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Capítulo 34: Gominola

Esta parte del capítulo lo dedicaré

a una personita que se toma el tiempo

para leer esta historia y

dejarme sus impresiones en comentarios

que me animan a seguir.

Va dedicado para ti,

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lunaliriano27                    

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Advertencia:

Este capítulo contiene lenguaje y posibles escenarios o situaciones explícitas.

En caso de continuar con la lectura, será bajo tu absoluta responsabilidad.

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Marzo del año 2018

Universidad para Idols de Seoul

UPIDS

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—¿Estás dudando de que ella está de acuerdo? Eun Woo, no actúes como si fueras tan ingenuo. ¡Claro que lo está!, si no, ¿por qué otra razón entraría al baño de los hombres? Es más que obvio que está buscando calentar la pollita de Niel, pero desconoce que se ha equivocado con él. En nuestra defensa, recompensaremos su decepción —aclaró Sehun como si no hubiera escuchado la pregunta que les había hecho la chica nueva.

Jackson, el chico rubio, con su vista puesta sobre la pelinegra, hacía un asentimiento por vez que sehun pronunciaba cada palabra. El fortachón empezó a dar pasos hacia Kim Ji Ra mientras era su turno de hablar lo hizo dirigiéndose a ella.

—Siii —canturreó aun asintiendo con la cabeza, sus labios esbozando una sonrisa macabra—, Jackson Junior quiere presentarse y cuando lo conozcas no anhelarás la gomita flácida de Niel nunca más.

La risa de Sehun provocó que Eun Woo, quien aún se encontraba en el umbral de la puerta del baño, indeciso de participar en el encuentro, pegara un respingo. El suyo no fue tan notable como el de Kim Ji Ra, quien estaba en los lavados prácticamente acorralada.

—Ja ja ja, muy gracioso, marica. Bastantes veces que te has saboreado y chupado esta gomita de fresa —soltó Niel en su defensa desde el cubículo que ocupaba en el baño mientras terminaba de abotonar su camisa—. Y no niegues que te ha gustado porque tengo todo grabado.

Las risas de Sehun se volvieron a escuchar, pero esta vez fueron acompañadas por las de Eun Woo.

—E... e-es un placer Jackson Junior mi nombre es Ji Eu... quiero decir, Ji Ra —la morena dejó de mirar hacia Jackson y llevó una mano a su boca al ver a Niel saliendo del cubículo vestido con ropa muy distinta a la anterior y pareciendo todo un hombre cuando empujó a Jackson pegándole en el pecho, provocando que éste retrocediera y se alejara un poco más de ella.

Se quedó perpleja y su mente trabajaba peligrosamente rápido, ya estaba entendiendo cuál era la situación, con el corazón bombeando más rápido que el aleteo de un colibrí y sus nervios haciendo estragos estaba descubriendo su error.

—Ahora niégalo si eres tan macho... —retaba Niel mientras volvía a empujar al rubio para provocarle.

—¡Auuuuuuu! —el aullido de Sehun fue la causa de que Ji Ra saliera del trance en el que había caído a partir del momento en que advirtió el cambio de apariencia de Niel —, ¡cómo lo miras! —el pelirosa reía de forma siniestra señalando a la pelinegra.

Kim Ji Ra miraba a los cuatro chicos de forma alternativa, Hace solo un instante estaba muy confundida, pero ahora que ya va comprendiendo mejor la situación, más que asustada, está aterrada. Esto era sobre todo muy incómodo, pero resultó mucho más incómodo aún cuando escuchó hablar a Sehún después de controlar con evidente esfuerzo sus risas.

—Pierdes tu tiempo poniéndote caliente con Niel nena —advertía el pelirosa—, esta noche me encargaré de que después de hoy no pienses más en él. Esta noche sabrás lo que es una polla de verdad —agregó Sehún quitándose el cinturón y el botón del pantalón.

«Oh, no, esto es aún peor de lo que pensé»

La realidad golpeó a Ji Ra. Ella retrocedió instintivamente hasta donde el espacio que había detrás de ella le permitió. No sabía qué más hacer, su mente comenzó a nublarse hasta quedar casi en blanco. Sintió cómo empezaba a crecer un nudo enorme en su garganta, que a su vez estaba seca y cuando realmente cayó en cuenta de que no tenía alguna posible salida, su corazón bajó hasta las plantas de los pies.

—Solo mira cómo me has puesto nena —pedía con voz seductora y provocativa el pelirosa mientras liberaba su miembro sin deshacerse correctamente de sus pantalones.

El grito ahogado de la pelinegra no se hizo esperar al dirigir los ojos hacia donde apuntaban las manos de Sehun. Con rapidez tapó su rostro con sus dos manos cerrando y apretando los párpados. En ese momento todo lo que quería hacer era correr, pero sus piernas no respondían, sentía que estaba parada sobre dos pilares que no eran más concretos que la gelatina.

Ahora era el turno de Jackson reír —¡Uy, uy, uy! Ahora se hace la tímida. Eres una chica mala, pero si quieres jugar a la chica tímida te puedo complacer, preciosa —ofrecía el rubio pasando de largo a Niel y volviendo a acercarse más a Ji Ra.

Ella sintió el tacto de la mano de Jackson en la parte libre de su mejilla y dio un respingo mientras sentía que su respiración se había detenido. Sin retirar sus manos de su rostro trató de que las palabras salieran por su seca garganta empujando hacia afuera el nudo que no podía tragar.

—Yo... y-yo...

—¡Yo también quiero de eso! —expresó Niel demandante, antes de lamer sus labios con ansiedad mientras miraba la mano de Sehun tocando su propia hombría.

Sehun usó sus manos para apartar a Niel.

—¡Baaaah, largo de aquí, marica, hoy no hay para ti! —le apartó dejando de lado su entrepierna para sacarle del baño a empujones. Eun Woo se tuvo que mover para no recibir ninguno de los manotazos que Niel tiraba al aire en forma de protesta.

—¡Oye! Mis cosas están ahí dentro, MARICAAAAA — gritaba Niel desde afuera tocando y pateando la madera de la puerta.

La puerta del baño se abrió nueva vez y de ella salió volando su bolsa de gimnasio donde guardó su ropa y tacones de mujer. En ese mismo momento se aproximaba Jeon Jung Kook, quien pudo notar la prominencia sobresaliente del miembro de Sehún antes de que éste volviera a cerrar la puerta.

Niel se sentó en un banquillo que estaba cerca y cuando vio a Jeon tratar de abrir la puerta del baño le informó que estaba ocupado con Sehun, Eun woo, Jackson y una maldita perra en celos que no conoce, pero que está enamorada de él.

—Bueno, a decir verdad, no creo que esté enamorada de mí, ni siquiera la conozco, nunca en mi vida la había visto. Seguramente Hyunah y compañía la enviaron por alguna apuesta para ver si podía conquistarme. Debe ser una maldita perra en la cama, una veterana en el sexo, para atreverse a tomar el reto de follarse a un marica como yo.

Jung Kook estaba harto de los contratiempos, pero en verdad necesitaba usar el baño. Mientras esperaba a Nam Jun no se preocupó por cosas tan básicas como esas, debía quedarse con el rubio para convencerle de que no saliera tan tarde de la oficina y ahora, se estaba casi orinando en los pantalones. Ir a otro baño le costaría más tiempo y quizá el esfuerzo de caminar no ayudaría a mejorar la situación. Así que mejor tanteaba que tan cierta era la situación de la que hablaba Niel.

—Niel, si la perra está detrás de ti, ¿por qué estás afuera y ellos adentro?

—Porque en cuanto vi la polla de Sehún me dieron ganas de chupar y le pedí que me diera un poco. La respuesta del muy marica fue echarme fuera. Todo es culpa de esa maldita levanta pollas.

Al escuchar las voces de los chicos en el interior del baño, Jung kook empezó a alejarse de la puerta y retrocedía hacia donde descansaba Niel.

—Mhm, ya veo. Y... ¿cómo es eso de que nunca has visto a la perra que está con ellos?

Niel simplemente se encogió de hombros, luego hubo unos segundos de silencio antes de que Niel decidiera volver a hablar —No, no la conozco, si la hubiera visto, nunca la hubiera olvidado, ella es muy blanca, súper blanca, nunca olvidaría a alguien así de bonita y tan blanca.

Jung Kook asintió y en ese momento se escuchaban los chicos gritándose unos con otros dentro del baño — ¿estarán discutiendo por quien le va a dar primero a la perra? —preguntó Jung Kook con un tono burlesco.

—Seguramente... —respondió Niel entre suspiros—. Ay, como quisiera ser yo el que estuviera en su lugar —se lamentaba mirando el bulto en su propia entrepierna y luego mirando al pelinegro que se había sentado a su lado.

—A mí no me mires —advirtió un jung Kook, calmado, pero al mismo tiempo, amenazante.

Niel, que se caracteriza por ser desvergonzado e insistente, intenta, a pesar de la advertencia del pelinegro —¿tú no quisieras...? —insinuaba mientras se acercaba a Jung Kook.

—Creo que fui lo suficientemente claro, ¿NO?

—Si, ya sé de tu leyenda de "Morador respetable" —murmuraba el rubio mientras volvía a tomar un poco de distancia—, he escuchado que quieres seguir virgen hasta el matrimonio o hasta la muerte o lo que sea que digan por ahí, pero ¿sabes qué?, yo no me como ese cuento, y tampoco creo que seas heterosexual. ¿Sabes? puedo chupártela cuando quieras sin necesidad de que salgas del vestidor y puedo mantener tu secreto. Sería nuestro secreto —propuso Niel mientras jugaba con la manga de la camiseta negra de del azabache.

Esta era una buena oportunidad para que Jung Kook sacara un poco del veneno que lo estaba incomodando. No estaba enojado con nadie en particular, salvo consigo mismo, por su cobardía de no enfrentar su miedo y subir a aquella azotea del edificio de los Kim.

Sabía que la forma más directa de sacarse la espina de la curiosidad y ansiedad que lo estaba matando era enfrentándolo todo, su miedo a salir de su zona de confort, de perder su presencia, sus canciones, su voz, sus sentimientos, el miedo que había nacido en lo más profundo de su ser, el miedo de perderla a ella. Esa chica que era como un fantasma, que no tenía rostro, pero que se robaba sus suspiros, la misma quien no se presentó ninguna noche durante todo el fin de semana y que no tenía ni pizca de idea de haber dejado a un ojeroso y malhumorado Jung Kook plantado.

Jung Kook escuchaba la voz de Niel como si ésta estuviera muy lejana, sin embargo, percatarse de que rubio estaba olisqueándole a unos pocos centímetros de su hombro izquierdo, le tomó ligeramente desprevenido.

—¡No hagas eso! Y... ¿de qué hablas, maldito loco? Si no me acuesto con ninguna de las perras de aquí no es porque quiera ser virgen hasta que me case. Y para tu información, no tengo nada en contra de los gays, pero no lo soy y si lo fuera, no tendría nada contigo, porque no eres diferente de las demás perras —cada palabra salía de forma calmada cual río profundo, que a simple vista no se puede percibir su caudal tempestuoso.

Sus palabras eran matizadas por su suave voz, pero su cara de pocos amigos contrastaba totalmente. Se puso de pie con la disposición de ir en busca de otro baño.

—Claro, olvidaba que la realeza no se mezcla con la servidumbre —murmuraba Niel, que, al ser ignorado, pronunció cada palabra levantando la voz para que Jung Kook pudiera escucharlo bien.

Jung Kook se detuvo.

En ese mismo momento la puerta del baño se abrió de golpe y las voces de los chicos eran estruendosas, Jackson y Sehun estaban forcejeando para separar a Eun Woo, quien conducía a Ji Ra fuera del baño hacia el pasillo llevándola abrasada por detrás de forma muy apretada mientras ella se dejaba guiar por él manteniendo sus ojos cerrados y las manos aferrándose a los brazos que la sostenían por encima de su pecho.

Jung Kook permaneció totalmente inmóvil al ver la cara de la chica, se quedó literalmente de piedra al saber de quien se trataba.

En medio de su forcejeo con los otros dos chicos, Jackson se percató de la presencia del miembro de Bang Tan, de inmediato de forma precipitada atinó a colocarse los pantalones correctamente y luego advertir a Sehun para que hiciera lo mismo. Esa pausa que hicieron los chicos fue aprovechada por Eun Woo para decir algo al oído de la chica antes de deshacer su abrazo y ella asintiera con la cabeza para luego salir corriendo como alma que lleva el demonio.

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