—¡¿Qué acabas de decir?! —dijo molesto Yoongi.

—¿Qué tiene de malo? —preguntó Jin— acércate Jimin, tienes derecho a disfrutar no sólo a ser el que proporcione el placer.

Jimin se quedó inmóvil, su mente quedó en blanco empezando a sentir un extraño vacío en su estómago y dudó un momento, vio la mano de Jin ser ofrecida mientras le sonreía, ¿acaso eso era algo normal?, nunca habia tenido la curiosidad de investigar sobre  cómo funcionaba ese tipo de relación y considerando su actual situación estaba pensado en que debió hacerlo, dio un pequeño paso al frente inseguro pero su cuerpo se negó a dar otro y retrocedió de nuevo.

—No, yo no puedo, ustedes hagan lo que quieran, pero no me involucren —dijo antes de caminar rápido a su habitación y cerrar, suspirando de alivió.

Aunque ahora otro sentimiento lo abrumaba, estaba en shock por darse cuenta de la situación en la que se encontraba.

“¿Qué significa esto?, ¿aparte de compartir a mi esposo debo tener intimidad con esos dos? No, no puedo hacerlo, ¡de ninguna manera!”.

—¡¿A qué clase de lugar me viniste a meter?! —reclamó a la luna con rencor— ¡¿Qué demonios fue lo que hice para tener que estar en esta situación?!, ¡no recuerdo haber faltado a tus decisiones antes pero esto es demasiado! Y me niego a aceptarlo.

Declaró, no le importaba lo que sucediera, estaba decidido a terminar con ese matrimonio que nunca debió comenzar en primer lugar, conocía las consecuencias de esa decisión y estaba dispuesto a enfrentarlas.

Era mejor que continuar viviendo eso y de todas formas sería el único afectado.

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—¿Por qué le propusiste unirse?

—¿No te parece lindo?

—Me parece un maldito fastidió, primero Jungkook y ahora él.

—Parecía agradarte al inicio.

—Pensé que sería la forma de hacer que Jungkook nos dejará, parecía tan perdido en él que creí que se alejaría de nosotros, pero ni siquiera él es suficiente para hacer eso.

—Creo que en eso estás equivocado, a Jungkook parece importarle mucho Jimin, me pareció verlo celoso cuando notó que le di un masaje.

—¿Y cómo sabes que no era de ti?, yo también estaba celoso.

—Sólo es una corazonada y tu eres un exagerado, ¿cómo no iba a darle un masaje después de ver como lo arrojó Jungkook?

—Necesitas más que una simple corazonada para saber eso y en primer lugar fue él quien reto a Jungkook, así que sé lo buscó.

—Tengo una forma de averiguarlo, en cuanto llegue Kook lo descubriremos y eres un insensible, presiento que se enojo porque penso que pase la noche con Jeon asi que ahora deja de estar tan molesto, se que querías que Jimin nos viera porque te dan celos de él.

—Es verdad, te llamo ruidoso por eso, en lugar de quejarte agradece que sabra con quien lo hiciste en realidad, era momento de que se diera cuenta.

—Se veía muy incómodo, quizá debería hablar con él.

—Tu no vas a ningún lado, todavía no terminamos —murmuró antes de volver a besarlo.

Luego de ese incidente Jimin trato de mantenerse alejado de ese par, ese día ya no salio más que para bañarse y a la mitad de la noche unos ruidos lo despertaron, se puso alerta enseguida hasta escuchar también gemidos y el golpeteo de la pared, recordando que ya había oído eso antes.

Pero el sentimiento era diferente, estaba sorprendido y avergonzado.

Además de aliviado, porque eso quería decir que no fue Jungkook quien estuvo con Jin esa noche sino Yoongi.

Trató de dormir sin importar el ruido, saber que Jungkook no se había acostado con ninguno de ellos desde que llegó le daba más tranquilidad, que lo hiciera significaría que fracasó.

Y eso era algo que no se podía permitir.

Al faltar un día para que regresara, el halcón de Nam había llegó con un mensaje de Jungkook que decía que tardaría más tiempo en volver sin especificar cuánto sería.

Por lo que mientras el pelinegro llegaba cada quien se encargaba de hacer lo suyo y continuaba manteniéndose alejado de la pareja, Jin hablaba normal con él cuando lavaban juntos los trastes o tendían ropa, haciendo más ameno el momento.

Yoongi en cambio pasaba de largo su existencia y estaba bien eso para él, no había esfuerzo por hacer una conversación o intención de aligerar el ambiente tenso que su actitud provocaba, se le hacía sorprendente ese cambio y no entendía la razón.

Quizá esa era su verdadera actitud y sin Jungkook cerca no tenía necesidad de fingir.

—Creo que ahora sí será necesario salir para ir de compras —mencionó Jin al llegar a su lado con una canasta de ropa.

—¿Entonces iré solo yo? —preguntó dejando de afilar su espada.

—Llegue a la conclusión de que deberíamos ir los tres, si es peligroso que alguien se quede por acompañar al otro entonces es mejor que si entran a la casa solo dañen lo material.

—No hay problema para mi.

—Además creo que sería incómodo para ti ir solo con él considerando la infantil actitud que está tomando Yoongi por celoso —suspiró tomando una prenda para empezar a tallarla.

—¿Celoso? —repitió mirándolo— ¿Por Jungkook?

—Oh no —se rió— el único celoso de Jungkook eres tú, nosotros conocemos nuestro lugar.

—¿Y eso que quiere decir? —cuestionó ofendido y Jin dejó de tallar para verlo.

