🌻|Capítulo 25.|🌻
|𝓛𝓸𝓼 𝓖𝓮𝓶𝓮𝓵𝓸𝓼 𝓗𝔂𝓾|
Capítulo 25.
“Por favor, Cuidalos bien”
—–Lamento haberte citado tan temprano, Genma.
Era de mañana, más exactamente de madrugada. Ni siquiera el sol había salido, todos dormían plácidamente en sus camas, mientras dos shinobi estaban reuniéndose en lo recóndito del bosque, apenas alumbrados por el ténue lucero que les brindaba la luna llena. Shiranui Genma y Sarutobi Rei, se habían reunido a petición de la mencionada, quien al parecer tenía algo muy importante de qué hablar.
—–No te preocupes, Rei.—restó Genma, en realidad no le molestaba. Igual, no tenía nada que hacer.—–Para qué me llamaste con tanta urgencia?
—–Necesito un favor. . . Es sobre mis chicos. . .—dijo ella, mostrando su anillo con una leve sonrisa, un poco nerviosa.
Genma levantó una ceja, un poco confundido. ¿Sus alumnos estaban en problemas? Podría ser, sabe lo mucho que ella se preocupa por sus estudiantes, o, quizás ella estaba en problemas. ¿Será así? Bueno, no lo sabremos si no la escuchamos.
—–¿que pasa con ellos?
—–Yo tendré que emprender una misión, sola.—musitó seriamente.—–Tendré que irme de la aldea por un tiempo, quizá corto, en busca de algo.
Al principio Genma pensó que todo se trataba de una elaborada broma, incluso sonrió burlón, pero al darse cuenta de la seriedad en el rostro de la muchacha comenzó a comprender que todo lo que ella decía era verdad. Vio cómo ella vagamente pasaba una mano por su nuca.
—–Debo ir en busca de alguien. . .—murmuró ahora, mirando sus manos.—–Es algo que debo hacer sola, es muy peligroso para ellos.
Genma aún no entendía bien lo que ella quería decir. No comprendía el porqué quería irse; hasta que mostró una leve sonrisa. Sacando de bajo su ropa un colgante, con dije rojo y brillante, ella era dueña de un collar con un símbolo parecido al de la Aldea Oculta entre las olas. ¿Se iría tan lejos? ¿Porqué?
—–Ya comprendo. .—asintió, mirando el collar de lejos.—–¿Los tres fantasmas. . . Ya están despertando?
—–En efecto.—asintió.—–Nami ha tenido una evolución muy rápida con su afinidad al rayo, y de hecho, es el alma del primer fantasma quien está despertando dentro de ella, Kai se parece cada vez más al tercer fantasma, y Meiko tiene la velocidad del segundo. Debo irme para volver a restablecer el sello, para que ellos permanezcan dormidos dentro de mis tres pequeños. Aún no tienen la edad necesaria, ni la fuerza para soportar ese calibre de energía, sería un riesgo de muerte someterlos a eso.
—–Entonces. Dices que ellos necesitan crecer más. Eso lo entiendo, pero, ¿cuando vas a volver?
—–No tardaré mucho, al menos tres semanas mínimo. . . Trabajar en el sello toma algo de tiempo.—confesó.
Él aceptaba la tarea, conocía el trabajo que debía hacer y que no seria fácil. Sabía a la perfección que esos tres chicos le tenían un aprecio muy grande a su maestra, y que si algo llegaba a pasarle a Rei, esos tres enloquecerían. Sabía bien que ella sólo quería mantenerlos a salvo, al menos hasta que tuvieran la edad necesaria para ello.
—–Sé que sólo quieres cuidarlos, Rei. Pero, ¿cuando piensas decirles a Kai, Meiko y Nami que ellos tres son la reencarnación de “Los tres fantasmas heroicos”? Todo jōnin sabe que son ellos, ¿por que no decírselos?
—–Genma.—nombró, cambiando su semblante a uno más serio. Ella tenía sus razones y no quería tener que discutir entre sermones de nuevo.—–Ellos están muy jóvenes ahora como para entender. . . Nami no me creerá, ya la conoces. Kai me hará miles de preguntas y Meiko. . . Bueno, es Meiko. Ella es impredecible.—suspiró.—–Además, sé mas que nadie que quieres proteger a Nami tanto como yo. . . Por la promesa que le hicimos a Hizashi, ¿recuerdas?
El castaño se quedó callado. No había nada más que decir.
—–Está bien, Rei. . . Prometo que los cuidaré. . .
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Marchando. Uno, dos, tres. El equipo Rei ahora estaba en plena marcha entre las rocas y colinas, respirando aire fresco y admirando a las mariposas volar por sobre ellos.
—–¡Vaya, que lindo es todo! ¿No, amigas?—sonrió Kai, como siempre tan emocionado, disfrutando de la naturaleza.
—–Sí, es hermoso.—dijo Meiko, usando su dedo de soporte para que una mariposa se posara sobre éste.—–Adiós, pequeña.—despidió tranquila, pues la mariposa salio volando.
