Capítulo 45: Impulso
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Capítulo 45: Impulso
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9 de marzo del año 2018
Residencia de la familia Kim
Ciudad de Seoul
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V hyung subió por las escaleras perdiéndose en el segundo nivel de su casa y Kim Ji Ra se puso de pie alejándose de inmediato del lugar donde estaba sentada mientras balbuceaba algo que yo no alcancé a escuchar por completo. Ella empezó a mirar todo alrededor y me dispuse a continuar mi camino antes de que ella me pillara observándole.
Casi llegaba hasta mi destino cuando nos cruzamos en el pacillo que me conduciría hasta el medio baño que se ubicaba debajo de las escaleras. Ella paró casi frente a mí repentinamente, se quedó inmóvil mirándome directamente a los ojos.
Inmediatamente empecé a acercarme hasta la puerta del baño y ella sencillamente hacía lo mismo. Nos encontramos en silencio sin apartar nuestras miradas. Mi corazón parecía galopar como caballo desbocado.
Estábamos de pie, uno frente al otro, aún sosteniendo nuestras miradas, un segundo, dos segundos, tres, cuatro... no sé cuánto tiempo pasó mientras estuvimos solo de pie sin decir una palabra mirándonos a los ojos. Ninguno se atrevió a hablar primero. Cuando me decidí a preguntar cuál era su relación con V-ssi, ella se me adelantó y habló.
—Creo que... te debo una disculpa.
«¿Se refiere a que Tae y yo peleamos por su culpa?» —Mhm.
—Yo...aaah... ayer te hablé... de esa manera porque te... había confundido con tu hermana —decía fingiendo ser capaz de sentir vergüenza.
«No puede ser... ¿Se va a inventar otra mentira, en vez de disculparse sinceramente?» —me crucé de brazos mostrando seriedad—. «Su clase es peor que la sanguijuela de Hyun Ah. Aunque Hyun Ah no me provoca ganas de besarla como las que estoy sintiendo ahora. Dios, esa mirada de deseo sí que me provoca» —me golpeé mentalmente, ¿por qué permitiría que su mirada lujuriosa me haga caer?
—Yo... no tenía idea de que tienes una hermana gemela, bueno, en realidad no tengo conocimiento de nada sobre ti... ah no... no sé... qué estoy diciendo —mostraba una sonrisa culpable, pero sin dejar de mirarme como un perro hambriento mira un un pedazo de carne.
«! claro!, la mitad del mundo conoce a BangTan y ella me dice que no conoce nada de mí. Eso no es muy inteligente. Además, Shin Hye y yo sí nos parecemos, pero mi hermana es bastante femenina, generalmente usa vestidos o faldas ¿Cómo rayos ella quiere que le crea que nos ha confundido? ¿me está queriendo decir que parezco afeminado o solo es una forma de provocar que le demuestre lo contrario?, ¿Cómo es posible que Tae pueda caer con este tipo de mentiras?».
Cerré los ojos un momento para liberarme de la tentación que me provocaba su mirada. Aclaré mi garganta antes de hablar.
—Yo puedo deducir lo que quieres transmitirme: Te gustaría conocerme mejor y quizá algún día ser cercana a mí, ¿estoy en lo cierto?
Ella dejó salir una risita nerviosa.
—¡Aigo! yo no soy muy buena expresándome, pero me entendiste muy bien —dijo con descaro mientras yo notaba que el rubor en sus mejillas se volvía mucho más notorio. El rubor no es para personas desvergonzadas como ella, ¿será que podría estar ebria?
«Sí, claaaaro que entiendo tu juego. Dices mentiras estúpidas para conseguir lo que quieres, pero mira, el rubor te sale como si fuera natural. ¡Daebak! ¿Su cara está caliente? Ella... E-ella está caliente, y...eso me está poniendo...».
Esa forma en la que me miraba me estaba afectando más de lo que yo me podía resistir. Mi respiración empezó a hacer competencia con el latir de mi corazón, realmente no sabía cuál ganaba más velocidad.
—¡Ven, te voy a mostrar algo de mí!
Puedo jurar que en ese momento actué sin pensar, por puro impulso, me entraron unas ganas tan fuertes que se me hizo totalmente difícil controlarme. Yo había cerrado mi mano alrededor de su delgada muñeca, y la estaba arrastrando al baño que estaba próximo a nosotros. Ella no dijo nada, solo se dejó conducir hasta adentro del estrecho lugar.
Una vez dentro cerré la puerta con seguro y antes de volverme de frente hacia ella miré hacia mi entrepierna y Dios, nunca me había notado un bulto tan grande, nunca me había sentido tan pero tan duro, mi deseo sexual era tan fuerte que sentía que dolía a pesar de ser prácticamente algo tan repentino. Suspiré, le di el frente me di cuenta de que ella también estaba mirando mi bulto e inmediatamente la abracé por vergüenza, pero se sentía tan bien.
