II
La mañana comenzaba, Sariatu estaba en clases en el patio del castillo, donde usualmente se daban, estaba aburrida, pero tenía que asistir, unos tres mechs le andaban pisando los talones, siempre andaban tras ella, pero no le interesaba, estaba comprometida con otro rey.
El dia paso rápido y decidió ir al bosque a dar un paseo para intentar distraerse de todo, si compromiso, el bot a quien iba a ser unida, todo. No quería saber absolutamente nada de ese tipo, tenía la reputación de ser violento con sus amantes.
De la nada escucho pasos detrás de ella, se giró y se llevó la sorpresa de que los tres bots de la clase la estaban siguiendo
-¿Qué quieren?- pregunto ligeramente asustada
-Bueno, supongo que lo sabes- dijo el bot que tenía un aspecto más rudo -Tú tienes algo que queremos- se acercó y acarició levemente el cuello de la femme
-Hace mucho que no estamos con una femme y.... pensamos, que quizás tu nos puedas ayudar- dijo otro con aspecto más delgado
-¿Y qué si me niego?- estaba asustada, su cuerpo le invitaba a correr
-¿Tú que crees?- eso hizo que su cuerpo reaccionara y echara a correr
Gracias al vestido corto que llevaba, ya que era verano, su movilidad era mejor, pero no era tan veloz, la alcanzarían en cualquier momento,tropezó cerca de un puente de piedra sobre el río, sería arriesgado pero era su única oportunidad. Trepó el puente, topandose con una vista tenebrosa
Había mucha neblina, podria perderlos con facilidad, escucho sus gritos y corrió en cuanto los vio, sin embargo, cruzar territorio enemigo no les importaba, Sariatu siguió corriendo entre los árboles y la neblina, de repente, dejo de escucharlos y de sentir el peligro siguiéndole. Se detuvo, tratando de recuperar la respiración, no sabía dónde estaba o cuánto había corrido.
Siguió caminando, sin rumbo, solo esperando encontrar un lugar donde refugiarse del frío y de la noche que llegaría.
Camino durante mucho tiempo, ¿horas? ¿Minutos? No lo sabía, por el sol oculto entre las nubes, suponía que todavía quedaban un par de horas de luz, así que siguió caminando,se había perdido, malditos mechs, de no haber sido por ellos, no estaría en este enredo, no estaría sufriendo de frío, su vestido coral le llegaba a las rodillas y no tenía mangas.
La noche llegó, Sariatu vio un resplandor en una colina, así que se apresuro a ir, sin embargo,las bajas temperaturas habían hecho que sus articulaciones fallaran. Eso no le impidió seguir.
Llego más cerca de ese pequeño resplandor, descubriendo un castillo tétrico con un par de antorchas en dos de sus paredes
No sabía si había peligro,pero por lo menos podria pasar ahí la noche, camino hasta acercarse a las puertas del castillo, abriendolas, camino entre la oscuridad del lugar, veía incluso que las sombras se movían.
Llegó a lo que parecía ser un salón del trono, y efectivamente, había un trono, encima de el unas cortinas largas colgaban desde el techo, haciendo que el trono se ocultara en las sombras, estaba impresionada, admirando todo hasta que una voz la sacó de sus pensamientos
-¿Qué haces aquí?- el barítono la asustó, esa voz profunda y, aparentemente peligrosa, la había tomado de sorpresa
-¿Q-quién está ahi?- titubeó, claramente asustada.
Vio como de la oscuridad unos unos morados emergían, aquella criatura se movió, levantándose de aquel trono y saliendo a la luz de la luna que se filtraba por el gran ventanal en la pared al lado izquierdo del trono. Parecía un caballero, sus ojos feroces y su rostro la hacían temer, era el peligro y la muerte hecha mech.
-Te lo vuelvo a preguntar, ¿qué haces en mis tierras?- preguntó con un tono amenazante
-Me perdí, no era mi intención invadir sus tierras, por favor, no me haga daño, no se como regresar-
Aquel ser solo se le quedo viendo, con una mirada indiferente, no sabia que hacer, ¿correr? Tal vez, pero sería riesgoso, solo lo miraba, jamás había visto a alguien como él, su armadura plateado oscuro delataba su fuerte cuerpo, pero algo le decía que se quedara ahí
-¿De dónde vienes?- preguntó después de un silencio que parecía eterno
-Vengo del reino Iacon- el mech entrecerro los ojos,era obvio que no agrado su respuesta
-¿Qué hace una femme como tú aqui?- preguntó con un tono más relajado
-Unos mechs me estaban persiguiendo, para intentar perderlos, me adentre en sus tierras, cuando ya no me seguían, me di cuenta de que me habia adentrado lo suficiente para perderme- contesto a duras penas por el frío y escalofríos que recorrían su delgado cuerpo
De la nada, sus piernas cedieron, haciéndola caer en el piso, el mech se acercó rápidamente a ella y se arrodilló a su lado, se retiro su gruesa capa y la envolvió con ella, la femme no dejaba de temblar por el frío.
La cargo en sus brazos y salió del salón,Sariatu cedió al cansancio, quedándose dormida, por alguna razón, aquel ser no le provocaba alerta de huir, aunque lo haya pensando,su cuerpo no le decía lo mismo.
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