Vendido
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- Oh! Mi niño.- Hyuna abraza a Jimin entre leves lamentos.
- Nana - murmura suavemente sin dejar de abrazar a su mayor
¿Qué podría decir?, después de la visita de Yoongi, su padre se había quedado hablando con él, arreglando los ajustes de la "Oferta", mientras él se resigna en separarse de las únicas dos personas que aparte de su madre ha querido, su hermana y nana.
Cierra sus ojos, tratando de atesorar aquel dulce perfume que tiene su nana.
- ¡Es poco tiempo!.- lo exclama y reprocha el peliazul.
- No me importa si es poco o mucho.- se lo dice Heeso hacia su hijo que se mantiene de pie enfrente de su escritorio- Tú te casarás este sábado y me importa poco si estás o no de acuerdo.- lo concluye fríamente.
- ¡Pero!
- Nada de peros Jimin, y más te vale que me obedezcas, si no quieres sufrir las consecuencias.- lo amenaza Heeso, sin importarle los sentimientos de su hijo.
Jimin solo siente unas enormes ganas de gritar, de golpear a su padre, pero con ello ¿Qué gana?
- ¿Podrán estar Lisa y Hyuna?.- lo pregunta Jimin viendo a su padre.
¿Cómo podría tener los mismos ojos que él?
- Si es lo que quieres.- se lo dice, despreciando a su hijo, ese mocoso tiene la misma imagen que su madre- estas advertido Jimin, cualquier cosa que hagas que yo no apruebe te las veras conmigo, soy tu padre y merezco que me obedezcan.-lo termina de decir al cortar cualquier estupidez.
- Iré a que me prueben el traje.- se lo hace saber.
- Tienes que comenzar a preparar las cosas para tu boda, aunque Yoongi se encargará de lo demás, debes de irte a comprar lo que necesitarás, hacer las maletas y llévate a esa mocosa contigo y a Hyuna.- se levanta del asiento, para luego comenzar a caminar hacia la puerta - Estaré puntual.
- ¿Vas a entregarme?.- lo pregunta Jimin sorprendido de que su padre quiera asistir a su boda, pensó que se iba a hacer a un lado.
- Pasando las puertas de esta casa eres mi hijo al igual que Lisa, pero dentro de las puertas de esta casa solo eres el bastardo que Samhye me dio.- lo dice Heeso al lanzarle una mirada llena de desprecio a Jimin.
- ¡¿Por eso me estás vendiendo?!.- lo pregunta y grita Jimin lleno de furia al ver como su padre se detiene en la puerta de la casa.
- Es para lo único que me has servido.- lo dice al salirse de la casa, dejando a el peliazul solo.
Para lo único que has servido...
Las palabras de su padre siguen retumbando en su cabeza, ¿Por qué tanto desprecio hacia él?, ¿Qué pudo haberle hecho?.
Respira hondo, recobrando sus fuerzas, limpiando con su mano la única lágrima que se ha asomado por su mejilla, despreciándose por tener algún sentimiento hacia su padre.
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- Jim, ¡mira!.- el grito de entusiasmo que suelta Lisa al ver todas las tiendas a su alrededor;se escucha a gran distancia.
- Mi niño, ¿Quién pagará todo esto?.- lo pregunta Hyuna al estar viajando a lado de Jimin, observando a la pequeña Lisa correr de una tienda a otra.
- Papá dijo que el señor Min esta corriendo con todos los gastos.- se lo informa sintiéndose encajoso con todo lo que le pidieron comprarle y el no poder utilizar nada de su dinero. Por uno de los chantajes de su padre.
"No tendrás nada de lo que te dejó tu madre hasta que cumplas veinte y seis años".
Con esas palabras su padre se las repetía los primeros cinco años de la muerte de su madre, y ahora que tiene veinte y cinco, cuando en un año puede ser independiente, le hace saber.
"Te casarás y tendrás para mí un heredero varón".
Está claro que nunca lo dejaría libre.
- Mi niño, quisiera que no te casáras de ésta manera.- lo dice Hyuna, viendo como su niño de grandes mofletes, empieza a tener esa tristeza en su ojos verdosos, la misma aura que tuvo su madre cuando se enteró de la tragedia.
