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Capítulo 27.
“De  Vuelta A Casa”

Capítulo dedicado a:

LUNAYYUKKI

Uno, dos, tres.

Así iniciamos otra vez.
Un nuevo capítulo hay que leer.
Y los chicos no saben lo de Rei.

Sólo que no saben sus razones.

Nami, Kai y Meiko se han divertido tanto en el viaje, reencontrándose consigo mismo; Kai pudo entender el porqué era tan feliz y porqué nunca prefirió no lastimar a un enemigo, por más horrible que fuera. Meiko aprendió que más confianza en sí la llevará muy lejos hacia el éxito y Nami finalmente pudo caer en cuenta de que sus desgracias no fueron su culpa, que no está sola y que ahora debe esforzarse más para no decepcionar a nadie de los que quiere.

Ah, y también descubrió que no comprende bien los sentimientos ni los suyos propios.

—–¡Miren, ahí está la entrada!—señaló Kai, emocionado por volver finalmente a casa.—–Ay. . .

De pronto su semblante cambió a uno de horror, al ver a tres niñas completamente iguales, de cabello morado y ojos amarillos. La forma en que veían a Kai era matadora y molesta.

—–¿Por qué tus hermanas te ven así?—preguntó Nami, un poco confundida, mirando al castaño.

—–Olvidaste comprarles algo, ¿cierto?—aludió Meiko, viendo como las niñas golpeaban el suelo con el pie, estando cruzadas de brazos.

Esperaban a que su hermano pasara a la entrada.

—–Voy a morir...

—–Sip.—la Hyuga palmeó el hombro de su amigo.—–Descuida, me encargaré de mantener limpia tu lápida.—comenzó a caminar entonces.

—–Y yo te llevaré muchas flores. . .—susurró Mei Mei, para después apresurar el paso y alcanzar a Nami.

Genma solamente observaba divertido el gesto de las chicas, riendo para sus adentros. Las notaba más relajadas ahora, sin dudas la idea de Rei había funcionado. Y, hablando de eso, en algún momento debería decirles a los muchachos que su maestra se ausentará por bastante tiempo. Cuando llegó a registrar la entrada en el puesto de Kotetzu e Izumo, ellos le dijeron que tenía una carta de parte de Rei. Al aceptar el pergamino, los muchachos le dijeron que el consejo de ancianos le pedirían encargarse del equipo de Rei mientras su ausencia; pues no era seguro de que ella regresara hasta después de unos meses. Agradeció a la información y sin más, se giró para irse.

Pero entonces, se encontró con quien no debía hacerlo.

—–Nami. . .—murmuró guardando el pergamino en el bolsillo.

—–Está bien.—soltó ella, acomodándose las vendas en sus manos.

En realidad, no parecía enojada. Y de hecho, tampoco lo estaba. Simplemente no tendrían a su sensei por unos meses, ¿que hay de malo en ello? Estaría haciendo una misión muy importante y ahora, quien se encontraría a cargo de ellos sería su padrino. No le molestaba, pero sí le fastidió que hubiera tanto misterio por ello.

Kai y Meiko también estaban ahí, y sin embargo, sonreían relajados por ello.

—–¿Por qué pones esa cara de tragedia, tío?—dijo Nami, levantando una ceja y cruzando sus brazos.—–¿Pensabas que íbamos a enojarnos?

—–Bueno. . . Es que ustedes. . .

Se rascaba la nuca nervioso. ¿De verdad no estaban molestos? Esos tres siempre habían sido un misterio sin resolver, sin mencionar que tienen a una sensei que es el triple de excéntrica con todo.

—–Las flores hablan, Genma.—sonrió Meiko, mostrando una flor rosada que estaba en su cabello.—–Es época de nacimiento, algo que llamamos en mi clan. . . La brisa las lleva, y recogen en el camino muchas cosas.

El clan Dai, además de ser extremadamente religioso y del tipo samurái, son muy naturalistas. Tienen un contacto con la madre naturaleza muy desarrollado, gracias a eso, fabrican el mejor veneno y conocen todo acerca de las plantas.

