|𝓛𝓸𝓼 𝓖𝓮𝓶𝓮𝓵𝓸𝓼 𝓗𝔂𝓾𝓰𝓪|
Capítulo 34.
“Nuestros Enemigos”

Comenzaron a saltar de árbol en árbol, aplicando la formación del plan de Shikamaru. Como se dijo, pasó. Nami iba detrás de Kiba, de vez en cuando observando a los alrededores. Hasta atrás iba Neji, quien aún consideraba un error que su hermana se hubiera entrometido en esa misión.

Ellos no lo sabían, pero muy cerca de ellos aquellos peones de Orochimaru habían librado una batalla contra dos Shinobis de la hoja, jonin para ser exactos. Y, para más exactitud, contra Genma y Raidou. Afortunadamente Shizune era una médico muy hábil, por lo que pudo estabilizar bien sus heridas, sin embargo, no cabe duda de que esos cuatro tipos que acompañaban a Sasuke directo a la aldea del sonido, eran tipos muy fuertes y hasta sanguinarios.

Sorpresivamente, Akamaru, el pequeño ninken, comenzó a llorar un poco asustado, su olfato había captado algo que seguramente enlaza a la palabra "peligro"

—–¿Que sucede, que pasa con él?—preguntó entonces Shikamaru.

—–Hay olor a sangre, muy cerca de aquí...

Aquella noticia pareció despertar el interés de la Hyuga, por lo que de forma arbitraria decidió utilizar su byakugan para observar de qué se trataba. Un jadeo de horror se escapó de sus labios, llamando entonces la atención del resto. Ella se regañó a sí misma por eso, pues siempre le habían incurcado que en situaciones como esa, lo mejor era mantener la compostura y no preocuparse por nada. Pero, últimamente, Nami le ha hecho más caso a sus emociones que a su propio cerebro.

Es la razón por la que ella está ahí ahora mismo.

—–¿Qué, qué estás viendo?-preguntó un curioso y preocupado Naruto.—¿Nami-s...

—–No pasa nada. Es como Kiba dijo. Hay aroma a sangre porque hubo una breve batalla entre dos de la hoja contra los del sonido que escoltan a Sasuke. Pero no debemos enfocarnos en eso.—mintió ella, fijando su vista al frente.—–No fue nada, en serio. Y, ya no uses el “San” en mi nombre.

Nuevamente, la Hyuga se salvó de una ronda de preguntas y posiblemente una perdida de tiempo. Lo que ella había visto si era un poco preocupante, pues, notó entonces a dos jonin postrados en el suelo, con heridas algo graves. Los reconoció, pero se negó a creer aquello, por lo que solamente mantuvo su cabeza fría y nada más. Los cuatro chicos, aparte de su gemelo, no notaron la vil mentira de la Hyuga; pero, su hermano quien la conocía más que nadie, sí notó ese pequeño temblor en la voz de Nami al final. Además, cada vez que Nami miente intenta ocultar la mentira con algún comentario que no llegue al caso, sin embargo que no se note, o con un simple insulto o intenta cambiar de tema. Para Neji era más que obvio, al fin y al cabo, Nemi nunca fue buena con las mentiras, pero prefirió no decir nada.

El problema ahora era que el grupo de escoltas con Sasuke se ha adelantado. Era una situación preocupante. Si ellos logran cruzar la frontera, perderán a Sasuke, no habrá forma de recuperarlo e infiltrarse a una aldea vecina pero a la vez enemiga.

—–Bien, ésto es lo que pasa. El aroma a sangre de esos dos se ha combinado con el olor de Sasuke.—explicó el Inuzuka.

—–A ver...—murmuró Nami, de nuevo activando su byakugan, extendiendolo hacia un par de distancias más.—–Los veo. Pero, debemos apurarnos si queremos seguirles el paso... Son cuatro...

—–¡Bien, entonces si no apresuramos alcanzaremos a Sasuke! ¡No podemos dejarlo ir, no señor!

Nami desactivó su byakugan de nuevo, suspirando un poco. Se supone que aún no debía forzarlo tanto, pero, mi querida Hyuga es tan terca que sólo hace lo que quiere aún le cueste la vida entonces. La tensión en el aire era evidente, ya todos estaban comenzando a notar el peligro que les esperaba más adelante.

