𝑳𝒂𝒔 𝒇𝒍𝒐𝒓𝒆𝒔 𝒎𝒂𝒓𝒄𝒂𝒏 𝒆𝒍 𝒄𝒂𝒎𝒊𝒏𝒐
"𝑼𝒏𝒂 𝒇𝒍𝒐𝒓 𝒏𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒇𝒍𝒐𝒓𝒆𝒄𝒆𝒓 𝒔𝒊𝒏 𝒍𝒂 𝒍𝒖𝒛 𝒅𝒆𝒍 𝒔𝒐𝒍 𝒚 𝒆𝒍 𝒉𝒐𝒎𝒃𝒓𝒆 𝒏𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒗𝒊𝒗𝒊𝒓 𝒔𝒊𝒏 𝒂𝒎𝒐𝒓." -𝑴𝒂𝒙 𝑴𝒖𝒍𝒍𝒆𝒓
A pesar de que Andrómeda se había prometido así misma que no iba a empezar una relación no oficial con Valentín y que iban a seguir como siempre con ligeros cambios, no pudo resistirse a las insistencias de Valentín para otro sesión de besos en los últimos asientos del autobús rumbo al aeropuerto para volar hacia Córdoba. No podía decirle que no porque la verdad es que no quería, lo que ella quería era besarlo hasta que sus labios se entumecieran, hasta que le faltara el aire y tuvieran que separarse por obligación.
Valentín de verdad había querido seguir yendo lento, pero ya había probado como se sentía besarla, ¿Cómo iba a resistir tenerla a su lado sin darle a penas un pequeño beso? No podía aguantarse las ganas y por eso la beso planeando que solo sería un beso, pero ese beso se convirtió en muchos más y Andrómeda terminó con su espalda apoyada en la ventana mientras Valentín se cernía sobre ella usando sus lenguas para todo menos para hablar sobre el clima.
Mientras ellos tenían su momento al fondo del autobús los demás intentaban distraer a Orión a quien le habían entrado las ganas de jugar justo en ese momento con Valentín, todos trataban de contarle historias o chistes, hacer trucos de magia o cantar canciones, pero él era muy terco y terminó logrando salirse con la suya escabulléndose hacia el final del autobús, por suerte los dos tórtolos lograron recomponerse al escuchar la pequeña voz de Orión llamando a Valu.
En el avión fue más de lo mismo, Orión se la pasó jugando con Valentín y con su madre diferentes juegos, entre tanto juego al pequeño se le ocurrió preguntarle a los dos jóvenes adultos si ya eran pareja, ninguno de los dos supo como responder hasta que Andrómeda respondió con un simple "somos amigos que se quieren mucho, mucho, mucho", Orión respondió "pues yo digo que ya deberían de darse prisa y ser novios, ya se han tardado demasiado".
Y Valentín estuvo totalmente de acuerdo con la voz de la razón que portaba Orión. Él estaba casi seguro que si Andrómeda no hubiese pasado por tantas decepciones amorosas ya serían más que amigos, pero como no era el caso él seguía el ritmo de la Venezolana y en verdad no le importaba, él solo quería mantenerse en la vida de ella y en la de Orión, quería seguir oyendo su risa, quería seguir viendo la sonrisa que se le formaba cuando estaba verdaderamente feliz, quería seguir viendo la hermosa relación que había entre ella y su hijo, él quería ser parte de su vida y por eso seguía la corriente que marcaba Andrómeda.
Lo mejor del caso es que Andrómeda había decidido ceder un poco y dejar de estar tan firme en su decisión porque le gustaba el chico de los ojos azules, le gustaba como se sentía cuando estaba cerca de él, le gustaba la manera en la que él la trataba y en la que trataba a su hijo, así que ¿Por qué no darle una oportunidad? Ya le había demostrado que tenía buenas intenciones y no tenía ni una sola razón para no dejarse llevar un poco.
Ya habían pasado unas cuantas horas desde que habían aterrizado en Córdoba y ahora se encontraban en el lugar donde se iba a llevar a cabo el concierto de Valentín, ambos estaban recostados en completo silencio en una pared viendo a la gente ir y venir organizando cosas y dando órdenes. Aún entre el desorden y el caos estaban tranquilos solo porque el otro estaba con ellos, parecía como si una gran burbuja los estaba cubriendo, ahí solo eran ellos dos con sus pensamientos y sentimientos, y estaban bien con eso, se brindaban tranquilidad mutuamente y muy pocas personas lograban dar ese tipo tranquilidad.
