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Cuando la noche empezó a hacer presencia la gente empezó a acercarse al templo ceremonial, que era iluminado por luces brillantes por fuera y dentro, la mano derecha del jefe fue por Jungkook para indicarle cuál sería su lugar, curiosamente fue sentado detrás de Jimin, que estaba en primera fila al ser amigo de la novia.
Cuando todo quedó en silencio el novio se acomodó junto al jefe de la aldea mientras veían hacia la puerta a la novia, que entró de la mano de su padre, con un sencillo pero bonito vestido blanco, Jungkook vio con sorpresa como los invitados que se encontraban en la orilla del pasillo levantaron sus espadas mientras ella pasaba, cuando fue entregada a su futuro esposo volvieron a guardar sus espadas y la ceremonia comenzó.
Con un sermón sobre lo que su unión significaba por parte del líder y pidiendo a Ishtar por su bendición en la pareja mientras les colocaban un lazo dorado que los rodeaba, después de que el jefe los declarara oficialmente esposos, la pareja tuvo que hacer un combate de nuevo, sólo demostrativo, no hubo un ganador.
Sólo felicidad, y coqueteo mientras se retaban finalizando con un beso, para esa hora la luna ya resplandecía sobre ellos, iluminando la estatua de la diosa que en sus manos tenía un corazón que comenzó a brillar, todos celebraron, pues para ellos eso simbolizaba que Ishtar los había bendecido y brindaron por ello.
En algún momento de la celebración Jimin desapareció y sólo fue capaz de notarlo Kook cuando regresó junto a más personas cargando unas canastas con pétalos.
—Su hanok está lista —avisó Jimin.
Hoseok soltó un momento la mano de su esposa y se acercó a sus suegros para hacer una reverencia.
—Cuidare con mi vida de su hija.
—Lo sé —mencionó con aprobación el padre.
—Hazla muy feliz por favor —pidió la madre.
—Se lo prometo —se levantó y antes de tomar de nuevo la mano de Ji-eun ella hizo lo mismo con los padres de Hoseok, después empezaron a alejarse con los pétalos cayendo sobre ellos.
—¿Qué te ha parecido? —preguntó el líder a Jungkook.
—Es todo tan… impresionante.
—Lo es, ¿cierto?, nosotros somos fieles a las conexiones del alma y nuestra diosa nunca se equivoca cuando de bendecir parejas se trata.
—Ahora veo porqué tantas personas sienten curiosidad por ustedes.
—Aunque la sientan, no cualquiera es digno de entrar y aunque a ti se te dio la oportunidad de formar parte de esto, todavía tienes que demostrar ser digno de Jimin.
—Estoy seguro de que podré hacerlo.
—Me agrada esa confianza, sólo procura que no se exceda, podría costarte la batalla.
—Lo tendré en cuenta.
—Tu habitación está lista por cierto, deberías descansar, imagino que te queda todavía un largo viaje.
—Gracias, todavía debo informar sobre lo sucedido al congreso.
Al día siguiente estaba listo para partir, era un viaje de dos días así que tenía que empezar a moverse, estuvo pensando en el castaño toda la mañana pero al no verlo se resignó a que tendría que esperar hasta el enfrentamiento.
Cuando, como si el destino le sonriera o la diosa de la que el clan tanto hablaba estuviera de su lado, lo vio caminar junto a la mano derecha del líder mientras conversaban y no dudo en acercarse llamando la atención de ambos.
—Buen día —saludo.
—Buen día Jeon, ¿estás por partir?
—Así es, aunque antes quería agradecer la ayuda y la curación de mis heridas.
—No fue nada, solo un pequeño pago por tu ayuda con los bandidos.
Su mirada se desvió a la de Jimin que se mantenía en silencio e inexpresivo mientras escuchaba.
—Debo admitir que el combate me tiene emocionado, presiento que será interesante.
—No hay duda de eso, Jimin está a poco de obtener su primera insignia por lo que estoy seguro de que será un digno rival.
—¿Insignia? —repitió— eso si que es sorprendente, no sólo eres hermoso, sino que muy fuerte.
La respuesta del castaño fue bufar por el halago.
—Es la combinación perfecta de su madre y mía —habló con orgullo el mayor y entonces un ligero sonrojo apareció en las mejillas del menor.
—Si tuviéramos un hijo nosotros estoy seguro de que saldría igual.
—Primero tienes que ganar —habló al fin— y desde ya te digo que tengo altas expectativas de tu desempeño, dado tu título espero no aburrirme porque al final resulte sólo palabrería tu aparente fuerza.
—Me encargaré de demostrarte que no son de adorno mis insignias, ni palabrería mi fuerza.
—Entonces te veré dentro de un mes y espero no me decepciones —mencionó antes de empezar a caminar alejándose.
—Parece que también está interesado en pelear contra ti, no es la primera propuesta que tiene pero es la primera vez que lo veo hablar con alguno de sus pretendientes.
—¿No habla con ellos?
—Dada su fuerza, para él son insignificantes, así que sólo los ignora.
—Así que soy digno de su atención.
—No eres cualquier espadachín después de todo.
—Representas un reto para Jimin y con el orgullo que tiene ese niño debe estar entusiasmado con su pelea de compromiso —habló una mujer a su lado— mucha suerte, me agrada el aura que emites, estoy segura de que serás un buen esposo para mi hijo —le sonrió.