No eran conscientes, pero, uno a uno deberían de separarse. Dejarían atrás al indicado mientras continuarían con aquella misión.

Hay cosas que requieren sacrificios.

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Continuando con una carrera contra el tiempo, era hora de que el líder decidiera qué se podría hacer.

—–Oye, Shikamaru.—habló Nami, llamando la atención de su líder para preguntar.—–Dadas las circunstancias creo que es hora de que des un veredicto. Nos acercamos al lugar donde se libró la batalla, ¿que debemos hacer entonces, líder?

El tono de Nami, algo grosero y cuestionable, logró fastidiar un poco al más lento del grupo. Bueno, era de esperarse, después de todo alguien como Choji compartía una estrecha relación con su mejor amigo. No estaba demás decir que la Hyuga tampoco le agradaba mucho, y con lo que ha dicho menos.

Shikamaru por otra parte no le tomó importancia. La clave ahí era llegar a Sasuke, por lo que molestarse por un simple comentario no le serviría. Dicho eso, intentó pensar rápido para dar una respuesta, no sólo a la Hyuga. Podría jurar que el resto tenía la misma pregunta.

—–Podríamos ir con esos dos que quedaron atrás y sacarles información sobre el enemigo al que vamos a enfrentar tarde o temprano. Como tú lo dijiste, hubo una batalla, a lo mejor podríamos ir preparados.

Nami se giró unos segundos a verlo, ¿ese era su mejor plan o una sugerencia? No lo veía tan seguro como lo aparentaba, pero aún así, ella estaría para aportar nuevas ideas.

—–Mientras hacemos eso, Sasuke se acerca más a la frontera. Si llega a cruzarla lo perderemos.—advirtió Neji con la voz un poco entrecortada, dada a la corredera que todos tenían.

—–Eso es cierto, no podemos perder el tiempo. Ahora el Uchiha tonto es la prioridad. ¿Entonces, Shikamaru?—habló de nuevo Nami.

Shikamaru se quedó en silencio por unos segundos, el punto de los gemelos era claro y tenían razón, no puede negarlo. Ahora, él debía pensar mejor y dar una orden más. Debía ser la correcta, pues de eso dependería el futuro de la misión. Sin dudas ser un líder no es bastante sencillo.

—–¿Y bien, Shikamaru?

—–Seguiremos a Sasuke.—dio punto final a la orden.

Nami sonrió ladina. Que buena decisión, supo priorizar. Aunque, eso no quitaba lo preocupada que se sintió por aquellos dos ninja que quedaron heridos. Ella no es tonta, por su puesto que los reconoció. Ahora mismo, confiaba en las capacidades médicas de Shizune para que cuidara de su padrino en esos momentos.

—–Una cosa:

De nuevo la voz de Shikamaru le interrumpió los pensamientos, por lo que ella despertó del trance y se giró un poco a verlo.

—–Debemos estar alerta y ser más cuidadosos ahora. Esos tipos ya tuvieron una pelea, significa que están en guardia a cualquier cosa. Imaginarán que no sólo se encontrarán con esos dos ninjas en su viaje.—pausó.—–Así que Nami, te necesito alerta por si hay una vista de trampas o tal vez una emboscada.

—–No tienes que pedirlo dos veces, ya lo imaginaba.—una sonrisa ladina de la Hyuga de visajó en su rostro.—–Literalmente, no debes. Insistir es algo molesto.

De nuevo, tan arrogante. Tan excéntrica y tan extraña como siempre. Shikamaru no dijo nada, simplemente sonrió un poco, admitía que tal vez ella podría llegar a ser más molesta que Ino por su actitud, pero digamos que su tranquilidad ante el peligro e inteligencia, lo compensaba.

—–Pero, además de Nami y Akamaru, quiero que todos agudicen sus sentidos también. Si ven algo sospechoso, den la alerta. Debemos encontrarnos antes de que nos encuentren.

Ante la respuesta todos la asimilaron en silencio. Naruto fue el único que se atrevió a comentar que les patearía el trasero a esos tipos con un nuevo jutsu en el que había estado trabajando. Nami de nuevo se giró un poco para ver al rubio bigotudo de reojo. ¿Tan pronto tenía uno nuevo? Era algo frustrante para ella, justo en el orgullo. Mientras ella se la pasaba en cama, tomando medicinas y en el hospital, él ya había adquirido una nueva habilidad. Justo cuando ya comenzaba a soportar al rubio le sale con eso.

Nami debe de estar enfadada. Pero, no era momento para dejarse llevar de sus emociones.

Ahora, mi querida Hyuga, solamente mantén la cabeza fría.

(...)

Nuevamente, el pequeño Akamaru olfateó algo que los alertó. Kiba explicó con compostura que el aroma del enemigo ya los estaba rodeando. Shikamaru de inmediato dio la orden de detenerse, a lo mejor, ésa sería la primera de muchas batallas. O al menos, la primera de muchas trampas.

Todos se posaron en la rama de un gran árbol.

—–Fíjense bien en aquel árbol.

Ante eso, todos miraron a aquel papel bomba que hacía pegado en ese tronco de otro gran árbol. La Hyuga ladeó un poco la cabeza, luego, giró su vista hacia su hermano, quien le asintió. Naruto notó con cierta impresión el como esos gemelos se comunicaban con la mirada. Ahora, Nami activando su byakugan, sonrió ladinamemte observando la jugarreta que esos tipos les tenían preparadas a aquel tonto que no se fijara.

--Hay cinco más. Formaron una "barrera perímetro" . No son tan tontos y desesperados como lo pensé.-la Hyuga chasqueó la lengua sin borrar su sonrisa.

Choji se mostró un poco confundido ante eso, pero, Shikamaru le aclaró las dudas en una breve explicación.

Aquella barrera es un tipo de ninjutsu de trampa. Pongamos la imagen de un cuadrado y en cada esquina un papel bomba. Éste es el perímetro. Aquella víctima que ose a cruzar, no se imagina lo que se espera de sorpresa, pues en la activación de ese perímetro hay cierto retraso hasta detectar que alguien ha pisado ese "campo minado" luego, el impacto que le espera es brutal y mortal.

Nami supo de aquello en uno de esos libros un día que visitó a Kai en su casa, él tenía millones de esos libros de jutsus tramposos. Nunca imaginó que Kai leyera. Así lo aprendió al igual que Shikamaru, sólo que él fue obligado a leerlos.

--Bueno, debemos rodear. No hay opción.-dijo Kiba, levantándose de brazos cruzados.--Hay que rodear ¿no? Perderemos tiempo.

Un frustrado suspiro se escapó de Shikamaru, sin dudas, aquella misión se estaba volviendo un dolor de cuello bastante severo. No tuvieron más opción que rodear y además perder cierto tiempo valioso que pudieron tener a su favor.

No hubo opción.

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Pasado los minutos , ahora nuestroa muchachos se encontraban caminando en el suelo con sumo cuidado y observación. En el suelo, sus enemigos habían dejado un camino de hilos de trampa, que pese a que son visibles y apurados, no daban buena espina.

Caminaban todos en fila paso a paso, esperando muy pronto el retomar la velocidad para poder alcanzar a su compañero y rescatarlo de los colmillos de esa serpiente.

—–Vaya, éste bosque está lleno de trampas... Pero se descuidaron. No hay duda de que llevab prisa ¿ah?—comentó la Hyuga entre el silencio, sin quitar la vista del suelo.

—–Sí. Sólo enfoquense en no pisar en falso y estaremos bien.—agregó Shikamaru, detrás de la Hyuga castaña.

Entre tanto, Kiba no pudo evitarse salie con uno de sus muy sarcásticos comentarios. Haber muchacho, ¿y te molesta que te digan tsundere? Eres sarcástico, un poco salvaje y bastante inmaduro y arrogante. Eres un típico chico malo y patán sin duda.

—–Bien, Naruto haznos un favor y ten cuidado por dónde pisas.—escupió sin ningún gesto amable.

Naruto se ofendió un poco por su comentario, y como se esperaba bien de su personalidad, respondió en defensa ante el comentario insolente del Inuzuka, provocando entre ellos una leve discusión. Bueno, la relación entre ambos era algo así como una amistad “enemistada”, como una competencia, un poco insana pero sin extremos.

