Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 18: Un momento incómodo

*******************************

Ciudad de Seoul, Corea Del Sur

Marzo del año 2018

********************************

—¡Waaah...!

     La pelinegra de piel demasiado pálida quedó con la boca abierta mirando hacia el Imponente edificio que ponía en su letrero: "Universidad para Idols de Seoul (UPIDS)". Sacó el móvil de su bolso y marcó el número de Tae. El tono se escuchó solo una vez.

     —¿Hola? —preguntó el castaño al responder la llamada—, ¡Ji Ra noona!

     —Mhm. Ya estoy frente al edificio, te espero en la salida.

     —Oh, no, no, no... Puedes esperarme en el vestíbulo del edificio. Nos reuniremos a la mayor brevedad que me permita el elevador.

     —Está bien, como digas, total, esto me pasa por dejar que me consiguieras un trabajo tan cerca de tu universidad.

     —Pero ese trabajo está mejor que el anterior, es un restaurante muy caro, ¿sabes? y, de cualquier modo, un restaurante es mejor que una lavandería. Además, es...

     —Si, si, si, ya sabes que no lo digo por eso, estoy feliz y agradecida por el trabajo... Sabes a qué me refiero asi que no empieces a cambiar el tema. ¿Sabes que mirando todo este lugar ahora aumenta ese sentimiento de no encajar contigo? Me siento como un chicle viejo pegado a tu zapato, no quiero ser un estorbo para ti. ¡Aiiiiish!, de verdad no sé cómo me dejé convencer para aceptar tu ofrecimiento de llevarme a casa al salir del trabajo.

     —Es lo lógico —decía Tae Hyung mientras se dirigía por uno de los pasillos que llevaban hasta los elevadores—, tu apartamento está en el mismo edificio de mi humilde y hermoso hogar, mi trabajo queda cerca del tuyo y...

     —Nuestros... horarios... de salida... coinciden, bla, bla, bla. Me pregunto si también coincidimos en no tener compromisos sociales, porque... Uh... Me molesta pensar que al estar haciendo todo esto por mí, te perjudique de alguna forma —explicaba sintiéndose apenada por querer intentar en vano rechazar el ofrecimiento de su amigo, pero fue interrumpida por éste.

     —¡Uh, uh, uh, uh!, no me vengas a sacar el temazo de que si mis amigos, que si una mierda de conseguirme novia o cualquier otra pendejada de esas.

     —Es que...

     —Ji Ra-ssi, sé que te hice caminar hasta aquí, pero será solo por hoy, no todos los días hacen estas reuniones. Asi que, como siempre nos encontraremos a la hora de salida en el restaurante TODOS LOS DIAS sin falta, tal como estipulamos. Y no quiero volver a discutir sobre lo mismo.

     —Tae, entiendo lo que dices, pero...

     —Además, ya te dije que yo puedo manejar esos asuntos muy aparte, así que, por favor, tranquila, no estés más incómoda, ¿si? No volvamos a tocar el tema, porque así sí que me voy a sentir muy mal o... ¿será que no te gusta mi compañía y soy tan tonto como para no darme cuenta de que me estás enviando señales? ¿Me estás evitando?, ¿es eso?

     —¡Yah!, ¡Kim Tae Hyun!, ¡hablas demasiado!, lo que estás haciendo conmigo ahora se llama manipulación, ¿sabes? ¡Aishhhh! —se quejó hablando rápidamente con una tonalidad algo chillona.

     —No lo sé, nos vemos en un rato, colgaré primero.

     Tae Hyung terminó de hablar reprimiendo su risa, pero al dar por finalizada la llamada, se imaginó la expresión de la pelinegra mientras ésta le gritaba sus últimas palabras y ello le produjo un ataque de carcajadas, tanto que, con los ojos cerrados, empezó a dar manotazos sin sentido en el aire, mientras estaba frente a los elevadores.

     En ese momento iba pasando una molesta y frustrada Shin Hye, la cual llevaba en una mano una copa de vino tinto con el contenido casi intacto, mismo que fue derramado sobre su vestido amarillo pálido al recibir uno de los manotazos de Tae Hyung en el antebrazo correspondiente a la mano que llevaba el trago.