Ambos tenían vidas muy caóticas, vidas en donde no les daba tiempo para pararse por unos segundos y tomar aire profundamente, pero cuando se conocieron algo cambio, en realidad muchas cosas cambiaron. Valentín había aprendido que no se tenía porqué sentir nervioso cerca de Andrómeda cuando lo único que le daba ella era tranquilidad y paz, la veía y podía perderse en sus ojos o contando las pecas casi invisibles que adornaban su rostro, ella era su paz, su cable a tierra entre tanto desorden en su vida.
—¿Sabés que me gusta más de vos? —preguntó el de ojos azules sin apartar la mirada de al frente, recibiendo un pequeño “¿Qué?” de su acompañante. —La manera en la que me haces sentir, puedo sonar muy trolo, pero no sé, me haces sentir bien de la manera más sencilla y bonita de todas, es que posta te veo y no sé, siento un remolino de emociones que de verdad nunca antes había sentido... Eso último sonó muy chamuyero, pero en verdad te lo digo posta, sos alguien magnifica y no me voy a cansar de decírtelo —volteó a verla notando que su mirada café ya está puesta en la de él.
Andrómeda aún no se terminaba de acostumbrar a los elogios de Valentín, claro que había recibido un montón de piropos antes, pero por alguna razón los del artista se sentían diferentes, se sentían honestos y genuinos. Eso es lo que había fallado en su plan de no enredarse con él, nunca pensó que el joven sería tan atentó y encantador con ella, pensó que le coquetería un poco, pero él le ha demostrado que no solo quiere algo pasajero con ella, cada vez estaba cayendo más por el Argentino y claro que aún tenía miedo, pero estaba aprendiendo a dejar ir ese miedo, estaba aprendiendo a dejarse querer y a su vez permitirse querer al joven.
—¿Sabes que me gusta más de ti? —Valentín negó con una sonrisa. —La manera tan bonita que tienes de quererme, yo te di muchas largas, te di un montón de excusas por la cual no podíamos ser nada y a ti te valió mierda eso —ambos soltaron una risa ante eso. —Seguiste metiéndote en mi vida y yo ni siquiera me di cuenta, fuiste alguien muy escurridizo, me llamabas todos los días, me mandabas mensajes de buenos días, de buenas noches, me preguntabas si había dormido, que como estaba Orión, que si habíamos comido. Todos esos fueron pequeños detalles, pero valieron mucho... Además, ¿Cómo no me van a gustar esos lindos ojitos que tienes ahí, eh? Caí rendida —confesó con una sonrisa divertida.
Valentín se consideraba bastante atento cuando le gustaba alguien y Andrómeda le encantó tan pronto la vio entrar por la puerta de su camerino con aquella hermosa sonrisa, ella había sido la razón de que empezara a creer en el destino, para él fue amor a primera vista y no mentía, fue como si cupido pasara por ahí lanzándole una flecha directo al corazón. No la conocía de nada y aún así sentía como si se conocieran de toda la vida, como si sus almas se hubieran conocido desde antes y ese momento fue el reencuentro tan esperado.
Pero Andrómeda no se sintió así, y ella creía que la razón era porque le había enseñado a su cerebro a no sentirse enamorado por nadie, tal vez si ella en un primer momento hubiera estado más abierta a la idea del amor se habría sentido igual que Valentín la primera vez que lo vió. Ahora después de casi un mes de insistencias del joven para tener algo con ella por fin podía sentir aquello que no se permitió sentir y le gustaba mucho, más de lo que creía.
Valentín sin perder tiempo pasó sus brazos alrededor de la pequeña figura de la castaña llevándola a su pecho, de inmediato sintió los brazos de la chica rodear su cintura provocando una sonrisa en ambos.
Tal vez si era cierto que existían las almas gemelas, esas almas que iban rondando la tierra en busca de su pareja, se chocaban contra personas equivocadas creyendo que dentro de ellas estaba su acompañante, algunas veces chocaban tanto con las equivocadas que cuando encontraban la correcta desconfiaban de ella. Tal vez y solo tal vez, las almas de Valentín Oliva y Andrómeda García estaban destinadas a permanecer unidas.
—Entonces ya son novios —la voz de Lyra, la madre de Andrómeda, se escuchó al otro lado del teléfono que portaba su hija.
Luego del concierto la Venezolana tuvo que llamar a su madre con urgencia pues necesitaba una voz de la razón para su situación con Valentín, puede que en donde estaba todos le decían que ellos estaban hechos el uno para el otro, pero ¿Quién conoce más de la vida que una madre? Andrómeda siempre acudía a ella cuando experimentaba algo fuera de su rutina y lo que estaba viviendo en ese momento era algo muy fuera, extremamente fuera, de su rutina. Así que sí, necesitaba con urgencia los consejos de su madre.
