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-ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙𝟚-

—PALACIO AUTUMNAL.
CORTE DE OTOÑO 🍁

Las ruedas giraban en los caminos de terracería, los caballos relinchaban y se emocionaban ante la idea de correr más rápido para llegar a su destino. ¿Hace cuanto no visitaba la corte? Quizás desde la muerte del antiguo Rey, quizás después de ello. No lo recordaba, pero la idea le gustaba, su palacio no estaba tan alejado del de su madre y eso la hacía sentirse feliz, le gustaba estar rodeada de su familia aunque no estaban en buenos términos, al menos con su hermano. Esperaba que no tener problemas con él.

— ¿Cuánto falta para llegar? —Preguntó a una de las criadas que le hacían compañía.

—No se preocupe, pronto llegaremos. —Eso le dijeron hace una hora.

El tiempo pasaba de una manera rápida, se veía próximo el cambio de estación y con ello los vientos fríos llegaban del norte. Observó los jardines que estaban a lo lejos de la terraza donde se encontraban. Era una vida plena, hermosa, un giro de ciento ochenta grados el que dio.

Vertió el contenido de la tetera a la taza y agitó con la cuchara para mezclar. El olor a fresas llegó de repente, observó fijamente la hogaza pan tostado con mermelada que estaba frente a sus narices.

—No haz comido nada —dijo la voz del Alfa—. No puedes llenarte solo de té.

—No tiene caso ingerir comida si voy a devolverla —se quejó—. He tenido muchos mareos, nada me cae en el estómago.

— ¿Quieres que llame al médico? —el Omega negó.

—Estoy bien, no hace falta.

—Intenta comer aunque sea un poco. —El platinado asintió ante su petición. Era verdad, nada le caía en el estómago, el embarazo le estaba afectando en sobremanera, las primeras semanas no dejaba de comer y ahora la comida le provocaba náuseas—. Quizás haya algo que quieras comer en específico.

—Si hay —rompió el silencio que empezaba a formarse. El Alfa le prestó atención y el Omega se aferró a su cuerpo—. Quiero comer perdices.

— ¿Perdices? —Preguntó sorprendido.

—Con arroz y verduras al vapor. —Siguió hablando.

—Pasamos de no comer a querer algo muy en específico. —Dijo con burla.

— ¿Hay problema con ello?

—Por supuesto que no, Shinsuke —contestó el moreno—. Ordenaré a los cazadores que salgan por ellas y a los cocineros que la preparen. Ahora intenta comer algo.

La pareja siguió desayunando —o intentando hacerlo —, el vientre del Omega empezaba a notarse más, la notable curvatura lo hacía sentirse pleno y dichoso, ansiaba mucho un hijo y ahora podría tenerlo junto al hombre que amaba.

El Alfa por su parte no perdía el enfoque del Omega a su lado, sus ojos se veían más brillantes y su aroma se esparcía siempre por toda la habitación, el color arena de la túnica que llevaba resaltaba sus ojos y cabello, portaba con orgullo el camafeo que le obsequió hace tiempo y de cierta manera inflaba su ego. No era una mordida, pero era su emblema el que llevaba en su cuello. No lo confundan, no lo veía como objeto o sentido de pertenencia, sino que le mostraba al mundo que detrás de él había un Alfa dispuesto a asesinar a todo aquel que hiciera daño a su Omega pero, le hacía falta algo.

— ¿Por qué me miras tanto? —Preguntó el Omega—. ¿Tengo algo en la cara?

—Sólo una belleza incomprensible e infinita —el platinado sonrió cohibido ante sus palabras—. Espera un minuto, tengo algo para ti. — El Alfa se levantó de los cojines y entró a la habitación que ambos compartían, buscando en los cajones ocultos de su ropa—. ¡Cierra los ojos! —Gritó.

— ¡¿Por qué tanto misterio?! —Le cuestionó burlón e hizo caso a su petición, cerró sus ojos con fuerza.

—No hagas trampa —el aroma de su Alfa se sintió más cerca, la emoción se respiraba a través de él y los nervios se hacían presente en el Omega, buscó y tomó su mano en busca de confort—. Bien, puedes abrirlos. —Obedeció lentamente en busca del misterioso motivo y se encontró con el reflejo menos esperado.

— ¿Qué es esto? —Sobre las manos de Daichi estaba una caja de terciopelo rojo carmín y en su interior un anillo con base de plata y un enorme topacio pardo amarillento en forma de gota rodeado de diamantes.

