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—El doctor está aquí —avisó Jin al entrar a la habitación.
—¿Cómo te sientes Jungkook?
—La inyección fue efectiva, pude por fin tomar un baño pero necesito que me diga como puedo recuperarme más rápido.
—Vas por buen camino, pero no te apresures Jeon que puedes lastimarte más, te guste o no debes tener paciencia.
—Pero no tengo tiempo, debo encontrar a Jimin.
—¿Y no crees que es mejor hacerlo en perfectas condiciones?, así no habrá nada que te impida ir tras él, suena mucho tiempo pero ya van tres semanas, en una más podrás retomar algunos ejercicios para mantener la forma, que no sean de mucho esfuerzo.
—Está bien, supongo que no tengo de otra.
—Si quieres recuperarte por completo, no.
Revisó la herida de su pecho, los moretones del rostro ya no se notaban tanto, quedaban ligeras manchas de tonalidad amarillo, había dejado de convivir con Jin y Yoongi, solo le traían la comida y recogían cuando terminaba.
Además de ayudarlo a cambiarse, Jin observó la cicatriz en el pecho de Jungkook con tristeza.
—Quita esa expresión, está marca es la misma que permití que le hicieran a Jimin en el alma y eso no podré perdonarmelo nunca.
—No… esto es-..
—Salte, es toda la ayuda que necesitaba, puedo encargarme del resto —ordenó.
Todavía no hablaba con ellos sobre la decisión, pero Namjoon le estaba ayudando para encontrarles trabajo y en cuanto estuviera bien pondría en venta la casa, no pensaba traer a Jimin a un lugar que le traía malos recuerdos.
Su idea era un nuevo comienzo.
Y aunque tener que esperar era algo que lo frustraba, tuvo que seguir las indicaciones del doctor y como le había dicho, empezó a hacer un poco de ejercicio.
Todas las mañanas hacia lagartijas y algunas sentadillas, no podía hacerlo por mucho rato pero lo animaba, así como salir a caminar, verificando por su cuenta la búsqueda del empleo y reuniéndose con algunos miembros del congreso.
—Es bueno verte de nuevo, Jeon, se ve que te dejaron mal, escuchamos que fuiste atacado.
—Ni siquiera eso pudo matarme, significa que aún tengo mucho por hacer en vida.
—¿Qué piensas hacer ahora?, ¿volverás a las misiones?
—Todavía no, en realidad estoy pensando en vender mi casa.
—¿De verdad?, pero esa casa es de las mejores del pueblo.
—Puedo conseguir otra, si conocen a alguien interesado no duden en decirme.
—Quizá hasta yo me anime a comprarla.
—No tengo ningún problema, dice el doctor que en dos semanas más estaré completamente recuperado y yo podré irme de ahí, si te decides avísame.
—Te aseguro que lo haré.
Luego de eso se terminó encontrando con el doctor en la calle.
—Veo que ya estas mejor, asegúrate de no sobre esforzarte.
—Le aseguro que no lo haré, solo quise caminar, no soporto estar un segundo más acostado.
—Pensaba visitarte más tarde para hablar pero ya me ahorraste el viaje.
—¿Qué sucede?
—Recibí noticias de tu esposo Jimin, mi madre lo atendió hace unos días.
—¿Jimin?, ¿dónde?, ¿cómo está? —preguntó ansioso.
—En el pueblo de Halsung, al norte, aunque creo que solo estaba de paso, mi madre me pidió decirte que ambos están bien.
—¿Ambos?
—Si, ambos, Jimin y el bebé que está esperando.
Jungkook sintió que todo le dio vueltas y su corazón latió acelerado por la emoción.
—Un bebé…
—Tendrá algunas ocho semanas para estas alturas por lo que dijo.
—¡Voy a ser padre! —gritó feliz y abrazó al doctor que apenas pudo responder al entusiasmo por la sorpresa de la reacción de Jungkook.
—Felicidades.
—¡No puedo creerlo!, tengo que ir con él, ahora más que nunca debo encontrarlos.
—Imaginé que dirías eso, no pienso detenerte pero si recordarte ser cuidadoso, me tomé la libertad de traerte unos analgésicos por si regresa el dolor, buena suerte.
—Gracias.
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—Tengo hambre Nam, vamos a buscar un lugar dónde comer, no tienes que esforzarte demasiado para conseguir información de Jimin.
—Se lo prometí a Jungkook, casi está recuperado por completo y estoy seguro de que empezará su búsqueda.
—Este pueblo es conocido por la cantidad de peleas que suele haber en cuestión de retos, te ayudaré en cuanto terminemos de comer, de lo contrario me pondré de mal humor.
—Está bien, tú ganas —cedió y Tae sonrió besando la mejilla de Nam, caminaron hasta un restaurante y ordenaron.
—Parece que ese tipo hace honor al apodo que tiene.
—Nadie ha logrado derrotarlo, es demasiado fuerte y eso que fueron grupos los que van tras él.
—Es del Clan Dal, ¿que esperabas?
Tae y Nam se miraron al escuchar eso.
—¿Deberíamos retarlo también?
—Aprecio mi vida, gracias, a ese no le importa tener que matar con tal de ganar.
—Es verdad, dicen que casi alcanza la insignia de plata, eso significa que es de rango mayor al nuestro.
—Disculpen caballeros, ¿están hablando de ese guerrero solitario?, estoy interesado en retarlo —habló Tae.
—Lo llaman el invencible y por tu seguridad sería mejor que no lo hicieras, no ha perdido sin importar el número de hombres que lo enfrenten.
