
꧁𓊈𒆜10𒆜𓊉꧂
Trotaron rápido hasta el lugar, encontrando a Namjoon en el camino que se unió a ellos.
—¡Que bueno encontrarlos!, parece que ahora asaltaron una cantina.
—¿Hay heridos?
—Nada grave pero parece que ahora van tras el banco del lugar y ya tienen rehenes según el águila mensajera que me enviaron —avisó y vio de reojo a Jimin— ¿entonces él es tu esposo del Clan Dal?
—Así es, su nombre es Jimin.
—Un placer conocerte, Jimin, ojalá fuera en mejores circunstancias, soy Kim Namjoon.
—Igualmente, aunque de donde vengo no hay nada mejor que conocer a alguien mientras combatimos, se conoce mucho de una persona por su forma de pelear.
—Eso es cierto —le sonrió.
Empezaron a distinguir a lo lejos el pequeño pueblo y varias personas reunidas en un lugar, algunos gritos se escucharon y Jungkook reconoció a otros dos compañeros suyos que ya estaban tratando de calmar a los asaltantes para negociar.
—Sólo queremos hablar.
—¿Y porque siguen llegando más de ustedes entonces? —cuestionó al verlos llegar.
—Por qué no se muestran dispuestos a cooperar ni a negociar.
—Sólo los dejaremos en libertad hasta que nos hayan dejado ir con el dinero, los llevaremos una parte del camino con nosotros y los soltaremos al estar seguros de que no nos seguirán.
—Nada nos garantiza que los dejarán ir vivos cuando estén lejos —alegó el espadachín.
—Tampoco a nosotros que nos dejen ir en cuanto los dejemos libres como piden.
—¿Qué solución proponen entonces? —preguntó Nam.
—Deben alejarse de aquí y darnos sus caballos, así no molestaremos a nadie y nos iremos estando seguros de que no nos alcanzaran.
—Esto es una estupidez, podemos con ellos —dijo harto Jimin.
—No podemos poner en riesgo a las personas que tienen de rehenes, es arriesgado atacar —mencionó Jungkook, el castaño bufó y se hizo notar en el grupo de asaltantes.
—¿Qué tal un cambio de rehenes? —propuso.
—¿Qué crees que estás haciendo? —preguntó Kook pero sólo recibió la katana de Jimin antes de que él empezará a acercarse con las manos levantadas.
—Soy el esposo del espadachín Jeon Jungkook, conseguirían más teniéndome de rehén a mi que a ellos —señaló al grupo de asustados pueblerinos.
—¡No! —gritó Jungkook.
—Hecho, acércate —sonrió el ladrón.
—No hasta que los dejes libres, no estoy armado y no planeo hacer nada así como mi querido esposo sabiendo que puedes hacerme daño.
—Déjenlos ir —ordenó y en cuanto corrieron para reunirse con sus familiares Jimin terminó de acercarse hasta ser tomado, Jungkook estaba por lanzarse por él pero Namjoon lo detuvo.
—No hagas algo imprudente, debe tener algún plan.
—Ahora podemos irnos, si mi esposo valora mi vida, no nos seguirán —dijo en cuanto sus manos fueron atadas.
—Tu querido esposo será liberado en cuanto estemos lo suficientemente lejos —se rió uno de ellos— preparen todo, nos vamos.
—Señor, el logo en la ropa de él… —señaló a Jimin— ¿que no es…?
—¡Es una trampa! —gritó molesto y Jimin dio una patada lateral para lanzar la espada del ladrón que lo intentó atacar, safo sus manos del nudo que lo retenía y dio un puñetazo al rostro del tipo haciéndolo caer.
El resto del grupo se lanzó para atacarlo con sus espadas, se movió para esquivar cada ataque, Jungkook, Namjoon y el otro espadachín fueron en su ayuda, sin más rehenes no había peligro de enfrentarlos.
Arrebató la espada a uno y empezó a cortar algunas parte de sus cuerpos para herirlos, demostrando la agilidad que tenía con ese tipo de arma, vio a Jungkook.
—¿Cuál es la orden?, ¿vivos o muertos?
—Detenerlos y dejar al menos uno vivo —respondió Nam.
—Entonces puedo deshacerme del resto —los miro— mala suerte para ustedes, hoy estoy de muy mal humor… —murmuró y el grupo soltó sus espadas en señal de rendición.
—¡Por favor no nos mate! —pidió uno de ellos y el resto imitó su acción.
