🌻|Capítulo 12.|🌻
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Capítulo 12.
“Rencores entre los Hyuga”
Próximo encuentro: Shikamaru Nara V.S Kin, de la aldea del sonido. Salte os un poco el tiempo, ya sabrás quién habrá ganado, después de todo y para nuestra sorpresa ese Nara flojo es más listo de lo que parece. Nuevamente un ganador de Konohagakure. Nami no perdió el tiempo ni la oportunidad para observar al novato que peleaba contra la chica de aspecto mayor a él. Al principio lo desprestigió por él mostrarse tan machista ante su oponente, hasta el punto de desearle la derrota, —Nami odia a muchos chicos por eso— pero concluyó que pese a su apariencia y postura perezosa, ese chico, además de tener un desánimo y parsimonia notable a leguas, es dueño de un ingenio impresionante, de eso no hay quién refute. Incluso impresionó a la Hyuga, y ella debía admitirlo.
—–Vaya. Parece que este año los novatos darán mucho de que hablar. ¿O no, Onii-chan?—dijo Nami, observando a su hermano.
Neji asintió y la volteó a ver, para luego girar hacia otra dirección y observar fijamente a otra Hyuga, la cuál era víctima de su odio y rencor desde que lo recuerda con claridad. Nami lo notó, más que nadie lo sabía y muy bien. Aunque a ella simplemente no le interesaba nada de lo que la familia principal tuviera que decirle.
Digo, claro que sentía molestia pues su padre fue "obligado" A sacrificarse para así proteger a su hermano gemelo, padre de Hinata. Pero, a ella no le daba ni quitaba el odiar firmemente.
Lo único que ganaba era amargarse.
Se conformaba con saber sólo que Hinata es un estorbo y una vergüenza para el clan. Con más deshonra no puede seguir, y está en su destino continuar siendo una perdedora por siempre.
—–Neji.—llamó Nami, haciendo que su hermano volteara y su mirada dejara tranquila a la Hyuga tímida.—–Ya basta. No vale tu tiempo. Mejor observemos el próximo encuentro, ¿si?
Escuchó como él suspiró, dándole la razón y observando con atención el siguiente encuentro, entre Kiba Inuzuka y Naruto Uzumaki.
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—–Qué tonto. Se apresuró tanto que al final terminó derrotado de la manera más estúpida posible.—mencionó Neji, cuando fue interrumpido por risas.
Nami no dejaba de reír y de burlarse de la forma tan ridícula en la que “el pulgoso” Como ella lo bautizó desde entonces, había perdido. Se encontraba golpeando la pared con lágrimas en los ojos amenazando con salir mientras carcajadas escandalosas continuaban saliendo de su boca, causando que fuera el centro de atención del lugar.
A Nami le valía papas, ella seguía riendo encerrada en su burbuja.
Se pudo ver como la noble compañera de equipo de Kiba se acercaba rápidamente a él para entregarle una de sus “pomadas” Para que se sintiera mejor. Intercambiaron unas cuantas palabras, y mientras Naruto celebraba su victoria, la desgracia de Hinata comenzaría.
Próximo encuentro
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Neji Hyuga.
V.S
Hinata Hyuga.
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Una mirada de terror se posó sobre los ojos de la joven Hyuga de cabello azul oscuro. Y una mano amiga se posó sobre el hombro de Nami, haciendo que ella detuviera su risa abriendo los ojos y observando finalmente a la pantalla.
Sus ojos se abrieron considerablemente, estaba más que sorprendida. Ahora su hermano tendría que enfrentarse contra su propia familia, y claro, no le afectaba mucho.
Pero le preocupaban más los resultados de lo que pasaría si Neji pierde el control de nuevo e intente firmemente en matar a Hinata.
Nami tendría que pagar por su castigo, para que su hermano siguiera sano y con el cerebro intacto. Cosa que él desconocía, pues Nami acostumbraba a sacrificarse para que Neji pudiera seguir bien.
Será un encuentro interesante.
—–Neji.—llamó Nami, detrás de él. Antes de que él bajara un último escalón.
—–¿Qué? ¿Acaso te preocupas por ella?—preguntó irónico.
Nami frunció el ceño. Molesta de su comentario.—–No. Pero tú tampoco deberías intentar masacrarla. Sería algo injusto, ella no tiene oportunidad contra tí.
—–No prometo nada. Ya vuelve a tu lugar.—interrumpió cortante, mientras ahora se encaminaba hacia el lugar de la batalla.
Nami suspiró y volvió a su puesto. Quedándose junto a Lee, Kai y Mei Mei.
“Ésto le afectará mucho a ella... Lo sé.” —imaginó la sensei, bastante preocupada por lo que podría pasar.
Una vez frente a frente, Nami ya sabía lo que vendría a continuación. Monólogo por parte de su gemelo el rencoroso, la tonta rindiéndose ante el dolor y una victoria fácil. O bueno, más le valía a Hinata rendirse cuánto antes.
Ella no tendría oportunidad contra Neji. Después de todo, él siempre ha sido un genio, un as de ases, un prodigio, su gemelo. Sabe que él no le tendrá misericordia. Un enfrentamiento bastante inesperado, e injusto.
Será mejor que Hinata acepte que no tiene de donde para vencerlo, y se retire si quiere seguir viva.
—–Ni yo, hermano.—se lamentó en voz tenue, la joven de cabello corto.
—–¿¡Cómo lo llamó!?—exclamó Sakura.
Ese comentario logró molestar a Nami. ¿¡“Hermano”!? ¿¡Como se atrevía a llamarlo así!? Ni siquiera debería hacerlo. Nunca fueron hermanos y nunca nacieron como hermanos, simplemente son familias distintas unidas por la misma sangre de sus padres, y nada más eso.
Nami entrecerró un ojo molesta, mientras sus compañeros la observaban preocupados y suspirantes, ya que no podían hacer nada al respecto.
—–En realidad no.—murmuró Nami, bajando la mirada.
Todo ésto le traía malos recuerdos, y la ira comenzaba a apoderarse de ella poco a poco. Su sangre hervía. Solamente quería que Neji la acabara por ello, y listo, estarían mejor.
–—Ambos son descendientes del Clan Hyuga. Una de las familias más ancestrales y honorables de Konohagakure.—explicó Kakashi.—De hecho, no son hermanos.—Volteó a ver con disimulo a Nami, quien estaba ocupada observando a su hermano fijamente, expectante.
—–Bueno. Pero deben tener alguna relación. ¿No?—indagó la peli rosada.
—–Neji y Nami sí son hermanos. Gemelos de hecho. Pero, así como la rama de un gran árbol está relacionada con su tronco.—habló Rei.—–Técnicamente, Hinata y los gemelos son algo así como primos.—finalizó.
Naruto observó a los adultos sin entender. Entonces, ¿Nami y Neji eran gemelos? Y ¿Hinata era su prima? Entonces si eran familia, porqué entre los tres se miraban los rostros con desdén y temor.
—–¿Estás bien?—Preguntó Kai, sentado en el suelo mientras observaba a la Hyuga, quién mantenía apretada su mandíbula.
Nami no respondió, simplemente seguía escuchando lo que Lee explicaba a Naruto, preparándose para interrumpir.
—–Hinata pertenece a la cuna principal de la familia. Es descendiente directo de la cabeza del clan. Mientras que los gemelos, Neji y Nami son descendientes de una rama del clan.—explicó el chico de cejas grandes, observando de reojo a Nami.
Ella no quitaba la vista de su hermano y prima.
–—Aún así, son familia. Y tendrán que pelear el uno contra el otro.—volteó a ver a los Hyuga.—–Lo lamento por ellos. Debe ser duro.—comentó, siendo interrumpida por Nami.
—–Te equivocas.—murmuró cortante, acercándose peligrosamente hacia ella, mientras la miraba fijo.
En sus ojos, más que rabia se veía tristeza, y eso era algo que ella no podía ocultar. Todo ese odio, toda esa rabia, todo podía sentirlo. Podía sentir el sentimiento tan fuerte y pesado que Neji cargaba, y Nami lo cargaba con él.
Estaban malditos por su propio tío, después de todo.
–—Mi hermano destruirá a Hinata. Y si ella no se rinde ahora será mejor que lo haga.—se volteó, dando la espalda.—–O tendrán que cargar con un cadáver al final del encuentro.—dijo finalmente, sombría, mientras comenzaba a caminar hacia el lado de Lee.
Sakura se equivocaba por completo. En realidad tan duro para ellos no era. Ni siquiera un poco.
Neji desquitaría toda su rabia hacia la rama principal, mientras que Hinata sufriría las consecuencias de algo que ni siquiera es su culpa.
Pero aún así tendría que pagar por ello, y muy caro.
—–¿Nami?—llamó Kai, observando a su amiga.
Vió como ella suspiró con pesadez y bajó la mirada. La tristeza podía verse en su postura. Y eso la albina y el castaño lo sabían.
“La familia principal... Siempre buscando su propio beneficio... Y por ello, ahora Hinata tendrá que pagar por sus pecados”—negó.
El peso la estaba comenzando a molestar. Ésta situación era tan incómoda y pesada para ella que no quería verlo, pero aún así debía.
Finalmente el encuentro empezó, y Neji comenzó con palabras cortantes.
Nami simplemente observaba más relajada, tan sólo esperaba que pronto acabara ello, y Hinata se diera por vencida. Después de todo, el destino de ella nunca fue ser un ninja.
Siempre era suave, amable, noble, incluso con la gente que buscaba hacerle daño. Nunca tuvo esa chispa de crueldad que le hacía falta para hacerla fuerte.
La inseguridad que la rodeaba no le permitía hacer algo incorrecto, y en cambio la influencia a ser como más demás personas pretendían, dejándose afectar fácilmente por lo que pensaran de ella. Es por eso que ella siempre ha fallado.
Y es eso lo que diferencia a Hinata de Nami y Neji.
Esa gran diferencia es lo que hace a los gemelos tan poderosos. Esa chispa y falta de escrúpulos que hace que un buen ninja pueda cumplir con sus misiones sin importar a cuántos asesine.
—–Es tan... Tonta...—murmuró Nami.—Nunca debiste venir...
Era igual a lo que Neji decía.
Su dulzura le impedía hacer sentir mal a sus compañeros.
—–Un paria, siempre será un paria.—exclamó Neji.
Nami se cruzó de brazos y levantó la ceja, juzgando a Hinata sin disimular. Hinata no podía mantener la mirada en ninguno de los dos gemelos, porque se sentía tan sola y culpable que no podía verlos directamente a los ojos.
Además de que a Neji y Nami le tenía un profundo temor.
Y pensar que en un momento los tres fueron unidos, hasta claro, ese trágico día en que todo el mundo de los gemelos de cayó a pedazos. Todo lo que ellos admiraban y querían, y todo lo que ellos amaban se fue en un abrir y cerrar de ojos.
Quedaron huérfanos nuevamente, y la familia principal no tuvo que ver con ello y ni sacó el rostro. Simplemente se dedicó a maltratarlos y a obligarlos a hacer cosas para su beneficio.
—–Padre...—murmuró Nami. Y se apartó de la baranda.—No puedo seguir viendo ésto. Pero debo...
Su postura, la forma en que colocaba su dedo por sobre sus labios, la forma en la que sus piernas temblaban considerablemente. Nada de eso podría engañar al byakugan de su gemelo, que yacia diciendo todo lo que pensaba y se guardaba por años. La forma en que ella no podía mantener la mirada fija en él, ni en Nami.
Hinata volteaba a ver a todos lados, para así evitar la mirada de Neji, porque no deseaba verlo.
No podía verlo.
Nami cruzada de brazos quería entrar ahí y golpear a su hermano para que se callara de una vez y terminara con ésto, se estaba aburriendo, y necesitaba pensar en otra cosa que no fuera en su amargo pasado.
—–Ella siempre fue más feliz que nosotros...—murmuró con odio, mientras observaba a Hinata fijamente. Y en un momento, sus miradas se cruzaron inevitable.
Nami pudo ver el deseo de Hinata de salir corriendo y de no volver, de rendirse, de querer tirar la toalla simplemente y preferir quedarse a salvo, pues era más que obvio que su primo, gemelo de Nami, Neji, la destrozaría en poco tiempo.
