
𝔐𝔦 𝔲𝔫𝔦𝔠𝔞 𝔰𝔞𝔩𝔦𝔡𝔞
ACLARACIÓN - esta historia no esta tan vinculada en el manga y/o anime
Narrador
Dazai se encontraba en la orilla del río, la brisa helada acariciando su piel mientras miraba las aguas oscuras y turbulentas. Había tomado una decisión: esta vez sería diferente. Con el rostro desprovisto de emociones, una sonrisa retorcida se dibujó en sus labios, como una burla a su propia existencia. Sin previo aviso, dio un salto al vacío, pero la realidad lo golpeó con más fuerza de la que esperaba. Una roca se interpuso en su camino, y su cuerpo quedó tendido, inconsciente, fluyendo con la corriente del río.
En su mente, la oscuridad se cernía sin tregua, pero en ese abismo de caos y dolor, una voz resonaba entre sus pensamientos: "He intentado tantas veces... tantas maneras de escapar." Recordó cada tentativa fallida, cada instante donde la vida lo había arrastrado de vuelta a la orilla, donde su lucha se sentía peor que la muerte misma.
En su mente, una película de intentos fallidos se repetía: cuchillos que no cortaban, cuerdas que se deslizaban, venenos que no cumplían su promesa. Se sentó en la penumbra de su conciencia, comenzando un discurso que solo él podía escuchar. Hablaba de la vida, de cómo cada paso lo había llevado a este momento.
"Siempre fui un marioneta, arrastrado por hilos invisibles. La vida me trató como un juego, un chiste cruel que no entendía. Cada fracaso, una lección que nunca pedí; cada sonrisa, una máscara que ocultaba el vacío. Me pregunté tantas veces si valía la pena seguir en este laberinto de desdicha, y la respuesta siempre era un eco de soledad."
Dazai se encontró en la oscuridad de su mente, un espacio donde las palabras y los pensamientos se entrelazaban en un torrente de emociones. Comenzó a hablar consigo mismo, como si intentara desahogar su dolor:
"¿Qué he hecho yo para merecer esta vida? Desde que tengo memoria, todo ha sido un constante vaivén de decepciones y soledad. La vida me ha tratado como si fuera un paria, un espectro que nadie ve. He buscado la felicidad en cada rincón, pero siempre parece esquiva, un sueño del que nunca puedo despertar.
Estoy cansado. Cansado de luchar contra este vacío que me consume, de intentar encajar en un mundo que no me quiere. Cada día es una repetición del anterior, una rutina de desilusión y resignación. Quiero gritar, pero las palabras se ahogan en mi garganta. Quiero que alguien me vea, que reconozca el dolor que llevo dentro.
Lo que más anhelo es sentirme amado. No solo querido, sino aceptado por quien realmente soy. Pero la soledad se aferra a mí como una sombra, recordándome que cada intento de conexión termina en fracaso. Es como si el amor fuera un espejismo, siempre al alcance, pero nunca tangible.
Cada vez que me acerco a alguien, siento ese frío rechazo, como si la vida me dijera que no estoy hecho para ser amado. ¿Por qué? ¿Por qué debo cargar con este peso? La tristeza se ha vuelto mi compañera constante, y aunque a veces deseo que todo termine, en el fondo solo quiero saber lo que es ser verdaderamente querido.
La soledad me abruma. Es un grillete que no puedo romper. Estoy cansado de ser invisible, de ser el que siempre está en las sombras. Solo quiero un rayo de luz, una mano que me alcance y me diga que no estoy solo. Pero aquí estoy, atrapado en este laberinto de desesperación, con la esperanza de que un día, alguien escuche mi grito silencioso.
Así que sigo, navegando por esta vida, en busca de un amor que parece inalcanzable, en un mundo que no me entiende. La soledad no me permite ser quien quiero ser, y ese es el verdadero dolor que llevo dentro".
Con esas palabras resonando en su mente, Dazai se sumió aún más en la oscuridad, mientras sus anhelos flotaban en el aire, esperando ser escuchados.
Las imágenes de su vida, de las sonrisas que nunca pertenecieron a su corazón y de los abrazos que siempre se sintieron vacíos, surcaban su mente. "Estoy cansado de todo", se decía, mientras su conciencia comenzaba a disolverse en la oscuridad más profunda. Oía el murmullo del río, ahora un eco lejano, una melodía que lo arrullaba hacia el olvido.
Y entonces, el negro se apoderó de su ser. En un instante, la batalla había terminado. Las reflexiones y el sufrimiento se desvanecieron, dejándolo en un estado de inconsciencia donde ya no existían recuerdos, ni expectativas, ni el peso asfixiante de la soledad. Solo había silencio, y en ese silencio, tal vez, una paz inesperada le ofrecía el descanso que había buscado toda su vida.
La mente de Dazai fue consumida por la oscuridad , mientras que su miserable vida termina.
Pero un ángel lo salva de la miseria
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