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🌻|Capítulo 22.|🌻

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Capítulo 22.
“Salvemos a Hinata”

Sin hacerse esperar, los gemelos y el Inuzuka se dirigieron a las afueras de la aldea en busca de encontrarse con los hombres que, aprovechando la situación, decidieron llevarse a Hinata con fines obviamente egoístas. Buscaban robarle su byakugan, y de esa forma descubrir el secreto de ese Dojutsu. Neji y Nami no vacilaron en partir a por ella, pues su trabajo era proteger el secreto del byakugan y proteger a la familia principal. La diferencia de todo, era que esta vez, ellos lo hacían porque deseaban hacerlo. Hinata no merecía eso, y sintiendo compasión por su prima, decidieron ir en su búsqueda. Kiba los acompañó, quizás podría ser de ayuda, y además era su amiga, por lo que los gemelos no protestaron y simplemente lo dejaron seguirlos. Ahora mismo, los tres saltaban por los árboles con habilidad.

—–¿Que pasa si no llegamos a tiempo?—soltó Kiba entre el silencio.

Nami no se giró a verlo, pero decidió responderle. Neji continuó callado, pensando en los rastros. La respuesta que la Hyuga tenia para darle a Kiba no era bonita, ni mucho menos pudo tranquilizarlo. En lugar de eso, hizo que él y su querido cachorro se preocuparan más por su amiga.

—–Le robaran el byakugan a Hinata-sama.—respondió con simpleza.—–Le sacarán los ojos, prácticamente.—agregó, sintiendo ninguna emoción de preocupación.

El Inuzuka se giró a ver a Nami que estaba a su lado. Ella saltaba de rama en rama con el mismo semblante que llevaba a todos lados, un gesto de seriedad e indiferencia por lo que sucediera a su alrededor. El castaño comenzó a preguntarse porqué ella siempre tenia esa actitud. Se supone que eran primas, ¿porque no se veía alarmada al decir eso? Bueno, debía tener en cuenta que se animó a salir en su búsqueda, pero aún así era extraño que ella no mostrara ninguna emoción, ni siquiera una burla. Neji estaba en el mismo estado que su hermana, un rostro hueco y sin emociones más que arrogancia. No obstante, sus miradas se prestaron para que Nami, ya cansada de su expresión de confusión, se girara a verlo por unos segundos y luego volviera a ver al camino para no cometer un acto de torpeza. Kiba sintió un escalofrío recorrerle por la espalda al darse cuenta de su mirada, definitivamente esa chica daba mucho en qué pensar. Escuchó que de sus labios rosados se escapó un leve suspiro y la miró atentamente, dispuesto a escuchar lo que ella tenía para decirle.

—–¿Que tanto me ves?—preguntó ella sin rodeos.

Kiba abrió los ojos ligeramente, asombrado por la actitud de ella al preguntar: directa y sin chistar. Después de todo, Nami era una chica que tenia paciencia excepto para tonterías. Él pareció repasar un poco su respuesta haciendo que la Hyuga se impacientara un poco y fuera observada por su hermano gemelo que ya sospechaba qué estaba pasando.

—–Yo...—fue interrumpido rápidamente por Nami, que ya no quería perder el tiempo.

—–¿Sabes qué? Mejor no digas nada.—dijo ella, muy seria.—–Perdí el interés. Tardaste mucho.—agregó secamente.

El Inzukua frunció leve el ceño, pero decidió dejarlo hasta ahí. La prioridad ahora era buscar y rescatar a Hinata, asegurarse de que ella estuviera bien. No podía permitir que algo le pasara, era una amiga, una persona tan dulce, que a pesar de tener ciertas diferencias en torno a la personalidad eran muy cercanos. Él la consideraba siempre como una hermana mayor.

—–Nos estamos acercando.—comentó Neji.—–Nami.—nombró a su hermana, en señal de lo que debía hacer.

La Hyuga conocía de lo que su gemelo hablaba, casi como si le hubiera leído la mente. Activó su byakugan rápidamente, el cuál tenía mucho más alcance que el byakugan de él, detectanto pronto a los ninjas que llevaban a Hinata cargada a una distancia considerablemente larga a comparación desde donde ellos se encontraban. Oh, sorpresa, que los ninjas no eran tan tontos después de todo. Dejaron en los árboles una plaga de trampas con papeles bomba, ocultándolos entre las hojas de los árboles.

