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Capítulo 50: Defendiendo al enemigo


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Capítulo 50: Defendiendo al enemigo

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9 de marzo del año 2018

Universidad para Idols de Seoul (UPIDS)

Ciudad de Seoul

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Yo estaba en la mesa del grupo tomándome unos tragos porque no tenía algo mejor que hacer y porque era una buena forma de evitar que Hyun Ah no me respirara en la nuca, Ya que ahí, en nuestro círculo exclusivo, no se atrevía a seguirme como lo ha estado haciendo toda la noche desde que me vio, aprovechando cada chance cuando quedaba solo para poner conversación o invitarme a bailar.

Hubo un momento en que yo me quedé observando a V-hyung, quien estaba muy entretenido bailando con mi hermanita gemela, mientras descuidaba a su acompañante.

—Ji Ra-Ssi ¿Me acompañas al baño? Ninguna de las chicas me quiere acompañar —pidió Tzu Yu lloriqueando cuando volvía de hablar con Ji Soo noona.

Kim Ji Ra se movió un poco hacia delante de su asiento para observar a la antes mencionada muy entretenida hablando y riendo con Seok Jin hyung y luego buscó con la mirada a Rosé noona quien ya se estaba alejando de la mesa del grupo acompañada por Nam Jun hyung, quien la sostenía de la mano y la guiaba hacia la pista de baile.

—Está bien, vamos —escuché responder a la protegida de V hyung después de echarme una breve mirada.

Seguramente supuso que yo tampoco era una alternativa para acompañar a Tzu Yu y solo quedábamos nosotros en la mesa. Ella se tambaleó un poco cuando intentó caminar. Se notaba a leguas que no acostumbraba a usar tacones y me hacía pensar que en cualquier momento podría caer o hacerse daño.

Después de unos segundos, muy disimuladamente me aventuré a seguirlas desde lejos. Había más de uno acechando a nuestra inocente princesa y no sabía qué tanta voluntad tendría esa muchacha de proteger a Tzu Yu.

Llegaron al área del baño que quedaba dentro del salón, pero se encontraron con tremenda fila de espera. Tzu Yu al parecer le pidió a Kim Ji Ra que la acompañara a otro baño.

Recorrieron varios pasillos, y llegaron al baño más cercano en el edificio A. Yo me mantuve siguiéndolas desde lejos. Cuando las chicas terminaron de hacer sus necesidades e iban de regreso al salón de festejos, se toparon con un grupo de chicos, que al parecer las estaban esperando.

Uno de ellos se alejaba del grupo, mientras los otros dos le gritaban que él se lo perdía y que era un idiota al igual que Jackson.

Yo me acerqué un poco más atravesando el área de jardín y escondiéndome allí para poder ver y escuchar con la mayor claridad posible. Aún tenía mis dudas con respecto a Kim Ji Ra y quería ver solo un poquito cómo manejaba la situación.

—Ustedes están de suerte hoy, chicas —dijo Leo con una sonrisa ladina y acercándose con confiada actitud.

—¿Qué quieres decir? ¿No seríamos nosotros los afortunados por encontrarnos con dos bellezas como éstas? —intervino Suho viéndose falsamente confundido. Que teatro tan ridículo el de esos dos.

—Yo quiero a la nueva. Dios ahora que te veo tan de cerca, me doy cuenta de que podría quedar ciego, eres preciosa, te voy a comer todita, porque estás como para comerte hasta los mocos muñeca.

El semblante de Tzu Yu era apacible, lucía de lo más normal, en cambio Kim Ji Ra tenía una expresión indescifrable.

—Yo también. ¿Podemos compartirla, ¿no?

—¡No! Ya lo hablamos, ella será solo mía. ¿Verdad preciosa?

—Está bien, yo ya llevaba mucho tiempo teniéndote ganas Tzu Yu —dijo Suho divertido, cambiando deliberadamente de objetivo.

—Pero... yo... no te tengo ganas a ti —respondió con timidez nuestra princesa.

Leo soltó una carcajada.

—Creo que acabas de ser rechazado —su voz se escuchaba distorsionada entre tantas risas y ese momento fue aprovechado por Tzu Yu para echar a correr.

«Así se hace».

—Me parece que solo la muñequita nueva se apunta para echar unos polvos, y ya no te queda más remedio que compartirla conmigo, Leo —Suho fingía estar muy dolido, mientras Kim Ji Ra se agachaba en el suelo y se colocaba en posición fetal abrazando sus piernas dobladas y recostando su frente sobre sus rodillas a través de las telas de su vestido.

¿Qué está haciendo?

Hubo un momento de silencio.

—¿Qué dices muñeca, quieres chupármela solo a mí o quieres chupársela a él mientras yo te doy por atrás?