—Es la piedra que le corresponde usar a las Reinas de Autumnal y mi promesa de serte fiel por el resto de mi vida. —el Alfa tomó el anillo y lo deslizó en el anular izquierdo del Omega—. Es la promesa... mi promesa de que hallaré la manera de hacerte mi esposo, eres mi Reina, Shinsuke, mi Omega... nadie podrá hacerte daño de ahora en adelante.

El Omega se lanzó a sus brazos y hundió su rostro en su pecho, sus ojos se llenaron de lágrimas que trató no fueran derramadas —fallando en el intento—, su Alfa las borró con sus dedos y dejó un casto beso en la punta de su nariz.

—Son culpa de las hormonas —se quejó el Omega—. Nuestro hijo me hace ser más sensible de lo normal —dejó caer su rostro en el cuello del moreno y hundió su nariz hasta aspirar su aroma.

—Siempre has sido sensible, pero no lo demuestras.

—Soy la persona más directa que conoces —recriminó mirándole a los ojos.

—Y eso me agrada mucho. —El Alfa sonrió tomándolo del mentón, lo acercó hasta sus labios y los besó delicadamente. Unos pasos se escucharon por el suelo de piedra de la terraza, los sentidos del moreno se pusieron alerta, pero el aroma a sándalo lo hizo relajarse.

El Alfa castaño y de mirada tranquila había aparecí después de meses fuera de su hogar.

—Majestad, Kita Hatun —Asahi se reverenció ante el moreno.

—Mírate nada más, no has cambiado en nada —dijo con efusividad el moreno.

—Sólo me fui dos meses —dijo con el ceño fruncido. Su Rey lo abrazó feliz de verlo, extrañaba a su mejor amigo.

—Me alegra verlo de nuevo ser Azumane , doy gracias a la Diosa Luna por traerlo con bien. —Admitió el platinado.

—Gracias por sus palabras —le dijo el castaño—. Debo felicitarlo por su embarazo, espero nos bendiga con un príncipe.

—Amén. —Musitó el Omega.

—Majestad, tenemos informes sobre los vigías de los caminos.

— ¿Sucedió algo malo? —Preguntó.

—Al contrario, un carruaje se acerca con un escudo bastante familiar; una guirnalda de oro en un campo azul con bordado dorado. —El Rey sonrió feliz ante la mención de los colores.

El escudo de las tierras de Bradinho —susurró—. Preparen todo, quiero un banquete para recibir a nuestros invitados, y preparen los mejores aposentos del palacio.

—Como ordene majestad —el moreno dejó la habitación con el Alfa y Omega en ella.

Lord Azumane —enunció el platinado—. ¿Quién vive en la región de Bradinho?

—En primera; yo no soy un Lord y en segunda; el Markiis, Lord Yoshida.

— ¿Es alguien importante? —Preguntó.

—Lo es, es miembro del consejo de Autumnal y uno de los hombres más ricos, además se hizo más importante al contraer matrimonio, con la Princesa Sumiko.

—Sumiko... —El Omega se quedó pensativo intentando recordar donde había escuchado ese nombre y entonces algo en su cerebro ató los cabos—. ¿Te refieres a una de las hermanas de su majestad?

—Así es, su hermana menor de hecho.

PALACIO WINTERFELL
—CORTE DE INVIERNO ❄️

Es increíble el reflejo de los espejos, nos muestra una cara que solemos poseer y en ellos vemos el cambio que realizamos en el proceso de crear una nueva máscara. En este caso mostraba el cambio de una niña recién levantada con miedo al futuro, a una mujer segura de sí misma. Las manos de quién fue su nodriza trenzaban el blanco cabello hasta elaborar un complejo recogido a mitad de su cabeza y cepillaba el resto de su cabello suelto, ayudó a colocarle una corona de Plata que simulaban hojas de muérdago y copos de nieve decorados con perlas blancas.

—Luce magnifica, mi princesa. —Dijo la mujer.

—Todo es gracias a ti, Janna —habló la joven frente al espejo—. Debo lucir bien en presencia de esos monstruos.

—Todo estará bien mi señora, sus argumentos son válidos.

—Espero que el consejo crea eso. —Se colocó sus guantes negros bordados y alisó las arrugas inexistentes del vestido azul oscuro—. Sabes que la Reina Madre no perdonará esta humillación.

—Humillación es lo que debe estar viviendo objetó la anciana—. Mato a nuestro Rey, culpó a nuestro príncipe y colocó a su hijo en el trono. Que la Diosa Luna la maldiga.

—No podemos probar eso —susurró—. Es cierto que el asesino de mi padre está entre nosotros, pero mi hermano Shintaro no tuvo nada que ver.

—Eso es lo que nos quieren hacer creer. —Seguía insinuando la anciana.

La puerta sonó de forma suave, sólo una persona era capaz golpearla de esa manera. El Alfa de cabellos negros y armadura de acero bruñido entró a la habitación con la capa gris danzaba al son del viento.

—He venido a escoltarla, su alteza —dijo con una venia.

—Perfecto, no hagamos a su majestad esperar. —la princesa y su séquito abandonaron la habitación de la albina y se dirigieron hasta la sala del consejo. ¿Cómo que fue que acabaron así? La muerte llegó y arrebató todo rastro de felicidad en el norte.

Los tacones de sus botines sonaban en el suelo de mármol gris, su vestido de terciopelo azul marino ondeaba a cada paso que daba, ajustó los broches de su capa de piel de oso y mostró el rostro más orgulloso que alguna vez haya portado.

Las puertas se abrieron de par en par y dejaron ver la mesa rectangular con su hermano a la cabeza de esta y la Reina Madre a su derecha. Shintaro Ushijima; segundo hijo del Rey Tasuo y Sasha Midorima; miembro de una de las familias más ricas de Winterfell. Ambos eran muy parecidos entre sí, de cabellos lacios verde brillante al igual que sus ojos, resaltando en una piel lechosa.

Todas las miradas estaban fijas en la extraña princesa y última hija del difunto Rey.

—Su majestad, mis Lords —saludó cortésmente—. ¿A qué debo el honor de su llamado?

—Guarda tus palabras Nurbanu —soltó la Reina Madre—. No vengas a darnos aires de inocencia, porque de ello no tienes nada.

—No me dirigía a usted, sino al Rey, por favor quédese callada y absténganse de dar su opinión respecto al tema. —La mujer se quedó petrificada ante la osadía de la joven, su dentadura estaba apretada del coraje que quería emitir.

—Su alteza —la tranquila y elegante voz del nuevo Rey rompió el barullo y tensión que se presentaba—, por favor perdone a mi madre, está un poco alterada con los acontecimientos recientes, no es fácil para ella perder a su señor.

—Lo entiendo, su majestad.

—Ahora lo importante —uno de los ancianos Alfas sentados en ese lugar interrumpió—. Señorita Nurbanu...

Su alteza —interrumpió el guardián de la joven—. El término correcto para dirigirse a la dama es su alteza, está en presencia de un miembro de la dinastía Ushijima y de la casa real de Winterfell.

— ¿Quieres que trate de importante a esta traidora? Es estúpido.

—Está traidora tiene más dinero y poder político que tú, Lord Montesinos —habló la Beta—. Le recomiendo que guarde silencio y me respete por mi título de nacimiento.

— ¡¿Está amenazándome?!

—Por supuesto que no, es sólo una advertencia —dijo sonriente—. ¡Imayoshi, Takao! Si alguien  vuelve a faltarme el respeto mátenlo en seguida. —El Alfa sonrió y asintió a la orden de su señora—. Lo ve mi Lord, esa si fue una amenaza.

— ¡Nunca des órdenes que no puedes ejecutar, Nurbanu! —gritó Sasha y la Beta la miró con seriedad.

—Yo no soy como las demás mujeres de este palacio, ¡Soy la hija de Tatsuo Ushijima y de la Haseki Anacktcha! No sólo tengo el poder expulsar a alguien del palacio, sino de la capital ¡Y veremos quién me desafía!

—Su alteza... —comenzó a hablar el Beta pelinegro—. De acuerdo a las costumbres del palacio.

— ¡Cállate! No me enseñes las costumbres del palacio. Soy la Princesa Nurbanu Ushijima de Winterfell, la Dama de Invierno. ¡YO NACÍ EN ESTE PALACIO! No puedes venir a darme órdenes sólo porque que lo deseas.

—Basta, Nurbanu —nuevamente la voz del Rey paró el caos que estaba por formarse—. Mi querida hermana, soy consciente de tu dolor y tu pérdida. No es ningún secreto que tienes preferencia ante nuestro hermano Wakatoshi, no te culpo pues fue tu madre quien lo crió, sin embargo quiero saber tu motivo para ayudarlo a escapar.

—Con todo respeto, su majestad. Nuestro hermano sería incapaz de asesinar a nuestro padre, no hay pruebas que avalen dicho crimen.

—Fui yo quién lo encontró en la habitación con el cuerpo de su majestad en brazos. —Los Lords de la mesa empezaron a murmurar y asentir a sus palabras—. ¿Lo ayudaste por fines sentimentales?

—No. —Respondió firme—. En realidad fue por fines políticos.

— ¿Qué demonios dice, su alteza? —Preguntó un Alfa—. ¿De que fin político habla?