Al apretarla contra mi cuerpo mi entrepierna se sintió más dolorosa, aunque igual que aumentó ese dolor también aumentó mi excitación y el olor delicioso de su cabello despertó en mí un desesperado deseo de besarla. Me separé solo unos centímetros para poderlo hacer.
En ese momento no estaba pensando, mi cuerpo tenía voluntad propia, seguí actuando por impulso cuando busqué sus labios con mi boca y antes de saber qué hacer, ya la estaba besando. Ella al principio se quedó tiesa, pero a los pocos segundos le cedió el permiso a mi lengua para que jugara con la suya, ella me seguía el paso... ¿Torpemente?
«¡Por el amor de Nam, el gran Dios de la destrucción! "Después de dejar que yo la metiera en el baño con intenciones meramente claras, ¿Se está haciendo la inexperta conmigo? Maldita sea, aquí el inexperto soy yo».
De repente paré y me pregunté a mí mismo porqué estoy cayendo en los juegos de los que siempre he huido, ¿Qué tiene esta perra que me hace querer caer en su juego? No, no lo seguiré haciendo.
No sé cómo, pero tuve la fuerza de voluntad para soltarla y hacer que ella aflojara el agarre que había hecho en mi nuca, dentro de aquel reducido espacio, pude crear una distancia considerable entre los dos. Su cara completa estaba literalmente roja.
«La maldita se calienta más que Hyun Ah y todo su séquito de putas juntas».
Me incliné hacia su menuda figura. Acerqué mi rostro al de ella con la intención de intimidarla. Ella me miraba expectante con esos hermosos ojos llenos de deseo, sus labios algo hinchados, entreabiertos, reclamando por otro beso.
—Espero que ya no vuelvas a venir con el cuento de que no me conoces de nada. Ahora conoces algo bueno de mí, inclusive algo que ninguna otra ha conocido, podrías decir que es exclusivo, solo que, si se lo cuentas a alguien, dudo que te lo crea —escupí con esfuerzo de verme serio y sobrio, sintiendo esa sensación de hormigueo que nació después de separar mis labios de los suyos.
Me disponía a salir del baño y lo hice, esperé en el pasillo unos segundos, pero ella no salía, regresé y realmente tampoco sé por qué lo hice, después de hacerlo me sentí como un tonto por caer dos veces seguidas en sus juegos. Ella seguía en la misma posición en que la había dejado, totalmente inmóvil.
—Aaah, la perra está insatisfecha. ¿No ha salido del baño porque quiere más? ¿Uh? —hice la pregunta sintiéndome dividido entre el deseo de volver a seguir su juego y el de ponerla en su lugar.
Ella no respondió, solo se dedicó a mirarme con perplejidad.
Sin una clara explicación mi mano se estaba moviendo hacia su rostro, el deseo de acariciar su delicada y blanca piel fue más fuerte que yo. Lo sé mi cuerpo no corroboraba con mis palabras. Ella cerró los ojos y al sentir el tacto de mi mano soltó un gemido que me hizo enloquecer. Mis ojos se posaron en sus labios aún entreabiertos y mordí mi lengua para poder resistir la tentación de volver a besarla.
Sentí rabia conmigo mismo, tenía que defender mis principios.
Me incliné una vez más, acerqué mis labios a su oreja izquierda para susurrarle.
—No te preocupes, no voy a dejarte caliente. No tendrás mi polla ni dentro de esa boquita tuya ni tampoco dentro de ti, pero me encargaré de que se te baje toda esa calentura esta noche.
Volví a mi posición anterior, y sentí la ausencia del calor que emanaba su piel.
Ella abrió los ojos poniendo una expresión indescifrable.
—Q... ¿Qué quieres...de...decir? —Al escucharle diciendo algo al fin, le mostré mi mejor sonrisa ladina antes de responder a su pregunta.
—Quiero decir que hoy en la noche nos veremos en la universidad y allá estarán Niel, Jackson, Sehun y Eun Woo, les contaré de lo caliente que estás y les pediré que reserven un salón solo para ustedes cinco, te llevaré con ellos para que te den lo que necesitas. Porque de mí no tendrás más nada que el beso que acabas de recibir.
«Mi maldito primer beso».
Kim Ji Ra no dijo nada, tal vez parecía querer hacerlo. Solo se quedó mirándome fijamente y su mandíbula temblaba de forma extraña. Creo que no le gustó nada que yo le haya cambiado sus planes.
Luego de sentirme satisfecho de haberla puesto en su lugar volví a salir del baño y me dirigí hacia la cocina de la casa donde estaba Nam Jun-hyung y Ho Seok-hyung esperando a los chicos. Pero me detuve a mitad de camino cuando sentí que ella salió corriendo hacia la parte posterior de la casa, sentí curiosidad y la seguí a una distancia considerablemente razonable para que no me notara.
V-ssi venía de regreso en sentido contrario al de Kim Ji Ra, yo paré mis movimientos y ella siguió corriendo disparada hacia él y se abrasó a su torso rodeando su cintura con sus brazos mientras que yo me escondí detrás de dos columnas que estaban rodeadas de plantas muy tupidas que se encontraban cerca de la salida al patio trasero de la casa.