—–Vaya, así que sí piensan después de todo.—susurró la Hyuga, atrayendo la mirada de los dos chicos que iban con ella.—–Nos acercamos a Hinata, aún no despierta, pero, dejaron un rastro de papeles bomba sobre las ramas y hojas. Al mínimo contacto o roce podrían explotar.—dictó ladeando un poco la cabeza.—–Sigan adelante, yo les avisaré en donde deben pisar, pero deben prestarme atención.

Neji y Kiba asintieron a las sugerencias de la Hyuga, por lo que no tardaron en mirar hacia el frente y abrir sus oídos para concentrarse a las indicaciones y así no caer una trampa.

—–Apartense.—masculló la Hyuga, sacando de su porta armas unas cuatro Shurikens, lanzándolas pronto por en medio de Kiba y Neji, rompiendo con muchos hilos casi invisibles.—–Hmpf, creo que no son buenos haciendo trampas...

—–Eso fue muy fácil.—soltó Kiba deteniéndose, junto con los gemelos.

—–Demasiado...

Nami pronto detectó tres presencias, que se acercaban a ellos desde el cielo. Sí, desde el cielo. Frunció el ceño, gracias a su byakugan pudo detectarlos, además de advertir a tiempo a los muchachos de la amenaza. Se separaron un poco, y los tres ninja quedaron en frente de la Hyuga, con una sonrisa maníaca y una postura amenazante.

—–¡Nami!—soltó Kiba, al parecer alarmado. Neji también estaba algo preocupado.

—–¡No!—advirtió ella, mirando a su hermano, para después sonreír con una media sonrisa.—–¡Vayan, voy a estar bien!

Los tres ninja enemigos se miraron riéndose, pero dejaron que tanto Neji como Kiba escaparan, quedándose con la Hyuga entonces, que ahora estaba posicionada en defensa. Nami los observó detenidamente, según sus bandas pertenecían a la tierra del rayo, típico, además predecible, después de todo siempre ha habido roces con el clan Hyuga y esa tierra; pero aún así, ¿como sabían que la aldea sería atacada? No, no lo sabían. Nami razonó que quizás, sólo observaban las peleas con tranquilidad, pero con la oportunidad de ese fuerte genjutsu, aprovecharon la situación, o quizás también, ya tenían preparado ese rapto y solo esperaban el momento indicado.

De todas formas, no eran rivales para Nami.

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—–¡JAH!—burló uno de ellos, llevaba una mascara extraña.—–Te han dejado sola. ¿De verdad crees que puedes enfrentarnos en ese estado?—cuestionó burlesco.

Nami no negó ni respondió, de hecho, él tenía razón. Se sentía algo débil, pero intentaba disimularlo lo más posible, pues no quería poner en riesgo a su hermano y al cachorro ninken, y claro, al Inuzuka. Simplemente mejoró su postura y activó su byakugan, sin decir nada; indicaba que era momento de pelear.

—–¡Adelante!

La pelea comenzó, lanzaron hacia ella un líquido extraño, de color verdoso. Afortunadamente Nami logró esquivarlo, dándose cuenta de lo peligroso que era el líquido.

—–¿Ácido?—soltó observando desde la seguridad de una rama más arriba , como su atinguo sitio de soporte se quemaba y carcomía.—–No, no es cualquier ácido.

—–Es veneno ácido.—aclaró el otro ninja, levantando los brazos hacia el cielo.—–¡Adelante mis amigas, suelten todo lo que tengan!

Nami observó hacia arriba, alarmándose pronto al ver un montón de arañas ocultas, gracias a su byakugan. Esas criaturas preparaban saliva ácida para lanzarla. Y al parecer, a ninguno de los ninja les afectaba, solo a ella.

—–¡Ahg!—se quejó dolorida sintiendo como una de las gotas caía sobre su hombro. Lo sostuvo entonces, mirando a los ninja con odio, ellos sólo se burlaban.

No le quedaba mucho chakra para utilizar su byakugan especial, tampoco para ayudarse con el elemento de su afinidad. Por ahora, lo más sabio que podía hacer era distraer y escapar. En un momento de distracción, lanzó hacia ellos papeles bomba y ayudándose con la explosión salió de allí, siendo inmediatamente seguida. Debía pensar rápido, por lo que sólo observó a su alrededor conforme corría hacia un callejón sin salida. Una gran loma la esperaba, una gran roca cerraba el camino.

