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46. Lo que trajo la Navidad

Lunes 23 de diciembre de 2024

Pau sigue durmiendo a pierna suelta. Anoche jugó el último partido antes de las vacaciones de Navidad y vino bastante tarde. En un rato nos iremos a Villarreal para pasar allí la Navidad. Íbamos a echar a suertes con quien pasábamos la Nochebuena, pero, no hizo falta, porque nuestras madres ya lo han organizado todo. Harán una cena para las dos familias en casa de los padres de Pau. 

Me meto en el baño y me doy una larga ducha disfrutando del agua caliente. Salgo y me seco el pelo con una toalla dejando que se me seque al aire. Me pongo otra toalla alrededor del pecho y salgo para vestirme. Pau ha encendido la lamparilla del cuarto y está medio recostado en la cama cual dios griego. Su mirada cae sobre mi cuerpo y sus ojos lo recorren con deseo. Siento como una oleada de calor me sube por los pies hasta instalarse en mi pecho. 

- Ven aquí Roni

Pau alza una de sus manos en mi dirección. Su tono de voz es algo ronco pero autoritario. Le cojo la mano que me tiende. Tira de mi hasta tenerme más cerca de la cama. Recorre mi brazo lentamente hasta llegar al nudo de la toalla. Lo desata dejando que caiga al suelo. Aparta con su otra mano la sábana que lo cubre. Está desnudo. Con su pene al aire, listo para recibirme. 

Pau vuelve a tirar de mi para que me suba en la cama. Paso mis piernas por encima de él y me siento encima. Sus manos van directas a mis pechos. Los estruja, pellizca, acaricia con sus dedos haciendo que me retuerza encima de él.

-Me encantan tus tetas

Pau se inclina mojándose los labios. Me acerco a él buscándole la boca. Él me hace un amago acabando sus labios en mi cuello. Lo recorre lentamente con su lengua dejando un rastro de húmedos besos hasta subir de nuevo a mi mandíbula. Siento sus manos como se posan en mis caderas. Me estruja los cachetes clavándome los dedos. 

- Súbete Roni

Bajo mi mirada hasta posarla en su pene. Lo tiene entre sus manos mientras me está mirando. Sólo tengo que inclinarme un poco y dejarme caer encima suya siendo yo la que lo embisto con fuerza. 

- Joder Pau -le digo recibiéndolo completamente en mi interior

- Haz lo que quieras conmigo pero no pares de moverte Roni

Me agarro a sus hombros y empiezo a moverme de arriba a abajo tal y como yo quiero. Su boca va hacia mis pechos besándolos y lamiéndolos con su lengua. Son pequeños y tibios toques que hacen que me vuelva aún más loca. Pau me agarra de las caderas ayudándome a moverme. Me acerca más a su cuerpo y alza sus caderas para moverse a mi compás. Echo mi cabeza hacia atrás sin dejar de moverme, sin dejar de recibirlo dentro de mi. Dándole todo. 

Segundos, minutos, pierdo la noción del tiempo. Siento todo mi cuerpo estremecerse y como me tiembla todo. 

- Pau... -le digo medio balbuceando. Él me da una media sonrisa y sin previo avisa me da la vuelta dejándome tumbada en la cama

- Te quiero tanto Roni

Sus dedos acarician mi mejilla muy lentamente. Va moviéndose despacio entrando y saliendo con toda la calma que no hemos tenido antes. Subo mis piernas recibiéndolo aún más profundo. El roce de nuestras caderas llenan la habitación. Mis jadeos aumentan de volumen mientras le busco la boca para que me los calle. 

Pau aumenta el ritmo y su azulada mirada se queda fija en la mía. Mis manos recorren su espalda desnuda. Arqueo mi espalda sintiendo de nuevo esa sensación, la que perdí antes de que me diera la vuelta. Mis uñas se clavan en sus hombros. Mis dientes arañan su piel. Tengo que gritar. No puedo aguantar más. Me tenso recibiendo el orgasmo que se apodera de todo mi cuerpo. Él lo sabe. Él me busca aún más. Su boca recorre la mía, su lengua se pierde contra la mía. 

- Mi Roni, mi preciosa Roni. Me voy contigo mi amor

Pau levanta su cabeza apretando su mandíbula. Grito su nombre perdida totalmente en él. Me agarro más a su espalda mientras él entierra su cabeza en mi cuello. Mi nombre en sus labios es música, es dulzura, es todo el amor que le tengo. Intentamos recuperar ambos la respiración. Pau levanta su cabeza y me sonríe de esa manera que él tiene que me hace sentir tremendamente especial. 

- Ha sido un polvo de la hostia Roni

Pues nada. Pau Torres. Mi prometido. Y romántico a más no poder. Y es mío. Sólo mío

El teléfono de Pau suena con insistencia en el dormitorio. Le he gritado ya un par de veces que lo coja hasta que lo hace. Estoy terminando de recoger la cocina. En cuanto él se vista, nos vamos a casa. El jueves tengo que ir a probarme el vestido de novia para ver si hay que hacerle algún arreglo y también tenemos que repasar algunas cosas de la boda. Dos meses. Sólo dos meses para casarnos y ahora es cuando me estoy empezando a poner nerviosa. Mi yo de 15 años estaría alucinada de pensar que va a casarse con Pau. Aún hay veces que yo no me lo creo.

Aunque no estoy muy feliz del todo. Mientras nosotros nos vamos a pasar la Navidad a Villarreal, Tania tiene que quedarse en el Centro de Acogida. Pedimos permiso para poder llevárnosla, pero al no ser fin de semana, no nos dejaron. Y me da una pena terrible no pasar las Navidades con ella. Con la ilusión que le hacía estar con nosotros. Es que no veo la hora de que podamos acogerla por fin. Creo que ese día será el más feliz de mi vida. 

Escucho sus pasos por el pasillo mientras yo termino de guardar los últimos cubiertos del lavavajillas. 

- ¿Quieres que conduzca las primeras horas? te lo digo por si estás un poco cansado

Me doy la vuelta para ver a Pau y lo veo con el teléfono en la mano y la cara desencajada, haciendo que me asuste un poco. 

- ¿Qué pasa Pau?

- Es Tania... -un escalofrío recorre todo mi cuerpo pensando en la niña, en mi niña. Me voy hacia él con lágrimas en los ojos tremendamente asustada

- ¿Está bien? ¿ha pasado algo?

- Si que ha pasado si -me llevo las manos a la boca y me agarro a su cintura muerta de miedo- tenemos que ir al centro de acogida Roni

Lo que siento ahora mismo es una mezcla de miedo, alegría, tremenda responsabilidad y una enorme ilusión. Pau y yo estamos esperando a Tania en una de las salas. Mi rubio no para de dar vueltas nervioso y me está poniendo más a mi.

- Estate quieto Pau -le digo medio regañándole

- No puedo. Estoy nervioso. Quiero verla

- Y yo también -me acerco a él y dejo que me abrace. Estamos así unos minutos hasta que escuchamos la puerta abrirse. Nos separamos y Tania aparece por la puerta mirándonos a los dos bastante alucinada

- ¡Pau! ¡Roni!

Mi pequeña viene hacia nosotros y nos separamos para abrazarla los dos. Sus bracitos se deslizan por mi cuello y yo la abrazo bien fuerte. Ella le pasa otro brazo a Pau y estamos así unos cuantos segundos. 

- ¿Qué hacéis aquí? -nos pregunta ella con esa carita sonriente que tanto me gusta

- Peque -le dice Pau quitándole el pelo de la cara- que hemos venido a por ti

- ¿Para que pase la Navidad con vosotros?

- La Navidad, Nochevieja, Año Nuevo, y Enero, Febrero, Marzo... -le contesto yo viendo como a ella le cambia la cara 

- ¿De verdad?

- De verdad mi niña -le dice Pau con lágrimas en los ojos. Está igual que yo de emocionado- nos han dado el Acogimiento. A partir de hoy vas a vivir con nosotros hasta que podamos adoptarte

El grito que da Tania cuando se lo decimos es una de esas cosas que no voy a olvidar en la vida. Nos abrazamos los tres en una mezcla de lágrimas, alegría y de todo un poco. 

- Ésta va a ser la mejor Navidad de mi vida

Villarreal

Tania no ha parado de parlotear en todo el camino. Hemos hecho miles de planes con ella y está tan feliz de vivir con nosotros que ni ha protestado cuando le hemos dicho que la vamos a matricular en el colegio. Creo que ahora mismo, todo lo que digamos nos va a decir que si. Aparcamos el coche en la puerta de la casa de Pau y ambos nos quedamos en silencio unos segundos. 

- Peque -le dice Pau a Tania girándose para hablar con ella- ¿eres consciente de que ahora te va a cambiar la vida? Vas a tener muchos primos, tíos, mis compañeros del equipo que están locos contigo...

Tania nos mira a los dos con una ilusión enorme en la cara. Juro por dios que soy tan feliz que ahora mismo no hay nada en el mundo que pudiera estropearme este día. Nos bajamos del coche y yo la ayudo a quitarse el cinturón. La cojo en brazos y la dejo en el suelo. 

- ¿Esta es vuestra casa Pau? -pregunta ella mirando las dos plantas de la casa

- No, cariño. Esta es la casa de mis padres, de la abuela Luisa. Nosotros vivimos en un ático. Luego iremos. Quiero darles una sorpresa a las dos abuelas. 

Pau le dice a Tania que se ponga detrás de él. Me da a mi la llave de su casa y yo la abro llamando simultáneamente al timbre. Entramos despacio y a los pocos segundos aparecen Luisa y mi madre con un delantal puesto.

- Llegáis tarde -me dice mi suegra señalándome con la cuchara- teníais que haber llegado hace dos horas

- Es que hemos recogido un paquete por el camino -les dice Pau mientras escucho a Tania reir. Mi suegra frunce el ceño y la cara le cambia cuando mi niña sale de detrás de él

- ¡Sorpresa! -grita Tania. Al momento se ve rodeada de dos señoras que no paran de besarla y que la cogen en brazos mientras le dicen miles de tonterías. Pau me rodea los hombros con uno de sus brazos y me da un beso en la mejilla

- Soy tan feliz que creo que se me va a salir el corazón del pecho

Giro mi cabeza para mirarlo. Para ver a ésta persona que me ha cambiado la vida en sólo un año. Voy a casarme con él. Tengo una preciosa niña de 6 años a la que espero adoptar algún día. Y soy feliz. 

Dios, déjame como estoy, que así estoy bien.

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