     —¡Pero...! ¡¿Qué...?! Idiot... ¿T-Tae Hyung-ssi?

     Cuando Tae Hyung sintió dar el golpe, abrió los ojos. Se sorprendió mucho y estaba muy apenado por lo que causó con su descuido. Se sentía perturbado y muy nervioso, no sabía qué hacer, y se sentía aún peor al escuchar las maldiciones que soltaba la hermosa hermana gemela de su gran amigo y cuasi-primo Jeon Jung Kook.

     —Shin Hye-Ssi... ¡Oh my God!, yo... Yo te he arruinado tu vestido, yo... Lo lamento tanto, ¡oh my God!, estoy tan apenado...

     —No te preocupes Kim, no es para tanto, de todos modos, ya me iba. ¡Uh!, mira, ya abrió la puerta del elevador. Supongo que tú también estabas por irte, ¿no? —preguntó despreocupada.

     —Si, pero... Eh... Tú no piensas salir así, ¿o sí?

     —Claro que sí, no veía la hora de salir de aquí, ahora con más razón debo irme... ¡Omo, omo, omo! —Shin Hye se interrumpió a sí misma al hablar cuando sintió el agarre en su muñeca—. Pero... la puerta del elevador está abierta... ¿Uh?...

     Tae Hyung prácticamente la estaba arrastrando devuelta por el pasillo. Se dirigía a los vestidores de la planta aún con el agarre en la muñeca de Shin Hye, mientras ésta, en medio de su asombro por la actitud repentina del castaño, trataba de seguir los pasos apresurados del mismo.

     —Shin Hye ssi, ¿cómo crees que voy a permitir que salgas así de aquí? —reprochó mientras trataba de abrir las puertas de un vestidor tras el otro—. ¡Aishhh!, parece que todos están cerrad... ¡Uh!, ésta abrió, pero...

     —¿Q-qué... haces?

     —Yo solo trato de ayudar, ya que es mi responsabilidad. Lo siento, este vestidor solo tiene ropa de hombres —se disculpó mirándola avergonzado y pasando una mano por la parte posterior de su cabeza—, pero es el único que está abierto.

     —Bueno, ya que estoy perdiendo mi tiempo aquí, por lo menos voy a tratar de no irme pareciendo borracha. ¿Mhm? Por esta vez seguiré tu consejo, Kim. —Ella daba unas suaves palmaditas en las mejillas de Tae Hyung con la misma mano que hacía solo un instante él había liberado.

     —Claro, t-te esperaré aquí afuera, S-shin Hye-ssi.

     —De acuerdo.

○ * * * ○  * * * ○  

     «¡Por las siete maravillas del mundo!, ¿por qué Tae se está tardando tanto?». Me Pregunté mientras miraba con ansiedad hacia los ascensores.

     Sí, la ansiedad me estaba matando, no soportaba que la gente que se pasean por aquí me mire de la forma en que lo hacen. «¿Por qué se queda mirándome así?, ¿y si mi presencia no es grata en este lugar?, ¿y si alguien me echa fuera?, oh no qué vergüenza... Creo que mejor esperaré afuera, Tae no debe tard...»

     —¿Uh? —A pesar de que me sobresalté un poquito con el sonido del móvil, me apresuré a responder la llamada—. ¡Tae Hyung-ssi! —dije hablando tan bajito como pude, no quería llamar más la atención.

     —Noona, lo siento mucho por hacerte esperar, se me presentó un pequeño imprevisto, necesito que...

     —No te preocupes por mí, yo te dije que puedo irme en autobús, pero... ¿Qué te pasó, Tae?

     —Oh no, ya hablaremos de eso más tarde, no puedes irte, espera, espera un momento, no cuelgues... ¡Ji Min hyung! —Le escuché llamar—. ¡Oh!, Ji Min hyung, ¡Gracias a Dios!

○ * * * ○ * * * ○  

     —¿V?, ¿aún sigues aquí? —cuestionó sorprendido Ji Min acercándose hasta el pasillo donde estaba Tae Hyung.

