4. La Promesa Del Futuro
Cuando tenían 15 años
Pau estaba en su habitación haciendo como que estudiaba. Odiaba las matemáticas con cada poro de su piel. A él lo que le gustaba era jugar al fútbol. Pero su madre decía que tenía que ser un hombre de provecho, porque futbolistas había muchos, pero buenos y que llegarán a algo, muy pocos. Su madre era la hostia dando ánimos.
Unos toques en la puerta le hicieron darse la vuelta y meter de nuevo la cabeza en su libro. La puerta se abrió entrando su amiga Verona, con lo cual respiró aliviado.
- Tú madre ha ido al Carrefour. Ya puedes dejar de hacer como que estudias - le dijo ella sentándose en la cama
- ¿Cómo te ha ido? - le preguntó Pau cruzando sus brazos. Sus ojos canela lo miraron y soltó un suspiro de fastidio.
- Me ha dejado
- ¿En serio? -Pau se sorprendió. Se suponía que ese chico bebía los vientos por su amiga. No había parado hasta que consiguió salir con ella.
- Dice que está muy agobiado y que ahora mismo lo único que quiere es estar con sus amigos y pasarlo bien...
- ¡Que gilipollez Roni!
Pau era el único que la llamaba así, y al único que se lo permitía. Vivían en el mismo bloque. Puerta con puerta. Eran amigos de toda la vida. De los que van a la guardería juntos y sigues con la amistad años después. Una amistad sana, sin romance de por medio. Amigos y punto.
- Me da igual Pau. En serio. No me voy a calentar por un tío que no quiere estar conmigo. Ya estoy harta. Soy demasiado intensa
- Ni caso Roni. Ese es tonto perdío y tú más...
- ¿Yoo? ¿Porqué?
Verona se dejó caer en la cama y se apoyó en sus codos mirando a Pau. Se quito las zapatillas y esperó la respuesta de su amigo.
- Te dije que iba a lo que iba y a ti te dio igual Roni
- Es que me ha dado igual. Le di mi virginidad, lo hemos pasado bien y ya está
- ¡Joder Roni! Pues si que te ha dolido
- Para nada. No voy a hacer un drama. Tengo asumido que no tendré novio formal en la puta vida y que no me casaré...
- Con esa actitud tan optimista desde luego que no. Pero en la vida no todo es casarse Roni
- Para mí madre si, que lleva preparando mi ajuar desde que tenía 12 años
- ¿Ajuar? ¿Eso que es?
- Cosas de abuelas. En fin. Supongo que me quedaré para vestir santos
- Eres muy dramática Roni -le dijo Pau rodando sus ojos
- No, soy realista. Si nadie se casa conmigo, ¿lo harías tú? Como favor de amigos - Pau la miró y empezó a reirse
- Vale, por mi bien. Pero no esperes que me case mañana
- ¡No tonto! Si llegamos a los 23 y ninguno tiene pareja, nos prometemos y nos casamos ¿qué te parece?
- ¿Y porque 23?
- Porque supongo que a esa edad ya habremos madurado mentalmente. Yo más que tú, pero bueno
- Soy mayor que tú Verona
- Dos semanas Pau, no lo flipes. Además, yo soy más lista
- Y yo más guapo
- Y más modesto - le contestó ella rodando sus ojos
- Admitelo Roni, ahora mismo estás que te chorrea todo por mi
- Uy si. Estoy que no vivo. No sé quién me sujeta para no lanzarme a por ti y hacerlo a lo salvaje
- Pues cuando quieras, ya sabes - Pau le guiñó un ojo y se levantó su camiseta, mientras se pasaba la mano por su abdomen- aquí me tienes para tu uso y disfrute
Verona trago saliva mirando a su amigo. Joder. Desde que estaba entrenando se había puesto más bueno todavía y prueba de ello eran esas abdominales que lucia. Apartó la mirada de ellas y alzó sus ojos hasta cruzarse con los de su amigo. Esa mirada, esa tan diferente, fue la que supuso el inicio del cambio. Aquí, en este momento, fue cuando ambos empezaron a darse cuenta de que ya no eran unos niños y que estaban empezando a mirarse de otra manera.
- Lo que tú digas Pau. Bueno que ¿vale o no vale?¿Que me dices?
