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A la mañana siguiente continuaron su camino luego de cambiar su ropa y tomar un baño en un río que había cerca, pasaron a comer en uno de los restaurantes del pueblo y Jimin empezó a percibir miradas del resto de las personas.

Lo que hizo que se pusiera más alerta y tuviera su mano lista en su katana, Jungkook lo notó y no dudó en hacer lo mismo.

—Parece que no pasas desapercibido.

—Imposible que alguien del Clan Dal pueda hacerlo —mencionó y tuvo que recostar su espalda en el caballo para esquivar una fecha, sacó su espada y bajó del caballo.

—¡Jimin! —gritó Jungkook al notar al pequeño grupo que lo rodeo.

—No te metas —se limitó a decir.

—Eres una de esas bellezas del Clan Dal que podemos tener si te ganamos una batalla, ¿cierto? —preguntó uno de los hombres.

—Algo así.

—Veamos si son tan fuertes como dicen —mencionó otro y atacó con su espada.

Jungkook no pudo bajarse del caballo, en un parpadeo Jimin ya tenía a dos tirados en el suelo y el que estaba por quejarse fue el siguiente mientras que él último salía corriendo, el castaño le quitó un shuriken a uno de los cuerpos y la lanzó al que corrían, haciéndolo caer de golpe.

Guardó su katana de nuevo y subió a su caballo sin mucho esfuerzo.

—Vámonos —dijo avanzando.

—Eres demasiado rápido y se ve que no andas con rodeos.

—No me gusta perder el tiempo y era obvio que basuras como esas no son dignas de alguien del Clan Dal.

—Además, tu ya tienes esposo, otro combate de matrimonio no es válido, ¿verdad?

—No a menos de que te derrote el retador.

—¿Entonces todavía puede alguien más pedir tu mano?

—Si.

—Bueno, de todas formas no podrán vencerme —afirmó poco feliz con la idea de alguien más retandolo por la mano de su esposo.

—Y aunque lo hicieran es poco probable que otro tenga la misma suerte que tú de poder ganarme.

—Ya que eres mi esposo porque te gane… es lógico pensar que si me vence a mi es probable que también a ti, ¿no lo crees?

—No, porque me volveré más fuerte, lo suficiente para ganarte cuando volvamos a pelear.

—¿Eso es como una renovación de votos matrimoniales? —preguntó sonriendo por la idea.

—Algo así —murmuró sin revelar que también podría significar separarse.

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—¿De verdad hiciste este viaje tan largo para enfrentarte a mí? —preguntó luego de tantas horas de viaje y sin ver todavía el final o qué el pelinegro dijera que estaban cerca.

—Así es, no seas impaciente, para mañana deberíamos llegar.

—Debes tener mucho tiempo libre, no entiendo para que viajar tanto, sobre todo teniendo ya a dos más en casa —bufo resentido.

—Di lo que quieras, pero valió completamente la pena hacerlo —lo vio con cariño y Jimin se sonrojo, sintió su corazón acelerarse y apartó la mirada.

—¿Cómo aguantas?, empieza a dolerme el trasero por montar por tanto tiempo.

—¿Prefieres montar algo más?, podemos detenernos a descansar…

—Mejor continuemos, puedo resistir.

—No quisiera que tu lindo trasero se lastimara, mejor descansamos y te daré un masaje.

—¿En el trasero? —cuestionó incrédulo.

—Todo sea por tu comodidad —le guiño el ojo con una gran sonrisa.

—Esta vez, solo dormiremos —advirtió.

Pero era claro que no habían hecho solo eso considerando que Jimin era débil ante el toque de Jungkook, terminando por hacerlo dentro de una cueva en esta ocasión luego del masaje prometido.

Y tal como había dicho Jungkook, al día siguiente llegaron.

—Al fin llegamos, es aquella casa —señaló un camino de árboles que daba a una gran puerta de madera, Jimin no pudo responder por la incómoda sensación de su estómago.

Estaba por llegar a su nueva realidad y ya no podría evadir pensar en eso.

