Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌻|Capítulo 40.|🌻

|𝓛𝓸𝓼 𝓖𝓮𝓶𝓮𝓵𝓸𝓼 𝓗𝔂𝓾𝓰𝓪|
Capítulo 40.
Genios”

El timbre de la escuela ha sonado. Es hora de que todos los niños entren al salón para comenzar con su jornada de clases del día de hoy. Entre la pequeña multitud de niños, dos de ellos resaltaban entre todos, no sólo por ir ambos uno junto al otro, tomados de la mano para no perderse, sino también porque los dos tenían ojos especiales y muy llamativos, además de que los dos no parecían nada más que clones del otro. Esos dos niños eran conocidos por todos como “Los gemelos Hyuga”. Hijos de Hyuga Hizashi, cabeza de la rama secundaria del clan Hyuga, sobrinos del líder del clan y también dos pequeños genios, que siempre mostraban una sonrisa amigable a todos y a todo.

Esos dos pequeños eran muy unidos, nunca nadie podía separarlos. Eran nada más que nos hermanos mellizos, gemelos idénticos, que muchos confundían. Estaba el mayor por cinco segundos, Neji, nombre cuál significa torbellino”. Y la menor, por nombre “Nami”, cual significado es ola de mar. Los dos pequeños tenían habilidades muy alusivas a su nombre, destacándose en las áreas de la escuela desde siempre. Uno era muy habilidoso, la otra era muy lista y astuta. Para su corta edad, esos dos gemelos daban mucho de qué hablar y qué desear.

Al terminar la jornada de clases, los niños regresaban a casa en compañía de sus padres, aquello no fue excepción para los gemelos, quienes fueron recogidos por su querido padre. En el camino, los niños le contaban a su padre lo muy bien que les fue ese día, como siempre. Jugaron, entrenaron un poco, los senseis los felicitaron por tener un buen rendimiento y ambos se ganaron una nueva estrella dorada. Sin dudas hacían que su padre se sintiera muy orgulloso y agradecido por tener a dos niños tan Habilidosos.

—–Papá, ¿podemos comprar mochis antes de volver a casa?—preguntó la niña con curiosidad, quien estaba sobre los hombros de su padre.

—–¡Oh! ¿Y podemos cenar frijolitos?—preguntó Neji, quién estaba también cargado por el mayor, pero en sus brazos.—–¿Siiiiiiii?

Hizashi viendo la emoción con la que ambos niños hablaban, accedió pronto a cumplir la petición de sus gemelos y sin más, ya con una bolsa de mochis y frijoles para cenar, Hizashi se llevó a sus hijos a casa. No obstante, aún era de tarde, por lo que los gemelos le pidieron permiso a su padre para ir a jugar, y juntos se fueron al parque para disfrutar de lo que quedaba de la tarde en lo que Hizashi preparaba la cena.

Asi fue como Neji y Nami, jugando tranquilamente en el parque, vivieron felices su tarde.

Cuando ya los pequeños se decidieron en regresar a casa para no perderse la cena y no preocupar a su padre, notaron que el cielo y las nubes se ponían oscuros, llamando quizá una tormenta. Nami se escondió detrás de su hermano, pues ella le tenía miedo al fuerte y feo sonido de los rayos, pero Neji con un pequeño abrazo la tranquilizó y le dijo que todo estaría bien. Sin embargo, un par de niños malcriados no dirían lo mismo...

Mientras comenzaba a salir la lluvia, Neji se apresuró con su hermana para llegar a casa, o bajo un techo y estar lo más secos posible, pero en el camino la pequeña y torpe niña tropezó, perdiendo de vista a su hermano. Los gemelos se soltaron de la mano sin querer, separándose, y de pronto la angustia comenzó a afectarlos a ambos.

—–¡Neji! ¡Onii-chan! ¿¡Dónde estás!?—gritaba la pequeña, tirada en el suelo, viendo ahora la calle algo solitaria pero con gente corriendo para librarse de la lluvia.—–¡Onii-cha

No pudo hablar más, porque sintió cómo alguien más fuerte le cubría la boca y se la llevaba a rastras hacia un callejón. La pequeña luchaba con sus fuerzas, claro que asustada, buscando liberarse. Su temor no le permitía abrir los ojos por ningún instante, tan sólo podía escuchar risas de niños y un abrir y cerrar de varias tijeras.

—–¡Ay, pobre bebé, quiere llorar!—escuchaba la voz de entre todos los niños, una niña quien se burlaba de ella en la escuela.—–¡La genio, la niña prodigiosa, de cabello largo y lindo y memoria perfecta! ¡No es nada más que una bebé llorona y mimada!

