Capítulo 46: Traviesos
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Capítulo 46: Traviesos
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9 de marzo del año 2018
Residencia de la familia Kim
Ciudad de Seoul
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—¿Estás segura de que te sientes mejor?
El castaño ladeó la cabeza mirando el rostro de la mayor con escrutinio, pero ya sus cejas no se juntaban exagerando la preocupación.
—Estoy bien tae. Solo me perdí en la casa, no es para tanto, nadie me molestó.
Los ojos entrecerrados del castaño delataban su incredulidad. Algo en la excusa de la mayor no le terminaba de convencer.
—¿Seguro que no viste a nadie?, ¿ninguno de los...
—Tae, te dije que estoy bien, solo me asusté un poco porque anduve por ahí y me sentí perdida en la casa, pero ya estoy bien, tae.
—Es que pensé que...
El castaño hizo silencio ante la mirada retadora de la morena. Era obvio que ya se sentía mejor si hasta estaba mostrando que le perdía la paciencia. Suspiró más tranquilo y sonrió sin mostrar su dentadura para reconfortar a su amiga.
Acercó su mano hacia el rostro ahora apacible de la chica que le devolvía la sonrisa para tocar su mejilla.
—Está bien, ¿entonces ya podemos salir del auto?, eomma nos está esperando en su habitación, le había dicho que bajaría por ti para presentarlas, ¿podemos?
La morena respondió con un asentimiento de cabeza muy enérgico, lo cual le sacó una amplia sonrisa al más joven.
—También voy a presentarte a Yeontan —mencionó el joven Kim una vez fuera del auto por vez que cerraba la puerta.
Kim Ji Ra imitó el movimiento de su amigo y su expresión cambió radicalmente al escuchar aquel anuncio.
—¡Aaaaaah! ¡por fin voy a conocer a esa coshita peshosha!
Y como cada reacción de la mayor, esta vez no fue distinta al sacar una hilera de carcajadas de la garganta del castaño.
—¡Si, vamos! —invitó entre risas. Mostrando su brazo con su codo doblado hacia afuera para que la morena se colgara del mismo.
Luego de conocer a la señora Kim, Tae y Ji Ra jugaron el resto de la mañana con el adorable pomeranian que resultó ser aún más hiperactivo que su dueño. El chico lo hizo a propósito para darle tiempo a la mayor de que en realidad se sintiera mejor antes de reunirse con los chicos que, en su mayoría, ya debían haber llegado a la casa.
Ya era medio día y decidieron dejar al cachorro de abundante pelo negro y marrón en su habitación para ir por algo de comer. Cerraron la puerta después de salir, sin embargo, tae no se dio cuenta de que la puerta no se cerró correctamente.
Mientras iban bajando las escaleras, llegaron las chicas con tremendo alboroto, primero entró Rosé, luego Lisa, a ésta le siguió Jennie y por último Ji Soo seguida por Tzu Yu. Todas desfilaban por el centro de la sala de estar cargadas con bolsas de compras.
—¿Es que se pasaron la mañana entera de compras? –– Preguntó Tae Hyung con falso asombro, para luego guiñarle un ojo a Lisa, actos que no pasaron desapercibidos por Kim Ji Ra.
Jennie se adelantó dando varios pasos al frente.
—¿Y ella que hace aquí? —exigió saber la pelinegra mirando a Kim Ji Ra de arriba hasta abajo con cara de asco, haciendo que la mayor se encogiera en su sitio.
—¡Hello, my friend! —gritó moderadamente Rosé muy entusiasmada al mismo tiempo que tiraba sus bolsas en el suelo y se dirigía hacia Ji Ra con los brazos abiertos para darle un abrazo.
—Ho-ola —Saludó tímidamente Ji Ra con una reverencia hacia las chicas, luego de recibir y responder el abrazo de Rosé.
—Me alegra que hayas venido Ji Ra-ssi —respondió Lisa con su hermosa sonrisa.
—¿Ji Ra?, ¿es que acaso todas la conocen? —inquirió nueva vez Jennie frunciendo en entrecejo, mostrándose un poco como si estuviera siendo invadida, cruzándose de brazos luego de dejar las bolsas en el suelo al igual que las demás chicas.
—Waaaa. ¡Cuántas cosas han traído! —Tae Hyung ignoró el berrinche de Jennie y caminó hacia las chicas continuando con su acto de falsa sorpresa por vez que se acercaba a la menor de los Jeon— ¿Lisa-ssi, trajiste lo que te pedí? —inquirió susurrando al oído cuando estuvo lo suficientemente cerca de la rubia.
—¡Ahora noooo, V-ssi!, ¿me guardaste algo para comer? —respondió la menor con su gran sonrisa estampada en el rostro.
—¡Claro que no!, no sabía a qué hora llegarían.
—Por eso no se preocupen, le dije a Jin que esto podía pasar, ya conocemos a la Sra. Kim, Jin se encargará del almuerzo —anunció Ji Soo dirigiéndose principalmente a Tae Hyung—. Y, por cierto, soy Min Ji Soo, mucho gusto de conocerte al fin, Kim Ji Ra —agregó dirigiéndose a Ji Ra esta vez.
La aludida abrió los ojos con asombro.
—¡Omo!, usted es, ¡oh my God! ¿Usted es la novia de Seok Jin sumbae-nim? —exclamó con energía y luego hizo una reverencia—. También es un gusto conocerla, Jin sumbae-nim me ha hablado mucho de usted, de verdad es tan bonita como él la describe —agregó antes de repetir su acto de reverencia.
Rosé estalló en risas logrando contagiar casi a todas los demás.
—Ya hasta se le ha pegado el "oh my god" que Tae Hyung suele decir —la chica de pelo anaranjado no paraba de reír a causa de las expresiones tan inocentes de la mayor—, es tan tierna.
—Si, lo es —corroboró Lisa, mientras también sonreía enternecida.
La pelimorado se acercó hasta la mayor —eres tal como Jin te describe, sí que eres muy tierna, por favor, llámame Ji Soo.
—Yo también la conozco —intervino Tzu Yu, levantando un brazo prácticamente pidiendo permiso para continuar hablando, tal como si se encontraran en medio de una clase.
—Oh, claro que sí, Ji Ra-unnie, ella es Tzu Yu, nuestra pequeña princesa —dijo Lisa posando sus manos sobre ambos hombros de Tzu Yu y guiñándole un ojo a Ji Ra—, ya veo que conoces a Rosé, y ya acabas de conocer a Ji Soo —Lisa señala apuntando con el dedo a Jennie que aún se encuentra de brazos cruzados con una expresión de incredulidad tallada en el rostro —entonces, ella es Jennie, la hermana mayor de Rosé.
—Espero que podamos ser amigas, si son amigas de Tae, entonces es posible que puedan ser mis amigas.
—¡Oooh!, ¡qué tierna! —exclamó Rosé.
—¿Está saliendo con V-ssi?, ¿así es cómo consiguió el trabajo de fotógrafa? —interrogó Jennie a Lisa hablando para que solo ella la escuchara mientras miraba hacia Ji Ra achicando los ojos con recelo.
En ese momento llegó Ji Min, quien traía varias bolsas de comida del restaurante de Seok Jin en sus manos, luego le siguió el mencionado y a éste, Ho Seok, quienes también traían cajas llenas de comida. Ji Soo corrió al encuentro de su novio y le plantó un beso en la boca que se hizo un poco más extenso de lo debido.
—Pueden buscar una habitación, ¿saben? —sugirió Tae Hyung haciendo una mueca extraña con sus labios y provocando que todos rieran.
—¡Ni que fuera para tanto! —objetó Jin para luego sacarle la lengua a su hermano menor—. Ya quiero verte cuando tengas novia.