—Están tan ensimismados en sus mundos que no se dan cuenta de la situación —regañó—. Miren a su alrededor, el pueblo favorece a su alteza, la ley favorece a su alteza y el ejército también. ¿Qué ganarían ejecutando al príncipe Wakatoshi? El odio de nuestros súbditos, crearían revueltas y se revelarían en contra nuestra. No sean estúpidos, si su objetivo no es proteger a la dinastía, ¿entonces cuál es?

—Tienes razón.

—Su majestad —susurró la Reina.

El lobo solitario muere. —Habló la princesa.

—Pero la manada sobrevive. —Completó la frase su hermano—. La princesa Nurbanu tiene razón, no quiero levantamientos en contra de mi Reinado, no deseo iniciar una guerra.

—La guerra ya está iniciada —habló un Alfa—. ¿Pretende olvidar la posición en la que está? Según la jerarquía es su hermano quién debería sentarse en el trono, no usted.

—Lord Washijo, le aseguró que el pueblo no se levantará en armas y si lo hacen sólo revelaremos la verdad —dijo Shintaro—. Wakatoshi asesinó a nuestro padre, el regicidio se castiga con la ejecución.

—Sí se comprueba dicho crimen —habló Nurbanu—. De lo contrario se perdonará a mi hermano.

—Tienes mi palabra, Nurbanu —dijo el de cabellos verdes.

—PALACIO AUTUMNAL.
CORTE DE OTOÑO 🍁

El banquete se hizo lo más rápido que se pudo, los sirvientes del palacio estaban a la espera de la llegada de la joven, había causado un gran alboroto en cuanto se enteraron que se acercaba una de las princesas, en especial la más pequeña de todas.

El Omega tuvo que colocarse accesorios más acorde a la ocasión; un hermoso tocado de Plata y oro adornaban su cabeza por la mitad y una piedra en forma de gota caía por su frente.

—Luces hermoso —el Alfa tras su espalda besó sus mejillas y llevó sus manos hasta su vientre—. Nuestro cachorro crece cada día. —El Omega colocó su palma sobre las del moreno.

—Es prominente pese a tener poco tiempo, tan sólo llevo tres meses. —Mencionó con el ceño fruncido.

—Te hace lucir precioso a mis ojos y ante los demás —tomó su mano y lo hizo girar hasta tenerlo frente a frente para besarlo.

—Espero la Diosa Luna nos bendiga con un príncipe.

—Príncipe o Princesa, no me importa, será nuestro hijo y eso es suficiente para mí. —El Omega asintió ante las palabras de su compañero. Salieron de la habitación hasta llegar al salón principal, Shinsuke iba del brazo de Daichi y éste lo tomaba de su mano aferrada. El resto de la familia ya estaba allí.

La Reina Madre a pesar de ser una mujer mayor lucía hermosa; sus cabellos caramelo estaban recogidos y unos rizos envueltos en un complejo peinado a su corona. Yui estaba a su lado derecho con el pequeño príncipe al frente suyo.

— ¡Papá! —La voz del niño retumbó por las paredes y después fue corriendo a su encuentro con el mayor.

—Sochi, mi hijo —el Alfa lo tenía en brazos y besaba las mejillas del niño que no dejaba de abrazarlo—. Buenos días. —Saludó el moreno.

—Buenos días, hijo —devolvió el saludo muy alegre la mujer. La Beta muy apenas le dirigió la mirada al hombre que amaba y dirigió todo su odio al muchacho de cabellos plateados que lo acompañaba.

Shinsuke se colocó al lado izquierdo del Rey y a la derecha de éste seguía el resto de la familia real. Los minutos pasaban lentamente y la tensión habitaba en el aire hasta que una voz fuerte y clara rompió con ella.

— ¡Atención, la Princesa Sumiko Sawamura está aquí! —Las puertas del salón se abrieron y dejaron ver a la joven dama. Tenía una piel ligeramente bronceada, sus cabellos caramelo como los de su madre y su mirada idéntica a la de su hermano, unos ojos grandes iguales al chocolate.

—Bienvenida seas, Sumiko. Es un honor tenerte aquí —la joven Omega sonrió a su Rey y éste extendió su mano para ser besada y llevada a su frente.

—El honor es mío, su majestad —dijo con voz cantarina, el aroma de las margaritas impregnaba en el aire—. Me alegra mucho regresa a mi hogar. —La Omega mayor envolvió en brazos a su hija y acarició sus cabellos de manera orgullosa.

La Omega saludó a todos como correspondía, de una forma grácil y educada, cuando llegó el turno de presentarse al Omega fue de palabras cortas, sin mostrarse superior o hacerlo ver como su igual, pero sus ojos destilaban un odio y una carencia de afecto hacia el Omega.

La comida y el banquete se llevaron a cabo con una fuerte tensión en el aire, Sumiko era muy cercana a Yui ya que habían convivido desde hace años, fue testigo de cómo se enamoraron ella y su hermano. Y ahora no había rastros de ese amor. Su hermano estaba cegado por ese extraño Omega que le daba mala espina, ese muchacho fue el quiebre de su rompimiento con él, además de conquistar también a su padre, no había otra manera de que el Alfa aceptase a un Omega para su hijo.

—Las criadas te llevarán hasta tus aposentos, Sumiko —habló su hermano.

—Gracias, su majestad —respondió suave.

—Tía Sumiko, voy a tener un hermano —dijo el pequeño príncipe haciendo tensar al Omega platinado.

— ¿De verdad? —El niño asintió emocionado—. Muchas felicidades, que la Diosa Luna lo bendiga.

—Amén —susurró el Alfa.

—Y éste esclavo que nos acompaña ¿es la madre de tu futuro hijo? —Shinsuke dejó el tenedor sobre el plato de manera cuidadosa y miró al Alfa a su izquierda.

—No es un esclavo, es mi Omega y debes respetarlo. —Respondió el moreno.

—Un esclavo, todas las concubinas lo son.

—No voy a permitir que le hables de un modo tan despectivo, vas a respetarlo te guste o no. —Después de eso la comida siguió decayendo en una travesía de malos pesares, miradas y sobre todo una carga de feromonas extremadamente fuertes.

Los aposentos de la princesa no estarían solos jamás, una vez que pudo asentarse en su habitación fue visitada por la madre de su sobrino, hacia mucho tiempo que no se veían las caras, ciertamente se extrañaban. 

—Su alteza —saludó la castaña.

—Yui, me alegra mucho tenerte aquí —respondió la Omega.

—Es una bendición que venga a visitarnos, hace mucho que no nos vemos.

—La vida de casada puede ser ocupada —dijo la princesa—. ¿Cómo has estado? —Preguntó.

—He vivido un infierno desde hace tres años —admitió la Beta—. Cuando llegué a este palacio me topé con pa sorpresa de que alguien ocupaba mi lugar. Fue difícil, su majestad me estuvo ocultando a esa concubina y aún así tenía tiempo de sobra para visitarlo, siempre estaban juntos.

—Me resulta increíble, pues nunca la vi en estos muros —susurró la de cabellos caramelo.

—La ocultaron de todos nosotros, sabían que estaba prohibido, él no pertenecía al Harem, eso va contra las normas.

—No puedo creer que mi padre aceptara esto.

—Tal parece que su majestad lo engañó para que lo hiciera, o ese Omega hizo de las suyas.

— ¿Es un Omega humano? —Preguntó la Fae.

—Por supuesto que lo es, su majestad no tuvo prejuicios para traerlo aquí por ello. —Respondió molesta.

—Yui, debes hacer lo que sea para ganarte el corazón de mi hermano.

—Pero su alteza —la princesa extendió su mano en un ademan de pedir silencio.

—Creo que todos sabemos la solución aquí, ese Omega debe desaparecer de la vida de mi hermano.


¡Hola otra vez! Me alegra que sigan aquí y sigan leyéndome, capítulo corto pero con nuevos personajes y situaciones dramáticas como me gustan.

Primero que nada ¡¡¡Faliz Año Nuevo!!! Espero que se la hayan pasado bien en sus casitas y que todos sus deseos se cumplan en este año. Traje este capítulo para iniciar el año, las próximas actualizaciones serán un poco lentas porque estoy escribiendo los capítulos de "Cuando los Planetas se Alineen", los invito a darse una vuelta por dicha historia, prometo quebrarles la cabeza igual o más que en esta. También debo escribir de "El mal querer" ya que estoy por finalizar la publicación de dicha historia. ❤️

Algunos se dieron cuenta, otros no, pero involucre personajes de Kuroko No Basket porque me encanta hacer cameos o crossover y toda esa onda, ya se habrán dado cuenta. Para los que no, se los presentaré.

«•|Shintaro Midorima|•»


«•|Takao Kazunari|•»

«•|Soichi Imayoshi|•»


También quedó dudas del Omega de Osamu, así que harán memoria al ver la foto. Créanme este chico tendrá un futuro muy interesante.

«•|Aoi Himekawa|•»

Muchas gracias por leer y nos vemos hasta la siguiente actualización. ❤️

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