Jungkook se bajó del caballo para abrir en cuanto llegaron y le dio el pase para entrar primero, observó a su alrededor con curiosidad, un camino que guiaba a la casa rodeada de un enorme jardín, había ropa tendida de un lado y un pequeño establo al fondo donde imaginaba que estarían sus caballos, dos chicos salieron de la casa y lo vieron.

—Llegamos —avisó Kook y le dio la mano a Jimin para ayudarlo a bajar del caballo.

—¡Bienvenidos!, es bueno ver que llegaron bien, estábamos ansiosos por conocerte —habló Jin.

—Jungkook no dejaba de hablar de su enfrentamiento de matrimonio, no recuerdo haberlo visto tan emocionado por algo antes como por pelear contigo, parece que tanto entrenamiento sirvió de algo ya que estás aquí lo que quiere decir que pudo vencerte, ¿cierto? —preguntó Yoongi.

—Así es.

—No tienes que decirle todo eso, solo me pones en evidencia pero recuerdo que ya te había dicho que me emocionaba pelear contigo —le sonrió— ahora los presentare bien, el es Park Jimin del Clan Dal y ellos Kim Seok Jin y Min Yoongi, espero que puedan llevarse bien.

—Claro que sí —dijo feliz Jin— terminaré la comida, ¿por qué no van a descansar mientras?, fue un largo viaje y supongo que están cansados, Yoongi te mostrará tu habitación.

—Espero que te guste, realmente no sabía nada de ti así que lo decoré como creí que te agradaría pero podemos cambiar lo que quieras.

—Adelantense, yo dejaré a los caballos —mencionó tomando la correa de ambos, quería que Jimin conociera a Jin y Yoongi para darse cuenta de que eran muy amables y pudieran llevarse bien.

Pero el castaño seguía con la guardia alta e incómodo, siguió a Yoongi al interior de la casa, viendo a Jin en la cocina y cruzando hasta otro pasillo en el que habían cinco puertas.

—Es esta tu habitación —señaló la primera en la entrada del pasillo, abrió la puerta dejando ver el interior.

—Oh… —murmuró al ver la cama con sábanas lila, cortina del mismo tono con diseño de pequeñas florecitas, una cómoda y un buro con una lámpara.

—¿Qué te parece?

—Es linda, gracias.

—¿Te gusta el color?, podemos cambiarlo sino.

—Está bien, tienes buen gusto.

—Gracias, es un alivio escucharlo, estaba algo preocupado por eso.

—¿Todos tienen su propia habitación? —preguntó.

—Si, la mía es la que está a tu lado y la de Jin es la que está al fondo, enfrente se encuentra la de Jungkook y el baño.

—Pensé que dormían todos juntos.

—Ugh no, que incómodo, me agrada tener mi propio espacio y no quiero estar presente si pasa la noche contigo o con Jin.

El corazón de Jimin se detuvo al imaginar eso.

—Entonces… ¿se van rolando? —preguntó con el estómago revuelto pero necesitando esa respuesta.

—Podría decirse que si, acomódate en lo que ayudó a Jin a poner la mesa, bienvenido —dijo antes de salir y dejarlo sólo, suspiró con muchos sentimientos encontrados y poco agradables, se dio cuenta de que las maletas se quedaron en su caballo y estaba por salir cuando justo entró Kook con ellas en la mano.

—¿Te ha gustado la habitación?, Yonngi se esforzó por que te agradará.

—Si…

—Aquí están tus maletas, ¿necesitas ayuda para desempacar?

—No, puedo hacerlo yo, ve a descansar.

—Espero que puedas llevarte bien con Jin y Yoongi, te agradarán si les das la oportunidad de acercarse a ti.

—Supongo que tendré que intentarlo, ya estoy metido en esto —murmuró poco feliz.

—Hablando de meter, ¿todavía te duele tu trasero?

—¿Es lo único en lo que piensas? —le quitó las maletas, las puso sobre su cama y empezó a abrirlas.