—No, amá, ¿Qué vamos a estar siendo novios? Solo nos besamos y estuvo rico, sí, y nos gustamos, hay química, él me trata lindo, trata muy bien a Orión, es un buen chamo... —antes de que siguiera con sus múltiples halagos hacia su pretendiente, su madre la interrumpió.
—Bueno, ¿Y entonces si es tan magnifico porque no son novios? —preguntó con un deje de confusión en su voz. —Cuando yo lo conocí me pareció alguien bastante bueno, además yo te dije que tenía unos ojazos azules súper lindos, si te metes con él puede salir un bebé lindo y... —en ese momento su hija la paró con un alterado “¡Mamá!”. —Okey, okey, me calmo, pero tú me entiendes. Él es un buen hombre para ti, se nota que te cuida y lo más importante, se ve que quiere mucho a Orión, ¿Eso no es lo que buscabas? Un hombre bueno que aceptara el combo de Orión y tu, ahí lo tienes, mi amor, ¿Cuál es el problema? —preguntó con un tono mucho más dulce.
—Yo, mamá, yo soy el problema —confesó la chica dejándose caer hacia la mullida cama. —Él me gusta y se lo he dicho, hemos teñido momentos lindos y me siento muy bien con él, pero no termino de darle el sí porque sigo más cagada que el coño —la matriarca soltó un “¡Esa boca!” pero ni aún así dejó de hablar. —Tengo miedo de intentarlo y terminar perdiendo como siempre, y él ha sido muy comprensivo conmigo, me dijo que me esperaría y así, pero ¿Y si se cansa? Ay no —la castaña llevó una mano hacia sus ojos haciendo un pequeño puchero con sus labios.
—Mi amor, no todos son Alfredo —Lyra volvió a usar su tono dulce provocando una mueca de tristeza en el rostro de Andrómeda. —No todos son como los chicos que te hicieron daño. Hay muchachos buenos y para mi Valentín es uno de ellos, se ve que el chico en verdad está interesado en ti, no se va a cansar de ti porque te quiere, se le nota. El otro día cuando salieron juntos me preguntó cual era tu comida favorita para llevarte a comer eso, a mi, me llamó solo para preguntarme eso, ¡Ah! Y para saber si te gustaban los paseos en la playa, si no estuviera interesado en ti no me hubiera consultado. —aquello sí que había sorprendido a la menor de los García, no tenía ni idea de eso. —Siempre has velado por la felicidad de Orión y ahora llego la hora de buscar tu propia felicidad, piensa en eso, mi amor —terminó su pequeño discurso dejando a una Andrómeda pensativa.
Alfredo había plantado la primera semilla de inseguridad dentro de ella cuando la dejó embarazada con solo dieciséis años, luego vinieron más y más semillas creando así un bosque profundo y oscuro alrededor de ella. El pensamiento de no tener nada con nadie se plantó en su mente hace ya un año y de ahí nadie había logrado sacarlo, pero Valentín sí, ella no sabía como ni cuando lo había hecho, Valentín logró lo que nadie más logró, ¿Qué tenía de especial ese chico para haber talado de a poco los árboles del frondoso bosque que había alrededor de ella?
—Tienes razón, tal vez yo debería de poner más de mi parte, pero ojo, ya lo estoy haciendo porque ya lo besé, mamá, y le digo cosas lindas, lo trato bonito y así, él está claro que a mi me gusta burda, solo tiene que ser un poco más paciente —volvió a explicar como al inicio.
—O tú tienes que ceder más —le respondió la mayor con obviedad. —Usted tiene veintiún años y merece estar en una relación bonita, sana y estable, esa relación la vas a tener con Valentín. Es más, en menos de un mes seguro coges con él porque yo te conozco, yo se como eres tú —en ese momento Andrómeda volvió a vociferar un _“¡Mamá!” ocasionado la risa de la mayor. —El punto es, hija mía, que si no aceptas estar con él en un futuro cercano, estás cometiendo un grave error. Tengo que darle comida Sirius, hablamos luego, mándale mis saludos al Valen y muchos besos a Orión, te amo —la menor alcanzó a responder con un “también te amo” antes de que Lyra colgara.
Ahora lo único que escuchaba era puro silencio en la habitación, sus amigas estaban en la piscina del hotel, Orión había salido con Valentín y ella había decido encerrarse para pedirle ayuda a su madre y no planeaba levantarse de la cama pronto, tenía mucho que pensar.
Ella no dudaba que Valentín fuera un buen chico, ella estaba consciente que la quería y mucho, se lo ha demostrado desde el momento en que se conocieron. Debería hacerle caso a su madre y dejarse llevar por la marea del mar en los ojos de Valentín.
