60. Se repite la historia...
Unos cuantos años después...
Pablo no podía dejar de mirarla. Desde que había llegado a esa fiesta, sus ojos no apartaban la mirada de la rubia de ojos azules. Había venido aquí por ella. Y aún no se había acercado ni a decirle hola.
- He oído decir a Javi Cremades que esta noche le va a tirar a Aura
Matías Collado, su mejor amigo y el hijo de su segundo entrenador, puso su brazo alrededor de sus hombros señalandole al chico que avanzaba hacia el objeto de su deseo.
- Pues nada. Aquí mueren mis posibilidades
Pablo le dio un largo trago a su refresco y se dio la vuelta para no tener que ver como Aura se iba con el otro.
- Eres un pelin dramático Pablo Torres
- Soy realista, que es diferente
- Si te acercaras a ella y le hablaras, otro gallo cantaría
- Ya le hablo -le contestó Pablo algo fastidiado
- Los cumpleaños y las reuniones de familia no cuentan
- Mira, da igual. Que haga lo que quiera. Si acaba con ese idiota es que esa tía no es para mi
- ¿Y tú no has pensado que el que tengáis el mismo apellido es vuestro destino?
- Nuestros padres son amigos de toda la vida. Su padre es mi entrenador. Eso no es el destino, es la realidad de la vida
- Tú sigue engañandote Pablito -Matías le dio una palmada en la espalda y se separó de él
- Además, que ya estoy viendo los titulares de la prensa Pablo Torres, el hijo del ex-jugador del Real Madrid Ferrán Torres, sale con la hija de su entrenador Pau Torres.
- Pues nada. Que disfrutes la noche. Me voy a buscar a mi novio
Matías le dio una palmada en el hombro y lo dejó tal y como lo encontró, solo. Pablo terminó de beberse su bebida y decidió salir de la estancia para no tener que ver a Aura.
Su enamoramiento por la rubia era muy cliché. Se conocían desde pequeños, eran mejores amigos y al llegar a la edad adulta, él se había cuenta que lo sentía por ella, era algo más. Pero, aquí se acababan sus aspiraciones románticos.
Dio un par de vueltas por los alrededores de la casa, hasta que vio a un par de chicas de su clase con las que no les apetecía hablar lo más mínimo. Abrió la primera puerta que se encontró para esconderse, y resultó ser un amplio vestidor de uno de los pasillos de arriba.
- Ay, me estás pisando
Pablo dio un respingo sin poder creerse que hubiera alguien más en el armario. Y al parecer, era una chica.
- Lo siento -se excusó Pablo algo azorado
- ¿Pablo? ¿eres tú?
El pequeño de los dos hijos de Ferrán Torres y Rebeca, sintió un ligero temblor al oír la voz que pronunciaba su nombre y dio las gracias al cielo, por la suerte que había tenido de estar en el mismo armario con la chica que le robaba sus sueños.
- ¿Aura? ¿qué haces aquí?
- Esconderme de Javi Cremades. ¡Está de un pesado! Anda, dame la mano
Pablo alargó su mano hasta rozar los dedos de la chica. En cuanto sus dedos se entrelazaron, tiró de ella hasta acercarla hacia su cuerpo. Pero, no calculó la distancia, y Aura acabó chocando contra su pecho. Pero lejos de retirarse, la rubia se quedó con sus manos sobre el pecho del chico.
- ¿Y tú qué haces aquí Pablo?
- Pues lo mismo que tú. Esconderme de las chicas de mi clase. También son muy pesadas
- ¡No me extraña que lo sean!
- ¿A qué te refieres Aura?
- Pues...que...eres muy guapo Pablo y le gustas a muchas chicas del insti
Aura se mordió los labios y sintió sus mejillas arder. Menos mal que Pablo no podía verla porque ahora mismo estaba muerta de verguenza de estar así con él, y también, porque no era capaz de quitarle las manos de encima.
- ¿A muchas? ¿a ti también?
Quizás fuera la situación. Quizás que estaban solos y nadie los podía molestar. Pero él ya estaba harto de esconder lo que sentía por Aura Torres. Y pensó que, o se lo decía ahora, o nunca lo haría.
- A mi la primera, Pablo
Aura decidió que ya que él preguntaba de una forma tan valiente, ella también le respondería de la misma manera. Pablo le gustaba. Y mucho. Y estaba harta de que las tías lo persiguieran.
- Aura. Que tú me gustas para algo más que para pasar el rato, que te quede claro
Pablo puso sus manos en la cintura de Aura y poco a poco se acercó a ella. Su aliento cosquilleó en sus mejillas y buscó su boca a tientas en la oscuridad. Pero, no tardaron en encontrarse. En cuanto hicieron contacto, sintieron un estallido a su alrededor y como sus labios buscaban el del otro probándose y conociéndose. Estuvieron así lo que les pareció horas. Disfrutando de sus besos, de sus primeras caricias y de como sus corazones latían al mismo ritmo.
El ritmo del primer amor.
Meses después...
Hoy era el cumpleaños de las gemelas de Pau y Verona. Estaban invitados todos sus amigos. No todos los días se cumplían 18 años. Aura no había soltado la mano de Pablo durante toda la fiesta. Llevaban unos pocos meses juntos pero en sus rostros se reflejaba el amor que sentían el uno por el otro.
- Increíble. Mi hija ha seguido mis pasos -dijo Pau dándole otra cerveza a su amigo Ferrán- está saliendo con su amor de juventud
- Por lo menos ellos no han tardado tanto como hicisteis tú y Verona -le recordó él con una sonrisa
- Al final no puedes hablar cuando tienes hijos -le dijo Rebeca acariciando su vientre. Aunque aún le faltaba para dar a luz, ya se encontraba bastante pesada
- ¡Mamá! ¡Mamá! -Vera llegó hacia donde estaba su madre terriblemente emocionada- ¿a qué no sabes a quien he conocido hoy?
- ¿A quién cariño? -le preguntó Rebeca acariciando su mejilla
- ¡A Álvaro Rico! ¡Es tan guapo mamá! Y ya sabes lo mucho que me gusta -le dijo ella sonriendo ampliamente
- ¿Y ese tío quien es? -le preguntó Ferrán a su hija con cara de asco
- El del poster que tengo en mi cuarto, papá -le contestó Vera cada vez más ilusionada
- ¡Mierda! -contestó Ferrán llevando sus manos a la cara- me temo que esta historia, ya la he vivido
** Aquí acaba esta historia. Es increíble lo emocionada que estaba cuando la empecé a escribir y como terminarla ha supuesto un verdadero esfuerzo para mi.
Esta idea sobre Pau, se me ocurrió hacerla sobre la marcha cuando estaba escribiendo los capítulos finales de la historia de Ferrán.
Pau Torres es y siempre será mi persona favorita. Algunas personas también lo han conocido a través de mis historias, algo que me llena de ilusión.
En lo que queda de año no voy a publicar nada más (no me lo creo ni yo, pero, tengo que cumplir mis promesas, igual que Pau y Verona). Si es cierto que tengo varios proyectos en mente, pero, esta vez los voy a cuidar y mimar mucho para que sean perfectos.
Así que, nos vemos pronto con otra locura de las mías.
Muchos besos y abrazos para todos los que habéis leído y apoyado esta historia ***
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