De repente venía alguien corriendo. Los chicos se fastidiaron por que vieron que se trataba de Eun Woo. Los dos chicos se miraron entre sí.

—¿Ahora vamos a tener que compartirla los tres? —se quejaba Suho.

Leo se interpuso entre Kim Ji Ra y los otros dos.

—No, ustedes búsquense a su propia perra. Porque esta solo quiere conmigo. Mírala, Suho, es obvio que tampoco le gustas a ella —declaró el rubio burlándose de su compañero.

Eun Woo, se desvió un poco para poder observar a la chica acuclillada en el piso.

—Ya veo que Sehun tenía razón. Señorita, venga, vamos, la llevaré con sus amigos —escuché decir al recién llegado en voz alta mientras rodeaba a Leo y le ofrecía su mano a Kim Ji Ra.

—¡¿QUE CREES QUE HACES?! —Bramó el rubio confundido y furioso.

—Me la llevo... devuelta al salón de festejos.

—¡TU NO VAS A NINGUNA PARTE CON ELLA, ELLA SE QUEDA CONMIGO! —la voz de Leo era estruendosa, como su enojo.

—Eun Woo, amigo, no te metas en esto —aconsejaba Suho.

Kim Ji Ra cambió dejó de abrazar sus rodillas para posicionar sus manos a cada lado tapando sus oídos.

Eun Woo, no prestaba atención a ninguno de los dos. Y empezó a hablar con Ji Ra-ssi.

—No sé cómo te llamas, pero eres un imán para los problemas. Ya van dos veces en la misma semana —decía el moreno luego de haberse agachado para estar más o menos a su altura. Hablaba en voz alta para que su voz pudiera ser escuchada por la chica que insistía en tapar sus oídos con ahíco.

—¿Qué? ¿Ya te la gozaste? —preguntó Suho aún más confundido que Leo.

—Qué importa, ahora es mi turno. fuera de mi camino —volvió a Gritar Leo, empujando y moviéndose hacia la chica.

—No. Tu no entiendes. Si le haces algo, te convertirás en un maldito violador —explicaba Eun Woo mientras se volvía a poner de pie.

Leo dejó salir una risa estridente.

—Yo nunca he violado a nadie, todas con las que lo he hecho aun quieren conmigo y esta perra me ha dejado claro que también quiere. A ella ya le dije algunas de las cositas ricas que le voy a hacer. Si no quisiera conmigo, me hubiera rechazado y se hubiera marchado, pero no, se ha quedado con nosotros sin ser forzada y no ha dicho ni una palabra, es un ofrecimiento —explicó Leo, burlándose de Eun Woo.

—El que calla otorga hermano, así que fuera del camino —Suho empujó por el pecho al moreno. Pero Eun Woo no se movía de su lugar.

Leo parecía perder la paciencia. Resopló con fuerza mientras se echaba el cabello hacia atrás.

—Eun Woo, si no te mueves ahora, voy a patearte ese maldito culo bien formado que tienes. Ya no aguanto el dolor en mi polla —advirtió Leo.

Eun Woo se inclinó y tomó la muñeca de Kim Ji Ra.

—Ella se va conmigo, la llevaré devuel...

Kim Ji Ra se había zafado de su agarre y luego quedado en la misma posición.

Leo soltó otra de sus risas locas y estridentes.

—¿Ves? Entiende Eun Woo-yah, esta mamacita rica quiere pasarla bien con nosotros. Hazte a un lado y no nos hagas perder más el tiempo —acotó Suho con burla.

—No, no lo haré, ustedes no entienden que ella... ¡Aaarg!

Eun Woo calló de rodillas al piso, agarrando su estómago, en donde él había recibido un puñetazo de parte de Leo.

—Ven muñequita —Suho llamaba, tomando su mano y tratando de hacer que Kim Ji Ra se pusiera de pie, pero ella también se zafó de su agarre.

—Déjala, ella solo me quiere a mí —exigió Leo mientras estiraba su mano derecha para crear contacto con Kim Ji Ra—. Ven conmigo preciosa ¡Aaarg! ¡Maldita perra!, ¡Me mordiste! —Gritó Leo con dolor antes de que abofeteara a Kim Ji Ra con la mano izquierda.

—¡Pero qué rayos! —solté bajito mientras me encontraba saliendo de mi escondite sin haberlo pensado.

—¿Por qué tienes que pegarle? ¡Maldito cobarde, es una chica! —Grité antes de darme cuenta de que yo había llegado justo delante de Leo.

El rubio me agarró de forma agresiva por la chaqueta y, antes de que me respondiera, V-ssi llegó a la escena corriendo, seguido por un grupito de personas de las cuales no me fijé porque me ocupé primero de soltarme del agarre que Leo tenía sobre mí en ese momento.

Tae Hyung-hyung seguía corriendo directo hacia Kim Ji Ra hasta quedar agachado frente a ella.

—Noona ¿Estás bien? Por favor asiente —Ella asintió con la cabeza una vez. V-hyung sujetaba su rostro y obvio que debió haber notado que una de sus mejillas estaba más roja que la otra y qué decir del corto hilo de sangre que le salía por la comisura de sus labios —¡¿Quién te hizo eso?!

—Aaaah, esto ya es aburrido, no hay diversión si no va a haber sexo, ya somos demasiados. Esto está arruinado, Suho, vámonos de aquí —decía Leo con desgano mientras empezaba a caminar.

—Si, ya hasta se me está bajando la erección. Te sigo viejo —respondió Suho con el mismo desánimo que el otro.

De repente, Tae me estaba agarrando por la chaqueta, justo igual cómo lo había hecho Leo hace unos instantes.

—¿Así es como me ibas a demostrar que yo soy el que está equivocado?

«¿Qué, pero de qué habla?

—Pero...

—¿Es que acaso te estás volviendo loco, Jeon? ¿tú la golpeaste?

¿Me llamó Jeon luego de sacar tales pendejadas de su boca? Sí, lo hizo, y nunca en mi vida me habían herido con palabras, no de esa forma tan injusta. ¿Cómo es posible que mi hyung piense que yo sería capaz de algo así?

—¿Pero, qué...? ¡No, yo no haría algo así!

—¿Entonces, solo permitiste que la golpearan, maldito imbécil?

En ese momento, no sabía qué me lastimaba más, si la culpa o que mi hyung me creyera un imbécil. Escuchar esas palabras de la boca de hyung, su enojo, su furia, saber que estaban dirigidos hacia mí, me hacía sentir pequeño, impotente, no tenía ni idea de cuanto me hería su actitud.

—¿Te pusiste de acuerdo con estos dos ahora para cabrearme? ¿Acaso eres mi enemigo? —sus ojos destellaban fuego mientras me soltaba y luego miró hacia la esquina del pasillo por donde habían doblado Leo y Suho.

—Ji Ra noona, espera aquí hasta que yo regrese —dio esa orden a Kim Ji Ra sin separar su vista de aquella esquina, luego sus orbes enfurecidos se volvieron a posar sobre mí, sus ojos almendrados, entrecerrados, clavados en los míos, mirándome con cierto aire superior y un dejo de advertencia—. Y tú, hablaremos luego, no te atrevas a tocarla —me señaló con el dedo índice para dejar en claro lo que anticipé en su mirada.

Empezó a caminar hacia donde Leo y Suho habían pasado, redoblando el paso, casi corriendo. Yo me le quedé mirando hasta que vi su espalda desaparecer al doblar la esquina.

Llevé una de mis manos hacia mi pecho, un remolino de sentimientos había encontrado la forma de armonizar devastadoramente justo ahí, sí, dolía, dolía tanto que tenía inmensas ganas de llorar. ¿Cómo podía hyung escupir esas palabras sobre mí, en mi cara? ¿Cómo podía pensar eso de mí? ¿Cómo es que después de tantos años hoy actúa como si no me conociera?

La voz de Eun woo me sacó del espacio en el que me había sumergido.

—¿Dejarás que vaya solo? Leo lo destrozará. A él no le importa de quien se trate, no le tendrá piedad, aunque se trate de un Bang Tan.

Yo aún no terminaba de salir de mi estado, mis pies aún estaban pegados al piso como si su dueño fuera un simple objeto inamovible. Me sentí más aterrizado cuando Eun Woo se colocó frente a mí.

—Bueno, si no vas tú, yo si voy a ayudarlo.

—¡No! Aguarda —le miré y luego miré hacia Kim Ji Ra que aún continuaba en la misma posición—, iré yo, tú quédate con ella.

Cuando empecé a correr escuché a Eun Woo pedirle a alguien más que se quedara con la protegida de hyung y luego de eso lo escuché seguirme mientras yo sacaba mi móvil del bolsillo.

Sí, Eun Woo tenía razón, V-ssi no estaba razonando y como no sabe pelear llevará todas las de perder. Me dispuse a llamar a Nam Jun hyung mientras iba de camino para ayudar Tae. No tuve tiempo de explicarme bien con hyung porque cuando vi desde lejos que Suho tenía a V-ssi con los brazos inmovilizados agarrándolo desde atrás mientras que Leo le estaba pegando puñetazos muy fuertes en su estómago, inmediatamente perdí la noción de toda lógica. Aceleré el paso y en un segundo ya me encontraba encima de Leo pegándole y descargando toda mi frustración y rabia en su cara.