Las súplicas de la pequeña Nami no sirvieron de nada. Tan sólo podía quedarse quieta mientras el agua del cielo la empapaba, cubriendo su cuerpo de frío y temor, mientras su cabello caía al suelo. Éste había sido cruelmente cortado, y la pequeña Hyuga no podía y no pudo hacer nada para poder defenderse.

—–¡Hey, que están haciendo con mi hermana!

Apenas escuchó la voz, Nami dejó de llorar por un momento, para después comenzar a sollozar y a derramar las lágrimas con más fuerza, apenada por no haberse defendido sola, por volverse tan dependiente de su hermano mayor. Al abrir los ojos, se encontró con su pequeño gemelo, quien empujaba a uno de los últimos  niños que se quedó, auyentandolo de ahí. Neji se acercó a su hermanita y limpió sus mejillas con preocupación, viendo que ella no dejaba ni dejaría de llorar.

Su llanto triste e infantil alertó entonces a una pareja de amigos que pasaban cerca de ahí, de camino a casa de uno de ellos para refugiarse de la lluvia. Un castaño de cabello sobre los hombros y una chica de cabello color malva y ojos azules, ambos vestidos con un chaleco de jonin, se apresuraron a buscar al dueño o dueña de ese llanto para ayudarlo o ayudarla.

—–¡Por ahí!

Los dos dieron con el callejón, en donde encontraron a los dos gemelos abrazandose para combatir el frío. El mayor intentaba calmar a su hermana mientras limpiaba los restos de cabello castaño que quedó, la menor solamente se aferraba a su gemelo y lloraba sin parar. Aquel jonin, quien los reconoció enseguida, se apresuró hacia los dos y se quitó la bufanda que llevaba encima para enrollar a los gemelos. Su acompañante la chica, al principio se confundió un poco por ver tal preocupación, pero luego se acercó para ayudarlo también. Ella se arrimó con el paraguas que llevaba y cubrió a los niños de la lluvia.

—–¡Neji, Nami!—bramó Genma, claramente preocupado.—–¿Qué pasó?

—¡Unos niños malos...!—respondió Neji de inmediato, viendo como si hermana se calmaba un poco al escuchar la voz de su padrino.—–Ellos le cortaron el cabello a mi hermana...

La de cabello malva quien lo llevaba suelto, frunció el ceño con molestia al escuchar al pequeño contar la historia. Le daba tanta impotencia.

—–Oh, un grupo de bravucones, como los detesto.—comentó la mujer en voz baja.—–¿Genma, de donde conoces a estos pequeños tan hermosos?—se inclinó y tomó a la niña, de ahora cabello corto, para limpiar sus lágrimas con un pañuelo.

La pequeña de ojos aperlados miró a la mujer por unos cuantos segundos, calmando su llanto pronto. Aquella mujer le sonrió, y ella se silenció más calmada por sentir un tacto tan maternal y tranquilo tocarla.

—–Ya pequeña, todo va a estar bien.—murmuró suavemente, picandole una mejilla.—–Eres tan hermosa.

Genma suspiró con cansancio y una pequeña culpa. Él entendía el sufrimiento de su “sobrina”. Pero sonrió un poco al ver cómo ella se calmaba con ver a su compañera la Sarutobi.

—–Soy un buen amigo de su padre. Hizashi.—respondió un poco pensativo, acercándose a los niños y cargandolos.—–Lo siento tanto, niños... Los llevaremos a casa.

—–Ya no importa, tío Genma.—escucharon a la pequeña hablar por primera vez.—–Sólo... Quiero volver a mi casa con papá...

—–Yo también... Me estoy sintiendo cansando...—continuó su hermano. Su cabecita se movía sin voluntad.

Los dos estaban temblando de frío, sus pequeños cuerpos no podían soportar la baja temperatura del clima. Rei viendo esto, suspiró un poco y eligió darle su paraguas a Genma, sin importarle que su ropa fina se estropeara con la lluvia. Los niños eran más importantes.

—–Ve y llevatelos, Genma. Yo debo encargarme de algo.—mencionó la joven con una sonrisa, quitándose el chaleco y seguido de eso un pequeño abrigo. Luego cubrió a los dos gemelos que ya estaban dormidos en brazos del mayor.—–Ve, no te preocupes por mi ropa. Llevalos de vuelta con su padre ¿si?

—–De acuerdo.—él sonrió un poco, y acomodó a los pequeños para cubrir su cabeza.—–Gracias Rei.