- Nana siempre has cuidado de nosotros y también cuidaste de mamá cuando era pequeña, se que tu sabes por qué papá nos odia, ¿podrías decírmelo?.- pregunta Jimin, una pregunta que se ha estado formulando desde hace un año atrás.
- No lo se mi niño.- miente. No era capaz de decirle la verdad, no ahora.
- Me hace falta mamá en tantas ocasiones, algunas veces la escucho reír cuando estoy dormido, y es como si siempre cuidara de nosotros.- cuenta viendo a su nana a lado recordando los momentos felices que tuvo con su madre.
- Todos la extrañamos, más Lisa que ella vive con los relatos de mi niña Samhye.- Hyuna sonríe con tristeza al ver a la pequeña viendo los vestidos y trajes de las vitrinas.
- La extraño tanto nana, me hace falta y me hará mas falta el sábado.- lo murmura conteniendo las ganas de llorar, hace tiempo que no llora, por que se ha jurado ser fuerte para su hermana.
- Lo sé, mi niño, lo sé - susurra. Y la mayor se preguntaba ¿Por qué Dios se llevo a ese ángel bondadoso para dejar desamparadas a esas dos criaturas?, todavía recuerda a su niña Samhye, igual que su pequeño Jimin, una imagen hermosa, y un corazón tan valioso, el mismo retrato de ella, por ello Heeso lo odia tanto, por lo menos con Lisa es menos encajoso a diferencia como lo es con Jimin, solo por que Lisa es casi su viva imagen, la misma expresión de sus ojos y gestos.
Pero ella le ruega a Dios, que algún día Heeso sea capaz de pagar por todo el daño que le hizo tanto a su niña Samhye como a su niño Jimin y su nena Lisa.
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- ¡Compramos mucha ropa!.- exclama Lisa al entrar a la habitación de su hermano con todas las cosas que compraron.
- ¿No crees nana que es una exageración?.- pregunta Jimin al ver su cuarto repleto de cajas y cajas de ropa, más bolsas por supuesto.
- Cuando uno se casa debe de lucir muy bien, y mas si tu futuro esposo asistirá a fiestas, me ha dicho que quiere que yo escoja lo mejor que te quede.- lo informa al recordar la breve conversación con el señor Min.
"Irán a comprar ropa, deseo que escoja la mejor ropa para mi futuro esposo, no importa el precio"
Esas palabras se las había dicho y como tal las ha cumplido, comprarle la mejor ropa desde la lencería hasta lo más común.
- Ahora tengo que empaquetar todo.- comenta Jimin con reproche a las dos mujeres.
- ¡Yo te ayudo!.- grita Lisa con alegría para desempaquetar todo lo que está a su paso.
- Recuerda mi niño que mañana iremos por el traje.- lo informa Hyuna al ver como sus dos amores juegan con las cajas, y saber que uno de ellos se va a casar el sábado separándose de su lado un mes o más.
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" Pasaran por tus maletas mañana, debes de tenerlas listas, solo quédate con lo que utilizaras el viernes y el sábado "
Esas palabras habían sido las únicas que Yoongi le dijo en la conversación telefónica, como si se notara molesto, muy molesto con él cosa que no entiende por que.
Ya ha empaquetado todo, incluyendo un lindo conjunto que Hyuna le dio, mencionando que aquello era un regalo que su madre le había encargado a su nana.
Todas sus cosas estaban ya en la camioneta que Yoongi mandó, solo le quedaba mañana y el sábado se casaría, por lo menos podría disfrutar de Lisa.
- ¿Hace falta algo más joven Park?.- lo pregunta aquel hombre.
- No, eso es todo.- contestó al ver como el joven entra a la camioneta, para salir del lugar y perderse en la calle.
El sábado se casaría con un nombre que solo lo ha visto dos veces, platicado una breve conversación donde se aclaraban puntos, en sí, un perfecto desconocido, pero es preferible casarse con el señor Min que con Lee, aquel hombre que no le brinda ninguna confianza.
Me casare mamá y no estoy enamorado, papá me ha vendido.
Lo piensa al ver hacia el cielo que se encuentra en tonos claros, como si comprendiera todo.
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- ¿Jim, recuerdas a mamá?.- lo pregunta la pequeña niña al estar acostada a su lado.
- Si - responde, observando a su hermana.
- ¿Cómo era?.- lo pregunta tiernamente, como las veces anteriores, cuando era pequeña y preguntaba ¿por qué mamá no estaban con ellos?, ¿Por qué mamá no venía a sacarlos de ese lugar feo?, ¿Por qué mamá no se los llevaba al cielo con ella?
Y la más dolorosa de todas las preguntas que su hermana pequeña le hacía era ¿Por qué mamá nos dejó con papá, si él no nos quiere?.
- Tenía ojos verdosos.- lo comienza a decir Jimin con una sonrisa, dejando que su hermana lo enfoque- una sonrisa angelical y esa risa que parecía el canto de los ángeles.- sonríe al recordar cada uno de los rasgos de su madre- su aroma era a jazmín combinado con aroma a campo.- se lo recuerda a su pequeña hermana, también recordaba las ocasiones que se acostaba con su madre y respiraba ese aroma, y como su antigua habitación sigue oliendo a ella.
- ¿Era muy bonita Jim?.- lo pregunta Lisa abrazando a su hermano.
- Muy hermosa.- se lo hace saber correspondiendo al abrazo.
- ¿Crees que mamá esté con nosotros en la iglesia?.- lo pregunta Lisa entre sus brazos, cerrando sus ojos.
- Si, se que estará, tal vez no podremos verla, pero ella está con nosotros siempre - lo último lo susurro, recordando a su madre, tan hermosa.
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Día de la boda.
Abre sus ojos lentamente, observando a su alrededor de su habitación vacía, solo diviso el traje de novio y la ropa que utilizó ayer a un lado de una pequeña maleta.
Alguien se mueve a su lado, y voltea su rostro para sonreír observando a su hermana pequeña, Lisa había insistido tanto en dormirse esos dos últimos días con él que no pudo negarse.
Ambos se habían quedado despiertos por un largo rato platicando, ¿que haría la pequeña Lisa en ese tiempo sola con Hyuna?.
Él sin duda buscaría una escuela en el lugar donde lo llevaría Yoongi, sabía que no estarían mucho tiempo separados, que pronto se volverían a reunir.
Esa pequeña duende, estaba ilusionada por la libertad que estaba ya muy cerca, y él está feliz si su hermana también lo está. No podría dejar más tiempo a Lisa con su padre.
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-¡Niño tonto!.- grita Heeso enojado.
-Perdón - murmura un niño pequeño de rasgos finos.
- Eres un bastardo que nunca debió venir al mundo.- escupió el señor Park al ver a Jimin en el piso.
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Esas palabras lo habían herido tanto a sus cinco años de edad, que corrió a los brazos de su madre por consuelo, preguntándole por qué su papá no lo quería.
Ahora el tiempo ha pasado, exactamente veinte años, y por lo menos ahora sus palabras ya no lo hieren tanto.
"Protege a Lisa, Jim, por favor protégela."
Se lo había prometido a su madre y lo pensaba cumplir, así fuera necesario sacrificar su vida entera en ello, no iba a permitir que Heeso aplastará las ilusiones de su hermana, como él aplastó las suyas.
"Nadie va a quererte, eres un mocoso feo, que no merece la pena ver."
Esas palabras se habían quedado muy grabadas en su mente cuando tuvo su primera fiesta, desde aquel entonces había rehuido de los hombres, sintiéndose feo.
Mamá.
Cierra sus ojos al suspirar profundo, tratando de calmar sus lágrimas, no era hora de llorar, y no iba a hacerlo.
- ¡Buenos días!.- grita Hyuna al abrir la puerta trayendo consigo una bandeja con el desayuno- Como hoy es un día especial, hay un trato especial.- menciona la mayor al ver como Lisa se ha despertando saltando de alegría y Jimin finge estar feliz, pero a ella no logrará engañar, no en balde ha vivido tanto tiempo junto a él.