Nami quien iba unos pasos atrás, observaba con curiosidad las flores. De hecho, le gustaban mucho, sabiendo clasificarlas, además de que era conocedora de sus propiedades y significados en sí. Distrajo su vista de las flores cuando sintió algo posarse sobre su cabeza, al levantar la mirada sonrió, se dio cuenta de que era un azulejo, un hermoso pájaro de color cielo que al parecer había empatizado con la Hyuga, el cual ahora cantaba silibidos de alegría.
—–Hey, hola.-saludó Nami, tomando al ave con cuidado para que bajara de su cabeza.—¿Que tal amiguito?—dijo al ave, que comenzaba a posarse sobre su dedo índice.
Genma quien iba a la cabeza con un bastón, o bara, se giró hacia atrás para ver como iban los chicos. Sonrió enternecido al ver a Nami jugando con ahora varias aves que la rodeaban y cantaban con ella, sí, ella también cantaba. Le alegraba ver a su ahijada tan feliz, pues es como un símbolo de buena suerte verla de esa forma, sonriendo tan tranquila y evitando ese semblante serio. Lástima que Hizashi no estuviera ahí para verlo. O bueno, sí estaba, pero no en físico.
Nami si tiene un lado amable después de todo, simplemente lo oculta siguiendo la regla principal de todo buen Shinobi: Jamás mostrar tus emociones, dolores, confusiones o sufrimientos. Esa es la clave para ser alguien poderoso, y la Hyuga se lo tomaba muy, pero muy en serio.
—–Nami.—llamó el castaño, quien se detuvo para sonreírle. La Hyuga atendió a su llamado, mirándolo.—–¿sabes para qué vinimos aquí?
—–No.—dijo ella, ladeando un poco la cabeza.—–Pero, creo que comienzo a entender. ¿Quieres que pasemos un día en contacto con la naturaleza, verdad?
Genma detuvo su caminata, con una sonrisa mientras mordía el senbon, se acercó a revolver el cabello de su aijada, causando que ella se quejara.
—–¿Tu qué crees, niña lista?
—–¡No me molesta pasar un día en contacto con la naturaleza!—soltó Kai.
—–Seguramente Rei sensei te lo pidió. . . ¿No es así, Genma-san?—dijo Mei Mei, acomodando sus cosas en el tronco de un árbol.
Nami acomodó sus cosas junto a las de Mei Mei, se sacó la mochila y los zapatos. Levantó la mirada para observar desde más cerca al gran y frondoso árbol, y con una sonrisa media se dispuso a escalarlo hasta llegar a la cima. Ignoraba por completo los gritos insistentes de Kai, agarrando fuertemente las ramas para apoyarse y seguir subiendo, con esfuerzo hasta llegar a la copa de los árboles.
Una vez en la copa, esbozó una gran sonrisa, casi mostrando los dientes. Aspiró el aire fresco que chocaba suavemente contra su piel, disfrutando de cómo movía su largo cabello en dirección del viento.
—–¿No es hermoso, muchachos?—sonrió Nami, girándose a ver a sus amigos, quienes estaban detrás.
—–¡Sí, es fantástico!
—–Es hermoso. . . A Rei sensei le encantaría todo ésto.
Genma también se apareció, palmeando la cabeza de Nami como hacía cuando ella era una niña. La Hyuga lo miró con molestia, y con un leve codazo lo reprendió divertida. El castaño enrolló un brazo en el cuello de Nami y con su nudillo libre le despeinó el cabello. La Hyuga sólo se quejaba, hasta que las bruscas caricias se detuvieron una vez que su bandana quedara sobre sus ojos. Nami gruñó un poco molesta, intentando liberarse del agarre del mayor.
—–¡Tío Genma, ya sueltame!—insistió ella suspirando.
No tenía problema porque su frente quedara descubierta, ya que tenia una bandana de repuesto, más delgada y siempre la llevaba debajo de su bandana oficial.
—–Vamos abajo, aún no hemos llegado a donde queremos. Nos quedaremos en una posada cercana.—sonrió el jōnin, soltando a la Hyuga, quien algo fastidiada se acomodó su bandana.
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Una vez llegaron a un pequeño pueblo, llegaron a la posada, se establecieron tranquilamente. Genma y Kai se quedaron en una habitación, mientras que Mei Mei y Nami se quedaron en otra. Ahora mismo, ellas acomodaban sus cosas para descansar en la noche que pronto vendría.
Meiko estaba en una cama, afilando su espada, Nami por otro lado, leía un libro sentada en su cama y apoyada en las almohadas.
—–¿Qué crees que haya sido tan importante como para que Rei sensei tuviera que irse?-preguntó de pronto Mei Mei, mirando a Nami quien no apartaba la vista de su libro.
La albina observó con atención la portada de ese, desde lejos. Contaban sobre “Mitos y Leyendas” de las distintas aldeas. Meiko sabía que ese tipo de libros eran uno de los muchos preferidos de la Hyuga. Vio como ella pasaba de página en página, buscando seguramente una en específico. Cuando la encontró abrió los ojos levemente, y brillaron de la emoción. La albina soltó una risa entonces, llamando con eso la atención de su amiga.