Por otro lado, Eun Woo llegó después de mí y se enfrentaba a Suho.

Solté a Leo para luego ver como estaba Tae, que yacía tirado boca abajo en el piso del pasillo. Cuando me arrodillé a su lado para voltear su cuerpo y verificar si estaba consciente, recibí una fuertísima patada en mi costado izquierdo. Sentí tanto dolor como si se hubiesen quebrado al menos dos costillas y mis pulmones se hubieran quedado completamente sin aire.

Eun Woo había dominado a Suho y cuando me vio en el suelo retorciéndome, tuvo la intención de ir por Leo, pero este lo recibió con una patada alta. Por la brutalidad del golpe recibido, Eun Woo literalmente se separó del suelo y luego cayó en muy mala posición impactando con el borde de una de las jardineras del pasillo e inmediatamente me sentí aterrado cuando vi que no se movía más. A los pocos segundos empezó a sangrar por la parte posterior de su cabeza, un pequeño pozo carmesí se formaba en el piso y mi corazón me zumbaba en los oídos de forma grenética.

En ese momento V-ssi estaba recuperando la consciencia al mismo tiempo que un grupo llegaba corriendo.

—¿Estás bien? Le grité a Tae Hyung-hyung mirándole a los ojos mientras hacía el esfuerzo de ponerme de pie para ir directo hacia Eun Woo sin esperar una respuesta. Sabía que V-ssi estaba en mejores condiciones que el otro.

Me acuclillé junto al cuerpo inmóvil e inconsciente de Eun Woo aun sintiendo el con fuerza el dolor en mi costado, pues ese era mi menor problema es ese instante. Ver su rostro inerte, sus labios perdiendo el color y su sangre brotando hasta hacer aumentar de dimensión aquel charco escarlata.

—Dios mío, Leo ¿Y si está muerto? —mi corazón bombeaba con más fuerza, mi mente se negaba a aceptar que esto en verdad estaba pasando.

—¿Qué hiciste con estos malditos? ¿Jeon, no puedo creer que tú...

Levanté la mano en señal de que hyung parara con sus malditos prejuicios.

—No es momento para esta discusión, hyung —le reté mientras revisaba si Eun Woo respiraba aún y lo hacía, pero muy débilmente.

—Llamen a una ambulancia —grité con todo lo que quedaba de mis pulmones.

Inmediatamente Nam Jun hyung se posicionó a mi lado para cerciorarse igualmente de que Eun Woo respiraba.

—Ya llamé mientras venía de camino. ¡Dios mío, está sangrando demasiado! —Él se quitó la chaqueta y me pidió que elevara la cabeza de Eun Woo con cuidado para colocar la preda debajo de la misma e intentar detener un poco el sangrado.

La ambulancia llegó en silencio. Nam Jun me explicó que había pedido que entraran al campus en modo discreto por que no estaba seguros de si había pasado algo realmente. Así que dejó a Suga hyung a cargo de esperar y traer la ambulancia hasta el edificio A, mientras la fiesta continuaba.

Decidieron dejar a un solo paramédico atendiendo las heridas del rostro de Leo, y que los demás se llevaran de inmediato a Eun Woo porque era un caso de gravedad. Yo le estaba pidiendo al paramédico que estaba atendiendo a Leo que por favor revisara a V-ssi, pero mi amigo se comportó de manera hostil conmigo, después de escupirme la cara, me dijo que no quería saber de mí, porque soy una maldita basura y un maldito hipócrita, y que no pensaba hablarme en lo que le resta de vida. No me permitió explicarme y si lo hacía no sabía realmente qué decirle, estaba tan lleno de culpa que lo único que hice fue agachar la cabeza y recibir todo lo que él quiso echarme en cara, aunque no fuera ciento por cierto cierto.

Después de eso, Nam Jun huyng quería hablar conmigo, pero yo me sentía tan mal que rechacé a hyung y le dije que necesitaba estar solo mientras me alejaba de la escena, tenía tantas ganas de llorar, lejos de todos, sacar todas las espinas que me estaban lastimando hasta que no quedara nada.  



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Lamento la tardanza para actualizar. 

Lo que sucedes es que carezco de tiempo para escribir y para poder hacerlo, hice un hábito de desvelarme la mitad de la noche. Las pocas horas de sueño han estado pasando factura a mi salud. Y así es como ha disminuido mi tiempo para escribir.

Repito, lamento mucho la tardanza y decirles que ya no actualizaré con mucha frecuencia.

Espero que ustedes no se descuiden de su salud, como yo.

Duerman al menos 6 horas seguidas, coman bien y tomen agüita.

Les quiero...

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