—Noona, al fin te encuentro... ¿Porqué...? N-noona, tu respiración parece similar a la de aquellas veces en que te salvé mientras estabas siendo acosada por los hyungs en la lavandería y como cuando los chico te acosaron en el baño de la universidad.
Ella continuaba abrazada a V-hyung sin decir palabra. Claro, ¿por qué iba a contarle lo que pasó?
—Kim Ji Ra ¿Por qué estas así? ¿Saliste a la calle? ¿Alguien se te acercó? Mírame, mírame, por favor —La sanguijuela no lo soltaba y parecía que no quería mirarlo—. Ssssh, tranquila, aquí estas a salvo —ella negó con la cabeza mientras V-hyung acariciaba su cabello.
—...
—Noona, estás es mi casa, la casa de mis padres, mírame, mírame —V-hyung logró separarla unos centímetros de sí mismo sosteniéndola por los hombros—. Estás a salvo aquí. Respira... respira... eso es.
—Está bien. Ahora, asiente con la cabeza para responder un sí y sacúdela para responder un no porque te voy a hacer algunas preguntas, ¿Mhm? —ella asintió una vez—. ¿Alguna de mis primas llegó y te ha molestado? —ella negó sacudiendo levemente la cabeza—. ¿Alguien del personal de servicio lo hizo? —ella volvió a negar—. ¿Algunos de los chicos se te acercó demasiado? —Ji Ra se puso tensa.
Un resoplido salió de mi garganta debido a la incredulidad. No podía creerlo, ¿siempre le hace estas escenas a V-Hyung?
—Pfff! seguramente fue el desenfrenado de Ho Seok. ¿Tengo razón? Si no, quién más podría ser. Mira, él es el más simpático de todos mis primos, no es una mala persona, nunca te haría daño, ¿Mhm? —ella negaba con la cabeza.
—Q-q-q... —La muy dramática le hacía creer a V-hyung que no era capaz de hablar y él de tonto se estaba creyendo su drama.
—¿Podemos ir a mi auto para que estés más tranquila? ¿sí? Estaremos un rato hasta que ya puedas hablar ¿sí? —Kim Ji Ra asintió con la cabeza.
Luego de eso se dirigieron hacia otra área de la casa, seguramente a la cochera y se perdieron de vista.
—¿Qué ha sido eso? —me pregunté sin importarme que estaba hablando en voz alta debido a la ola de confusión que me estaba arrastrando en ese momento.
—Jung kook-ah ¿Qué haces ahí escondido? ¡Aigo! No me digas que están jugando al espía... ¡Yo también quiero jugar!
No recordaba que estaba estropeando las plantas de la tía Kim, salí de mi escondite y pasé por el lado de Ho Seok-hyung.
—¡Hyung! ¿No crees que ya estás un poco viejito para solo pensar en juegos? —dije mientras me alejaba, tenía que encontrar un lugar donde pudiera estar a solas para pensar.
—¿Qué? ¿A dónde vas, lindo maknae? —preguntó con su forma juguetona.
—Al baño —fui al baño porque ya no me aguantaba y mientras orinaba mi mente se sumía en un estado de frustración.
Salí del baño y me encontré a mi Hyung recargándose en la pared esperándome afuera.
—Déjeme solo, hyung —pedí con seriedad cuando pasaba por su lado.
Dejé a mi Hyung atrás siguiendo un camino en sentido contrario del que tomaron V-hyung y su protegida.
Terminé andando por el patio trasero de la casa y me senté en una silla larga que estaba bajo la sombra de un pequeño árbol de frutas que se encontraba cerca del área de la piscina. Mi mente insistía en volver a esos tiempos en el que estaba en el jardín de niños.
Sin poder evitarlo esta situación me la recordó a ella, a Ji Eun noona. Quien, según me explicó Suga Hyung, solía tener cierta reacción cada vez que se ponía nerviosa o mejor dicho asustada, muy similar a la que Kim Ji Ra acababa de mostrar hace un momento.
Primero me la recuerda físicamente, ahora me la recuerda de esta forma, actuando tal como ella lo hizo esa vez que en el colegio llovía con truenos y relámpagos hasta que se la llevaron hacia la enfermería, yo presencié toda la escena porque me encontraba en el salón de clases de Suga Hyung.
¿Era posible que la protegida de Hyung sufriera de un trastorno real? Ahora que recuerdo, su reacción fue muy similar cuando salió del baño del edificio C. Pero en ese momento no lo vi de esa manera. No lo había analizado por que pensar en ello me provocaba una rabia que yo mismo desconocía.
«¿Por qué siento tanta rabia cada vez que recuerdo esa noche? ¿Por qué no pude controlarme hoy? ¿Qué ha sido este comportamiento mío? ¿Por qué sucumbí ante mis impulsos?».
Necesitaba pensar. Necesitaba meditar. Necesitaba estar solo.
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