—Cuando desperté estaba morada por la mordida, es normal preocuparme, te dije que no quería lastimarte.

—No vuelvas a morder entonces.

—No lo haré tan fuerte, porque se que te gustó —se puso tras de él para abrazarlo— te corriste enseguida, parece que a tu cuerpo le gusta que sea rudo —besó su cuello y olfateó el aroma de su piel— ¿pero qué es eso? —preguntó al ver una interesante prenda en la maleta que no tuvo oportunidad de verle puesta.

—No la había visto —la tomó avergonzado, eran tan solo un calzón con un poco de encaje y un hilo, un corpiño de la misma forma y unas medias.

—¿Otro regalo de bodas? —mencionó con emoción tomando el conjunto para verlo mejor.

—Eso creo…

—Quizá deberíamos-...

—¡La comida está lista! —gritó Jin.

—Deberíamos ir a comer —completo la frase quitándole el conjunto y volviendo a ponerlo en la maleta.

—Mi hambre ahora no es por comida, pero está bien —se apartó de Jimin y salió para ir a dejar su maleta.

Caminaron juntos hasta la mesa, sentándose frente a Jungkook, estaba por empezar a comer cuando la mano de Jin lo detuvo, notando que los demás veían al pelinegro y fue hasta que él probó bocado que ellos lo hicieron también y Jin quitó su mano.

Jimin entendió entonces que su actitud era servicial hasta en eso, lo que no era su caso ya que no se sentía inferior al pelinegro, ni que le debía algo por lo que estaba decidido a no volver a dejar que lo detuvieran.

—¿Cómo estuvieron las cosas por aquí en mi ausencia?

—Ningún problema, solo vinieron a buscarte para que te reportes con el congreso, creo que ya tienen misiones para ti.

—Me lo imaginaba —suspiró— Iré mañana.

—Es lo mejor, necesitas descansar después de un viaje tan largo —apoyó Yoongi.

—Puedo darte un masaje antes de que vayas a dormir, luces tenso de tus hombros —ofreció Jin y la mandíbula de Jimin se apretó.

—Eso sería maravilloso, tus manos son muy hábiles —vio como Jin acarició la mano de Jungkook y hasta ahí llegó su paciencia, rompiendo el vaso de cristal en su mano por la presión, asustando a todos— ¡Jimin!

—Se me rompió… —murmuró sin preocuparse por la sangre y el ardor, quería concentrarse en esa sensación y no en las ganas de golpear a Jin por tocar a su esposo porque lamentablemente lo compartía con él— Enseguida lo limpio.

—¡Estás sangrando!, olvida eso —tomó su mano herida, Jin empezó a recoger el vidrio y Yoongi corrió por el botiquín al baño— tenemos que sacar los vidrios que se encajaron.

—Yo lo hago —tomó con cuidado su mano Jin y los celos hicieron que la apartara de inmediato.

—No es nada, puedo hacerlo yo.

—No seas terco —regaño volviendo a tomar su mano, Yoongi le pasó unas pequeñas pinzas y empezó a sacarlos, siendo más doloroso de lo que pensó pero Kook lo abrazó en apoyó, acariciando su cabello.

Yoongi terminó de limpiar y recogió los platos de la mesa para lavarlos, poco después Jin terminó de sacar los vidrios, limpio las heridas y vendo su mano.

—Listo, debes tener más cuidado, ¿cómo fue que lo rompiste?

—Sólo lo apreté, creo que use más fuerza de la necesaria.

—¿Y de verdad te gano Jungkook?, él nunca ha roto un vaso —mencionó sorprendido Yoongi.

—No es porque sea débil, sólo se controlarla, Jimin aún es muy joven para hacerlo al parecer —se burló Kook.

Pero el castaño no podía decir que era romper el vaso o la mano de Jin por tocar lo que es suyo.

“No, no es tuyo, también es de ellos” recordó con pesar en su corazón.

No estaba seguro de poder soportarlo.


La frase que más me dolió escribir 🥲❤️‍🩹

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