- Que vale. Pero mejor lo dejamos por escrito por lo que pudiera pasar -le dijo Pau buscando un folio en un cajón. Verona se incorporó en la cama y se sentó mientras Pau sacaba el folio y lo ponía encima de la mesa- además que seguro que a esa edad soy futbolista de élite y vendrás a reclamarme que te de lo tuyo
Verona miró a su amigo y le dió un pequeño puñetazo en su hombro.
-Si no te le he pedido ya, no creo que lo haga a los 23...creído que eres un creído...
- Admite que estoy muy bueno Roni -le dijo él con una chulería que le hizo hasta gracia
- Si claro, y me quitas el sueño por la noche, no te jode. Anda escribe
Durante los siguientes minutos Verona y Pau escribieron de su puño y letra su plan de futuro. Al terminar ambos lo firmaron y se miraron sonriendo.
- Pues nada, espero encontrar novio antes Torres, no querría yo ser tu criada
- ¿La mía? Cállate que no sabes ni poner una puta lavadora Valdés
Verona le dio un pellizco en su mejilla y se tumbó de nuevo en la cama. Pau dejó su asiento y se tumbó al lado de ella. Permanecieron en silencio unos segundos simplemente pensando cada uno en sus cosas.
- ¿Tú piensas en el futuro Pau?
- No mucho la verdad. Aunque sé lo que me gustaría Roni
- ¿Y qué te gustaría?
- Me encantaría triunfar en el fútbol. Ver un estadio lleno coreando mi nombre. Ese sería mi gran sueño
- ¿El Bernabeú?
- El que sea Roni. Pero si, por pedir, el Bernabeú no estaría mal, ¿y tú?
- Con llegar viva a mañana me vale Pau
Pau sintió una punzada en su corazón. Su amiga acababa de perder a su padre hacia sólo unos meses y a día de hoy, aún no lo había asimilado del todo. Pasó su brazo por detrás de sus hombros y la atrajo a su pecho. Ella descanso su mejilla en el agarrándose a su cintura.
- A mi siempre me vas a tener Verona. Mientras pueda, estaré a tu lado
- ¿Me lo prometes?
- Te lo prometo. Eres mi persona favorita, no lo olvides nunca
Verona sonrió y cerró sus ojos abrazada a él. Pau era su calma, la única persona que sabía tranquilizarla. Abrió un poco sus ojos de nuevo para mirar el folio que descansaba en la mesa.
Tampoco sería tan malo acabar casándose con Pau. Seguro que sería hasta divertido.
Aquel papel, aquella pequeña carta redactada una tarde de risas, quedó guardada en un cajón. Aunque Pau siempre la llevaba consigo. Creía que le daba suerte, porque desde aquel día que ambos firmaron su promesa, las cosas empezaron a irle bien al castellonense.
Pau jugaba en la cantera del Villarreal y poco a poco fue ascendiendo en el equipo, hasta que con 18 años debutó en el primer equipo. Ese día su amiga Verona fue testigo de como nacía una estrella, la estrella Pau Torres. Siguieron siendo amigos, pero ya no se veían con la misma asiduidad. Verona empezó a estudiar en la Universidad en Valencia y se fue a vivir a un piso de estudiantes. Solo iba a casa los fines de semana y no todos.
Los padres de Pau hacia tiempo que se habían comprado una casa a las afueras del pueblo y dejado atrás el barrio donde se crió Pau. Los dos amigos siguieron en contacto, pero crecieron y maduraron. Cada uno tenía sus amistades y otras metas en la vida. Pero procuraban siempre por lo menos una vez a la semana o llamarse o tener una larga conversación por whatsapp. Eso era innegociable.
Una tarde de julio, cuando Verona había terminado los exámenes de su segundo año en la facultad, paseaba por el centro del pueblo cuando pronunciaron su nombre desde un bar. Se giro y sonrió ampliamente al ver a Pau que le hacía gestos con la mano para que se acercara.
Verona tragó saliva con fuerza. Llevaba tiempo sin ver a Pau. Muchos meses. Lo vio aún más guapo, más atractivo, y todo se le removió por dentro. Recordaba el verano pasado y lo que creyó sentir por él, volvió de nuevo con más fuerza.
Ella camino hacia él y ambos se fundieron en un cariñoso abrazo.
- ¿Donde ibas Roni?
- A comprarme unas zapatillas. Me voy con una amiga al Camino de Santiago y se me han roto las que llevaba de repuesto, ¿y tú?
- Tomando algo con mi novia
- ¿Novia? ¿En serio? Esto no me lo pierdo
Verona disimuló como pudo la punzada que sintió en su estómago. Saber que él tenía novia le rompió un poquito el corazón. Pero era lógico. Pau era muy guapo y era cuestión de tiempo que la tuviera.
Él puso una mano en la cintura de su amiga y la guió hacia dentro del bar donde su novia y la hermana de ella lo esperaban sentados. Las dos chicas casi ni levantaron la cabeza cuando ellos llegaron.
- Martina - le dijo Pau llamando su atención. La rubia de labios operados alzó su cabeza del móvil y miró a Pau fastidiado- quiero presentarte a mi amiga Veróna
- Ah. Hola - le dijo ella con cara de asco- enacantada
La tal Martina siguió mirando el móvil con su hermana. Pau resoplo fastidiado y le hizo un gesto a Verona para que se sentara a su lado. Le pidió una coca - cola sin perder de vista a las dos hermanas.
Ambos amigos se preguntaron por la familia. Al no vivir tan cerca, tenían muchas cosas que contarse, aunque sus madres seguían siendo amigas y quedaban de vez en cuando.
- A África le encantó el regalo -le dijo Pau a su amiga
- Lo sé, me mandó un audio diciéndomelo y que ya se pondría otro día el vestido de comunión para que la viera. Mi madre le hizo un montón de fotos. Tú hermana estaba guapísima por cierto
- Se parece a mi Roni, por eso es tan guapa. ¿Y que tal la carrera?
- Pues muy bien Pau. Por suerte los dos años que llevo no me ha quedado ninguna
- ¿Y tú que estudias? - le preguntó Martina alzando su cabeza para mirarla con detenimiento
- Audiovisuales - respondió Verona con orgullo
- ¿Eso es lo de poner filtros en las fotos?
- Entre otras cosas si -Verona reprimio una carcajada y asintió
Martina y su hermana se levantaron recogiendo sus cosas. La rubia se acerco a Pau y le dio un beso en la mejilla.
- Nosotras nos vamos Pau que tengo hora para hacerme las uñas. Encantada Venecia
Martina y su hermana salieron dándose aires. Verona no se molestó ni en corregirla. Giro su cabeza mirando a su amigo.
- Pero, ¿de dónde has sacado a esta? - le preguntó Verona riéndose
- De la tienda de Dolce Gabánna de El Corte Inglés
- ¿Esto lo haces para no casarte conmigo? - le preguntó Verona cruzando sus brazos
- Faltan 4 años Roni, estoy ensayando mientras, para luego hacer que caigas rendida a mis pies
Verona le dio un puñetazo en el hombro y Pau la abrazó. Con uno de esos abrazos que se daban y que solo eran exclusivos de los dos.
- ¿Y tú, algún novio? ¿Alguien a quien le tenga que pegar?
- Nop. Paso de novios. Me lie con un italiano que estaba de Erasmus y hasta luego Lucas. Me ha invitado a ir a Sicilia, pero le estoy haciendo ghosting
Siguieron hablando un rato más hasta que la castaña miró su reloj y vio que era casi la hora en la que cerraban las tiendas.
- Tengo que irme Pau. O me compro las zapatillas o me voy descalza
- ¿Te vas mañana?
- Si, a primera hora. ¿Y tú que vas a hacer estas vacaciones?
- Martina quería ir a Las Maldivas, pero creo que se va a ir con ella su puta madre
- ¡Pau! - Verona le dio una palmada en su pecho y ambos se rieron- anda, ven conmigo a comprarme las zapatillas
- Si luego me invitas a cenar en tu casa. Quiero pizza de la que tú haces
- No tengo queso
- Lo compramos
- Vale. Está bien
Pau abrazo a Verona y salieron del bar abrazados. Era como sino hubiera pasado el tiempo y tuvieran otra vez 15 años y no los 19 que cumplieran a principios de año. Porque él los cumplió a mediados de Enero y ella quince días después.
- Te he echado de menos Roni
- Y yo a ti
- Prométeme que nos veremos mas
- Prometemelo tú, que aquí el famoso es usted Señor Torres
- Para ti tu futuro prometido
- ¡Más quisieras! - le dijo ella en plan diva
- Eso digo yo, qué más quisiera
Siguieron caminando en silencio. Disfrutando simplemente de estar juntos. Ninguno quería dejar de abrazarse. Querían alargar ésta noche todo lo que pudieran.
- Sigues siendo mi persona favorita Verona
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