—–¿De qué te ríes?—preguntó ella, apartando la vista de su libro para ver a Mei Mei con una ceja levantada.
—–De nada. . . ¿Qué estás leyendo?—preguntó cambiando el tema.—–Es que te vez emocionada, Nami.
Nami colocó cuidadosamente el separador en la pagina, luego cerró el libro y lo colocó a un lado. Meiko entonces sonrió levemente, divertida.
—–Sé que me cambiaste el tema. Pero voy a seguirte el juego.—se encogió de hombros sin tomarle importancia.—–Estaba leyendo sobre la historia de los Tres Fantasmas Heroicos.—dijo, volviendo a abrir el libro.—–Eran tres seres con mucho poder. . . Eran héroes cuando aún la aldea no se había formado. Se rumorea que incluso eran amigos del primer Hokage.—dijo ella con cierta emoción.—–Y. . .
—–Hey, Nami, Mei Mei.—se oyó la voz de Kai detrás de la puerta.—–¡Vengan a comer, Genma sensei nos invitará la cena!
Meiko bajó de su cama, con ganas de comer, para después abrir la puerta y encontrarse con Kai, quien las esperaba sonriente. Nami dejó a un lado su libro, bajando de su cama para después ir con sus compañeros. Cerraron la puerta y dejaron el hotel reuniéndose con Genma a las afueras. Luego, fueron a comer, disfrutando de gastarse el dinero del castaño del senbon.
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E
n un lejano lugar, la noche caía suavemente sobre el mar, quien dormía tranquilo totalmente. Favorecía el viaje de la cabello malva, quien observaba al panorama oceánico con cierto cansancio, no podía dormir muy bien. Sentía un poco de mareo, y además algo de remordimiento por haber dejado a sus pequeños alumnos sin decirles nada, pero aunque le dolía, había hecho lo mejor por ellos; por mantenerlos a salvo y a su protección.
—–Sólamente tardaré un mes como poco. . .—murmuró, apoyando su cabeza en el borde del barco. Suspiró pasando sus manos para masajear sus ojos.—–Tampoco me hubiera gustado estar ahí para ver sus rostros de decepción cuando sepan de que me fui, así como así. . .
Por orden de su padre antes de morir, y por hacerles favor de los consejeros ancianos, decidió partir de una vez para cumplir con ma misión de mantener el poder de esos héroes sellados dentro de sus nuevos cuerpos.
Aún recuerda cuando su padre le dio a escoger el equipo, y le advirtió fieramente que esos tres muchachos eran nada más y menos que las reencarnaciones de los tres fantasmas. Pronto tendrían un despertar, que amenazaba con ser prematuro -y podría provocar un desastre en sus cuerpos- una situación grave, ya que no podrían soportar todo ese nivel de poder. Ella escogió esa tarea, fue por eso que les exigió grandemente en sus entrenamientos, para ver si despertaban algo. Y hasta ahora, las únicas que han mostrado ello, son Nami y Meiko, en su ultimo combate en las finales. Kai aún no ha demostrado ningún cambio, pero es mejor no lamentar.
Volviendo a su misión, Rei sabía lo que le esperaba. Debía ir ahora, al país de las olas para que pudiera sellar las tumbas y mantener a los espíritus tranquilos dentro de los cuerpos de sus alumnos. Mantener el sello cerrado tomaba mucho tiempo, trabajo y una cantidad de chakra considerablemente alta, pero se reuniría con compañeros para ayudarse entre sí, en el ritual.
Suspiró con pesadez, cerrando sus ojos.
—–Les he tomado tanto cariño. . .—susurró ella, cansada.—–Daré todo mi empeño. . . Para que puedan continuar tranquilos. . . Sé que Genma se ocupará de entrenarlos y prepararlos para ser buenos conteniendo ese gran. . . Poder. . .
Al menos, Orochimaru no sabia aún quienes eran las nuevas reencarnaciones, pero, una organización peligrosa sí. Recordó a Itachi y a Kisame con odio y horror. Si ellos llegasen a acercarse a sus queridos alumnos, no sabría bien que hacer. No podía permitir que algo les sucediera.
Les hizo una promesa de siempre cuidarlos. . .
¡Hello! Aquí @Miss_References explicando ^^
Éste capitulo decidí publicarlo tanto como un relleno, como también una explicación o introducción de varias cosas que sucederán con el equipo Rei mucho más adelante. Sucede en tiempo real del anime, pero, no se volverá a tocar el tema hasta un poco más adelante de la escapada de Sasuke ^^, cosa que pronto vendrá si mal no estoy.
La historia de los "Tres fantasmas" me pertenece a mí, al igual que mis personajes, sin embargo, los clanes a los que pertenecen -que pronto serán rebelados- no, o bueno, sólo uno es mío. Si tienen alguna semejanza con alguna otra historia es MERA, PURA, CLARA Y CIERTA COINCIDENCIA.
Sin decir más, Gracias por leer ^^
De todas formas, espero que les haya gustado el nuevo capítulo :'D
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