¿Seria todo?

No, claro que no.

—–Oops, no hay salida, niñata.-burló el que no había hablado.

—–Será tu fin.—dijo otro, apuntando a Nami con una sombrilla cerrada.—–¡Lluvia de agujas!

Nami pronto decidió forzarse hasta no poder más, usando la rotación y regresando el ataque. Ellos lo bloquearon, pero para cuando reaccionaron, la Hyuga ya estaba realizando el movimiento de las palmas eléctricas, desgastando el poco chakra que había logrado reunir en poco tiempo. De todas formas, a pesar de que quedó tambaleando y algo mareada, pudo matar a los tres ineptos.

—–¡Auch! ¡Agh!—soltó Nami, levantando su mano de la quemadura de su hombro. Estaba en carne viva, y ardía, ardía muchísimo.

—–Yo puedo ayudarte. . .

Esa voz para ella le era muy conocida. Levantó la mirada encontrándose entonces con unos ojos perla, cabello largo y un ser al quien antiguamente detestaba por sacrificar a su propio hermano.

—–Hiashi-sama. . .

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Ahora mismo, las cosas comenzaban a complicarse. Nami se había quedado sola, pero como Neji lo esperaba y para el alivio del Inuzuka, Nami pudo con todos ellos. Fue entonces que la Hyuga, manchada de sangre enemiga y unos cuantos magullones y rasguños, sosteniendo su corazón con cansancio, recorría los árboles en busca del alcance de sus amigos. Fue detenida por su tío, Hiashi-sama, quien la alcanzó y le pidió que regresara a la aldea, que necesitarían mejor su ayuda. Obviamente, y como se esperaba, Nami se negó, decidiéndose a seguir a su tío sumergida en su terquedad y obstinación.

Neji y Kiba ya estaban en problemas, pero gracias a fuerzas del más allá -o bueno, no- Hiashi-sama apareció de la nada, utilizando un ataque muy poderoso de los Hyuga, llamado "Palma del vacío" el cuál envía una honda de chakra muy poderosa para literalmente mandar a volar a muchos ninja a kilómetros. Nami se apareció también, y se acercó con una media sonrisa a los muchachos para liberarlos.

—–Vaya, y yo decía que estarían bien. Siempre tengo que salvarte el trasero, ¿o no, Inuzuka?—soltó ella burlona, causando que el gruñera molesto y de la vergüenza.

Nami también desató a Akamaru y luego a su hermano, a quien le ayudó a levantarse tendiéndole la mano. Sonrió con superioridad mirando a su tío, Hiashi, quien además de estar sonriendo también les agradeció, sorprendiendo así a los gemelos. Él tenía en sus brazos a su hija, Hinata, y sin más, regresaron a la aldea todos con Hinata dormida, mientras escuchaban la historia de Hiashi-sama. La aldea había sido atacada, y quizás cuando regresen, habría mucho rastro de destrucción, pero nada que se pudiera manejar.

Sin embargo, fue mucho más grave de lo que esperaban entonces. La aldea estaba hecha pedazos, no literalmente, el aire pesado y el silencio se sentía y además, podían verse cadáveres y gente herida por doquier. Bueno, eso no fue todo.

El tercer Hokage estaba muerto.

Cuando Nami escuchó esa noticia, no pudo evitar pensar en su maestra, Rei. Conocía bien que la mujer tenía una relación muy estrecha con su padre, y que quizás ahora mismo se sentiría muy mal. Sin embargo, dejaría el trabajo de consuelo a sus compañeros, ya que ella nunca fue muy buena realizando esa tarea.

Fue así que Nami, regresando a casa con su hermano, estuvo muy callada durante todo el camino, mirando el anillo que la amable mujer que era su maestra le había obsequiado. Quizás podría darle un regalo para hacerla sentir mejor.

Ahora mismo, Konoha se enfrentaba a una gran pérdida. . .
Y todo gracias a una sola persona. . .

Orochimaru.

Pero en serio, ¿crees que todo acaba ahí?

—–Ésto apenas está empezando. . .


Helou, aquí vengo a tarerles este cap, espero que les haya gustado ^^

Estem. . . Si, que es un asco, pero, creo que no merecen esperar más ;-;

Mis agradecimientos de verdad. . . Muchas gracias ^^ Prometo mejorar ;-;

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