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- Mi niño~ te ves tan hermoso.- halago Hyuna al ver a Jimin de pie en medio de toda su habitación
- ¿Enserio nana?.- lo pregunta algo inseguro Jimin.
- Tu madre de seguro estaría llorando de la felicidad.
Jimin se ve en el espejo, un traje blanco sencillo pero hermoso ahora liso y puesto en su cuerpo, mostraba sus curvas y vaya que su cabellera azul destacaba de manera gloriosa.
-Si tu madre estuviera aquí estaría muy orgullosa de ti.- hablo con voz suave la mayor viendo a su niño.
- Gracias nana.- agradece abrazando a Hyuna.
- Es tu día pequeño.- le susurra al recordar el día que Samhye trajo a Jimin al mundo.
- Te quiero, nana.- susurra Jimin viendo a la mujer que lo ha cuidado desde pequeño.
- Anda, que el coche no tarda en llegar por nosotros y todavía tienes que terminar de ponerte lo que hace falta.- lo dice Hyuna al sonreírle a Jimin al tiempo que acomodaba la corona con flores de color azul y blanco sobre la cabeza del menor, hermoso. Y pensar que estuvo de esa misma forma cuando Samhye se casó.
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El sonido de un piano seguido de un violín se escuchó entonando una hermosa melodía, y eso quería decir que el novio ya había llegado. Yoongi está en el lugar que le corresponde, su familia sentada en la primera fila, sus hermanos lo juzgaron por eso, pero es algo que debía hacer y el trato ya está hecho.
De lo único que se alegra es que su madre está fuera del país visitando a su tía así que cuando vuelva ya estará casado y podrá presentarle a Jimin de otra forma.
Observa hacia la entrada de la iglesia, primero ve entrar a la nana de Jimin y a su lado la pequeña Lisa la cual está vestida de una forma adorable para una niña de diez años, su vestido color rosa con esa corona de flores rosas, mientras que la mayor utiliza un vestido azul cielo.
La bella melodía sigue y sus ojos negros no se han despegado de la entrada de la iglesia. Abre sus ojos enormemente al observar como una figura masculina pero de cuerpo dócil comienza a caminar del brazo de aquel hombre que le hizo el trato.
Observa como ambas figuras se acercan hacia él, Heeso le ofrece la mano de Jimin que él toma, sintiendo la delicadeza de esta.
Pude ver como el traje blanco que llevaba Jimin le da un toque tierno y sensual, el pantalón abrazando fuertemente las piernas bien formadas del peliazul haciéndolo lucir sexy pero sin llegar a ser vulgar, el brillo que posee la camisa en la área del pecho, simulando una cascada, hace resaltar esa figura hermosa, aunque la verdad le gusta el encaje que tienen las mangas al final, un toque coqueto que resalta su manos haciéndolas ver pequeñas y suaves. Y ni hablar de la corona de flores que mantiene en su cabeza, un lindo y tierno príncipe.
- Hermanos y hermanas, nos encontramos reunidos para celebrar la unión de Min Yoongi y Park Jimin.- lo comienza a decir aquel oficiante enfrente de todos los testigos, algunos perdidos en la idea de que ellos formaban una pareja tan dulce, mientras que otros imaginaban sin estar seguros aquella realidad que envolvía la ceremonía. Una vil mentira
Sin contratiempos la ceremonia continúa con las palabras respectivas hasta el final, que es en donde estos dos hermosos hombres se unen.
Apenas se escuchan las palabras del sacerdote en el cerebro de Jimin, solo puede ver al hombre que será su esposo a la vez que deja que sus labios pronuncien el "acepto", y no puede evitar sentirse inquieto al escuchar suavemente como Yoongi menciona lo mismo.
-Ahora los declaro esposo y doncel, los novios ya se pueden besar.
Aquellas palabras han traído un sin fin de aplausos y gritos para los novios.
Muchos les deseaban felicidad, mientras que a otros les daba exactamente igual.
Y Jimin, bueno, Jimin solo quería que esto terminará ya.