— Con qué invencible, ¿dónde puedo encontrarlo?, tiene ese título porque aún no lucha contra mi.
—Escuché que en la salida de Halsung derrotó a siete hombres, nunca dura en el mismo lugar demasiado, hay rumores de que va hacia el pueblo de Chansung, ya que le gustan las peleas es el lugar ideal para encontrar retadores.
—Se los agradezco.
—Suerte.
—Te lo dije —murmuró a Nam antes de empezar a comer.
—Está bien, tenías razón, ahora debemos ir y decirle a Jungkook.
—Después de comer.
Antes de que anocheciera llegaron a la casa de Jungkook, encontrando al pelinegro a punto de entrar.
—¡Namjoon!, no vas a creer lo que me dijo el doctor.
—¿Ya te dio bandera verde para ir tras Jimin?, porque tenemos noticias de él.
—¡Más que eso!, pero díganme que saben de Jimin, entren.
—Si esos dos están presentes prefiero quedarme aquí —habló Tae resentido.
—Los mandaré a su habitación —aseguro y al entrar vio a ambos en la cocina— preparen algo de beber, tengo invitados, luego retirense a su habitación —ambos obedecieron sin quejas.
—¿Cómo vas con lo del empleo para ellos? —preguntó Nam.
—Está todo listo, conseguí algunas opciones además de las que me dijiste, también empecé a decir que venderé la casa, el doctor me dio ya el permiso de moverme siendo cuidadoso y eso haré, empezaré a buscarlos.
—¿Buscarlos?, ¿qué quieres decir con eso?, ¿a Jimin y a quien? —cuestionó Tae.
—A Jimin y el bebé que espera, ¡voy a ser papá! —dijo sin ocultar su felicidad.
—¡Waoh! Si no estuviera casado con Tae pensaría que es una broma pero ahora sé que es posible y no sabes el gusto que me da, ¡felicidades! —se levantó para abrazarlo.
—¡Lo sé! Y es por eso que debo empezar a buscarlos.
—Definitivamente tienes que hacerlo —dijo preocupado Tae— me da gusto por ti pero dada la forma en que su relación terminó ahora la vida de Jimin corre peligro, resentirá la separación con mayor fuerza y su cuerpo se debilitará, supongo que no era algo que tuviera contemplado al crearse la reputación que ahora tiene.
—¿Qué reputación?
—Fuimos a un restaurante y escuchamos de un guerrero que viaja solo apodado el invencible porque nunca ha perdido en los retos, parece que busca pelear para apostar medallas o insignias y subir de rango —explicó Nam.
—Jimin no tenía ninguna insignia.
—Tu lo has dicho, tenía, ahora está por conseguir la de plata y en su estado no debería esforzarse mucho, lo quiera o no ya se hizo la reputación y ahora lo buscan para tratar de derrotarlo en diferente cantidad de grupos, sólo le queda enfrentar las consecuencias, ser precavido, ocultarse y no llamar la atención.
—¿Crees que lo haga?
—Nunca dice que no a un reto.
—Le dijeron a Tae que derrotó a siete hombres en la salida de Halsung, puede que se dirija a Chansung pero suele durar poco en el mismo lugar.
—Entonces es momento de partir, les agradezco por la información.
—Pero la casa todavía no se vende.
—No tengo tiempo que perder, me ocupare luego de eso, mi prioridad es Jimin y mi bebé.
—De verdad que vas a deberme muchos favores, pero como se trata de la vida de Jimin y tu hijo me encargare de la venta, dime que hago con ellos —señaló la habitación de Jin y Yoongi.
—Les diré sobre los empleos, en cuanto aparezca un comprador tendrán que irse de aquí.
—Entendido.
En cuanto ellos se retiraron, llamó a ambos para que se acercaran a la mesa y tomarán asiento.
—¿Qué fue lo que pensaron?, ¿juntos o separados?
—¿Vas a mandarnos con alguien más? —cuestionó Yonngi.
—No tengo tiempo ni la intención de buscarles un esposo, lo único que me une a ustedes es un anillo que decidí comprarles y que ya me deshice de ellos así que considerence formalmente divorciados.
—Queremos seguir juntos nosotros—habló Jin.
—Bien, hice una lista de lugares que les dará trabajo, ustedes elijan cual de todos quieren, además de algunas casas en renta a bajo costo, es todo lo que haré por ustedes, así que deberían empezar a empacar.
—¿Traerás a Jimin?
—Venderé la casa y en cuanto alguien la compre tendrán que irse, por eso les recomiendo no esperar hasta que eso suceda, quién sabe si continúen disponibles esas casas —se levantó y entró a su habitación.
Poco después Jin entró con él.
—¿Te vas ya?
—Si.
—Toma esto, es para Jimin —le dio una bolsa.
—¿Qué es?
—El conjunto que me dijo que comprará —Jungkook abrió la bolsa y vio la tela rosa— nunca tuve intención de ponérmelo, lo guarde para dárselo, incluso deje la etiqueta.
—¿Qué quieres probar con esto?
—Que a pesar de todo mis intenciones no eran malas…
—No voy a darle nada que le recuerde a ustedes, no importa las intenciones que tengas —le regresó la bolsa y siguió sacando su ropa para meterla en una maleta— vete, no necesito tu ayuda —dijo sin verlo, escuchando sus pasos alejándose.
Cuando terminó se preparó para dormir, partiría a primera hora y tenía que estar listo para empezar su viaje.
“Estaremos juntos dentro de poco y esta vez será para siempre”
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