—–No seas tonto. Sabes que me gusta ayudar. ¡Ahora ve, que están muy helados!

Fue entonces que Genma llevó a los pequeños niños a casa de su padre quien los recibió bastante preocupado, notando cómo temblaban y la más pequeña lloraba desconsolada. Aún así, agradeció a Genma y una vez se fue, se encargó de contentar a los pequeños, sus pequeños genios...

ೋ❀❀ೋ═══ • ═══ೋ❀❀ೋ

ೋ❀❀ೋ═══ • ═══ೋ❀❀ೋ

Sentada en la sala de espera, una muchacha vestida de rojo y seda, acompañada con una bata de hospital, miraba hacia la pared hundida en su profundo silencio. Tenía un rostro muy serio, algo que realmente no era común en su ser. Pero cómo no estarlo, si una de sus alumnos estaba recuperándose de milagro, después de quedar al borde de la muerte por una riesgosa batalla contra un oponente. Tuvo suerte de haberla encontrado mientras regresaba a la aldea.

—–Si no me hubiese desviado... Seguramente no hubiera encontrado a Nami y ella estaría muerta.—murmuró para sí misma, sosteniendo su cabeza con cansancio.

—–Tú la salvaste.

Escuchó una voz algo ronca y dejada, masculina. Ella no se giró a ver ni tampoco levantó la cabeza, sólo sintió como esa persona se sentaba a su lado para acompañarla en su dolor. Suspiró un poco y finalmente se decidió a levantar la cabeza, para después encontrarse con el rostro del enmascarado. Él como siempre estaba neutral, mientras que ella lo miraba ahora levantando una ceja.

—–Sí, la salvé.—suspiró cansada.—–Pero aún así, eso no quita que aún siga al borde de la muerte...

—–Rei.—habló él, mirándola sin cambiar de expresión.—–Relájate. Nami es una chica fuerte y lo ha demostrado en muchas ocasiones. No le pasará nada...

—–Lo sé. Pero aún así... Me preocupa...—suspiró un poco, mirando hacia otro lado con un pequeño puchero y sus mejillas algo rosadas.—–¿Y cómo... Está Naruto?

—–Oh bueno. Ya sabes. Está bien, con vendas y aún así no deja de causar problemas.—dijo en un tono de broma, intentando hacerla reír.

Pero no lo logró. Ella seguía algo desanimada.

Habían pasado dos días desde que la misión de recuperar al Uchiha fugitivo fracasó, dejando horriblemente heridos a todos los integrantes del escuadrón que fue a por él. Desde entonces, todos ellos fueron sometidos a tratamientos médicos, y para Nami y su hermano mayor no fue la excepción. De hecho, ellos eran quienes estaban más graves en estabilidad, sin mencionar a Choji que también tuvo algunas complicaciones. En esos dos días, Nami no mostraba señales de despertar. La Hyuga se encontraba en estado vegetativo, y normalmente era Rei quien se encargaba de cuidarla. Todos los días se levantaba más temprano para llegar al hospital y encargarse de cuidarla, alimentarla con ayuda del equipo médico y monitorear su salud. Lo mismo hacía con Neji, pues también quería mucho al hermano mayor de su alumna. Desde entonces ella ha sentido mucha presión y cansancio.

—–Ya, Rei. Relájate.

Al verla tan desanimada, Kakashi se esmeraba en intentar hacerla reír. Aunque él también estaba algo ocupado con respecto a todo el asunto de su equipo. Rei apreciaba su tiempo, pero aún así no podía dejar de sentirse muy inquieta.

—–Si... Tienes razón.—suspiró un poco y sonrió.—–¿Cómo es que puedes estar tan calmado en situaciones así, Kakashi?—mostró una pequeña sonrisa, viendo lo diferentes que eran.

—–Bueno. Ya sabes. Sólo voy por el camino de la vida.—se encogió de hombros y sonrió bajo su máscara, notando ahora quién se acercaba.—–Hola Guy.

Efectivamente, el azabache saludaba desde lejos hasta llegar con la pareja de compañeros.

—–Hola Kakashi, hola Rei.—saludó él con algo de seriedad.—–¿Aún no despiertan?