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"Mas te vale que el señor Min no se queje de tu comportamiento, tienes la misma ridícula y estúpida imagen que tu madre"
Una advertencia y unas palabras que lo ofendieron hasta lo más fondo de su corazón, se las había dicho su padre dentro de la limusina, una vez que se dirigieron hacia la iglesia.
Ahora se encuentra dentro de la limusina después de despedirse de su nana y hermana, observando a su marido a su lado, él cual está hablando por teléfono, tal vez informándole a alguien de su llegada.
- Sí, estoy hablando enserio Lysook.- escucha como Yoongi dice aquellas palabras a la mujer del otro lado de la línea, preguntándose si aquella mujer es su amante. Y ahora que está casado debe de estar diciéndole que no se pondrán ver con tanta frecuencia.
Cierra sus ojos, al saber que ellos ya se encuentran cristalinos, no es el momentos para llorar, ahora su vida ha cambiado, está casado con un hombre y debe de cumplir la parte de su trato, lo único que lo consuela es que dentro de poco podrá estar Lisa y su nana a su lado, esa fue la promesa que Yoongi le había hecho.
- Señor Min.- lo llama Jimin al abrir sus ojos enfocando a aquel hombre con ese traje elegante color negro.
- Ahora estamos casados, deja de nombrarme con tanta cortesía, soy Yoongi.- se lo hace saber duramente el mismo pelinegro viendo a su nueva pieza de adquisición, eso mismo le había dicho Hoseok, su hermano, al saber lo que estaba sucediendo.
"Hermano se que no debo de meterme en tus asuntos, pero creo que ese joven no es como lo pinta su padre, ¿Por qué no te das un tiempo para conocerlo?"
¡Bah!, Hoseok debe de estar equivocado, ¿Quién conoce más a sus hijos que su propio padre?, aparte ¿para que mentiría Heeso en todas sus palabras respecto a su hijo?
- ¿Si mantendrá su palabra verdad, Yoongi?.- pregunta Jimin suavemente, ocasionando que Yoongi lo vea fijamente, ¿Qué había sentido cuando él nombró su nombre?, un pequeño cosquilleo en el estómago, eso sintió.
- Eh, sí - lo murmura suavemente Yoongi, girándose para que ese chico no viera lo que en algunas ocasiones le provoca.
"Mi hijo nunca fue lo que pareció permítame decirle señor Min, él puede provocar y después hacerse el inocente, lo que a mi me parece es que tiene mucha más experiencia con los hombres que cualquiera en esta ciudad, aunque me duela decirlo."
Esas palabras le había dicho aquel pobre hombre víctima de su hijo mayor, un hombre que parece que le ha afectado demasiado la vida que lleva su hijo, ahora entiende por que lo ha vendido.
Fija su vista en el paisaje, dentro de una hora y 20 min llegarían a Goseong, la cual queda al sur de Gyeongsang en Corea, cerca del mar, pero la tierra es tan extensa a su alrededor que es perfecta para hacer su producción de ganado y siembra de frutas, flores, verduras y plantas medicinales, aparte de las grandes empresas donde ha invertido capital, por ello de su fortuna.
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- Hemos llegado señor.- lo anuncia el chofer, se estacionó enfrente de la casona, donde una mujer de edad sonriendo está en la puerta de la casa decorada de color crema pastel.
- Joven Min este es su nuevo hogar.- lo anuncia Yoongi al salir de la limusina, para darle una mano a su ahora esposo.
- Es hermoso - lo susurra suavemente Jimin, viendo todo a su alrededor, desde los grandes ventanales de la casa hasta las simples plantas que adornan el césped.
- Pequeño, no me habías dicho que tu esposo sería todo un príncipe.- lo reprocha aquella anciana al bajar las escaleras para recibir a los recién casados.
- Noona.- Yoongi habla de forma amenazante al fulminar a su mayor con la mirada.
- Vamos ángel, debes cambiarte ese lindo traje de novio antes de que se te ensucie, y de paso un buen baño te espera en la recamara.- lo dice aquella anciana hacia Jimin, el cual comienza a guiar escaleras arriba.
- ¿Y yo?.- lo pregunta Yoongi fingiendo ser herido porque su noona no le pone atención.
- Tu puedes esperar.- lo dice la señora al ver a su pequeño, todo un adulto pero a veces un crió- Vamos cielo, debes de estar cansado.- concluye la mayor al seguir guiando a Jimin dentro de la casa.
Ese chico se las iba a pagar, ¿Cómo puede su noona ponerle más atención a su esposo que a él?, ¿No se supone que ella dice que sabe distinguir si una persona es buena o mala?, pues parece que en esta ocasión se ha equivocado porque Jimin es un lecho de mentiras.
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Con un pequeño suspiro baja las escaleras de nuevo como tantas veces lo ha hecho desde que tiene memoria, sus padres fueron los principales ayudantes de los señores Min, ella misma cuido del padre de Yoongi, de la madre del chico y de los pequeños que se han hecho ya adultos; y ahora le llega aquel pequeño animalillo asustado, no sabe lo que ha vivido ese pequeño niño pero presiente que no ha sido algo muy bueno, su intuición nunca le ha fallado y ahora a sus setenta años no lo hará.
- Pequeño Yoongi, ¿deseas comer algo?.- lo pregunta aquella anciana al ver a su niño estar sentado en los sillones del estudio.
- ¿Por qué debes ser tan considerada con mi esposo?.- lo pregunta con reproche Yoongi, mientras que en su mano está un vaso de whisky.
- ¿Qué te traes con ese pobre chiquillo?.- lo pregunta enfada.
- ¡Es un impostor!.- suelta Yoongi enfadado.
- ¡Y tú jovencito eres un mentiroso!.- se lo dice de la misma manera, ella ha sido una segunda madre para los tres niños Min.
- Noona lo digo en serio.- habla Yoongi un poco más tranquilo.
- Y yo te digo en serio que esa pobre criatura está asustado y tú con tu actitud lo único que ocasionaras es lastimarlo más de lo que ya lo han hecho.- lo dice aquella anciana de estatura mediana.
- ¡Já!, yo nunca me equivoco.- se lo hace saber Yoongi.
- Si, claro, eso mismo me dijiste cuando trajiste a esa mocosa de Suran.- se lo recuerda con triunfo.
- Noona Lysook.- lo dice amenazante Yoongi.
- Te dije por teléfono que no me hablaras en ese tono chiquillo, soy tu segunda madre y merezco respeto.- lo dice enfada Lysook.
- ¡Bah! Haz lo que quieras, voy a trabajar.- dice Yoongi al levantarse del lugar y deja el whisky a un lado para salir por la puerta del estudio.
¿Qué iba hacer con ese muchacho?, lo mas seguro es que su idea con esa pobre criatura le iba a causar grandes problemas y lo peor de todo es que esa dulce criatura pagará todo.
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Abre las puertas del dormitorio que le pertenece ahora a Jimin, precisamente el mismo dormitorio con el que comparte el mismo baño, Lysook lo había hecho a propósito.
Los rayos lunares comienzan a entrar en la habitación, dejando ver en la cama aquel pequeño chico, un bello ángel como la ha llamado su noona. Y en ello debe de estar de acuerdo con ella, ese hombre es un ángel y la forma en la que estaba arreglado para la ceremonia de la boda fue hermoso.
Gotas de agua siguen escurriendo por todo su cuerpo, que se encuentra solo cubierto de una toalla amarrada en la cintura, esa noche es su "noche de bodas" y no pensaba desperdiciarla, y si es verdad lo que dice su padre, tal vez ese chico lo haría gozar; por algo lo había comprado.
Vendido...
Ese chico de cabellos azules y ojos de verdosos, figura perfecta con una exquisita fragancia y sabor, ahora es suyo. Y todo por una oferta muy razonable que ahora no se arrepiente de haberlo comprado.
Una nueva adquisición.
Se sienta a lado de la cama de Jimin, observando su dulce rostro y pensar que en unos minutos más ese chico será suyo.
Suyo en toda la extensión de la palabra.
Chapter two! espero y no olviden ♥comentar y votar♥
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Min.
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