—–Ésta flor recogió esto.—mostró el cristal rojo de un arcillo.—–Llegó a parar a mi ventana.

—–Éso es de Rei sensei.—Nami sonrió ladina.—–Ya la habíamos visto muy extraña anteriormente, desde que el tercer Hokage falleció; además de que Kai fue a su casa una vez para llevarle unas cosas por parte de Kakashi sensei.

—–Y vi que estaba empacando... Y ammm... Escuché otras cosas que no diré porque hay niños presentes.—el castaño recordó con una sonrisa, como la mujer joven intentaba echarlo de su casa, llegando a usar incluso una escoba.—–Y bueno. Supimos después que no estaba; antes de irnos a tu viaje la fuimos a visitar.

—–Queríamos ver como estaba. . . Y. . . Bueno. . .—la albina rascó su nuca.—–La guacamaya de la vecina nos dijo que no estaba. . .

Ese día en que fueron a visitar a su maestra un momento, pues querían saludarla, el perico de la vecina les habló primeramente diciéndoles un montón de cosas horribles, pues así hablaba la vecina que era una anciana amargada y gorda, con una brruga en la punta de su nariz, pero con buen dinero. Meiko la llamó bruna en varias ocasiones. Pero cuando estaban a punto de irse cabsados de recibir los insultos de ese perico estúpido, él mencionó que "La flacucha mocosa se fue"

Fue ahí que descubrieron que su se sensei había partido a quien sabe donde. Ellos confían bien en aquella mujer, por lo que tampoco se preguntaron a dónde iría. Seguramente, iba a alguna convención de moda porque no era la primera vez que eso sucedía.

Genma se quedó perplejo por unos momentos, pero después suspiró antes de sonreír con alivio y mirar a los chicos.

—–Bueno. Yo me voy. Tengo mucho que hacer.—comentó Nami, despidiéndose con la mano para comenzar a alejarse de todos.

—–Si, yo también. Vamos Kora, vamos Kori, vamos Koro.—nombró a cada una de sus hermanas para tomarlas de la mano y alejarse.—–Les compraré helado.

Meiko también se fue, sin decir nada y desapareciendo de la vista de todos una vez que Genma parpadeó. Sin dudas, eran niños muy extraños pero únicos. Se divertiría mucho como su sensei, de eso él estaba seguro.

De nuevo los empujones y palmas sonaban en el lugar. Neji y Nami estaban muy concentrados en cada uno de sus ataques, a pesar de no ser una batalla oficial, estos gemelos se tomaban muy en serio el hecho de "ganar". Lo que lo hacía complicado era que ambos podían leerse como un libro abierto y con imágenes agregadas, sabían cuál sería el ataque del otro, y por eso, se frustraban al no poder vencerse.

Dos chicos observaban sentados a la sombra de un árbol parecidos, porque provienen del mismo clan; miraban impresionados el poder de dos genios enfrentándose. Los dos chicos, por nombre Mitsuki y Takeshi Kohaku, de un clan del que poco se habló, eran amigos de los Hyuga desde hace tiempo; aunque pocas veces se encontraban debido a la vida tan ajetreada que tienen los gemelos. Si clan está casi extinto y ambos son los únicos que pueden revivirlo algún día.

Eran pareja, algo así como un compromiso.

Situación que Nami no entendía para nada.

—–¡JAH!—se oyó exclamar de Nami, ésta vez volviendo a acercarse a su hermano con una pirueta y atacándolo con una palma.

Sus ojos estaban raros, por lo que Neji de distrajo impresionado. Los ojos perla de la Hyuga eran ahora rodeados por un orbe azul brillante, que chispeaban. No era ella, esa no era su hermana.

Tanto Taksehi como Mitsuki observaron preocupados de lejos, estaban a punto de interferir; pero, Neji fue lo suficientemente capaz de remediar la situación, mirando fijamente a su hermana a los ojos hasta que éstos volvieran a la normalidad. La Hyuga parpadeó entonces, confusa, y detuvo la pelea para ver sus propias manos. Se sentía un poco mareada, pero, podía soportarlo. Era como si su propia alma se hubiera ido para ser reemplazada por otra en ese instante.

—–¿Onee-chan?—llamó Neji, viendo como ella se miraba las manos, como si no supiera quién es.

Entre tanto, Mitsuki y Kohaku que estaban alejados de los gemelos aún bajo la sombra del árbol, juntaron las cejas y se miraron los rostros preocupados por su amiga.

—–¿Crees que esté bien?—preguntó la chica de cabello morado, mirando a Takeshi con preocupación.

—–No sé. Detuvieron el entrenamiento muy de repente. . .

Neji ayudó a su hermana, quien aún estaba algo desconcertada mientras tocaba su cabeza, le dolía un poco. Tenía su brazo sobre los hombros de su querido hermano, él la ayudaba a caminar a paso lento hasta llegar con los Kohaku, quienes se levantaron alarmados. Mami levantó su mano libre, pidiéndoles que no se acercaran y luego dejó escapar de sus labios un leve suspiro.

—–Creo que necesitas un médico. Nami.

—–No.—negó la Hyuga, no le gustaba ir al hospital.—–Estoy bien. . . Estoy bien. . .

El poder de la mente sobre la carne. Ella era tan terca que prefería sufrir hasta convencerse de que no había dolor, en vez de ir al doctor y tomar medicinas.

Sí, es Nami Hyuga, amigos.

—–Bien. . .—murmuró Kohaku, forzando una sonrisa.

—–Llevaré a mí hermana a casa. Cuídense.—despidió el serio de Neji, comenzando a caminar en dirección a la salida para llevar a Nami a casa.

Ella necesitaba descansar, aunque no quisiera admitirlo.

—–Eso fue extraño. ¿Viste ese brillo en sus ojos? Es como si fuera otra. . .

—–Estoy seguro de que estarán bien, Mitsuki.—sonrió Takeshi, abrazándola después.—–Vamos, se hace tarde. Hay que ir a casa.

Y sin más, el lugar de entrenamiento al aire libre fue abandonado por los chicos que decidieron volver a su hogar.

Ese día había sido algo extraño.

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¿Sabes que son los Anbu? Son esos ninjas de élite que andan con máscaras. Saben todo sobre ti, y aveces, por orden de su superior, te observan desde la sombra, completamente ocultos sin que tú lo sepas.

En la tarde, dos habían sido enviados a vigilar a tres chicos de los que nosotros ya sabemos bien su vida. Sí, hablamos de Kai, Meiko y Nami. Los dichosos "tres grandes" las tres dichosas reencarnaciones.

—–Hasta ahora, la única que ha tenido cierto descontrol, es la Hyuga.—habló el de la máscara de buey, entregándole el reporte a su superior.

—–¿Cree que presente algún peligro?—preguntó su compañero.

Los ancianos también estaban presentes, una reunión del consejo completamente secreta, y de suma importancia.

—–El poder de los tres fantasmas ya están surgiendo. . . Debemos tener cuidado con esos tres. . . Pero, el más peligroso ya está despertando en el alma de esa pobre Hyuga. . .—habló la anciana, seriamente.—–Es por eso, que siendo la persona más cercana a uno de ellos, te pedimos que los vigiles. . .

El castaño, con el senbon en la boca, estaba en una esquina de la habitación cruzado de brazos, masticando el palillo con total tranquilidad como siempre.

Genma, ahora tenía una misión.

—–Claro.—asintió, sonriendo un poco.

Será una misión muy pesada.

Y divertida.

O al menos eso se espera.

FIN DEL CAP WE

Gracias por leer, como dije, va dedicado a LUNAYYUKKI Gracias por ser una lectora fiel y una lectora luchadora ^^

(Takeshi y Mitsuki son oc de nuestra servidora ^^ eso fue un cameo)

Gracias a todos por leer, no olviden comentar y seguirme.

He estado publicando frases motivadoras en mí perfil todos estos días, así que si quieres sonreír, te invito cordialmente a qué vayas ^^