—–Y la manera en la que pones los brazos frente a tu cuerpo me dice que estás tratando de construir una barrera entre nosotros, para mantenerme al margen. Intentas que invada el lado más oscuro y recónditos de tu mente. ¿Por qué?—se cuestionó.—–Por que sabes que todo lo que he dicho es cierto.
Nami estaba hartandose de tanto palabrerío por parte de Neji. Necesita que él terminara ésto ya. Comenzaba a sentir pena de Hinata, incluso quería que el encuentro de detuviera.
Sakura tenía razón. Ese encuentro era injusto. Pero no por el hecho de que sean familia.
Sino por el hecho de que Neji no dejará pasar ni un sólo golpe, con tal de que pueda matar a la hija de Hiashi. Y es injusto, porque Hinata nunca llegará a su nivel.
–—¿Nami?—llamó Rei. Colocó la mano sobre el hombro de su estudiante y la miró algo preocupada.—–Cariño, si quieres irte puedo llevarte a comer algo. Tus ojos...—Nami llevó su temblorosa mano hacia sus pómulos, sintiendo algo húmedo recorrer por ellos.
Eran lágrimas. Las lágrimas de una Hyuga que no toleraba escuchar a su hermano hablar una y otra vez sobre el maldito destino que tuvieron que vivir los gemelos desde muy jóvenes.
Sólo desgracias.
—–Tsk.—estiró su mano y Kai le pasó un pañuelo, entendiendo al instante el mensaje.—–Estoy bien, Rei sensei.—su voz se encontraba quebrada por el llanto.
Pero el orgullo de Nami no le permitía irse o admitir de verdad que estaba afectandole la escena; y de que en realidad no quería ver a otro Hyuga muerto. Incluso si es Hinata.
—–Nami, deberías irte. Escucha a Rei sensei.—intentó persuadir la albina con voz relajada, para no provocar molestia en la terca Hyuga.
—–Mei Mei tiene razón, Nami.—Kai intentó tocar su hombro.
Sus amigos estaban preocupapos.
—–¡No me toques!—Nami quitó la mano de Kai de una palmada, dejando a la albina y a su sensei sorprendidos.—¡Y no me trates como su estuviera loca, no me importa si la mata!—se acerco peligrosamente.—¡Que te quede claro!
Estaba realmente enfadada. Y comenzaba a tener una crisis nerviosa. Rei, Kakashi y Guy lo sabían, y era mejor que intentaran calmar la situación antes de que se les saliera de las manos y terminara con Nami golpeando a alguien.
–—Nami, calmate. Te lo decimos por tu bien...—intentó tranquilizar Rei, fingiendo una sonrisa.
—–¡No necesito su preocupación!—insistió la Hyuga. Alejándose dos pasos y observando a Rei como si se tratara de su enemigo.–—¡No finja que está preocupada! ¡Sé muy bien que no lo está!—gruñó.—–Ninguno de ustedes se preocupa por mí. No deberían. Sólo enfoquense en ustedes, y déjenme en paz.
Las miradas de sorpresa de los compañeros y la sensei demostraron cuánto les había dolido lo que ella estaba diciendo. Pero también debiste tomar en cuenta de que la situación hacia que Nami dijera cosas sin sentido, y todo por su orgullo.
Nami no era así. Siempre se caracterizó por ser alguien tranquila y serena, con seriedad y frialdad en su mirada y a la hora de hablar. Pero ahora, Nami estaba siendo esclavizada por sus impulsos gracias a la situación.
—–Tu eres quien eres Hinata...—mencionó Neji, interrumpiendo la situación.—–No puedes cambiarlo. ¡Y lo sabes!
Sin embargo, un factor externo logró hacer que la joven de cabello azul oscuro, el Hyuga perverso que lanzaba todo su veneno ante su prima, y la Hyuga gemela observaran directamente al rubio que gritó llamando la atención.
Nami encogió un ojo y frunció el ceño. Estaba fastidiada.
Naruto en cambio, estaba increíblemente molesto contra Neji.
—–¿¡Quien te dió el derecho de decirle lo que puede o no puede ser!? ¡Hinata! ¿¡Vas a quedarte ahí parada escuchando!? ¡Vamos, demuestrale a ese tarado que está equivocado!
—–¿¡Quieres callarte!?—Nami frunció el ceño, ¿que fue lo que dijo?—–¡Tú no sabes nada de lo que su familia le ha hecho a la nuestra!—dijo, mientras peligrosamente se acercaba a Naruto paso a paso.—–¡Eres un ignorante, eso es lo que eres!—cerró su puño con molestia.—–¡No te atrevas a insultar a mi hermano así, otra vez!—comenzó a apresurar el paso. Llegando a correr para intentar darle un golpe.—–¡Sólo callate y cierra la boca...!
La sorpresa en Naruto, Sakura y Lee se pudo definir por los ojos abiertos como platos.
Y la vista de Nami se oscureció casi inmediatamente.
—–¡Ka... Kakashi sensei...!—musitó SakuraSakura, ante la escena.
Kakashi se había aproximado antes de que Nami pudiera darle un golpe fatal a Naruto. De un momento a otro, el hombre de la máscara y el pelo plateado se apareció detrás de la Hyuga, dándole un golpe limpio a la nuca para después dejarla inconsciente. Ahora mismo, Nami estaba en los brazos del sensei mientras los otros dos Hyuga continuaban con su encuentro.
Tanto Naruto como el equipo de Nami estaban sorprendidos, perplejos.
—Yo me encargaré de ella, Kakashi.—habló Rei, acercándose a él. Sus ojos ahora no eran iguales. Eran fríos y huecos.
Kakashi asintió y le pasó el cuerpo de la Hyuga, ahora dormido, a la sensei de ojos de hielo. Ella la recibió, y la colocó sobre sus hombros cargandola como un saco. Comenzó a caminar, antes de decirle a sus estudiantes queridos que se quedaran hasta la final para ver contra quién debía pelear su compañera, y ellos sin cuestionar asistieron con gusto y preocupados por Nami.
Los pasos de Rei se detuvieron justo en frente del hombre de semblante relajado. Ella no volteó a verlo.
—Gracias por detenerla Kakashi.—agradeció Rei.
—No suenan muy honestas esas gracias.—dijo, ganándose una mirada de la mujer.
—Te quiero.—pausó.—Pero si vuelves a tocar a uno de mis estudiantes así, y sin mí permiso, voy a tener que tomar medidas contigo.—masculló, antes de retirarse con la Hyuga en el hombro.
Luego de ello, Rei la llevó a la casa, entrando al clan Hyuga sin problemas. Tuvo que responder algunas preguntas a uno de los miembros de la rama secundaria; Tokuma Hyuga, quien estaba encargado de cuidar a los gemelos -especialmente a Nami- por palabras de Hizashi, su padre, momentos antes de su sacrificio.
El prometió a Hizashi encargarse de ellos. Como su padrino, o algo así, parecido.
—Gracias Tokuma. Cuídala bien.—sonrió finalmente, antes de partir de regreso a la torre.
Tokuma asintió, y regresó a la casa secundaria, hogar de Neji y Nami y otros integrantes de la familia. Entró a la cocina y comenzó a preparar la cena para Neji y Nami. Hacía siempre lo mismo, y los gemelos siempre encontraban comida; aunque a veces cuando el Hyuga mayor se ausentaba ellos debían cocinar, sin embargo ambos le agradecían mucho el trabajo y el tiempo que él se tomaba en cuidarlos.
Aunque claro. A su manera.
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Pasaron horas, y las preliminares habían acabado.
Finalistas y encuentros ya seleccionados, se llevarían a cabo en dos meses.
Nami Hyuga V.S Meiko Dai.
Así es. El primer encuentro se desarrollará entre dos mejores amigas, las cuales tienen con que defenderse.
Una estaba sentada en su habitación observando a la luna y preguntandole al cielo por qué pelear con su mejor amiga.
Mientras que la otra estaba aún dormida sin ni siquiera saber qué es lo que le espera.
Bueno.
Neji se encargará de decírselo mañana.
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