Los gemelos estaban internados en la misma habitación, pero en camillas separadas. Los dos estaban conectados a una máquina que monitoreaba sus latidos del corazón y ambos tenían mascarillas conectadas a tanques de oxígeno. Ambos estaban inconscientes, seguramente soñando lo mismo. Rei miró a Guy y suspiró más pesado, levantándose de la silla al ver que a la habitación se acercaba un equipo de médicos. Nuevamente tendrían que hacerle un control a los gemelos Hyuga. Se acomodó mejor el peinado que llevaba y suspiró un poco, entrando a la habitación en silencio. Los hombres desde afuera, observaron a la más baja entrar y darle órdenes al equipo médico.

—–Esto de cuidar de los gemelos la tiene muy alterada.

—–¿Y cómo no?—cuestiona Guy.—–Ellos son importantes para ella, así como lo son para mí. Si yo supiera de medicina estaría ahí dentro también.

Ambos se quedaron viendo a la puerta por un rato más, preguntándose qué tanto se hará ahí dentro para mantener a  los gemelos estables.

ೋ❀❀ೋ═══ • ═══ೋ❀❀ೋ

ೋ❀❀ೋ═══ • ═══ೋ❀❀ೋ

“Pequeños Genios”

Todo lo que va de su vida los han llamado así. Genios. Por ser listos, por ser hábiles, por ser como son. Quizá por no sólo ser Hyuga, quizá por no sólo nacer en la rama secundaria de su clan. Quizá es porque es su destino ser genios, ser reconocidos por ese nombre. Un nombre que los unía.

Lo único que se escuchaba en la habitación de los dos era esa máquina haciendo “beeb” recurrentemente para marcar sus latidos en buen estado. Ambos seguían dormidos, sin chance de despertar en un par de días más. O eso es lo que decían los doctores. Con ellos, Rei los estaba observando atentamente, intentando averiguar si ambos soñaban o no en ese estado, posiblemente lo hacen, posiblemente sólo están desconectados del mundo, pero nada evita que al menos recuerden cosas que vivieron juntos en el pasado como hermanos.

En un principio, ella no sabía de esos gemelos, pese a que todos los llamaron “Genios”. No sabía quiénes eran esos genios, casi nunca estaba en la aldea para entonces. Sólo se enteró de quienes eran cuando regresó, para su tiempo de graduación porque ella quiso ser líder de equipo. Escogió a la chica porque le pareció muy bonita, pero fuera de su aspecto físico, fue porque ella logró recordar a la pequeña Hyuga que encontró llorando bajo la lluvia porque habían cortado su cabello a contra voluntad. La quiso ayudar, la quería ayudar, quería ser más cercana a ella. Así también lo hizo con Meiko y Kai. Esos tres llamaron demasiado su atención y quiso educarlos; es por eso que nadie más es su sensei. Sin importar qué o cómo la trataran, los cuidó tanto como haría una madre con sus hijos. Porque los ama, los adora, quiere que esos tres crezcan y la enoegullezcan.

Si me lo preguntan, Rei ya tiene todo lo que se necesita para ser una madre. Pero, por ahora, se enfocará en esos tres que se hacen llamar “grandes”, para llenarlos de sabiduría y poder.

Ella soltó un vago suspiro, acomodando la bata que llevaba, mirando de nuevo a los gemelos. Ya era hora de que se fuera a descansar, aunque para ella sería otra noche más sin dormir. Y estaba por irse, pero el sonido de algo moviéndose la detuvo, dejándola petrificada por completo.

—–Onee... Chan...

Fue un murmullo, una voz ronca y cansada. El mayor despertaba, pero su prioridad era lograr que su gemela menor abriera los ojos también.

Él sabía que con su voz, Nami encontraría el camino de entre la oscuridad para despertar, porque así se había hecho muchas veces.

—–Onii...—lo logró. Fue muy simple, pero aún así lo logró.—–Chan...

Ella no abría los ojos. La luz la lastimaría y le causaría dolor de cabeza, quien sabrá porqué. Pero aún así, buscaba la mano de su hermano, pese a estar distanciados. Rei vio esto. Ella lo presenció, y vio que Neji finalmente abrirá los ojos hasta mañana. Con una sonrisa se acercó a ambos y solamente les tocó la frente, mirando que no tuvieran fiebres. Tomó sus manos y las apretó con cuidado, haciéndoles saber que ellos no estaban solos, y también haciéndoles creer a ambos que esas eran sus propias manos tomadas.

Era una imagen muy tierna.

Aveces mientras duermes sueles hablar, porque te crees el sueño que vives. La razón por la que Neji habló fue porque, seguramente en su sueño, Nami también estaba perdida y sola. Aún así, seguramente su voz la guiará y mañana los gemelos podrán despertar juntos. Pero por ahora, ellos debían seguir durmiendo. Así que Rei los arrulló. Parecían bebés en ese estado, y se veían tan tranquilos que también a ella le causaba mucha paz. Cosa que antes de irse, la hizo sonreír muy contenta.