     —Hyung, ¿recuerdas que te dije que llevaría a nuestra vecina a su casa?

     —Si, lo recuerdo bien, claro, por eso supongo que saliste antes que los demás ¿No? Tae, no me mires así, además cómo olvidar a la vecina después de ver esa foto que tienes en tu móvil —comentó Ji Min poniendo cara de pervertido —, me pregunto si será tan bonita en persona —agregó levantado una ceja.

     —¿Recuerdas su nombre?

     —No lo olvidaría, Tae —dijo con sus ojitos sonrientes y alargados.

     —Bien, entonces será bueno que la conozcas ahora en persona. Ahora mismo está esperando por mí, pero, necesito que vayas primero y hables con ella durante un par de minutos. Tengo algo que hacer y no me tardaré en bajar con ustedes, hyung, ¿no te molestaría ayudarme con eso?, ¿verdad?

     —Tae, ¿por qué tan serio?, sabes que no me molesta, tan solo dime dónde está —decía el peligris, recorriendo despacio el pasillo, caminando de espalda con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

     —Está en el vestíbulo del primer nivel, ¡gracias, hyung!

○ * * * ○ * * * ○  

     —¿Hola?, ¿noona? —escuché a Tae dirigirse a mí a través del teléfono.

     —Sigo aquí Tae... Escuché la conversación con tu amigo, me estás asustando, ¿me dirás qué sucede?

     —Te explico luego, noona, no es nada grave, tú tranquila.

○ * * * ○ * * * ○  

     Shin Hye ya se había cambiado de ropa y se encontraba del otro lado de la puerta escuchando toda la conversación de Tae Hyung, porque al escuchar la voz de Ji Min había decidido esperar un poco más, ya que se sentiría avergonzada si el peligris la veía salir del vestidor de hombres y para colmo vestida... con ropa de hombre.

     Luego de que Ji Min se fuera, esperó un tanto más para que no se viera muy obvio que esperaba a que la conversación entre Tae Hyung y él terminara, así que sacó una toalla húmeda de su bolso y se la pasó por la cara removiendo de esa forma el poco maquille que llevaba, luego se sujetó el cabello dejándolo bien recogido, para poner de excusa que se estaba lavando la cara por si Tae Hyung le llegara a preguntar si escuchó la conversación.

     —¡Ya está! —dijo mientras salía de vuelta al pasillo un par de minutos después de que Ji Min desapareció de la vista de Tae Hyung.

     Tae Hyung abrió mucho los ojos y posó una de sus manos en su boca, la cual yacía abierta a causa del asombro—. ¡Oh!, ¡oh my God!, ¡oh my God!, si...

     —Dices algo más y será literalmente tu fin. Andando, Kim —sentenció la pelinegra interrumpiendo a Tae Hyung.

     La pelinegra empezando a caminar por delante de él devuelta hacia los ascensores mientras colocaba su pequeño bolso en el bolsillo interior de la chaqueta de su traje.

     —¿Y la copa que traías antes? —inquirió a la alta y esbelta muchacha cuando estaban saliendo del ascensor, encontrándose en el primer piso del edificio.

     —La dejé en el vestidor, ¿tienes algún problema con eso, Kim?, pero... si tanto te preocupa, la dejé en un lugar donde nadie pueda tener un accidente. ¿Eso te tranquiliza, Kim? —Preguntó de una forma un tanto coqueta, lo que provocó que el castaño tragara sonoramente su propia saliva, y de momento, se encontrara sumido en una lucha interna entre mostrar o no alguna reacción ante la pelinegra.

○ * * * ○ * * * ○  

     Ji Ra reía bajito, tratando de no llamar la atención con sus carcajadas. Al fin estaba conociendo a uno de los hyungs de su amigo, el cual le parecía inicialmente agradable y muy fácil de tratar.

     —Realmente eres tan tierno y gracioso como te había descrito Tae.

     —¿Uh? ¿V te ha hablado de mí?

     —¿V?