En medio de la escena de los novios, Ji Min se había fijado en Ji Ra y de inmediato fue a saludarla —Hola, Ji Ra-Ssi, me alegra que estés aquí, ¿cómo has estado?
La mayor respondió el saludo encantada y dio las gracias por preguntar cómo había estado.
—¡Aigo! —Ho Seok abrió sus brazos y se estaba aproximando a Ji Ra con intenciones de darle un abrazo, pero fue detenido por Tae Hyung cuando casi lo lograba.
—¿Qué crees que haces? —preguntó con el ceño fruncido hacia su mayor, acto que provocó la risa de casi todos.
—¡Mi querida Ji Ra-yah!, ¡qué bueno que estás aquí! —exclamó Jin en un tono de voz muy alto—, ¡cielos!, no sabes la falta que me has hecho estos días —agregó mientras le daba un abrazo.
—¿Por qué Jin hyung puede y yo no? —se quejaba Ho Seok cruzándose de brazos y reprimiendo la risa, que dañaba su intención de fingir enojo.
Jennie miraba toda la escena con la furia tatuada en su rostro —¿y es que ya todos los chicos también la conocen? —una expresión de disgusto, elevando una de sus cejas, eso forma de mirar a la morena, era evidente que le estaba siendo imposible disimular que no le caía bien.
—Sí, yo también la conozco —anunció con entusiasmo nueva vez Tzu Yu, tratando de incluirse en el tema de conversación del momento.
—Ajá, primero no te cansas de hablarme de ella y ahora... ¿me dejas plantada por ella también? —se quejó Ji Soo haciendo falsos pucheritos hacia Jin para luego soltar varias carcajadas, provocando que todos, excepto Jennie, rieran junto a ella.
—Hola a todos y... ¿Cuál es el chiste? —irrumpió Shin Hye atravesando la entrada —parece que se la están pasando bien, ¿dónde pongo esto?
—Aquí, unnie —respondió Jennie rápidamente, pero no tan rápido como corrió Tae Hyung en su ayuda. Él le quitó todas las bolsas a la morena para encargarse por ella.
—Oh, gracias Tae... ¿y bien? —habló alto la recién llegada frotándose las manos—, ¿ya planearon como van a convencer a Suga para que pise la universidad a las nueve de la noche?
—Aún no —respondieron todos.
—Entonces... ¿Qué esperamos para aportar nuestras ideas?
Todos empezaron a buscar un lugar para sentarse.
—Tenía que llegar la mandona —murmuró Rosé, entre divertida y molesta.
—De verdad que no entiendo su sentido de la diversión —agregó Ho Seok, en el mismo tono que la chica de cabello anaranjado.
—Cállate, hyung —ordenó V, que miraba con el entrecejo fruncido a Ho Seok, lo cual Shin Hye observó con aprobación mientras los otros chicos reían.
En ese momento la señora Kim bajaba las escaleras —Kim Tae Hyung, esa no es la forma correcta de hablarle a tu hyung, debes mostrar respeto a tu primo, ya que es mayor que tú—. Ho seok le sacaba la lengua al menor cuando la señora Kim seguía su camino hacia la cocina y de repente paró y se dio la vuelta —¿todo va bien chicos?
—¡No, claro que no! —todos miraron hacia Lisa, quien, a diferencia de los demás chicos, yacía de pie y de brazos cruzados cerca de la entrada principal, no se había movido del mismo sitio.
Cuando la rubia se percató de que había llamado no solo la atención de su tía Kim, sino la de todos, soltó una risilla traviesa y se agarró la pancita plana —es que yo muero de hambre, mi pancita está rugiendo ¿no la escuchan?
Todos explotaron en carcajadas, incluyendo a la señora Kim.
—Veo que Jin trajo comida ¿Por qué no pasan al comedor entonces? —invitó la adulta antes de volver a iniciar su camino hacia la cocina.