—No intentaba ofenderte, solo aclarar que las circunstancias son diferentes, Yoongi y yo fuimos regalos de nuestras aldeas para Jungkook, por eso estamos con él.

—No veo que eso le importe a Jungkook, ¿o acaso por eso solo los tiene para limpiar y no se acuesta con ustedes?

—No entiendo por qué aceptaste casarte con Jungkook si no ibas a tolerar eso.

—¡Porqué no sabía! —gritó molesto— ¡nunca me dijo que ya tenía a otros dos en su casa y en su cama! ¡De haberlo sabido jamás habría aceptado! —apretó el agarre de su katana con frustración, lo que le causaba siempre que pensaba en su situación —ahora estoy atrapado hasta que no lo venza en otro maldito combate.

—Supongo que no lo hizo por ser algo común para nosotros… ¿no fuiste consciente de ese riesgo?

—El líder fue quien lo invitó y yo ni siquiera estaba presentado como opción para una batalla de matrimonio, pero decidió elegirme y esperar a que cumpliera la mayoría de edad, sino fuera porque vi el collar con los anillos no me lo hubiera dicho hasta que yo los viera aquí, es un maldito inconsciente, ahora no podré volver a mi Clan nunca más —mencionó sin poder detener la lágrima que bajaba por su mejilla, Jin dudo en acercarse para consolarlo y cuando dio un paso hacia el castaño, este se alejó a paso firme— pero la siguiente vez lo derrotare —habló decidido clavando su katana en la tierra y colgándose de la rama del árbol para empezar a ejercitar sus brazos.

Tenía que ser más fuerte, no sólo ágil, por lo que aprovecharía el tiempo para fortalecer su cuerpo.

Jin decidió dejarlo, sintió que el castaño lo necesitaba para liberar su frustración, así que continuó lavando la ropa, cuando terminó vio la hora y vio a Jimin que hacía lagartijas con una mano.

—¿Será buen momento para un descanso?, mucho ejercicio agotará tu cuerpo.

—No es nada, ¿quieres ir a comprar de una vez?

—Si estás muy cansado podemos ir mañana.

—Estoy bien —se levantó y sacudió sus manos y ropa.

—Le diré a Yoongi que te preste algo.

—Así me iré, si alguien me ataca solo corran —acomodó su katana y limpio el sudor de su frente con una toalla, Jin quiso insistir pero Yoongi salió con las bolsas y la lista en la mano así como una sombrilla, no le gustaba el sol en su piel, así que no le quedó de otra a Jin y fue a cambiarse su húmeda ropa para luego tomar el dinero, encontrando a ambos chicos listos, Jimin se había puesto un sombrero kasa de paja negro con el logo del Clan Dal en rojo.

Se abstuvo de decir algo al respecto y decidió salir con ambos detrás.

—¿Qué vamos a comprar primero? —preguntó Yoongi dándole la lista.

—Las verduras, después la carne y dejaré para el final los condimentos ya que son menos.

—¿Qué hay de la ropa?

—Son compras de necesidad no de gusto, otro día veremos ropa.

—Bien —dijo resignado.

—Todavía tienes mucha ropa, debería ser para Jimin la próxima compra.

—Con la que tengo es suficiente.

—Sólo tienes cuatro cambios, claro que no es suficiente, necesitas por lo menos diez.

—Y creo que son pocos, yo tengo casi veinte y siento que ya no tengo nada para ponerme —mencionó Yoongi.

—¿Y para qué quieres tantos? —preguntó confundido.

—Es parte del deber de verse bien.

—¿Ah, si? —murmuró bufando.

“Deber, deber, ¡eso se fue a la mierda cuando decidió ocultar que tenía a más parejas!”

Cuando llegaron a las tiendas Jimin se limitó a observar cómo escogían las verduras, sorprendido de ver la cantidad que traían, decidió ayudar a cargar dos bolsas, resintiendo el peso por el anterior ejercicio que estaba haciendo sin dejar a sus músculos descansar.

Pero no dijo nada y siguió caminando, lo tomaría como continuar entrenando, esperó afuera de la tienda en la sección de carnes por la cantidad de gente y el desagradable olor y agradeció que en la de condimentos fuera más rápido, sentía que había pasado medio día de compras, notando a la gente verlo con curiosidad.

—Mira ese hanbok —señaló Yoongi una vitrina.

—Es lindo, pero recuerda que no vinimos a ver ropa.

—Creo que le quedaría bien a Jimin —dijo y entonces el castaño volteo a ver la prenda de tono rojo brilloso con detalles azul marino que hacían un atractivo ajuste en la cintura.

Definitivamente le gustaba.

—¿Te gusta Jimin? —preguntó Jin.

—Si —respondió sin dudar.

—Tal vez pueda apartarlo, sobró algo de dinero.

—No, no tienes que hacerlo, me gusta pero no lo necesito —dejó de ver la prenda y volvió a caminar— empieza a oscurecer, hay que darnos prisa.

Jin y Yoongi se miraron para luego seguir caminando.

—¿Por qué no?,dudo que a Jungkook le importe —insistió Yoongi.

—Es más útil tener menos ropa para un guerrero.

—Ya no eres un guerrero.

—Te equivocas —se detuvo para verlo— toda mi vida lo seré y moriré en batalla, es mi destino y estar aquí no me va a detener.

—No creo que Jungkook quiera dejarte salir a misiones.

—No necesitaré su permiso cuando lo haga —aseguro y Jin recordó el motivo de su entrenamiento, se veía igual de decidido que Jungkook cuando entrenaba para poder ganar la batalla de matrimonio y traer a Jimin.

Ambos eran igual de decididos.