Mientras ella aún estaba acostada en la cama dándole vueltas al asunto la puerta sonó y a regañadientes se levantó para ir hacia la misma a abrirla, cuando lo hizo se encontró un gran arreglo floral que le llegaba hasta las rodillas hecho de muchos Lirios, acompañados por flores de Gardenia junto a Tulipanes, creando así una hermosa combinación de colores y aromas que habían provocado que la joven sonriera de oreja a oreja.
Cuando salió de su asombro salió del todo para ver hacia los dos lados del pasillo esperando ver el causante de tan bella sorpresa, pero no se encontró a nadie, el lugar estaba completamente vacío a excepción de ella y el arreglo. Se inclinó para tomar el pequeño sobre que había en el centro de las flores y procedió a abrirlo dejando ver una carta en su interior.
“A las Gardenias se les considera símbolo de pureza, sinceridad y admiración, pero también pueden ser usadas para expresar un amor secreto. Mi amor hacia a vos no es para nada secreto, pero son hermosas como vos, tienen la misma pureza que tu sonrisa, la misma sinceridad que tus palabras y la misma admiración que siento por vos.
Los tulipanes se asocian, especialmente la roja, al amor perfecto y aunque lo nuestro aún no llega a ser perfecto, sé que más temprano que tarde lo será, también representa la pasión y puede que pensés que la pasión solo venga del garche (que también), pero para mi representa tu pasión hacia el arte visual, la manera en que tus ojos brillan cuando estás trabajando es algo mágico, Meda. Los tulipanes morados significa lealtad, creo que no hace falta decir que me quedaré a tu lado pase lo que pase, para mi eso es lealtad en sus máxima expresión; la amarilla representa alegría, lo que siento cada vez que estoy con vos y la blanca representa paz y perdón, la paz que me brindas cada vez que me sonreís y el perdón que te pido por ser tan trolo.
Y por último, están los Lirios, tus favoritos, eran usadas antiguamente como símbolo de poder y honor, creo que te representa muy bien, tienes poder en tu mirada y en tus acciones, el poder de salir adelante para darle una buena vida a Orión, también representa la pureza y puedo jurar que tus ojos cuando brillan son una de las cosas más pura que existen en el mundo.
Espero poder seguir conociéndote para seguir comparándote con flores hermosas y con cosas hermosas en general porque sos hermosa, más de lo que pensás y crees. Te quiero mucho, Meda.
Con mucho amor
El trolo de Valentín Oliva aka el pibe que esta hasta las manos por vos.”
Andrómeda no supo en que momento, pero sus mejillas se encontraban llenas de lágrimas y no precisamente de tristeza, eran de pura felicidad absoluta. Nunca, en la vida, le habían dado un detalle como ese, claro que le habían dado flores, pero lo que Valentín le dio era realmente hermoso, y no solo era el detalle el que la tenía de esa manera, la carta la había hecho sentir de una manera que hace mucho no se sentía, era una especie de emoción combinada con amor y alegría, ¿Acaso así se siente cuando alguien está tratando de enamorarte? ¿Así se siente ilusionarse de nuevo como una niña?, pensó.
Valentín la seguía sorprendiendo día a día, ¿Cómo se suponía que tenía que hacerse la dura cuando el Argentino lo único que hacía era tratarla como una reina? Cada vez que ella encontraba la mínima excusa para no tener nada con él, Valentín se las derriba todas y cada una porque la verdad es que no había ninguna excusa válida para no dejarse llevar por lo que estaban sintiendo que era tan bonito.
En ese momento Andrómeda decidió que no era justo seguir negando lo inevitable, a ella le gustaba Valentín y él gustaba de ella, ¿Por qué no intentarlo? Por ahora no había nada ni nadie que los detuviera, lo iba a intentar, iba a intentarlo con el muchacho de los ojos color cielo, ya no había vuelta atrás en su decisión.
Primero que nada... ¡Ya llegamos a las mil visitas y aún no me lo puedo creer! Aún es re poquito si la comparamos con otras historias, pero igualmente me siento orgullosa porque siempre había querido subir una historia a esta plataforma y nunca me había animado.
No es la mejor de las historias y aún así me pone muy feliz saber que hay gente que la está leyendo, me falta aprender mucho, pero creo que voy por buen camino.
Le pongo mucho cariño ha cada capítulo para que sea uno bueno y disfrutable, me encanta escribir a estos personajes y me encanta ver lo que ha crecido esto porque literal no pensé que iba a tener tantas visitas, para mi es muchísimo, jajaja.
Solo me queda agradecer por todo el apoyo, los votos, los comentarios, que pongan esta historia en sus listas, todo eso, muchas gracias por todo, espero que sigan dándole mucho a apoyo y amor.
¡A por los 2k!
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