—Gracias —dijo al verla, notando el parecido a Jimin.
—Buen viaje —terminó por decir el mayor y Kook se despidió para empezar su camino regreso a su hogar.
Del que estaba seguro, sería también de Jimin en un mes.
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—Buen trabajo Jeon, el Clan Dal mandó las pertenencias encontradas de nuestros espadachines, las insignias serán entregadas a las familias, donde pertenecen.
Luego de llenar unos formatos y ser revisado por un médico, pudo volver a su hogar con un cansado suspiró, veía lejano el regreso.
—¡Kook! — llamó aliviado Jin— que bueno que regresaste, estábamos preocupados.
—¿En serio?, prometí volver, ¿no es así?
—De todas formas, el lugar al que ibas era peligroso —apoyo Yoongi.
—Bueno, ya pueden estar tranquilos, no tendré más misiones por ahora.
—Quiere decir… ¿que estarás en casa con nosotros? —preguntó mientras tomaba la espada para ir a acomodarla sobre un mueble.
—¿Cuándo es tu próximo viaje?
—Dentro de un mes al Clan Dal.
—¿Clan Dal? —repitieron con sorpresa ambos.
—Con ese clan no se involucra nadie que aprecie su vida, ¿qué clase de misión tienes con ellos? —cuestionó Yoongi nada feliz con la noticia.
—Una boda.
—¡¿Boda?! —medio grito Jin.
—Así es, dentro de poco habrá alguien más con nosotros, así que tengo que entrenar y ustedes preparar la habitación de él.
—¿Por qué tendrías que entrenar?, dijiste que es una boda, no una pelea —preguntó confundido Jin.
—Para poderme casar con él, primero debo demostrarle que soy digno peleando, tendremos una batalla y si logro ganar, nos casaremos.
—¿Es débil ese chico?
—No, en realidad me salvo de los bandidos sin siquiera despeinarse, es… asombroso, tiene un dominio increíble de la espada y cuando la usa parece como si danzara con ella.
—¿Y ya quieres que preparemos su habitación?, todavía no es seguro que ganes y por como hablas de él se ve que no será nada sencillo obtener la victoria de esa batalla.
—La tendré, de eso no tengan duda.
—¿Cómo lo sabes?
—Cuando algo me interesa, jamas me rindo hasta conseguirlo —mencionó decidido.
Los chicos se observaron, sorprendidos por el entusiasmo que demostraba Kook, casi ansioso de que ya llegara la fecha establecida, pero estaban felices de verlo así.
—Tienes razón, no hay duda de que ganaras, tendré que preparar mucha comida para que tengas suficiente energía para entrenar —mencionó Jin.
—Conseguire nuevas frazadas para su habitación, espero que le guste el color lila —hablo Yoongi pensando en cómo acomodar la habitación.
Jungkook sonrió agradecido por el apoyo.
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—¡Jimin, la comida está lista! —gritó la mujer.
El castaño detuvo sus movimientos y guardó su espada, sabía que no hacerle caso a su madre le costaría muy caro, limpio el sudor con una toalla mientras caminaba de regreso a la casa.
—Parece que alguien está muy entusiasmado con el combate —habló su padre mientras terminaba de darle filo a su espada.
—Yo siempre entreno —se limitó a decir.
—Pero no con ese brillo en tus ojos, arden de emoción —aseguro la mayor.
—Estas exagerando, aunque claro que la idea de ganarle a un espadachín de rango alto y quitarle una de sus insignias podría emocionar a cualquiera.
—Si, claro, dejemos que te engañes con ese cuento —se burló su padre.
—Ishtar lo colocó en el camino por una razón, Jimin, tengo un buen presentimiento —habló feliz su madre.
—¿Es eso o es que también empezabas a creer en los rumores de que me quedaría solo toda la vida por ser demasiado fuerte? —cuestiono.
—Yo nunca creí esos rumores, pero sabía que ninguno del Clan era digno de ti.
—¿Y crees que ese espadachín puede ser digno?, lo encontré listo para morir.
—Recogimos los cuerpos Jimin, ya se había enfrentado a varios que logró matar y recuerda que ese grupo tenía la fama de ser injusto al pelear, no lo desmerites —defendió.
—Lo defiendes demasiado, ¿estás segura de que soy yo el que se casara con él o tú?
—¿Estás celoso? —pregunto divertida.
—¿Eso fue una confirmación a la boda? —preguntó en cambio su padre.
—¡Claro que no! —dijo avergonzado.
—De todas formas empezaré a preparar todo.
—Yo me encargo del hanok, tú de la ceremonia —apoyó su padre.
—¿Dudan de mi fuerza?, ¡soy capaz de ganarle!
—Cuando lo enfrentes, entenderás la razón, no te molestes cariño, mira, hice tu favorito.
La verdad era que a Jimin le costaba admitir que su corazón se aceleraba al pensar en el espadachin, al igual que no podía dejar de contar las horas para el enfrentamiento, estaba seguro de que podría utilizar toda su fuerza al fin y sentir la adrenalina de la que tanto hablaban.
Así como el lazo empezar a formarse.
Era un anhelo oculto que le avergonzaba decir, no quería dejarse llevar por el sentimentalismo, hasta comprobar que ese espadachin era digno.
Aunque en el fondo sentía que así sería…
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