Nami levantó un momento la mirada para fijarse un poco en Kiba, levantó una ceja y lo miró extrañada. Si mal no recuerda, a él siempre lo encontraba jugando con Shikamaru, Naruto y Choji, en compañía de Akamaru claro. De niña, en sus paseos a la biblioteca junto con Genma, los encontraba siempre corriendo y riendo por ahí. Se preguntaba de vez en cuando el porqué ese ñar de tontos se comportaban así, aunque bueno, tal vez era cosa de “hombres”, y a ella le importa tanto como una mosca.

No obstante, dejó de lado sus pensamientos al escuchar un chillido por parte del rubio tonto y bigotudo, quien probablemente había o estuvo a punto de caer en una trampa. De no ser porque Shikamaru hábilmente se agarró de la bufanda de Choji y detuvo al chico con su famoso jutsu posesión de sombra, Naruto estaría frito, más que frito. Nami llevó una mano a su frente, suspirando con cansancio. Apenas iniciaban la misión y ya comenzaban las tonterías.

Sin dudas, esta aventura pondría a prueba su paciencia.

Y si hablamos de Nami y tonterías, la paciencia no tiene lugar de bienvenida.

—–¿¡No te dije que pusieras cuidado, tarado!?—vocifera Kiba irónicamente, quien se interrumpió a sí mismo por soltar un quejido.—¡¡AY!!

Ahora mismo, Nami le estaba halando de la oreja, un poco fastidiada.

—–Deja de hablar y mejor avanza ¿quieres? Nos retrasas. Tendrás tiempo de gritarle a Naruto después.—masculló ella antes de soltarlo de repente.

Él observó a la Hyuga con una ceja enarcada y más que molestia en su rostro, pero una mirada seria de ella bastó para que se diera vuelta y continuara con el camino, claro que todo a regañadientes. Aún no podía creerse que una simple niña, Hyuga, presumida y arrogante lograra decifle que hacer. Lo que más le sorprendía tanto a él como al resto de mencionados, es que él obedecía. Bueno, de por sí Kiba era rebelde, pero ¿obedecía a las palabras de una chica? Dios, su madre se volverá loca.

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Ahora mismo, los seis elegidos para la misión se aproximaban hacia el enemigo. Decidieron detenerse un momento estando cerca. Vaya, el rastro de trampas llegaba hasta un punto.

Neji activó su byakugan, el cuál detectó con eficacia que los enemigos se habían detenido a descansar un momento. Bueno, llevaban horas andando, a lo mejor se lo merecían y además nuestros niños neccesitaban una ventaja pronto ¿no? No habrá nada de malo, nada malo ha de pasar...

Además, ellos tenían un plan.

Caminaron por ahí, mientras tanto Nami evitaba a toda costa aquellas telarañas que veía de un lado a otro, no soportaba tocarlas, y aunque fueran criaturas interesantes, las arañas lograban darle a Nami un ligero temor, asco y repudio.

En fin, andaban en silencio, buscando acercarse lo mejor a ellos.

Se repartieron la tarea y se acercaron a ellos con sigilo, Kiba, Naruto y Choji detrás mientras que Los gemelos Hyuga y Shikamaru se acercaban a un arbusto para observarlos mejor. No había señales de Sasuke, tan sólo un ataud que uno de ellos tenía a un lado. Eran tipos muy extraños: uno de ellos tenía seis brazos, tres a cada lado. Una chica con un muy burdo lenguaje, un gordo con ojos chicos, y un tipo de cabello blanco y apariencia escalofriante, que además parecía tener como una segunda cabeza detrás de su nuca. Nami pudo sentir como un pequeño escalofrío le recorría casi toda la espalda. Rayos, eran ratas de laboratorio sin duda.

—–Jum...

Lo que los pobres chicos no sabían en realidad, era que aquellos hilos o telarañas no estaban ahí por solamente simple decoración y estarían a punto de descubrir porqué era mejor tener más cuidado y no rozarlos.

Pues sus enemigos ya habían detectado su presencia...

¡Corte!
Fin de la toma, se imprime.

XD

Sigo viva babys, no se liberarán de mí, pequeñas referencias hermosas :3

Se que he estado ausente, pero tengo bloqueos y también la U me quita tiempo ^^ Aún así, aquí está el esperado capítulo :D

No me odien

¡He notado que llegamos ya a 21k!

WAAAAAAAAAU

Haré un especial, tal vez xD

Gracias por todo, sé que soy un poco breve pero no los quiero aburrir mucho ^^

No hay más que decir, ¡Cuidense, referencias!