     —Si, V... es el nombre de pila por el que lo llamamos, ¿no lo sabías?, bueno, en realidad es su nombre artístico, todo el mundo lo sabe. Bahh... No importa. Pero, ¿dices que él te habló de mí?

     —Bueno, no exactamente, cuando habla de sus amigos lo hace prácticamente de una forma indirecta, dice que a veces le recuerdo a ustedes en diferentes aspectos y pocas veces termina dando una que otra breve descripción de cómo él percibe sus personalidades.

     —¡Ah!, ¿sí?

     —Si, y también sé algunos nombres que, por cierto, no los puedo asociar con sus descripciones, porque es muy fraccionada y muy poca información la que he recibido, pero ahora que he hablado contigo, puedo deducir que Ji Min es dulce, tierno, risueño y también puede ser gracioso. ¿Voy bien?

     —Wow, he sido noqueado en el primer round. —Ji Min sonreía de oreja a oreja Mostrando casi toda su dentadura, que junto a las dos líneas alargadas que ahora eran sus ojos, dejaban apreciar una hermosa sonrisa, pese a que las filas de sus dientes no eran exactamente parejas.

     —¿Noqueado?

     —Si, pues no tengo argumentos para superar eso. Fue muy acertado, los chicos y el staff usualmente me describen así, aunque no soy el gracioso, ese título le queda mejor a Jin Hyung, o a Ho Seok Hyung, o quizá al makné.

     Park Ji Min se vió un poco avergonzado con una mezcla de interés que su corazón desbordaba por esa personita que tanto quería conocer solo porque le parecía bonita en esa foto que vio en el móvil de Tae Hyung hace unos días.

     —Ji Ra-ssi, de verdad ya no creo que V exagera cuando dice que eres alguien especial. Yo... quisiera que...

○ * * * ○ * * * ○  

     Juro que estaba poniendo el 99% de toda mi atención en ese peligris apuesto, amable y de sonrisa deslumbrante que hablaba amenamente conmigo mientras esperábamos a Tae, cuando por inercia volteé a ver una vez más hacia los elevadores y lo vi, pero noté que no estaba solo.

     Tae Hyung venía acompañando a alguien, un chico... «Espera, ¿Una chica? No, es... un chico y es... ¡Wow!». Las palabras de Ji Min se fueron apagando o más bien mis sentidos se agudizaron, enfocándose todos a la vez en aquella persona cuando por un breve segundo visualicé su rostro. Aún en medio de mi obnubilación, seguía asintiendo con la cabeza, aunque ya había perdido el hilo de lo que hablaba Ji Min, a tal punto que no me di cuenta de que él se había quedado en silencio.

     —Oh, creo que estoy hablando solo; ya ni siquiera me prestas atención, ¿Que estás miran-do...? —cuestionaba el peligris mientras era testigo del trance en el que había caído.

     Aunque no tuve oportunidad de visualizar correctamente, debido a los transeúntes y el meson de recepción, mis ojos no se apartaron de esa persona hasta que ya no estuvo al alcance de mi vista. Luego de que Tae se despidiera de él, caminaba hacia nosotros. No me percaté de que tenía la boca abierta hasta que vi que Tae se acercaba y ahí fue cuando recordé que Ji Min me estaba hablando de algo, y al parecer había terminado.

     —Ya veo cómo son las cosas. Creo que he sido descalificado sin tener oportunidad de pelear —musitó—. Ya entiendo que no hay oportunidad para mi... Cómo se te nota tanto cuanto te gusta V, tal parece que no conoces la discreción o parece que no te importa dejar que tus sentimientos sean tan obvios —agregó disminuyendo un poco más la tonalidad, como si estuviera triste o avergonzado.

     —Uh, ¿cómo? Pero... ¡Si no dije nada! Ji Min-ssi, ¡no... no es lo que piensas!

     —Descuida princesa, ahí viene tu príncipe, ya no estarás más ansiosa —dijo sonriendo mientras caminaba de espaldas con sus manos en los bolsillos de su pantalón, muy despacio, hacia la salida del edificio y cruzando caminos con Tae Hyung—. Fue un placer, Kim Ji Ra, hasta la próxima.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro