Capítulo 16: "♡"Entre sorpresas y una estrella parlante"
Ciudad de Seoul, Corea Del Sur
Febrero del año 2018
Residencial Kim
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Mientras permanezco con los ojos cubiertos e inmovilizada por los chicos, me encuentro luchando con esas sensaciones horribles que llevo sintiendo desde que me vendaron los ojos, pues no sé cómo impedirle a mi mente que escarbe en mis recuerdos, no sé cómo ordenarle que pare de recrear esos momentos terroríficos que viví en mi infancia durante aquel secuestro.
Pese a que llevo rato, con problemas para respirar bien y sintiendo todo tipo de sensaciones agobiantes, desesperantes y terroríficas, me dejo llevar de los chicos. Al tiempo que Shin Bae libera mis manos escucho a Tae decir que ya puedo retirarme la venda. Lo hago por inercia, no por su orden.
Después de abrir mis ojos, inmediatamente todas aquellas sensaciones desaparecen como magia. A causa del asombro, llevo mis manos hacia mi boca, la cual está abierta hasta el punto de casi desencajar mi mandíbula, y es que me encuentro frente a la vista más impresionante que he podido tener el placer de apreciar en todo lo que llevo de vida.
«¡Esto es fantástico!»
Desde aquí, tengo la dicha de ser testigo de cómo se aprecia la magnitud y belleza de toda la ciudad. Un mar de edificios y casas de todas las formas y tamaños, delineados con algunas olas que se reproducían entre sus construcciones, luciendo el verdor natural de los árboles. Al final del horizonte se alzan majestuosas las oscuras montañas con una tonalidad nebulosa y otros diferentes tonos de sombras debido a la lejanía, detrás de ellas un hermoso manto de cielo pincelado con un fondo amarillo brillante en su nacimiento que luego va difuminándose con un azul igual de brillante y finalmente queda adornando con gruesas y algodonadas nubes que se esparcían libres dando un toque especial que hace lucir la vista aún más irreal.
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El viento pega fuerte en mi cara, pero podría acostumbrarme, pues dista de sentirse molesto. Al menos a mi parecer, se siente increíblemente bien, da una sensación de libertad incomparable, me encanta este lugar.
Emocionada, me giro hacia los chicos con una sonrisa de oreja a oreja para agradecerles el regalo, sin embargo, mi sonrisa desaparece tan rápido como apretar un botón, pues ellos no están detrás de mí como creí.
—¿Niños?
Miro un poco más allá y observo que ambos se encuentran de pie y de brazos cruzados a cada lado de la puerta de una edificación que cubre una parte de la azotea. Tae Hyung hace un gesto de niño travieso, sin dejar mirarme posa una de sus manos en la puerta y la abre empujándola con suavidad. Luego de esto ambos chicos señalan hacia adentro invitándome a pasar.
—¿De qué se trata esto? —Estoy totalmente inmóvil debido a la confusión.
—Bonita, esta es tu nueva guarida, aquí dormirás, te bañarás, cantarás, cocinarás, comerás, beberás, mearas, cagarás y de vez en cuando, pedos te tirarás ¡¿No te parece genial?! —exclama Shin Bae emocionado.
«¿Es una broma?»
—Ven, entra, no pasamos todo el fin de semana y el día de hoy trabajando en esto para que solo te quedes ahí parada —El castaño parecía impaciente, mientras hace señas para que me acerque.
—Ten cuidado, aun la pintura está fresca en algunos lugares. Hoy terminamos de darle la segunda mano -advierte el más bajito acercándome a él para que no rozara las paredes casi recién pintadas.
—No tienes que mencionarlo, el olor a pintura fresca habla por sí solo —murmura sarcástico el castaño—. Para mañana ya se habrá secado completamente, retiraremos los plásticos a todos los muebles y terminaremos de ordenar todo. Por lo que solo por hoy dormirás en el apartamento donde me estoy quedando.
Después de hacer un recorrido por mi nuevo hogar, han pasado alrededor de 30 minutos y lágrimas involuntarias continúan deslizándose por mi rostro. Si, me pasé todo el recorrido del apartamento entre lágrimas e hipidos, la emoción ha sido incontrolable.
Al terminar el atardecer, ya cuando me siento más calmada, Tae Hyung ha bajado a buscar unas cervezas para celebrar.
Mientras lo esperamos sentados en un cómodo mueble que está ubicado bajo la cubierta de un quiosco de la terraza que está apartada en una esquina de la azotea, Shin Bae me cuenta que el dueño del Residencial es el padre del castaño y que su madre le dio permiso para usar este miniapartamento, ya que llevaban años utilizándolo como un cuarto de menesteres.
También me dijo que Tae nunca mencionó que iba a ser ocupado por alguien más y me aconsejó que, hasta nuevo aviso, procurara que esto se mantuviera estrictamente en secreto. Me cuenta, además, que los dos hermanos mayores de Tae viven en este edificio y que cada uno tiene su propio apartamento, el mayor de los tres hermanos ocupa el piso 13 y Tae Hyung se está quedando con él, mientras que el segundo ocupa el piso 14, que es el último piso.
—Y para que te enteres más temprano que tarde, este edificio tiene 14 pisos, por lo que el segundo hermano de Tae vive justo debajo de ti.
Abrí los ojos como platos.
—No te preocupes, nadie se va a meter contigo, solo debes ser cuidadosa de no traer visitas aquí, al menos no a la ligera, lo mejor sería que no andes diciendo por ahí que vives aquí. Te explico mejor... el padre de los chicos tiene un carácter un poco complicado, así que hicimos esto, sin su permiso, por lo que hay que ser lo más discretos posibles con tal de que no llegue a los oídos del viejo. Mientras menos gente lo sepa, mejor.
-Pero dijiste que la madre de Tae...
-Si, eso dije, su madre es muy permisiva con sus hijos, pero el viejo no. Recuerda que Tae le pidió permiso a su madre, pero nunca dijo que una amiga ocuparía el apartamento, de esa forma no tendrás que pagar alquiler. Debemos ser agradecidos, así que tratemos de no crearle problemas al bonitosh.
-Está bien, ya entendí, nunca traer visitas, no levantar sospechas de que ocupo el apartamento de la azotea -recito asintiendo repetidas veces-. ¿Y a todo esto... ¿cómo es que sabes tantas cosas sobre Tae Hyung? ¿Desde cuándo se conocen? -por fin me atrevo a hacer aquella última pregunta.
-Yo a él lo conocía desde hace mucho tiempo, sin embargo, él me conoció a mí por teléfono, justo la noche que la policía te había detenido por la equivocación de umma. Pero eso no es lo importante ahora, escucha, debes poner atención a todo lo que te estoy diciendo y déjame terminar antes de que llegue el bonitosh, porque todo es por tu bien y por el de él.
-Mhm.
-Antes que nada, nunca de los nunca, pero jamás de los jamases, pienses en enamorarte de Tae. Si en algún momento llegas a sentir que tu corazón late de prisa o se salta latidos por su culpa, sacúdete, echa fuera de tu mente cualquier pensamiento de romanticismo. Si sientes en algún momento maripositas en el estómago, mejor vomítalas, pero vomítalas todas y asegúrate de que no quede ni una. Te digo esto porque me he asegurado de que el corazón de esa belleza está 101% ocupado. Está enamoradísimo de alguien.
-Cielos Shin Bae-yah, ¿cómo sabes tanto de él en tan poco tiempo? -cuestiono sorprendida con una sonrisa que creo que expresaba mi admiración hacia el menor.
-Pues, hice llover preguntas sobre él. Recibí muchas respuestas, unas más claras que la luz del sol y otras tantas un poco aéreas, pero con la gran cantidad de preguntas que le hice, conseguí que me dejara pistas cruciales, ya sabes, piezas al azar que cuando las colocas en el lugar correcto, el rompecabezas queda completito.
Shin Bae se acercó más a mí, tomando mis manos entre las suyas con suavidad y mirándome enternecido, pero con ribetes de preocupación en sus facciones.
-Por favor, dime que pusiste atención a lo que dije, pues tengo miedo por ti, ¿sabes? a partir de hoy casi no podré verte y ahora estarás todo el tiempo acompañada del muñeco. No quiero que caigas por él y luego salgas lastimada. Te digo todo esto porque sé que sería fácil enamorarse, ya que el niño es un bombón que le provocaría apetito hasta a alguien que acaba de comerse 6 bandejas de kimbap + tres tasas de ramen + un tarro de helado.
-Oh, ya volvió -anuncio soltando una de mis manos para señalar con entusiasmo detrás del de los risos por sobre sus hombros, lo cual hizo que éste se girara para ver al chico lindo del que hablábamos caminando hacia nosotros con su sonrisa geométricamente hermosa, un sixpac de latas de cerveza en cada mano y mi guitarra colgando tras su espalda.
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Ya había pasado un buen tiempo después de caer la noche. Los tres pasamos horas, entre canciones, tragos, chistes, anécdotas y risas. Tae Hyung y Shin Bae ya se habían ido, pero yo seguía aquí disfrutando del viento y de la vista, no tenía sueño en lo absoluto, aún era temprano y mi felicidad era tanta que decidí continuar celebrando sola en compañía de mi guitarra y mis canciones.
Tae Hyung se ofreció a llevar a Shin Bae para explicarle todo lo relacionado a su ausencia en persona a su novio. El amable castaño me dejó anotada la contraseña del apartamento y me dijo que trataría de llegar antes que lo hiciera su hermano Jin, quien se había ofrecido a traer la cena, así que si sentía ganas de descansar solo tenía que bajar al treceavo piso.
Me quedaba el fondo de mi cerveza y me lo tomé de un trago, luego fui al refrigerador de mi apartamento por una más y regresé hasta el sillón, subí por encima de del asiento quedando sentada en la amplia cornisa descansando uno de mis pies en el respaldo del mueble, tal como se había sentado Tae minutos antes de irse, bueno casi igual porque mis piernas son muy cortitas en comparación con las de él.
Repentinamente llega hasta mis oídos un sonido de lo que parecía ser un resoplido, el cual capturó mi atención.
-Ya han pasado 5 minutos desde la última canción... ¿Será que ese es final de tu repertorio señorita de la azotea?, si es así, qué lástima, de verdad quería seguir escuchando.
Una voz tenuemente ronca, pero suave al mismo tiempo; una voz desconocida, pero que daba a entender de la ternura que posiblemente emanaba de su dueño. «Oh santo cielo estrellado de la noche, él debe ser la persona de la que Tae hablaba, ¡Es el hermano de Tae! y ¡Ufff! ¡Qué alivio que no le moleste mis ruidos!»
-¿Aló? ¡Señor cielo! ¿Será mi imaginación o una de tus estrellas me está hablando? ¡En serio!, me alegra saber que no estoy molestando, de verdad es un gran alivio.
-¿Escuchaste lo que dije?
«Oh, oh... ¿No hablaba conmigo?» Me di un golpe mental.
-En efecto. Desde que "ya han pasado 10 minutos" si dijiste algo antes de eso, no alcancé a escuchar, ya que fui por una cerveza.
-¿Cerveza? Ewww...
-¿Qué tiene de malo? estoy celebrando...
-¿Dijiste estoy? ¿Estás sola ahí arriba?
-Si, y repito: ¿Qué tiene de malo?
-Nada, es que honestamente no soy muy amigo de la cerveza, pero, aun así, la pruebo de vez en cuando en las veces que me reúno con mis Hyungs, ya sabes, para no verme tan pusilánime frente a ellos.
-A decir verdad, hoy es la primera vez que la pruebo. Esta es mi tercera lata, las otras dos me las tomé en compañía de mis amigos.
-Al parecer a ti sí que te ha gustado.
-No es como piensas. De hecho, no creo que es mejor que el jugo de limón y honestamente, la sigo tomando para probar si puedo acostumbrarme porque veo que los demás encuentran que...
-Espera un momento... disculpa, pero el dueño de este apartamento está a punto de salir y me están llamando, me tengo que ir.
«¿Cómo, no es el hermano de Tae?» Otro golpe mental.
-E-entiendo, ha sido un gusto hablar contigo, chico del firmamento.
-El gusto ha sido mío, chica de la azotea ¡Adiós!
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