—–Mañana pueden despertar, ¿si? Mañana verán la luz del día.—les dijo, antes de cerrar la puerta con cuidado.

“Onii/Onee-chan”

A Nami no le gusta el “chan”. Nunca le agradó. Pero siempre permitió que su hermano lo dijera cuando la llamara “hermana”

Ese par de gemelos siempre encuentran una forma de hacer llorar a la gente por la unión que tienen. Es algo que es incomparable.

¿Quién sabrá lo que sueñan? Seguramente se estarán buscando...

El día siguiente, el sol sale como es habitual y a Rei se le ve más animada que en los últimos días. El equipo médico también tenía muy buenas noticias, y en la sala de espera la familia de los Hyuga esperaban muy pacientes a los resultados. Ella entró a la habitación, viendo con una sonrisa ahora cómo los gemelos se veían los rostros mostrando una sonrisa, contentos de verse y encontrarse, pues los dos estaban completamente perdidos sin el otro. Aquello le arrancó una sorpresa a Rei, aunque ya se lo imaginaba.

—–Muy buenos días gemelos.—habló, llamando su atención.—–Bienvenidos al mundo otra vez.

Ambos hermanos pusieron un semblante algo serio y típico de ellos, pero suavizaron sus gestos al notar la sonrisa de la mayor. Sin importar que ahora tuviesen la frente descubierta, con su “marca” a la vista de todos, sonrieron de vuelta para agradecer a la mayor.

—–Gracias, Rei sensei...

Los dos hablaron al mismo tiempo, aunque somnolientos, lograron finalmente volver al mundo real gracias a sus voces.

—–Les diré a los demás que pueden pasar a verlos. Tienen muchas visitas, muchachos.—avisó, notando cómo Nami suspiraba aceptando la idea.—–Ya les traerán el desayuno.

Y sin más dejó la habitación para darles la buena a todos los allegados de esos gemelos. Una gran familia no necesariamente compuesta por Hyuga si me lo preguntan... En la habitación los gemelos charlaban un poco, mientras la fuerza para hablar y moverse ya la iban recuperando.

—–Buenos días, Onii-chan.—murmuró la Hyuga, haciendo un signo de paz con los dedos.—–Vaya, creo que ya se me pegó la manía de Kai... —agregó antes de soltar una suave risa, siendo observada por su hermano.

—–Buenos días, Onee-chan.—correspondió él también.—–¿qué vamos a desayunar hoy?

Se dijeron lo que siempre se decían al saludarse por las mañanas. Exceptuando el gesto que Nami llamó de Kai, claro. Pero lo que importa aquí, es que ya los gemelos mostraron encontrarse completamente fuera de peligro, y en un par de semanas o quizá días, ya se encuentren lo suficientemente sanos como para entrenar y hacer más misiones.

Eso sí, no volverían a dejarse solos en ellas.

¿Que opinan de la idea de que los gemelos vayan juntos a sus misiones sin importar qué, eh?

El narrador los espera.


WOOOOOOOOH
HOLAAAAA
Aquí @Miss_References con un nuevesisisisisisisisisiisisisisimo cap :'3

Realmente no sé si quedó de lo mejor, pero me convence. No sé ustedes, sé que siempre me apoyan y eso se los agradezco mis referencias :'u

Como sea, no hay nada más que decir. Saben que me encuentro corrigiendo ciertos errores, aplicando los separadores y cambiando ciertas cositas, así que pido excusas por haber tardado literalmente casi un mes en actualizar. Espero que Wattpad notifique que actualicé >:^

Fuera de eso, es todo lo que tenia que decir así que, sin más, espero que hayan disfrutado el cap. Lloré un poquito escribiendolo de verdad. Agregué mucho a Rei esta vez porque siento que ella, Meiko y Kai no tienen crédito suficiente, así que posiblemente el próximo cap sea desde la perspectiva de alguno de ellos, posiblemente Meiko ^^

Espero que los quieran tanto como yo, y que sepan que los quiero mucho a ustedes también porque sin su apoyo mis ánimos estarían más allá del suelo :'3

Y ahora si, sin nada más que decir denme una estrellita si les gustó, si eres nuevo sígueme si gustas. ¡Comenta! Casi siempre respondo a sus comentarios, adoro sus comentarios :' 3

Y bueno, es todo.

¡Bye! ✨✌🏻💋

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro