordiendo el cigarro como acostumbraba.—–Casi parece que fue un juego de niños para ellos.

—–El tuyo también, hermano... Para ser novatos.—bromeó un poco burlona, causado en Asuma una sonrisa retadora.

Como hermanos, los dos solían tener una relación normal de fraternidad. Se cuidaban entre vos, pese a ser diferentes en muchos aspectos; aún así se querían grandemente.

—–Ja ja. Que graciosa, Rei.—dijo. Rei sonrió, con algo de altanería, y observó a su hermano mayor con una cena levantada.

—–¿Crees que no? Éstas hablando de MÍ equipo. Hermanito.—guiñó un ojo. Luego suspiró.—–Ah, verlos ahí para mí es sencillamente hermoso.

Después de su pequeña charla en voz baja mientras la censora los felicitaba con sinceras palabras, invitó después a Lord Hokage que estaba ahí presente, esperando a que le dieran la palabra para explicar el tercer exámen. Ante su presencia muchos estaban expectantes a sus palabras.

—–Bien. Hokage-sama les explicará el tercer exámen, así que escuchen muy bien, gusanos.—sonrió Anko.—–Hokage-sama, todos suyos.

Ante ello, Hokage-sama dio dos pasos al frente, y después de aclarar su garganta —aún impresionado por la cantidad de estudiantes que pasaron el segundo exámen— comenzó a hablar cosas importantes sobre el exámen mismo, y el sentido que éstos tenían. Reaccionando, Kai suspiró aburrido, no le gustaba escuchar palabrería. Meiko infló una mejilla para aguantar la risa de ver las reacciones de Kai, y Nami simplemente sonreía ladina por escuchar sus quejas en murmullos.

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Resumiendo todo lo que el Hokage dijo en su realmente bien planeado discurso; al quitarse la pipa explicó que el significado inicial de los exámenes chūnin entre otras Naciones era para fortalecer la amistad entre esas Naciones aliadas. De esa forma evitaban volver a las guerras en las que anteriormente varias Naciones por poder o territorio estaban metidas. Sin embargo, eso solo era una cortina de humo, pues el verdadero significado era en realidad: escoger shinobis dignos para llevar el orgullo de su aldea en sus espaldas, es decir, shinobi con la capacidad de lograr varios objetivos o metas con tal de enaltecer y fortalecer a su Nación, es por ello que se les pedía como condición a estos exámenes, arriesgar sus vidas sabiendo perfectamente que era una cuerda o trapecio del que podrías tropezar hacia el lado de la muerte o el de la vida. Pues en el mundo shinobi, la amistad significa pelear y morir, o, pelear o morir.

Vaya, papá... ¿No pudiste haberlo dicho de una manera más frívola? Creo que fuiste muy suave.”—–pensó Rei, algo sarcástica por las palabras de su querido padre, y ver cómo los otros genin le refutaban en voz baja.

—–Es por eso, que en el tercer examen es una pelea por la vida. Con el orgullo de su aldea y sus propios sueños en peligro.—agregó.—–Así que les explicaré exactamente lo que harán en el tercer exámen.

Antes de que pudiera terminar, un jōnin nuevo apareció, de espaldas, arrodillado como muestra de respeto ante su Hokage. Un hombre de cabello largo hasta los hombros y castaño, con algunas ojeras bajo sus ojos, de aspecto cansado y enfermo. Su toz confirmaba que algo no estaba muy bien con él, impresionando y/o asqueando a muchos de los genins presentes. Como Meiko por ejemplo, quién en su mente oró por su alma.

—–Existe algo que... Quiero que todos hagan antes de continuar con el tercer exámen.—pausó, tratando de recordar sus siguientes ideas.—–Debemos hacer un exámen preliminar antes de continuar con el exámen real.

Nami borró su sonrisa y la cambió por un celo fruncido y un ojo entrecerrado, arrugando su nariz levemente, sin embargo con mucha molestia. Rei observó ésto a la perfección. Sabía muy bien que su alumna Hyuga por más que puidera callarse, su rostro no podía ocultar lo que pensaba. Suspiró un poco sintiendo su frustración, y no la culpaba. Ella también estaría molesta si después de tanto esfuerzo y riesgos, esperando pronto combatir en la última etapa, la pospusieran con la excusa de que preferirían eliminar a más gente.

—–¿¡Una preliminar!?, ¿¡que quiere decir con eso!?—bramó un chico de cabello negro y coleta picuda muy irritado.

Quién no lo estaría.

—–Bueno. El primer y segundo exámen quizá fueron muy fáciles.—dijo.—–El hecho es que jamás se esperó que tantos alumnos continuaran aquí. De acuerdo con las reglas de los exámenes chūnin se puede llevar a cabo el uso de un exámen preliminar, con el objetivo de reducir el número de candidatos. En esta etapa se deben apresurar las cosas un poco. Como Hokage-sama ha dicho, vendrán a vernos invitados importantes y no podemos hacerlos perder el tiempo. Vendrán a ver a los mejores.

Kai infló un poco las mejillas, mostrándose disgustado con la excusa.

¿Facil? Trate de estar cinco días en ese horrendo bosque, haber si vuelve a decir que es sencillo con todas esas cosas que tuvimos que hacer para salir ilesos de ese lugar.”—–pensó, mostrándose indignado.

—–En fin.—continuó Gekko.—–Si alguno de ustedes no se siente en excelente condición física para hacer los exámenes...—comenzó a toser, causando incertidumbre y preocupación entre los alumnos.Nami se cubrió un poco la boca con su mano vendada. Ese tipo necesitaba ver a un médico pronto, sin importar qué.—–Lo siento. Como decía, si alguno no se siente en condiciones óptimas para hacer éste exámen preliminar está en todo su derecho de retirarse... Los exámenes comenzarán inmediatamente.

Meiko abrió los ojos un poco más, mostrando su impresión. Kai, ya cansado, se quejó fuertemente sin importarle que estuviera frente al Hokage e inclinó su cuerpo y brazos hacia adelante, demostrando lo disgustado e irritado que estaba. Nami suspiró con levedad escuchando entre eso las demás quejas de los otros alumnos y novatos. ¿En serio? ¿Ni siquiera la dejarían darse un baño? Y ella que deseaba pronto lavarse su cabello y relajarse. Pero por más que los molestara, suponía que era algo comprensible. Aún así, lo que la hartó más fue escuchar por parte de un novato "rellenito" pedir tiempo para comer.

—–¿Cuando comemos?

¿Qué ese idiota sólo piensa con el estómago, o qué?”—–pensó Nami, algo fastidiada por su pregunta.—–“Agh. Novatos...

Desde que lo vio por primera vez al comenzar los exámenes en la sala, no lo ha visto de otra forma o realizando otra acción más que comer papas fritas con sabor a alitas o barbacoa. Quizá porque pertenecía al clan Akimichi, pues ellos al comer reintegran su chakra, pero aún así, le fastidiaba un poco el hecho de que, pese a lo que sea pareciera estar más pendiente de llenar su estómago que de otra cosa. Además, le daba vergüenza admitir que el escucharlo comer papas también le estaba dando hambre.

—–Agh...—suspiró pesadamente.

El censor explicó después que los combates serán por muerte súbita, uno a uno, sin importar que tal te encuentres, por eso dio la opción de retirarse si no se sentían en condiciones de realizar el examen. Él se quedó en silencio a la espera de que alguien levantara la mano para irse, porque, a los ojos de Nami y otros, habían estudiantes que se veían bastante mal. Por parte de los demás jōnin, se esperaba que fuera Sasuke Uchiha quien lo hiciera. Sin embargo y para su sorpresa, quien interrumpió el silencio para levantar su mano, fue aquel chico que aludió ya haber repetido el exámen más de una vez. Ese de gafas que estaba con los novatos. Sin molestias, él levantó la mano y decidió retirarse, despidiéndose de sus nuevos amigos ahora el equipo siete, quienes intentaron detenerlo pero él aún así se marchó.

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Finalmente y para el alivio de pocos, podrían comenzar las preliminares al terminar de escuchar alejarse los pasos de aquel cuatro ojos de pelo plateado.

—–Bien. Entonces daremos inicio a la ronda preliminar. Esta ronda consistirá en combates uno a uno; quedan veintiséis de ustedes, eso significa que se harán trece encuentros. Y los ganadores de estos encuentros, avanzarán al tercer exámen. En cuanto a las reglas, no existen.

Nami sonrió, como música para sus oídos. Aquello ya indicaba que podría hacer lo que quisiera sin importarle nada, hasta matar.

—–Van a pelear hasta que el otro muera o se rinda, o hasta que éste sea declarado como físicamente incapaz para continuar la prueba. Pero, como censor, ocasionalmente podré intervenir en este tipo de encuentros siempre y cuando se vea perdido para salvar tantas vidas como sea posible.—volteó a ver ligeramente hacia atrás.—–Anko-san.

La nombrada asintió, y sosteniendo un micrófono ordenó que se abriera el panel. De ahí se dejó mostrar un marcador, el cual explicó que ese cumpliría el trabado de seleccionar a los participantes del encuentro, completamente al azar. Comenzaron de una vez, el marcador seleccionó dos nombres de los participantes presentes, los cuales, tendrían que luchar.

—–¿Uchiha Sasuke?—murmura Nami, leyendo en la pantalla.—–Vaya. Así que al final podré ver si es verdad tanta parloteada de aquel chico.

Se giró ligeramente a verlo. Pudo notar que su hermano Neji también lo había hecho, incluso Lee. Uchiha Sasuke era el “novato estrella” de él presente año. Él llamaba la atención de todas las miradas, no sólo por ser habilidoso, sino también por ser conocido como “El único sobreviviente” de la horrible masacre de su clan, una noche fría y terrible que muchos en Konoha recuerdan. Nami sonrió un poco, esperando que sus altas expectativas fueran satisfechas en el encuentro. Quizá si era tan fuerte como para ser el mejor de su clase, podría enfrentarse contra Neji o contra ella alguna vez, los gemelos Estrella del año pasado. Aunque deseo de un combate contra un Uchiha no tenía mucho que digamos. Conocía bien que ellos eran llamativos porque su poder estaba ligado a sus emociones. Algo que, si piensas bien, trae tanto ventajas como más desventajas en una batalla.

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Kai y Meiko se fueron con Nami y los demás a las gradas. Todos en ese instante despejaron el área, excepto los dos candidatos al combate. Ya sobre la altura que ofrecía la vista, la Hyuga, la Dai y el Sakamoto no se imaginaron la repentina muestra de cariño de su maestra. Rei emocionada, finalmente pudo abrazar a sus tres alumnos con una sonrisa grande, diciendo lo orgullosa que estaba de ellos, llamando miradas de todos. Al notar aquello, la Hyuga no evitó resoplar completamente incómoda.

—–¡Reí sensei! ¡Nos está dejando en vergüenza...!—murmuró, observando como los de las gradas al frente no le quitaban la vista de encima, con una sonrisa burlona.

Después de luchar unos cuantos segundos la Hyuga se safó de su agarre y sacudió su ropa, mientras se mostraba en su mirada una mezcla de entre molestia y vergüenza. No estaba en contra del cariño de su sensei, pero sí que fuera demostrado en público, era algo incómodo para ella.

—–¡Ay, Nami! Dejate querer un poco por tu sensei.—sonrió ella, en una  posición algo minina e infantil.

La Hyuga, ignorando su petición, simplemente suspiró y le dio la espalda, escuchando después por parte de ella un “¿Por qué eres tan fría, Nami-chan~” Por parte de Rei, quien aún no soltaba sus otros dos compañeros. La Hyuga sonrió un poco ladina, y sin más se apoyó en la baranda, esperando a ver iniciar la pelea entre Yoroi Akado, un extraño, y  Sasuke Uchiha, otro extraño pero del que  igual había escuchado hablar.

En un golpe rápido, el oponente Yoroi logró derribar al Uchiha con mucha facilidad. Todos observaban expectantes ante la escena, y los novatos, compañeros de su clase se mostraban impresionados. Más que todo sus compañeros de equipo, se mostraban más preocupados que todos, pero sobretodo aquella chica de cabello rosado, quien juntaba sus suplicando por la vida de Sasuke.

Nami, Meiko y Kai se mostraron un poco confusos, pero antes de comenzar algo prefirieron esperar a por más, pues el encuentro apenas empezaba. Aún así, los tres miraban en silencio cómo parecía que el afectado del azabache perdía fuerza, aparentemente el ataque de Yoroi tenía un truco oculto. Ante eso, Kai se giró a ver a su amiga, esperando una respuesta por parte de la más lista.

—–¿Nami?

Meiko también la observó, pues tampoco se daba cuenta de lo que le sucedía al Uchiha. Nami los miró a ambos y suspiró un poco, accediendo a activar su byakugan para tener una vista más clara de la situación. Al ya ver lo que sucedía, chasqueó la lengua un poco disgustada.

—–Al parecer... Le está arrebatando su Chakra. Poco a poco estará tan débil que no podrá resistir más.—ladeó la cabeza.—–¿Eso es todo lo que el Gran Sasuke Uchiha puede hacer? Patético.

Ella sonrió de lado un poco, pensando en lo mucho que quizá la gente lo sobreestimó, el crédito tan grande que le dieron... Nami conocía bien que el clan Uchiha era un clan poderoso, daba mucho de qué hablar. La mayoría eran serios y distanciados del resto. Eran usuarios de jutsus de fuego, así como el clan Sarutobi, pero como tal, lo que identificaba al clan Uchiha es su dojutsu: sharingan. A diferencia del byakugan del clan Hyuga, el Sharingan aparece en los usuarios de forma selectiva, es decir, no es muy común que se herede. Era incluso para los del clan Uchiha que se heredara.

—–¿Qué hay de su Sharingan?—preguntó Meiko, notando que Sasuke aún no luchaba.

—–¡Ah! “Sharingan”, “byakugan”... Esos nombres me confunden.—mencionó Kai.—Sólo sé que el byakugan es del clan Hyuga. Pero no sé como funciona el sharingan.

Nami se separó de la baranda, mirando a su amigo Kai mientras desactivada su byakugan. Ella sonrió de nuevo ladina y se preparó para explicarle.

—–A ver, te explico... El sharingan y el byakugan son dojutsus, pero son muy diferentes. Por ejemplo, el sharingan de los Uchiha no tiene una visión de 360° como el byakugan, y tampoco puede ver los puntos de chakra. Otra diferencia es que los Hyuga, al nacer, ya mostramos nuestro byakugan, es decir nuestros ojos “blancos”. En ese entonces el byakugan está “desactivado”. Cuando hacemos uso de él se nos marcan las venas alrededor de los ojos y hasta pómulos, como ya se puede ver.—exclamó la Hyuga, volviendo a activar su dojutsu para mostrarle a Kai lo que explicaba.—–Nosotros nacemos con él, pero en realidad, en los Uchiha es raro que se herede o se presente temprano.—agregó girándose a ver el enfrentamiento.—–Leí que el sharingan es el ojo que refleja los sentimientos. Según eso, los Uchiha sólo despiertan el sharingan cuando experimentan una intención muy intensa que provoca un cambio en su nervio óptico, por el chakra que hace brotar esa emoción en su cerebro.

Cuando Nami se volteó a ver a Kai nuevamente, el castaño de ojos azules verdosos estaba sonriendo, como siempre, haciéndole entender a Nami que a lo mejor no la había entendido bien. No obstante, el levantó el pulgar y rió asintiendo, afirmando que sí había entendido su explicación. A Nami le bajó una gota por la sien, pero luego suspiró un poco y sonrió de nuevo, girandose otra vez a ver el enfrentamiento. Rei observó a ambos de sus estudiantes, apoyada en la pared de brazos cruzados. Ella sonreía notando la información que Nami había almacenado sobre diferentes cosas. Recordando también que cada vez que alguno de sus compañeros tiene una pregunta, siempre es la primera en explicarles sin mucha molestia. Sabía bien que a la Hyuga me gustaba alardear un poco lo poderosa que era su memoria, sólo que ella no se daba cuenta de eso.

—–Se te olvidó agregar que también es posible trasplantar el Sharingan a otra persona.—comentó Rei, esperando a ver la reacción de su alumna.

La defensa de Nami fue simple.

—Le expliqué las diferencias. Por eso no lo agregué, sensei.—burló ella, entendiendo su broma.—–Pero sí. El Sharingan también es, de hecho muy perspicaz. Lo que le permite también imitar cualquier movimiento, como un patrón manual de un jutsu.—agregó la Hyuga, mirando de nuevo a la pelea con aburrimiento.

Comenzaba a pensar en irse a uno de los baños y por lo menos lavarse el rostro y remojarse los brazos y piernas, pues ya se estaba aburriendo de ver al Uchiha sufrir sin hacer nada. Sin embargo, le hizo quedarse el notar que Sasuke, con las pocas fuerzas que le quedaban logró patear a su oponente y enviarlo a una distancia considerable para así librarse de su agarre. Levantándose tambaleante y listo para esquivar los ataques.

Así como para la Hyuga, el combate se estaba poniendo algo aburrido para algunos. Hasta que en un giro inesperado, Sasuke desapareció de la vista de su oponente por unos segundos. Y luego, desde el suelo logró dar una feroz y potente patada, enviándo a Yoroi a los Aires.  Al ver ésto, Nami abrió los ojos como platos y giró rápidamente a ver a su amigo Lee, que estaba cerca. Conocía muy bien esa técnica, y sus sospechas se confirmaban al voltear a ver a su amigo el de cejas grandes, el cual estaba en el mismo estado de shock. No lo podía creer.

—–Ésa... Es mi técnica...

Kai Mei Mei estaban igual. Rei observó a Guy un minuto, y al darse cuenta de su expresión suspiró un poco, admitiendo que a la final si supo de el enfrentamiento entre el Uchiha y el joven Lee. Después de todo Guy qué no le contaba.

—–Oh vaya. Pobre Lee...

Sasuke se apareció detrás de Yoroi, aún en los aires, y a pesar de unas pequeñas complicaciones éste pareció recuperarse rápido y con una sonrisa ladina giró a su oponente, buscando golpearlo por el frente del pecho y así mientras iban cayendo terminar con un impacto y patada final, su ataque llamado "Ráfaga de Leones"

Creativo.

Y aunque él término lejos, con sus últimos alientos después del cansancio logró levantarse para así reclamar su victoria, para sorpresa de todos. Salió él siendo victorioso. Terminando por irse con Kakashi, el amor platónico de la sensei Rei, quien se lo llevó sin responder mucho de sus estudiantes, el rubio y la Haruno. Nami, Meiko y Kai observaron a su sensei Rei con las cejas juntas y preocupada lo observó antes de desaparecer. Tan sólo esperaba que el pobre chico estuviera bien, además, confiaba en su querido amor.

—–¿Ah... Rei sensei?—preguntó Kai, confundido al ver a la mujer con la mirada.—–La perdimos.

—–Oiga.—Nami se acercó a chasquear sus dedos.—–¿Holaa?

Rei aún estaba perdida en su mente imagiando cuanta tontería amorosa se le ocurriera. Nami al ver que no tenía chance de despertar a su sensei, suspiró con pesadez  y se apartó de la baranda para abandonar por un momento a su equipo y caminar un rato hacia donde su hermano gemelo y su equipo. Quería saludar.

—–¿Te impresionó?—preguntó Nami, con diversión mientras mantenía esa sonrisa ladina que lograba molestar a muchas personas.

—–Tal vez.—respondió su hermano. Siempre misterioso.—–Es hora del segundo encuentro.—levantó la mirada.—–Esa chica del martillo aún no ha dejado de mirarte, ¿lo notaste?

Nami cerró los ojos con arrogancia, y se apoyó al lado de su hermano gemelo, imitando a dos gotas de agua completamente iguales.

—–Bueno. Sabes que no le temo a nada.—sonrió mostrando algo de dientes.—–Tengo el presentimiento de que lucharé contra ella. Para entonces ya habré ganado.

—–Claro. Después de todo, eres muy lista.—sonrió cruzándose de brazos.—–Eres mi hermana.

—–¡Aah!—bufó algo cansada.—–Ya deja de decirlo como si el hecho de ser tu hermana me hiciera fuerte.—le reclamó fingiendo molestia, para después sentir que su hermano la rodeaba del cuello.

—–Ya, no te quejes.—burló riéndose.

Ya casi era la hora de inicio del segundo encuentro. Los gemelos se giraron a ver la pantalla, viendo pasar un montón de nombres escritos en kanji, hasta detenerse en dos completamente al azar.

Espero que les haya gustado este otro cap que he adelantado con mucho cariño para ustedes ^^ en serio, espero.

Traté de ser lo más descriptiva posible. Pues no quiero defraudarlos ^^

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