—¡Siiiiii, comidaaaaaa! —gritaba Ho Seok por vez que se ponía de pie. Todas reían de su reacción mientras lo imitaban y le seguían el paso.
—Suegra —llamaba Ji Soo haciendo que la más adulta detuviera sus pasos.
—¿Sí? —Ji Soo se levantó de su asiento para acercarse a la señora Kim—... Oh, sí, ella está dormida en la habitación de Jin —informó la cincuentona haciendo señas a Ji Soo para que siguiera a los chicos al área del comedor.
La joven respiró más tranquila después de escuchar la afirmación de la madre de su novio.
—Gracias, suegra.
La señora Kim se llevó las dos manos al pecho con mucho dramatismo.
—Sabes que para mí es un placer cuidarla.
De pronto Tae Hyung se salió del grupo y cayó de un salto al lado de su madre.
—¿Está aquí? —preguntó el castaño con más entusiasmo de lo normal. Se quedó esperando la respuesta de su madre entregándole una mirada exigente.
Al parecer Jin anticipó las intenciones de Tae Hyung de subir a ver a la hermanita de Ji Soo porque lo haló por un brazo y le dijo que se quedara quieto y que esperara a que la pequeña Min Ki Soo despertara. Tae Hyung obedeció haciendo una mueca exagerada de tristeza y le reprochó a su madre porque no le dijo que la niña estaba en la casa. Su madre se excusó respondiéndole que por la misma razón que en ese momento Jin no le permitía subir a verla. El chico no paraba de hacer lindos pucheros a su madre dejando a más de una de las chicas enternecidas con su show de niño dolido.
La señora Kim acarició suavemente el cabello de su hijo menor, también se derretía cuando él actuaba como un niño pequeño.
—Te conozco Tae, con lo mucho que te emociona verla, serías capaz de despertarla. No hagas esa carita bebé, ella despertará en cualquier momento porque quedó dormida justo unos minutos antes de que llegaras a la casa esta mañana.
—Entonces vamos a guardar la comida de Ki Soo-yah para cuando despierte, tía Kim, venga a sentarse a comer con nosotros, ¿sí? —invitó Shin Hye.
—¡Aigo! siempre he dicho que eres la más madura y la más atenta de todos —a Shin Hye le encantaban los elogios, pero su corazón se dispara cuando venían de aquella mujer.
—Ya empezó eomma con su favoritismo —refunfuñó Jin rodando los ojos—. ¡Yo fui quien preparó la comida y a mí no me dice que soy atento!
Ji Soo haló una de las orejas de su novio en reproche por sus quejas sin lugar, provocando los quejidos del mayor y la risa de todos.
—Hyung, ¡sabes que lo que eomma dice es cierto! Todos lo sabemos, ¿no? Así que deja tus celos sin fundamento —Tae Hyung no resistió quedarse sin dar su opinión.
—Y aquí entró tu defensor personal —murmuró Lisa codeando a Shin Hye, mirándola de manera sugestiva y un poco de burla, mientras la señora Kim se sentaba en un lugar de la mesa para acompañar a los chicos en el almuerzo.
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Todos disfrutaban de un momento armónicamente desastroso mientras comían el delicioso manjar preparado por Jin cuando de forma repentina y estruendosa se abrió la puerta de la salida al patio que lleva al área de la piscina y por ella entró Jung Kook con Ki Soo acunada en sus brazos yaciendo tan empapada como él mismo.
Todos se sorprendieron, algunos se pararon de su asiento de inmediato, Tae Hyung fue el primero en llegar hasta Jung Kook para quitarle a la niña. Ambos frente a frente se miraron por unos segundos, Tae Hyung con ceño fruncido elevó sus brazos e hizo un leve cabeceo para que el menor entendiera su intención, Jung Kook bufó, pero no dijo nada, le entregó la niña con cuidada prisa a su mayor y regresó corriendo por donde había entrado. Todos fueron a rodear a Tae Hyung para saber cómo estaba la pequeña Min.
