Luego de que terminaron de curarlo fue a su habitación para tomar un cambio de ropa e ir a bañarse, necesitaba relajarse para controlar las emociones negativas que estaba sintiendo contra Jin, estaba seguro de que a Jungkook no le gustaría que lo golpeara.

Y tampoco podía hacerlo, de alguna manera estaba en su derecho de poder tocar a Kook, le gustará o no.

Terminó de llenar la tina y quitó su ropa, puso el jabón y las sales aromáticas antes de meterse, suspiró relajado por la sensación cerrando los ojos, hasta que el ruido de la puerta abrirse lo hizo abrirlos de nuevo.

—¿Qué haces aquí?

—Pensé que podrías necesitar ayuda —sonrió Kook.

—Estoy bien.

—Tienes la mano lastimada, no debes esforzarte y de todas formas también pensaba bañarme, ¿por qué no hacerlo juntos?

—Que conveniente.

—¿Verdad? —mencionó y empezó a quitarse la ropa, Jimin apartó la mirada, tenía que controlarse y resistir.

“—Hazlo con él en cada oportunidad…”

Recordó las palabras de su madre, pero aún estaba molesto por ver su interacción con Jin, no estaba seguro de poder lograr dejarlo pasar tan fácilmente…

“¿Entonces quieres escuchar como él lo complace luego de su estúpido masaje?”

Claro que no.

“—... nunca sentirá necesidad de tocar a esos dos de nuevo ya que en su mente estarás solo tú”.

El agua frente suyo se movió y sintió como era rodeado por las piernas del pelinegro así que decidió verlo al fin.

—Entonces, ¿quién bañera primero a quién?

—Oh no, yo me lavo sólo, recuerda que es para que no te lastimes más.

—No sabes todo lo que puedo hacer incluso con una sola mano —murmuró tomando su miembro, sacando un gemido de sorpresa en Jungkook, acariciándolo suavemente— pero ya que insistes… —apartó su mano— empieza a lavarme.

—Eres una pequeña cosita caliente —dijo claramente excitado, pero igual tomó el jabón empezando a pasarlo por el cuerpo del castaño, sin apartar la mirada de sus ojos, sintiendo la tensión sexual entre ambos pero sin ir más allá aún.

Tal como Jimin esperaba, Jungkook no avanzó a más y terminó de lavar incluso su cabello, el castaño se arrodilló en la tina para alcanzar el jabón para lavar a Kook cuando sintió entonces una mano acariciar su trasero y luego dos dedos meterse a su entrada.

—Todavía me falta esta parte —murmuró Kook aprovechando la posición y llevando su otra mano al miembro para empezar a masturbarlo.

Sacando gemidos de Jimin que uso los hombros del pelinegro para sostenerse, guiando la boca de Kook a sus pezones en una orden no dicha pero entendida, ya que no tardó en darles atención mientras Jimin se embestía con los dedos.

Que dejaron de ser suficientes poco después y rápidamente reemplazados por el miembro del pelinegro, sin importar el ruido del agua, sus respiraciones y gemidos que sólo fueron callados al empezar a besarse de forma desordenada.

Cuando el espacio de la tina empezó a incomodar ambos se pusieron de pie y Jungkook acomodó al castaño contra la pared de la ducha antes de volver a embestir hasta hacer que ambos se corrieran.

—¿Cómo está tu mano? —preguntó al ver que la uso para detenerse sobre la pared.

—Está bien, son las piernas las que no siento —dijo sonrojado y Jungkook empezó a reír abrazándolo.

—Deja que me haga responsable —beso su hombro, y lo cargó  de regreso a la tina para terminar de limpiarlo, aprovechó para bañarse rápido y empezó a secarlos.

El corazón de Jimin empezó a sentirse cálido por las atenciones del pelinegro, no pudo evitar acercarse a él para juntar sus labios en un beso lento que trataba de transmitir su amor por su esposo, el cariño y deseo que sentía por él aunque en ese momento no tenía la intención de llegar a más.

Se separaron suavemente y se vieron a los ojos, el castaño se avergonzó pero no desvió la mirada, Jungkook acarició su mejilla, un gesto íntimo sin querer romper la burbuja en la que se encontraban.

Pero terminó explotando y regresandolos a la realidad cuando la puerta fue tocada.

—Jungkook, han venido a buscarte, parece que es Namjoon y dice que es urgente —habló Yoongi al otro lado.

—Enseguida voy —respondió empezando a separarse de Jimin, terminó de ayudarlo a secarse y vestirse; y beso su frente —ve a descansar, iré contigo en cuanto vea que pasa.

Se vistió rápido y salió, Jimin lo hizo después asomándose con un poco de curiosidad pero los hombres hablaban demasiado bajo como para que pudiera escuchar algo por lo que fue directo a su habitación.

Retomando su acomodó de ropa y separando la que tenía por lavar, encontró el frasco y lo observó por unos segundos antes de esconderlo en el cajón del buró, no estaba seguro de usarlo pero lo tendría guardado de todas formas.

Tomo el cepillo para peinar su cabello, hidrato su piel con crema y lavo sus dientes, estaba por acostarse imaginando que la conversión seguiría o simplemente el pelinegro había ido a dormir cuando la. puerta fue tocada antes de abrirse.

—Lamento la espera.

—¿Paso algo grave?

—Nada que no se pueda controlar, pero se necesita actuar rápido, parece que necesitaré que me acompañes.

—Esta bien, mañana a primera hora estaré listo.

—Muy bien, ahora descansa —se acercó para besar su mejilla y en cuanto se separó Jimin vio como Jin entraba a la que era la habitación de Jungkook con un frasco en la mano.

El masaje.

Ese maldito masaje que había olvidado por su momento en el baño y el que ahora tenían.

—Igual, se ve que tendrás una buena noche —soltó con rencor poniendo distancia y cerrando de golpe la puerta sin dejarlo decir nada.

Regreso a su cama con molestia y sintiendo su sangre arder de celos, tenía tantas ganas de golpear algo o…

Alguien…

Siendo más específicos, pero no podía hacerlo, no debía ni tenia derecho y eso lo frustraba más.

—Por favor Ishtar dame la paciencia para soportar esta situación en la que decidiste ponerme hasta… acostumbrarme, si es que logro hacerlo sin herir a alguien —murmuró a la luna que entraba por su ventana— no se que pensaste al poner al más terco e impulsivo de tus guerreros en esta situación.

Apago a luz y trato de mantener la mente en blanco para poder lograr conciliar el sueño, ignorando su corazón que dolía por la imagen de Jin y Jungkook juntos.

Más aún por la idea de que sólo sería el principio de los que tendría que vivir.

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—¿Ya vienes? —habló Jin tras de él y supuso que fue la presencia de este en su cuarto la molestia del castaño.

—Si —respondió y se dio la vuelta para entrar a su habitación, cerró y dejó al descubierto su espalda, se acostó y suspiró—¿qué te parece Jimin?

—Es muy atractivo pero tiene una mirada que da algo de miedo —se rió mientras untaba el aceite en sus manos y empezaba a esparcirlo en sus hombros para empezar a masajear.

—Lo sé… —sonrió— su mirada es realmente una puerta a su alma que dice todo sin tener que decir una palabra.

—¿Deberia preocuparme entonces? —bromeó por las miradas que había recibido cuando estaba cerca de Jungkook.

—No lo creo, es muy amable como para hacer daño pero tendremos que tenerle paciencia en lo que se acostumbra a esto, parece que el Clan Dal no comparte parejas.

—Bueno, eso tiene más sentido ahora, aunque no estoy seguro de que sus ideales cambien.

—No lo sabremos hasta intentarlo.

—¿Qué harás de no ser así?, ¿lo dejarás irse con otro hombre?

—No —se tenso de inmediato ante la idea y Jin dio un brinco del susto por el tono de voz.

—¿Y que otra opción tienes? —preguntó volviendo a mover sus manos.

—Pensaré en algo, si eso sucede.

“—Somos exclusivos Jungkook, esa sería la otra opción…”

Recordó las palabras del líder cuando tocaron el tema, no quería pensar mucho en eso, por lo que cambiaron de tema y hablo con Jin sobre lo que habían hecho en su ausencia y si necesitaba que le consiguiera algo hasta que terminó con el masaje.

—Gracias Jin.

—¿Haremos algo más que sólo relajar tus hombros? —preguntó guardando el frasco y limpiando sus manos.

—Dormir, puedes quedarte si quieres —mencionó cerrando sus ojos y acomodándose.

—Si solo es dormir prefiero hacerlo en mi habitación, buenas noches.

—Descansa —dijo sin verlo, hasta escuchar como su puerta era cerrada, no tardó en quedarse dormido.

Contrario a Jimin… que no pudo dormir bien, había sido despertado por unos golpes y el sonido de gemidos que lo hicieron sudar frío, sintiendo un dolor en su pecho y las lágrimas en sus ojos que limpió rápidamente, cerró el puño golpeando con su mano herida la pared, causándole más daño pero no le importaba, necesitaba distraer su mente del dolor emocional.

A la mañana siguiente se alistó antes de tiempo y empezó a limpiar su katana, se encontraba sentado en la entrada cuando Jin salió de su habitación y enseguida lo hizo Yoongi se la suya.

—¡Buenos días!, si que has madrugado —saludo Jin.

—¿Cómo sigue tu mano? —preguntó Yoongi.

—Mejor, gracias.

—¿Y como dormiste?, espero que hayas logrado descansar.

—Mal —se levantó y lo vio con la katana en la mano—eres muy ruidoso —dijo y la guardó.

Yoongi llevó una mano a su boca para contener la risa mientras que Jin estaba completamente rojo.

—L-lo siento… —murmuró. 

—Da igual, aunque más que tus gritos fueron en realidad los golpes lo que me despertaron.

—Buenos días, ¿cómo amanecieron? —saludo Kook, Jimin salió de la casa para ir por su caballo mientras los otros dos lo veían incómodo— ¿pasó algo?

—Jimin no pudo dormir bien —resumió Yoongi.

—¿Por qué? —preguntó confundido.

—¿Qué quieres desayunar? —cambio de tema Jin, Jungkook escuchó el trote de un caballo.

—Desayunen ustedes, nos vemos de rato.

—¿Saldrán?

—Si, Jimin me acompañará, adiós —dijo antes de salir por su caballo, notando al castaño esperarlo ya listo.

—¿A dónde iremos?

—A dónde te enfrentaste con ese grupo ayer, parece que hay otro que está causando problemas de una forma más seria, nos solicitaron ir entre varios espadachines para enfrentarlos.

—Entonces hay que darnos prisa —mencionó sin verlo, Jungkook lo notó pero decidió no decir nada al respecto, ya lo haría cuando terminaran con ese grupo.