—Debieron pensarlo mejor antes de dedicarse a asaltar, existía la posibilidad de toparse conmigo —acomodó mejor la espada en su mano con la intención de atacarlos
—Ya se rindieron, no tienes que matarlos —habló Kook y Jimin se detuvo.
—Dijo que con uno vivo basta.
—Eso es en caso de que nos ataquen oponiendo resistencia, pero ellos ya se rindieron.
—Unas ratas menos, ¿por qué te importan?
—La justicia se hará cargo de ellos, baja esa arma —ordenó y Jimin lo miró mal, pero obedeció, caminando hacia él para quitarle su katana.
—Justicia… —repitió en burla pero Jungkook decidió ignorarlo y empezar a arrestar a los asaltantes así como poner a salvo el dinero que habían tomado.
Cuando todo el proceso terminó subieron a sus caballos y buscaron un lugar para desayunar.
—Conseguiste un esposo asombroso —mencionó Nam.
—No hay duda de que así es, aunque también es muy terco.
—Nadie logra involucrarse con el Clan Dal, ¿cómo fue que lo hiciste?
—Sólo fue suerte —vio a Jimin regresar del baño— lo que hiciste fue arriesgado.
—No para mi.
—No me gusta la idea de que te uses como carnada, puede ser peligroso.
—Soy fuerte.
—Eso no importa, sigue siendo peligroso.
—¿De verdad te preocupas por mí?
—Eres mi esposo, ¡Claro que lo hago!— Jimin volvió a sentir ese cariño albergarlo— por eso dejó a Jin y Yoongi en casa, ahí es seguro para ellos.
Y la molestia regresó, más aún al recordar lo que había escuchado en la noche.
—Yo no fui criado de la misma forma que ellos así que tendrás que acostumbrarte, soy un guerrero, no un adorno coleccionable de casa —finalizó demostrando que no daría su brazo a torcer, Nam carraspeó incómodo por la lucha de miradas que presenciaba y estaba bastante intrigado por el castaño.
—¿Listos para ordenar? —se acercó la mesera.
—Yo si, la especialidad por favor —habló Jimin entregando la carta, pero la mujer estaba viendo el logotipo de su ropa.
—¿Eres del Clan Dal? —preguntó con sorpresa.
—Así es.
—¡Oh Dios mío!, son más apuestos de lo que dicen —le sonrió coqueta y Jimin lo hizo también, divertido por la reacción de la mujer.
—Yo también quisiera ordenar —interrumpió molesto Kook.
—Claro, disculpe.
—Tráigame un plato de arroz con kimchi y un poco de té.
—A mi igual la especialidad —pidió Nam.
—Enseguida —dijo al irse pero viendo de reojo a Jimin.
—¿Por qué no le dijiste que estás casado? —reclamó.
—Porque no me lo preguntó —respondió obvio y Nam aguanto la risa.
—Estaba coqueteando contigo y no hiciste nada.
—Yo no le respondí.
—¡Le sonreíste!
—Me pareció divertido lo que dijo.
—Pues no me agrada que lo hagas, no sonrías, le hables o siquiera la mires.
—Wow Kook, ¿no crees que exageras?, Jimin no tiene la culpa de que los demás tengamos ojos y veamos qué es realmente muy atractivo.
—¡¿Tú también?! —lo vio molesto.
—Tengo ojos y se reconocer cuando veo a un hombre atractivo.
—Pues si continúas con eso no los tendrás por mucho —amenazó.
—Aquí está tu orden —habló la mujer a Jimin— el postre es cortesía de la casa— mencionó guiñandole un ojo.
—Eres muy amable, gracias.
—Enseguida traigo los de ustedes —avisó antes de irse.
—No te vas a comer eso —señaló el pastel y Jimin probó un bocado ignorándolo.
—Nada mal —murmuró al comerlo.
Jungkook estaba más que molesto por la acción del castaño, Namjoon no aguanto más la risa por la situación, no recordaba ver al pelinegro celoso y era algo que estaba disfrutando.
—Aquí están sus platos, provecho, avísenme si necesitan algo, cualquier cosa —mencionó sin perder de vista al castaño que comía tranquilo.
—Gracias —respondió Nam, sabía que Jungkook la ignoraría por su atrevimiento de coquetear con su esposo y Jimin no se veía interesado en la chica.
No entendía como Jungkook no se daba cuenta de eso.
—Imagino que se conocen desde hace tiempo —habló para Nam.
—Así es, solíamos practicar para volvernos espadachines y cuando lo hicimos, juntos conseguimos nuestras insignias, vamos a varias misiones juntos pero la mayoría son individuales.
—¿Y tú cuántos esposos tienes?
—Sólo tenía uno, pero fue asesinado —Jimin se tenso al escuchar eso.
—Lo siento.
—Está bien, sabía que podía suceder, ser espadachín es arriesgado, en cuanto saben de quienes te importan no pierden el tiempo en intentar hacerles daño en venganza, después de eso decidí que era mejor estar sólo, no quiero arriesgar a nadie más con este estilo de vida que tengo porque no pienso dejarlo.
—Entiendo, supongo que es lo mejor a menos de que consigas como pareja a alguien capaz de defenderse.
—No conozco a nadie así, pero está bien, de todas formas casi no estoy en casa y supongo que es lo mismo para Jeon, por eso me sorprendió saber que tenía a alguien más.
—Pero yo sí puedo defenderme —se cruzó de brazos.
—Eso lo pudimos ver bien, es impresionante lo fuerte que eres.
—Y lo coqueto —soltó aún molesto Jungkook.
—Si no tienes la capacidad mental para tener a tu lado a un hombre atractivo, no se para que me retaste a ese duelo de matrimonio, pude conseguir algo mejor y que si fuera exclusivo —dijo levantándose para irse, resentido con su actitud aunque al inicio le divirtió.
Los celos también demuestran que hay interés, ¿no?
Aunque quizá fue un poco inmaduro de su parte querer hacerlo sentir un poco de lo que él sentía cada que lo veía con Jin o Yoongi, al imaginarlos juntos y después de lo que había escuchado la noche anterior.
Justo cuando salió escuchó pasos apresurados detrás de él, al darse la vuelta vio a la mesera.
—¿Puedo ayudarte en algo?
—¿Qué tengo que hacer para ser tu esposa? —preguntó directa.
—¿Por qué quieres serlo?
—¿Sabes qué es lo que más nos gusta a las mujeres de ustedes, los hombres del Clan Dal? —cuestionó sin esperar una respuesta— la exclusividad, lealtad y fuerza, para ser honesta estoy casada y todo era maravilloso hasta que él decidió conseguirse a otra mujer, ¿puedes imaginar cómo me sentí?, teníamos cinco años juntos, solo nosotros, llevó preguntándome desde entonces si lo hizo porque no soy suficiente para él.
Jimin no pudo decir nada, claro que lo entendía y lo estaba viviendo, aunque no había llegado nadie pero de todas formas la idea de compartir no le agradaba.
—Pero estoy segura de que contigo será diferente, seríamos solo tú y yo.
Esa frase era la que más deseaba escuchar… pero no eran los labios de la persona querida.
—Eso no se podrá porque yo ya estoy casado.
—Oh… —soltó desilusionada.
—Pensé que para ustedes era común vivir compartiendo marido.
—No significa que nos guste hacerlo, pero si queremos seguridad y un hogar no nos queda de otra.
La puerta volvió a abrirse y salieron Jungkook junto a Namjoon.
—Lamento no poder ayudarte, espero que tengas suerte.
—Gracias y disculpa por molestarte —hizo una pequeña reverencia y regresó adentro.
—¿Qué es lo que quería? —preguntó Kook.
—Un nuevo esposo, ya no le gusta el que tiene.
—¿Y qué fue lo que le dijiste?
—Justo lo que escuchaste, ¿hay algo más por hacer o nos iremos ya?
—Nos vamos, te veré luego Nam.
—Hasta luego, gusto en conocerte Jimin.
—Hasta pronto.
Subieron a sus caballos, ninguno habló en el camino, demasiado molestos como para hacerlo y cuando llegaron, Jimin bajo de su caballo chiflo en señal de que se alejara y de inmediato lo hizo su caballo, sacó su katana para apuntar a Jungkook que aún no había bajado de su caballo y lo veía confundido, Jin y Yoongi los escucharon entrar y fueron a recibirlos sin acercarse al ver a Jimin.
—¿Qué estás haciendo?
—Yo Park Jimin del Clan Dal, te reto a ti espadachín Jeon Jungkook a un combate, en el que si gano, obtendré mi libertad.
Jungkook celoso, uff👀🔥
Feliz día del amor y la amistad! Espero que lo hayan pasado bien❤️😏
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro