XXI
Los meses pasaron rápido, como si de un instante se tratase, no sabía en que momento acabaría su tormento. Deseaba regresar, regresar con aquel que le había dado aquel regalo que llevaba en su vientre
-Hola.... ¿cómo sigues?- Cyborg había entrado a la habitación y se habua sentado en la litera
-Bien supongo, no he sentido más que su movimiento- acarició su vientre con cariño
-En poco tiempo nacerá... es solo cuestión de esperar- quiso tomar su mano pero Sariatu la quitó -¿Te parece bien... tener una noche juntos?-
-No, no quiero estar contigo, entiende... jamás quise estar contigo-
Una punzada se hizo presente en su vientre
-¿Estás bien?-
-Solo fue una punzada-
Sin embargo otra la atravesó con más fuerza, eso solo significaba una cosa.
Némesis estaba siendo retenido contra la pared por Stormreing, su estado había mejorado, pero no podía ir por ella
-Némesis ya basta, entiende, no puedes ir por ella-
-Ella es mi esposa, tengo que ir por ella, no voy a permitir que le hagan daño- estaban forcejeando con mucha fuerza, pero Némesis estaba acorralado contra la pared
-Si vas por ella, la matarán- eso lo hizo calmarse un poco -Van a matarla por traición si vas por ella.... lo siento... pero no hay nada que podamos hacer-
Némesis se sintió tan impotente que dejó de pelear con el caballero, su esposa, su reina, lejos de él y no podía hacer nada, podrían matarla, y él nunca se lo perdonaría, pero por lo menos en Iacon, no tendría que estar toda su vida presenciando el eterno invierno de sus tierras.... ya no sabia que hacer....
Sariatu estaba teniendo contracciones demasiado fuertes, su bebé estaba naciendo, no esperaba que resultara así, ella no quería que Cyborg le hiciera daño a su bebé. Las horas parecían eternas, pero ya faltaba poco. Cuando el dolor cesó, Sariatu perdió el conocimiento
-¿Qué pasó?- preguntó Cyborg
-Solo se desmayó, estará bien- dijo la sirvienta sosteniendo al bebé -Esto no es bueno, no está respirando-
Cyborg tomó al bebé en brazos y descubrir que era una femme, era parecida a Némesis, lo que le hizo sentir odio, pero era una criatura inocente, estaba preocupado, no lloraba y estaba flácida. Roulett entró y los vio, mirando a su nieta, parecida a aquel ser de oscuridad
-No está respirando, será mejor llevarnosla antes se que despierte, no tiene caso, está muerta-
Tomó con cuidado a la niña entre sus manos y se la llevó, salió del castillo con una canasta y la puso en ella, la niña empezó a respirar con dificultad. Entrego la canasta a un caballero
-Llevatela de aquí, al bosque, no sobrevivirá-
El caballero se fue en un caballo hacia el bosque, nadie sabría lo que habría sido de ella. Tardo media hora en llegar al bosque, miro el puente que dividía Iacon de las tierras que Némesis reinaba. Se atrevió a cruzar hacia esas tierras y después de unos minutos, se detuvo y dejó la canasta al pie de un árbol, nadie sabría de ella, ni sabrían que fue de ella.
Un par de horas después, Sariatu empezó a despertar,se sentía agotada
-¿Dónde está mi bebé?- una sirvienta se acercó con pesar
-Lo lamento mi señora, no sobrevivió, apenas respiraba, pero en un instante dejo de respirar- eso la destrozó por completo
-No.. no, no, eso no es verdad, mi bebé estaba vivo, ¿dónde está?- en ese momento entró Cyborg y se acercó a ella
-Lo siento, pero no sobrevivió-
-¿Dónde está?- las lágrimas brotaron de sus ojos, su chispa estaba rota
-... ya la enterraron-
Sariatu empezó a llorar amargamente,no se le había dado nisiquiera la oportunidad de sostenerla en sus brazos, de despedirse. Cyborg intentó abrazarla,pero ella lo apartó y la sirvienta que se había convertido en su amiga la abrazó,tratando de darle consuelo.
Némesis estaba sentado en su trono, pensativo, sentía la necesidad de ir con su reina, pero corría riesgo de que la mataran,no sabía que hacer. Se levantó y empezó a ir a la puerta
-¿A dónde vas?- preguntó Stormreing
-Necesito despejar mi mente... vuelvo en unas horas-
Némesis salió con su capa puesta y montó su caballo y se encamina hacia el bosque. Minutos más tarde, una tormenta se desató, pero realmente necesitaba estar a solas, quería despejar su mente. Una hora después empezó a escuchar algo entre el viento, por lo que se quitó la capucha de su capa para escuchar mejor.
Capto el sonido y se encaminó hacia el lugar de donde provenía ese sonido. Al estar más cerca, se escuchaba aún más claro. Llego a un árbol y pudo ver entre la nieve una canasta, acompañada de un llanto infantil, ¿qué demonios era eso? Némesis se bajó de su caballo y se acercó cautelosamente, la canasta estaba cubrida por un trapo, el cual, retiró estando de rodillas, al hacerlo dio un sobresalto por lo que se encontraba dentro de la canasta, una sparkling aparentemente recién nacida, no podía creerlo. Con cuidado,la tomo entre sus brazos y la cobijó con un extremo de su capa
-Shhh, ya pequeña, calma, ya estas a salvo-
Miro a todos lados, tratando de ubicar a alguna persona que pudiera haberla dejado ahí, pero solo se veía el desierto helado. La tormenta soplo con más fuerza, por lo que montó su caballo y regresó al castillo, no sabía cuanto tiempo había estado la pequeña entre la nieve, pero era un milagro que siguiera viva.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro