Capítulo 28: Más que un castigo, una lección
Ciudad de Seoul, Corea Del Sur
Marzo del año 2018
Mansión de la familia Jeon
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—¡Vamos arriba muchacha haragana!
Lisa se quejaba sin abrir sus ojos aún, mientras buscaba una posición más cómoda, ya no estaba dormida, pero sí un poco somnolienta y no parecía querer levantarse en lo absoluto.
La noche anterior no había dormido casi nada, pues a pesar de que el Sr. Si Won, por instrucciones de la abuela, había ido por ella como a eso de las doce de la noche en la casa de los Jung, ella se había negado a dejar su reunión sin concluir, ya que era una tradición hacer jueves de pijamada con las Jung, Rosé y Jennie y la prima de Suga, Ji Soo; e hizo que el pobre Si Won la esperara hasta las cuatro de la madrugada.
—¡Dije arriba!, condenada muchachita —repitió la abuela Hye Ri mientras retiraba de golpe las sábanas con las que la rubia se cubría, logrando así que ésta reaccionara sentándose en la cama de forma abrupta.
Después de su reacción a la voz de su abuela, la rubia, quien continuaba aun somnolienta y con claros síntomas de jaqueca, teme que la anciana se haya confundido de habitación y estuviera creyendo que está despertando a su hermana mayor.
—Abuela, ¿qué hace?, ¿se da cuenta de que se ha equivocado de habitación? —reparó la chiquilla bostezando con indiferencia luego de estirarse y arrastrarse hasta la orilla de la cama, mientras se restregaba los ojos bajo el escrutinio de la anciana.
—¡Que te levantes te digo! Tienes que estar lista en media hora —le ordenó tajantemente apuntándole con su bastón.
La menor pronto estaba fastidiada, irritada, con las cienes punzándole dolorosamente cada vez que la abuela llenaba toda la habitación con su autoritaria voz. Tenía que hacer algo, si su abuela estaba desorientada, tenía que dejarle claro la situación para que la dejara dormir en paz.
—¡Ay no abuela, por favor, déjeme dormir, ¿ahora la vejez le está afectando el cerebro?, ¿no sabe que la habitación de Shin Hye-unnie es la siguiente puerta? —la rubia tenía la intención de continuar con sus reclamos, sin embargo, se interrumpe para soltar un quejido de dolor —¿Por qué hace eso abuela? ¡Ouch! mi oreja, mi oreja, abuela, por favor, no, ¡ya no!
Luego de zafarse del agarre que la abuela había hecho en su oreja derecha, la joven retrocede hasta pegarse al respaldo de la cama. Ahora si era grave el asunto, ¿desde cuándo la vieja usa la violencia con su hermana mayor? Esto realmente la terminó de despertar.
—Es que no entiendes cuando te hablo y terminas exasperándome. Si te digo que te levantes, pues debes levantarte y sin hacer ningún berrinche. ¡¿Entendiste, engendro del demonio?!
La menor iba a pedir una aclaración a la Sra. Jeon Hye Ri, pero al escuchar esta última declaración, paró en seco. No iba a ser necesario, pues comenzó a entender que ella era quién estuvo equivocada. Pero si su abuela sabía bien en cual habitación estaba, quiere decir que ha perdido la noción del tiempo o ha olvidado que ella no es su nieta favorita. Su condición está peor de lo que pensaba.
—Espere... ¿Qué dijo?, ¿engendro?, ¿entonces sí sabe que está en mi habitación? ¡Ahora sí que la vejez le está haciendo perder el juicio! —Lisa reparó susurrando como si estuviera conversando consigo misma, mientras se rascaba la coronilla de la cabeza mirando hacia un punto fijo del techo de su habitación.
—Eres una irrespetuosa, ¿por qué tuviste que salir a tu madre? tú eres la única que no salió con el buen carácter de tu padre ¿por qué no saliste parecida a él como los gemelos? —reprendía la anciana frunciendo los labios al finalizar sus palabras.
—¿Porque... no somos trillizos? —mientras soltaba varias carcajadas, Lisa se salió rápidamente de la cama y se metió en su baño antes de ser alcanzada por el bastón de su tutora—. Deberías alegrarte abu, alguien tenía que salir inteligente ¿no? — se burlaba la nieta desde el interior de su baño dejando salir otras carcajadas.
—¡Insolente! ¿otra vez insinuando que tu madre era más inteligente que mi hijo? —La mayor chasqueaba la lengua incrédula y ofendida desde el otro lado de la puerta del baño.
—Obviamente que lo era, pero ¿sabe?, tengo que reconocer que appa hizo algo muy, muy inteligente que nadie podría superar jamás.
—Entre tantas cosas inteligentes que mi hijo hizo ¿qué es eso que ha llamado tu atención?
La anciana empequeñece sus ojos apoyando sus dos manos en el bastón mientras espera la respuesta de su nieta, pues le suscitaba sospechas que de la boca de la chica salieran palabras que contuvieran ribetes lisonjeros hacia su difunto padre.
—Pues que él logró casarse con mi eumma —Lisa vuelve a liberar un hilo de carcajadas, disfrutando mientras se imaginaba el cambio de expresión en el rostro de su abuela, quien ahora parecía estar a punto de echar humo por los oídos, mientras rodeaba la cama apuntando amenazante con su bastón hacia la puerta del baño.
—¡Este engendro del demonio ¿qué voy a hacer contigo?!
Al escuchar que la voz de la abuela se alejaba, la joven se atrevió a abrir la puerta.
—Pero si usted preguntó Abu —replicó actuando inocente mientras salía del baño.
—Báñate y termina de alistarte, tenemos que irnos en 10 minutos.
—¿Pero para qué voy a salir tan temprano abuela?
—Irás a la oficina de Shin Hye, por supuesto, tienes que estar ahí antes de las 8:00 am para que ella te entregue el material del taller y explicarte lo que debes hacer, es decir, te prepararás para sustituirla en su proyecto porque tendrás esa responsabilidad de hoy en adelante.
—¿Qué? Ay no, no, no, prefiero que me quite el teléfono si lo que quiere es castigarme. Por favor, no me quite mis horas libres, usted sabe que no puedo ser como unnie o como oppa, por favor...
—No hay pero que valga, ya está decidido. Espero que reflexiones por tu actuación tan indebida de ayer.
—Debí suponer que no lo iba a pasar por alto tan fácil —mascullaba la rubia, en una tonalidad casi inaudible.
—¿Qué has dicho? —La abuela la mira suspicazmente mientras eleva una de sus cejas.
—Dije que, si estoy castigada, ¿por qué me dejó ir de pijamada anoche?
—Porque Shin Hye me dijo que este sería el mejor castigo para ti...
—Esa sisañoza... —volvía a mascullar Lisa mientras fruncía los labios y dilataba su nariz, al mismo tiempo que su abuela le explicaba que su deber es arreglar el problema que ella misma creó en la oficina de Shin Hye.
Por convencimiento de Shin Hye, la Sra. Jeon tomó la decisión de que a partir de ese día el taller de fotografía sería responsabilidad de su nieta más joven, estando bajo estricta supervisión, claro está. Más que un simple castigo buscaba encontrar una forma de ocupar de forma productiva la mente de Lisa, pues era poco disciplinada y su comportamiento era peculiarmente inadecuado, siempre trataba de buscar un modo de educarla mejor, pero nada parecía funcionas como esperaba.
Desde su adolescencia el comportamiento de la chica cada día seguía lineamientos libertinos y de desordenadas. Era habitual en ella el actuar con desenfreno, sin condicionamientos de tipo ético y, la abuela temía que en algún momento llegara a salirse tanto de control, hasta ha llegado a imaginársela llevando una vida disoluta, inclusive sin acatar órdenes legales.
Tenía que encontrar un modo de educarla mejor para que todo su esfuerzo por criarla correctamente no haya sido en vano. A diferencia de los gemelos, la más joven siempre se caracterizó por su carácter indomable, lo que le hacía preguntarse porqué ella era tan diferente a toda la familia.
—Pero Usted ni siquiera me deja participar en las reuniones importantes, como la que hicieron ayer, por ejemplo, y ahora de la nada ¿estoy capacitada para ese tipo de actividad? ¿Y qué pasará con mi horario?
—Ya sabrás como manejar tus otras responsabilidades. Además, Shin Hye se aseguró de que el horario no te va a chocar, así que eso no será ningún problema para ti.
La joven, no de muy buena gana, aceptó la responsabilidad, pero también empezó a quejarse de porqué debía levantarse cuando apenas eran las seis menos diez minutos de la mañana y en realidad el horario laboral de la universidad inicia a las ocho de la mañana.
—Porque te vas conmigo, obvio que no voy a irme y dejarte aquí, no vaya a ser que te eches nuevamente a la cama y te quedes dormida, no permitiré que dejes a tu hermana plantada con el proyecto.
—Eso no suena para nada descartable —Lisa pensó en voz alta, pero casi inentendible, ya que las palabras no salieron apropiadamente debido que mantuvo los dientes muy apretados.
—¿Cómo dices?
—Digo que, porqué el cambio de responsable, ya sabe, para el taller.
—¿Y todavía lo preguntas? —inquirió la mayor exasperada.
El motivo principal por el que Shin Hye había pedido el cambio era vengarse de lo que Lisa le hizo la noche anterior, sin embargo, no solo fue debido a eso, sino que con todos los problemas que estaban teniendo en la universidad ella ya estaba echándose demasiadas responsabilidades encima, creyó que ya era necesario que Lisa les diera una mano, ya que todos los jóvenes de la familia, a excepción de la rubia, estaban aportando su granito de arena.
Shin Hye, se tomaba muy en serio su papel de hija mayor y por tanto apogeo y responsabilidades realmente se sentía muy estresada. A veces hasta ella admitía que podía llegar a ser muy perfeccionista y su estrés terminó por explotar cuando se enteró del desastre que su hermanita había provocado. Con todo lo que está pasando y con la falta de empleados, ella ha estado ayudando en todo lo que puede. Ahora también por su culpa ella se siente a punto de colapsar. así que se encargó de convencer a su abuela de que su hermanita lo que necesita es ir sabiendo lo que es ser responsable, que sería una experiencia como cubrir unas vacaciones.
Lisa se quedó mirando a la abuela sin poder creer lo que escuchaba.
—Pero no creas que harás lo que te plazca con el proyecto, no señorita, solo harás lo que se te ordene, tu hermana te dará la aprobación si necesitas hacer algún cambio. Recuérdalo siempre: solo se hará si ella lo considera factible. ¿Entendido?
—Claro que entendí. Seré el títere de mi hermana mayor, trabajaré como un buey y al final ella se llevará todo el crédito, ¿no es así?
—¡Aigo! —exclamó la anciana volviendo a pegarle con el bastón a la jovencita mientras ésta trataba de encontrar escapatoria.
Lisa intentaba evitar los amagos que la abuela maniobraba con su bastón y se quejaba de que la anciana no necesitaba el artefacto para caminar, mientras ésta le respondía, entre golpe y golpe, que continuará pegándole hasta que esa cabeza rubia bote toda la basura que tiene dentro.
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