—Ji Soo unnie, no llores, estoy bien —pedía la niña que tiritaba de frío—. Jung Kook-oppa me sacó inmediatamente del agua y me cuidó, él me salvó de no ahogarme. Yo solo quería atrapar a Yeontan, el muy travieso perseguía un sapito y se cayó a la piscina.
Ji Soo se abrazó a Tae Hyung para que el abrazo le pudiera llegar a su hermanita. Mientras Tae Hyung se quedó congelado.
—YeonTan —repitió el castaño un poco ido, casi sin voz.
En ese momento nueva vez entró Jung Kook pidiéndole a Jin que le consiguiera toallas para Yeontan con una sonrisa en sus labios, los cuales temblaban por el frío, y con el pomerania también empapado cargado en brazos.
—Jung Kook-ah, cuando Ji Min y yo nos fuimos con Nam Jun hyung esta mañana pensábamos que te habías ido a tu casa ¿todo el tiempo te quedaste en el patio? —preguntó Ho Seok.
—Sí, es que me quedé dormido, hyung. Pero estos dos traviesos me despertaron.
—Oh, entonces es un alivio que te hayas quedado afuera, porque si no lo que hubiera pasado sería una desgracia. Me volvería loca solo de pensarlo.
La señora Kim estaba muy preocupada, se agarraba el cabello en un puño debido a la impotencia, sentía que aquel incidente había pasado por su culpa —Ji Soo, por favor perdona mi descuido.
La pelimorado negó con la cabeza mientras limpiaba las lágrimas con el borde de las largas mangas de su suera azul celeste. Fue hasta la señora Kim y se abrazó al cuerpo de la mujer que veía como una segunda madre.
—Jung Kook-ah, ven, trae a Yeontan y tú Tae, trae a Ki Soo-yah para que se sequen y se cambien de ropa —ordenó la mujer aun con su nuera abrazando su delgada cintura. Ella acariciaba su larga cabellera morada, sufriendo por la culpa—. Dios, esto mi culpa.
La pelimorado volvía a negar soltando el cuerpo de su suegra —no es su culpa, suegra, vamos, yo le ayudaré a vestir a nuestra traviesa —le sonrió con los ojos un poco rojos a la mujer y luego se giró hacia el primo de su novio que aún cargaba al pomeranian en sus brazos tiritando de frío —muchas gracias, Jung Kook-ah —expresó Ji Soo sonriendo apenada hacia el menor.
—Tae, ya iba subiendo las escaleras con Ki Soo en brazos —Tae, debes prestarle tu ropa a Jung Kook-ah —ordenó la señora Kim desde el pie de las escaleras subiendo los primeros peldaños.
Tae hyung se detuvo miró hacia Jung Kook con el ceño fruncido, demasiada seriedad en su rostro no pasó desapercibida para algunos, sobre todo para su amiga Kim Ji Ra que miraba la escena desde lejos.
—No se preocupe, Tía Kim —intervino Jung Kook, mirando de la misma forma a Kim Tae Hyun—, yo iré a cambiarme a mi casa —repuso Jung Kook mientras le ofrecía el cachorro a Jenni, quien se negó a cargar la criatura porque estaba toda mojada.
Shin Hye se percató de la incómoda situación y rápidamente fue a tomar el cachorro de los brazos de su hermano gemelo.
—¿No comerás antes de irte? —le preguntó la pelinegra a Jung Kook al mismo tiempo que cargaba al cachorro mojado.
—No. Tampoco regresaré aquí. Iré directo a la fiesta de cumpleaños así que nos vemos en la noche. Me voy primero —aclaró apresuradamente Jung Kook y luego hizo una reverencia hacia los presentes, para salir por la puerta de atrás, ya que estando mojado no podía salir por la puerta principal.
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Mis pomelitos dulces, quiero darles las gracias desde lo más hondo de mi kokoro por el apoyo que le dais a este mierdific.
¡Les quiero un montón!
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